Trabajo Bienestar PDF

Title Trabajo Bienestar
Author Paula Bn
Course Benestar Animal e Etnoloxía
Institution Universidade de Santiago de Compostela
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Trabajo obligatorio. Profesor Ángel Luís Ceular Villacé....


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Paula Bonache

Bienestar Animal y Etnología

ETNOLOGÍA Y BIENESTAR ANIMAL

Paula Bonache Grado en Veterinaria, 1º

COMPARACIÓN DE

Profesor: Ángel Luís Ceular Villacé CURSO 2018/1920

DOS RAZAS EQUINAS. ÁRABE Y PURA SANGRE INGLÉS

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Paula Bonache

Bienestar Animal y Etnología

INTRODUCCIÓN Este trabajo trata sobre dos razas equinas, árabe y pura sangre inglés. Su nombre científico es Equus ferus caballus. Equus hace referencia a la familia de los équidos, y caballus al subgénero, en este caso, el caballo. Los caballos domésticos actuales y su antepasado silvestre extinto, clasificado como Equus ferus (caballo salvaje), pertenecían a una misma especie, por lo que los primeros deben nombrarse como su variedad salvaje extinta, Equus ferus, para evitar la paradoja de que los linajes anteriores, los silvestres, fueran nombrados como subespecies de sus descendientes. Los caballos pertenecen al reino animalia, filo chordata, clase mammalia, orden perissodactyla, familia equidae, género equus, especie e. ferus, y subespecie e. f. caballus; según la clasificación de Linneo en 1758. También pertenecen a la familia de los équidos, los asnos (Equus africanus), el onagro o el kulán (Equus hemionus), el kiang (Equus hemionus kiang) y las cebras. La evolución del caballo puede seguirse a través del registro fósil llamado Eohippus, un pequeño mamífero herbívoro que vivió durante el Eoceno, hace cincuenta y cinco millones de años, en América del Norte. Se supone que de él descienden todos los équidos posteriores, incluido el género Equus.

MATERIAL Y MÉTODOS Para obtener información sobre las dos razas equinas que he escogido, el caballo miniatura Falabella, y el caballo holandés de sangre caliente, he utilizado varios libros identificados en la bibliografía, obtenidos en la Biblioteca Intercentro de la Universidad de Santiago de Compostela en la Facultad de Lugo. También he usado varias páginas web para completar la información, además de para ciertas descripciones, significados, y para las fotografías.

RESULTADOS Escogí estas dos razas por las diferencias, pero también por las similitudes que guardan entre ambas. En este trabajo descubriremos que el caballo árabe es una de las bases a partir de la cual han surgido muchas de las razas actuales, incluyendo en este grupo al pura sangre inglés. Ambos caballos se han seleccionado y criado para mejorar sus cualidades físicas, tales como la resistencia y la velocidad, siendo ambos una buena opción para una competición de velocidad. Si en algo difieren, es en el carácter. El árabe

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es un caballo dócil, inteligente y es más afectuoso hacia el hombre. En cambio, el pura sangre inglés es más nervioso, enérgico e insensible, además de inteligente y valiente, pero en general es un carácter que puede volverse difícil si no se sabe lidiar con él. También se pueden distinguir algunas diferencias físicas. Debido a la variedad de razas, sus características físicas son muy variables, aunque podemos encontrar algunas en común. El caballo doméstico tiene una cabeza amplia, cuello largo y grueso, cola larga y peluda, orejas cortas y erguidas y patas relativamente largas, que terminan en pezuñas. Cada caballo cuenta con una pezuña constituida por un solo dedo, por lo que se le considera un animal ungulígrado. Sus ojos son los más grandes de los animales terrestres, y están ubicados a los lados de la cabeza, lo que les brinda un campo visual de 350º, su sentido auditivo es bueno, y puede mover el pabellón de la oreja hasta 180º, su olfato está bien desarrollado, y es capaz de distinguir los sabores de los alimentos y mostrar preferencia por algunos de ellos.

ÁRABE Historia El caballo árabe es una de las razas puras mundialmente reconocido por sus destacables características físicas y psicológicas. Es uno de los más antiguos, pues hay restos arqueológicos de caballos árabes muy parecidos a los actuales que datan de 4.500 años (2000 A.C). Fueron descendientes inmediatos de los caballos primitivos o prehistóricos que habitaban estepas del continente africano y europeo mucho antes de la aparición del hombre. Estos caballos se desarrollaron en un ambiente desértico, originándose en Oriente Medio, concretamente en Arabia. La raza era apreciada por los nómadas beduinos, quienes los protegían del temporal en sus propios hogares. Estos “moradores del desierto” supieron aprovechar los beneficios de este animal, y aplicaron por primera vez el concepto de cría y selección, buscando la mayor resistencia y velocidad. Esto creó una cercana relación “caballo – humano”, que facilitó un rápido aprendizaje por parte del cuadrúpedo. A parte de esta cualidad dócil, también presentaba una gran velocidad, un estado de alerta y un fuerte carácter ideal para las batallas, lo que fomentó el entusiasmo de los combatientes por la posesión de tan útil elemento de la victoria. Debido a las guerras, al comercio, a su fuerza, resistencia e inteligencia, este caballo se esparció y extendió por todo el mundo. Respecto a su evolución, y como ya hemos mencionado anteriormente, el caballo árabe proviene del desarrollo del caballo prehistórico que habitaba las estepas asiáticas y europeas antes ya de que apareciera el ser humano. Se cruzó con varias razas con el fin de mejorar características, lo que provocó que dentro de la misma raza surgieran

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diferentes líneas de caballo árabe muy parecidas entre sí pero que también manifestaban ciertas diferencias. En primer lugar, tenemos la raza llamada Kuhaylan. En esta línea de caballos se sitúan aquellos de complexión más fuerte y poderosa, y se cree que a partir de este tronco se desarrollaron las demás líneas. A continuación, encontramos a los caballos árabes denominados Saqlauis, que son aquellos caballos más estéticos y con más belleza. Ya en último lugar se ubica la variedad de Muniqui, que corresponde a los caballos cuyas aptitudes son más propias y cercanas a la velocidad y agilidad. Luego hay líneas, sublíneas y familias hasta un total de unas doscientas cuarenta. Los caballos árabes compiten hoy en muchos campos de actividad ecuestres, destacando el de la resistencia, lo que los hace una de las diez razas de caballo más populares en el mundo y a su vez el equino con las mejores características físicas del mundo. Los caballos árabes hoy se pueden encontrar en todo el mundo, incluyendo Polonia, Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Australia, México, República Dominicana, Europa continental, Sudamérica (especialmente Brasil y Chile), y en su tierra de origen, el Medio Oriente. Se puede decir que, de algún modo la raza árabe ha contribuido a la formación de virtualmente todas las razas modernas de caballos, es decir, es una raza fundadora, no derivada.

Características físicas Este caballo se clasifica dentro del tipo “árabe”, y se deben cumplir cinco elementos para pertenecer a esta categoría. Estos elementos se encuentran en la cabeza, cuello, lomo, grupa y cola. La conformación debiera de relacionar formas a funciones y para que sea correcta debería hacer referencia directa a dos factores: que sea apropiada a los usos que se da al caballo, y que evite algunos defectos que tornen al caballo insano durante su uso. Esta correcta conformación ha sido un eterno objeto de controversia y sigue siéndolo hoy día. Algunos caballos considerados bellezas de conformación no son funcionales, o bien no se relacionan con las potenciales habilidades físicas o con la máxima salud del caballo. En suma, son bastante subjetivas, con preferencias socialmente generalizadas. El haberse criado en ambientes y parajes duros, marcó mucho su evolución y desarrollo, algo que se puede apreciar sobre todo en su cuerpo robusto y fuerte, aunque generalmente es más reducido y más bajo que la mayoría de las otras razas. El estándar de alzada para los caballos árabes, según la Federación Ecuestre Estadounidense, describe al árabe de pie entre 143,3 cm y 153,4 cm, es decir, es una raza especialmente grande, sino más bien de pequeñas dimensiones. Aun así, todos los caballos árabes sin importar su altura son clasificados como "caballos", aunque 148 cm es la altura que divide los caballos de los ponis.

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Su pelaje puede tener varias tonalidades. En realidad, encontramos caballos árabes en prácticamente todos los colores, aunque los más característicos o arraigados a este tipo de raza sean los colores tordo y alazán. Además, tienen una crin sorprendentemente fina. La cabeza de estos caballos es refinada y de perfil cóncava con una frente muy amplia y unos ojos verdaderamente grandes, expresivos y prominentes. La nariz, con los orificios nasales grandes, separados y más bajos comparados con otras razas, contrasta con su pequeño hocico en forma acuñada. Muchos caballos árabes también tienen un pequeño aumento en la frente entre los ojos, llamado "jibbah" por los beduinos, que añade más capacidad en los senos paranasales, se cree que esto les sirvió en su natal clima seco del desierto. Las orejas acostumbran a estar inclinadas y tienen un cuello de cisne. Los caballos árabes de buen linaje poseen caderas profundas y bien anguladas, y hombros con buena caída. Normalmente poseen una estructura ósea fuerte y densa, patas fuertes y buenas paredes en los cascos, aunque tiene una espalda más bien corta, con unos cuartos traseros no muy exagerados, además de un torso cóncavo. A modo de curiosidad, algunos ejemplares de caballos árabes no tienen solamente 5 vértebras lumbares en lugar de 6, que es lo habitual. Esto conduce a la reducción inmediata de un par de costillas (17 costillas en vez de 18). Otras características distintivas son su trasero relativamente largo y nivelado y su cola en alto, que gracias a la ausencia de la última vertebra, puede levantar de manera majestuosa y altanera. Los árabes tienen balance natural, agilidad y empuje, cualidades originalmente esenciales para un caballo de guerra en el desierto, y que hoy se ven en varias disciplinas competitivas. Y podemos decir con seguridad que es un caballo deportivo, de trabajo, de carrera y generador y mejorador de razas.

Carácter del caballo En cuanto a su carácter se refiere, hemos de señalar que es uno de los caballos más sensibles e inteligentes jamás visto. Su docilidad y tranquilidad le han permitido situarse entre las razas más preferidas por los criadores y amantes de los caballos. Sin embargo, su inteligencia también les permite aprender malos hábitos con la misma rapidez con la que aprenderían buenos hábitos. Rápidamente pueden perder la confianza en un jinete inexperto y no toleran prácticas de entrenamiento ineptas y abusivas. Otra de las características por las que es apreciado es por su actitud afectuosa hacia los humanos, lo que hace de este caballo uno magnífico para su trato y adiestramiento. Tiene una gran energía que les permite dominar en carreras de resistencia y tomar parte en muchos campos y actividades ecuestres aparte de las competiciones de físicas y de carreras. [6]

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Los caballos árabes poseen un carácter activo y animoso; son caballos veloces, ágiles, y resistentes. Es por eso por lo que son hoy una de las pocas razas en las que la United States Equestrian Federation permite que niños/niñas demuestren sementales en eventos competitivos limitados a jinetes menores de 18 años.

Curiosidades Como hemos comentado anteriormente, algunos ejemplares de caballos árabes no tienen solamente 5 vértebras lumbares en lugar de 6, que es lo habitual. Esto conduce a la reducción inmediata de un par de costillas (16 costillas en vez de 18). Es decir, estos caballos tienen menos huesos ya que tienen dos costillas y una vértebra menos que los demás caballos. Así, un caballo árabe puede cargar un jinete pesado con facilidad, aunque sea pequeño. Circulan múltiples historias sobre el caballo árabe, pero destaca la leyenda de que Alá creó al caballo con un puñado de arena de desierto y viento. Dicen también que es el caballo capaz de “volar sin alas”, y no es de extrañar semejante atribución por su rapidez y elegancia al andar. La tradición árabe indica que el profeta Mahoma que tras acampar junto a un río, mandó encerrar una manada de caballos en una cueva, donde los tuvo siete días sin beber. Luego, ordenó soltar a los animales, que corrieron hacia el agua. El profeta los llamó, los corceles le ignoraron y se lanzaron a saciar su sed, sin embargo cinco yeguas volvieron y acudieron a la llamada de su amo. El profeta, feliz, bendijo a las yeguas y las bautizó: Kuhayla (fuerza), Saqlaui (belleza) y Muniqui (rapidez) y según la tradición, los purasangre árabes descienden solamente de estos animales. Como muchos dueños de caballos en Europa y América prefieren animales más altos, el caballo árabe ha sido cruzado para añadir altura, y hoy muchos árabes miden entre 152,4 y 162,6 cm. "El polifacético árabe" es el lema de la raza. Se les prefiere especialmente por su aguante. En cuanto a la alimentación, no difiere a la de otras razas equinas, aunque es cierto que existen pocos conocimientos sobre este ámbito en comparación con otras especies. Como ya hemos mencionado, los árabes son hoy una de las pocas razas en las que la United States Equestrian Federation permite que niños/niñas demuestren sementales en eventos competitivos limitados a jinetes menores de 18 años. Por otro lado, al árabe también se le clasifica como una raza de "sangre caliente", una categoría que incluye otros caballos refinados y de carácter fuerte que se cruzan para obtener velocidad, como el pura sangre inglés y el bereber.

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Actualmente se están criando árabes exclusivamente para competencias de "belleza", sin tomar en cuenta el temperamento y la salud de los animales, estos especímenes presentan problemas graves de salud (por ejemplo, sus narices están demasiado achatadas como para poder respirar debidamente, entre otras muchas características) debido a la selección en busca de perfección para poder satisfacer al ojo humano. El temperamento se ve también afectado: estos animales se presentan extremadamente ansiosos, inquietos, testarudos, poco cooperativos e incluso más agresivos que sus contrapartes verdaderamente árabes, que mantienen las características de la raza al igual que hace muchos años atrás.

www.equisens.es

PURA SANGRE INGLÉS Historia El pura sangre inglés es una raza de caballos desarrollada en el siglo XVIII en Inglaterra, cuando yeguas madres inglesas, normalmente seleccionadas por su morfología externa, fueron cruzadas con sementales árabes, berberiscos, españoles y Akhal Teke importados a Inglaterra desde el Oriente Medio a finales del siglo XVII y

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principios del XVIII. Estos caballos fueron el Darley Arabian (1704), el Godolphin Arabian (1728), (o el Goldophin Barb), y el Byerly Turk (1689). El nombre de estos animales venía determinado en primer lugar por el apellido de sus propietarios británicos (Darley, Godolphin y Byerly) y en segundo por su lugar de procedencia (Arabian, Barb y Turk). Por el contrario, el origen de las yeguas era de lo más variado, aunque estudios genéticos recientes han demostrado que la mayoría procedían de Inglaterra e Irlanda, aunque algunas de ellas también eran originarias de Oriente Medio y de la Península Arábiga. Estudiando el ADN mitocondrial, se sabe que la contribución británica e irlandesa es la más importante. La genética parece indicar que las yeguas británicas e irlandesas suponen el 61%, las provenientes de Oriente Medio el 31% y las de la península arábiga tan sólo el 8% restante. Hoy los pura sangre ingleses, descendientes del más famoso de todos los caballos de carreras, son la raza más rápida y cotizada del mundo. Aglutinan a su alrededor una floreciente industria, sustentada tanto en la cría como en la competición.

Características físicas El pura sangre inglés es una de las razas de “sangre caliente” más famosas a nivel mundial. Su gran velocidad y su capacidad de resistencia le han otorgado el primer puesto como caballo de carreras, tanto de corta como de larga distancia. Pese a que los pura sangres son primariamente criados para correr, también pueden ser utilizados para equitación y otros entrenamientos combinados debido a su condición atlética. Un purasangre mide entre 1’60 y 1’80 metros de alzada, y su pelaje, corto y sedoso, puede ser castaño, zaino, alazán o tordo. La cabeza es de perfil rectilíneo, larga y fina. Se trata de caballos bien proporcionados y con patas y cuello largos y finos. Posee un hocico musculoso, un dorso ancho y recto con unos hombros largos e inclinados, ojos en forma de almendra que tienden a subir hacia el cráneo. Su cola es larga y abundante, y sus patas poseen un exceso de pelo. Su espalda es profunda y muy bien musculada que tiende a estar un poco inclinada. Los pura sangre pueden presentar manchas blancas en cara y extremidades, aunque tienden a tener pelajes oscuros cuerpo (algunos genes relativos al color, usualmente encontrados en ejemplares alazanes, traen como consecuencia algunos pelos o manchas blancas). Su pelo es muy fino, denso y radiante. A diferencia de otras razas el pura sangre no tiene un estándar bien determinado y su única condición, como su propio nombre indica, es que no existan cruces en ninguno de sus antecesores. Tal es la importancia de este factor que desde su creación no se ha mezclado con otras líneas de sangre.

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Existen variaciones en cuanto a su tamaño y conformación (estructura y apariencia del caballo), y los compradores de potenciales caballos de carrera los seleccionan según su conformación, su “papel” (su pedigree y campaña de pista de sus ancestros) y su salud. El pura sangre es criado principalmente para correr al galope, con montura. Los compradores de “sprinters” (caballos que correrán distancias cortas, hasta la milla), generalmente seleccionan caballos más musculares; aquellos interesados en entrenar para las distancias “clásicas”, llamados caballos de fondo, sobre la milla generalmente seleccionan ejemplares más esbeltos, con las extremidades más largas. Podemos clasificar a los caballos de carrera según su conformación:    

Sprinter: muy rápido, pero poco resistente, excelente en los 1000 metros. Miler (o caballo de fondo): rápido y más resistente mejor para los 1600 metros. Stayer: menos rápido, mejor equilibrado y más resistente, muy bueno para los 2600 metros Steeple chaser: más grande y más extendido, dotado de una osamenta más fuerte, apto para las carreras de obstáculos.

Algunas familias de pura sangre se diseñan y entrenan para correr en arena y otras para correr en césped, como usualmente se encuentran en Europa. Pueden existir incluso diferencias morfológicas entre animales criados para correr en una o en otra. Muchos expertos en la adquisición de purasangres intentan predecir el potencial de un potro determinado observando su balance estructural de manera general, lo atlético y su disposición al caminar, la inteligencia que muestran y la correcta conformación de sus patas. Los compradores de caballos más caros con frecuencia contratan expertos veterinarios para que examinen y les informen de la condición del aparato respiratorio de un caballo, la salud de su estructura ósea y el tamaño de su corazón. Muchos científicos creen que los mejores entre esos caballos de pura sangre han llegado casi al límite fisiológico de la especie, lo que se debe en parte a que los dedicados a su cría han seleccionado los genes que mejoran la velocidad, la resistencia, la capacidad pulmonar y la fuerza muscular. Es la raza perfecta para el deporte, ya que es una de las pocas diseñadas exclusivamente para ello. Por tanto...


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