Trabajo lengua los santos inocentes PDF

Title Trabajo lengua los santos inocentes
Course Lengua Castellana y Literatura
Institution Bachillerato (España)
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Trabajo 2 los santos inocentes...


Description

GUIÓN 1.

INTRODUCCIÓN...............................................................................................2

2.

CLASES SOCIALES..........................................................................................3 2.1 OPRESORES....................................................................................................3 2.2 OPRIMIDOS.....................................................................................................6 2.3.EL PAPEL DE LA IGLESIA.........................................................................13

3. 4.

CONCLUSIÓN..................................................................................................14 BIBLIOGRAFIA...............................................................................................15

1. INTRODUCCIÓN Los santos inocentes es una novela escrita por Miguel Delibes, publicada en 1981, ambientada en un cortijo de Extremadura en los años 60. Según algunos autores esta obra puede ser considerada “una novela de personaje” ya que se establece una relación entre los personajes y el autor, que nos quiere transmitir la situación de la época, en base a los distintos personajes y su diferencia social. Los santos inocentes tiene una peculiaridad a la que tuve que acostumbrarme para entender según que partes de la obra y el hecho que este dividida en libros o capítulos también me desorientó notablemente, pero gracias a haber visto la película previamente podía poner cara a los personajes y poder comprender mucho mejor sus rasgos psíquicos. “La gama de personajes que aparece en Los santos inocentes denota la firme preocupación del autor por el ser humano. Adorna la vida rutinaria de los personajes, las ideas, las pasiones de cada uno con anécdotas significativas en sus vidas; el resultado es la confrontación entre pasiones y modos de vida extraordinariamente dibujados.”(Lozano et al., 2009, p.30) La manera que he elegido para organizar el trabajo ha sido la que me parecía más sencilla: personajes opresores, son aquellos que tenían un gran poder, toda la fuerza y la presencia se centra en el Señorito Iván, la Iglesia que tenía un poder intermedio, personajes oprimidos, son aquellos que desempeñaban los trabajos más forzosos y apenas tenían poder, conviven en la humildad y la miseria pero cada uno la afronta de diferente manera: en la felicidad, en el silencio, en la lucha… y por último, otros personajes que no tienen gran importancia en la obra. La historia siempre ha estado divida en estos dos grupos sociales y la novela personifica perfectamente como era esta división en la España franquista y rural de la postguerra. Una vez terminada la lectura ,me decanté por hacer el trabajo sobre: La desigualdad social que muestra la obra de Los santos inocentes.

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2. CLASES SOCIALES 2.1 OPRESORES En el inicio de la guerra civil española (1936) la aristocracia luchó defendiendo el fascismo, mientras que muchos pueblerinos lo hicieron defendiendo la república. Al finalizar la guerra (1939) y gracias al triunfo de los fascistas, la aristocracia recuperó las grandes extensiones de tierra que ya poseía anteriormente. Los opresores de Los santos inocentes corroboran la combinación de la aristocracia y los latifundios, dejando claro el lugar que ocupan en la sociedad. Leyendo en profundidad la obra se puede observar el sentido crítico político que pretende mostrar Delibes en su obra. La diferencia social y económica entre los opresores (aristocracia) y los oprimidos (clase trabajadora). Tal clasificación ya la hizo anteriormente Marx y Engels en su obra Manifiesto comunista (1948). Estos autores establecieron que la sociedad siempre se había dividido en dos grandes grupos sociales: opresores y oprimidos. Las grandes diferencias sociales en la obra nos llevan a una situación de división: En primer lugar están los poderosos, los que están arriba, los que tienen el dinero y el poder: Iván y La Señora Marquesa, que se ordenan en

dos bloques bien

diferenciados. Unos encarnan el poder ideológico, La Señora Marquesa, que se apoya en la fidelidad supersticiosa de los de abajo (posición de privilegio) “…se quedó deslumbrada ante la púrpura, sin saber qué partido tomar, a ver, que, en principio, en pleno desconcierto, dio dos cabezadas, hizo una genuflexión y se santiguó, pero la Señora Marquesa la apuntó desde su altura inabordable…” Libro segundo, p.99 “...toma, para que celebréis en casa mi visita…” Libro cuarto, p.145 Parece un acto generoso por su parte, sin embargo, su obligación es repartir un salario a los obreros de la finca por su labor:

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“…la Señora es buena para los pobres…”Libro cuarto, p. 145

Para finalizar, he de destacar otro momento de la obra, en la que la Marquesa muestra su preeminencia. Al atardecer, y para celebrar su visita, los criados celebraban un homenaje a su Señora: “… ¡viva la Señora Marquesa! y ¡que viva por muchos años!..” Libro Cuarto. p.145 Mientras ella desde la ventana, levanta los dos bazos dándoles las buenas noches. Los brazos extendidos en alto es un gesto de dominación, amenaza y protección paternalista. Esta actitud es la que suelen tener la mayoría de los dictadores. “…y la Señora, desde la ventana iluminada de sus habitaciones, a contraluz, levantaba los dos brazos, les daba las buenas noches y a dormir…”Libro tercero, p.112 Así pues, se ve reflejado en la Marquesa un claro papel dictatorial, hecho que también se manifiesta en su hijo, el señorito Iván. Otros encarnan el poder fáctico, el Señorito Iván. Se compara al “caciquismo” con Iván porque es un hombre dueño de unas tierras que hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere. Él es el dueño de su mundo, y así lo representa Delibes en la obra. El “caciquismo” es el sustantivo que se le atribuyó a la situación política durante los años de la Restauración borbónica. Los llamados “caciques” se encargaban de controlar y manipular los votos de todas las personas, de manera que saliera un partido político u otro. A esta situación se le conoce como bipartidismo.

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Actúa como un caudillo para el que las personas solo tienen una importancia relativa mientras le prestan algún servicio. Cuando ya no le sirven, sea por enfermedad, por vejez, o por cualquier otro motivo, los deja, olvida y desprecia. “Crespo, no me dejes de la mano a esos muchachos, Paco, el Bajo, ya va para viejo y yo no puedo quedarme sin secretario” Libro segundo, p.95 Como la mayoría de aristócratas de esa época, Iván tiene una personalidad fascista. Heredada, por su puesto, del nuevo régimen que se instauró en España en 1939. Es característico en este personaje el calificativo “maricón” para todas las personas o situaciones. Su verdadero significado por la Real Academia Española es “hombre afeminado y de poco ánimo y esfuerzo” además de “hombre homosexual”. Tal y como lo emplea Iván en la obra, la palabra “maricón” o “mariconería” significa debilidad, falta de voluntad y poca hombría: “… ¿qué te pasa ahora, Paco, coño? ya es mucha mariconería esto, ¿no te parece?...” Libro cuarto, p. 144 Este calificativo peyorativo, unido al sentimiento fascista, muestra la actitud xenófoba de este personaje: “… ¿te fijas? el maricón del francés no distingue un arrendajo de una perdiz…” Libro segundo, p.103

Tales actitudes xenófobas surgen del miedo a lo extranjero y desconocido y, de un sentimiento de inferioridad y rechazo.

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2.2 OPRIMIDOS La obra de Miguel Delibes es una dicotomía, es decir, presenta una realidad desde dos perspectivas diferentes. Una de estas perspectivas es la que ya se ha comentado en el apartado anterior, los opresores. La otra es la de los oprimidos. Estos personajes son Paco, el Bajo, Régula, Quirce, Rogelio, Nieves, la Niña Chica y Azarías. El nivel de opresión de cada personaje es distinto, pues cada uno de ellos reacciona y piensa de forma diferente. Así como Paco el bajo y Régula acatan cualquier norma, sea justa o injusta, que se les imponga, sus hijos pretenden librarse de las ataduras del Cortijo evadiéndose hacia distintos caminos. La Niña Chica y Azarías son dos personajes indiferentes a la opresión. Aunque son gente ilota y explotada viven en su mundo, donde no existe la opresión ni las injusticias. Es por esta razón por la que se han incluido en otro apartado distinto a este. Paco, el Bajo es el personaje que más ejemplifica la opresión y la humillación en la obra. No es una casualidad que Delibes le haya puesto de nombre “Paco, el Bajo” que, además de por su altura, lo bajo representa lo detestable, lo inferior, la mala calidad, lo grosero, lo basto. Además de ser un hombre oprimido, es una persona ingenua. Incluso es capaz de actuar en contra de sus propios sentimientos para agradar a sus amos: “…niña, a ti estos pleitos de la Casa de Arriba, ni te van ni te vienen, tú allí, oír, ver y callar,…” P.59 Tiene un prodigioso sentido del olfato, característica por la que el Señorito Iván lo tiene como uno de sus mejores empleados. Pero del mismo modo que esta cualidad le acerca a su opresor, hace que su vida sea más desgraciada, si cabe. Sin embargo, el sometimiento de Paco no es solo por parte del señorito Iván, sino también por él mismo. Se podría calificar auto sometimiento, tal y como dice Adrián Huici en su obra: “como hemos visto, Iván lo somete a las peores humillaciones, lo cual suscita una fuerte reacción de repulsa por parte del lector-espectador, pero no

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menos cierto es que Paco parece aceptar ese tratamiento como algo que está en la naturaleza de las cosas…, por lo que su sometimiento acaba siendo auto sometimiento, lo cual hace aún más monstruosa, si cabe, la relación con su amo.” Por otro lado, acentúa el trato animal que recibe por parte del señorito comportándose como tal. Actúa igual que los perros, tomando esta actitud como correcta si con ello agrada a su amo. “Paco el Bajo, se ponía caliente, como un perdiguero, que no podía aquietarse, que era superior a sus fuerzas, se asomaba acuclillado al borde la pantalla y decía, ¡Suélteme, señorito, suélteme! Y el señorito Iván, secamente ¡Para quieto, Paco! Y él, Paco el Bajo, ¡Suélteme, por su madre se lo pido, señorito!” . Libro segundo, p.104 Régula, al igual que Paco, es una persona aleccionada para servir. Esta actitud se refleja en la frase “a mandar, que para eso estamos” tan característica suya. Pero, a diferencia de su marido, se percibe en Régula un escepticismo originado en un discernimiento más realista y claro. Es capaz de ver su verdadera situación y de saber lo que le espera en el futuro. Aunque es una persona realista, aplica razones extra mundanas a sus desgracias. Esto quiere decir que no sabe ver, o no quiere ver, la verdadera realidad. No tienen una vida desgraciada porque Dios lo haya querido, sino porque están bajo el mando de los opresores. Esto se refleja en su expresión “buena cruz nos ha caído”. Independientemente de cuáles sean las razones de sus desgracias, sean los opresores o Dios, Régula no se rebela. Tal y como dice Paulo Freire en su ensayo: “Hasta el momento en que los oprimidos no toman conciencia de las razones de su estado de opresión, “aceptan” fatalistamente su explotación.” Nieves y Quirce, ambos hermanos tienen el deseo de evadirse.

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A diferencia de sus padres, ninguno quiere estar sometido a los malos tratos de los señoritos. Quirce se resiste a aceptar el fatalismo de su condición de pobre, de siervo y alimenta un rencor que sólo se expresa en su hosquedad. El Quirce es símbolo de la insubordinación y el anti sedentarismo de los humildes. Nieves es una persona inteligente a pesar de la época en la que se encuentra y de su condición social. Probablemente, si hubiera nacido en el seno de una familia adinerada, podría haber aspirado a trabajos más elevados que el que obtiene en el Cortijo. Aunque se omite en el filme, en la obra original aparece el deseo de Nieves por hacer la Comunión. Pero esta pretensión no surge por devoción católica, sino por lo que implica este sacramento: una celebración y un traje elegante. Surge este deseo en ella al ver al señorito Carlos Alberto tan elegante. No hay que pasar por alto la palabra “extasiada” que emplea Delibes para describir a Nieves en ese momento: “…se sentía transfigurada por la presencia del niño, el Carlos Alberto, tan rubio, tan majo, con su traje blanco de marinero, y su rosario blanco y su misalito blanco, de manera que, al servirle, le sonreía extasiada…” Libro segundo, p.102 “Extasiada” significa “fuera de sí”. Se debe interpretar por esta definición que Delibes quería reflejar el deseo de Nieves por salir de su condición social, aunque solo fuera durante un día. Al igual que su hermano, Nieves siente el deseo de evadirse. El a través del desarrollo de una destreza técnica que les permita trabajar fuera del Cortijo y, ella a través de la Comunión. El verdadero protagonista de esta obra es Azarías. Se podría pensar que esta afirmación es errónea, pues lo que se ve a primera vista es un hombre con problemas mentales, incapaz de asearse o de cumplir ninguna labor verdaderamente útil. De esta manera, el título de la obra Los santos inocentes podría estar relacionado con este personaje, del cual no se sabe si es un loco o un inocente.

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El título de la obra no es ocasional. Como hecho del cristianismo, los santos inocentes son aquellos niños nacidos en Belén, menores de dos años, que murieron bajo la orden de Herodes, quien quería acabar con el recién nacido Jesús de Nazaret. Así pues, se vuelve a insistir en la dicotomía que hace Delibes. Separa opresores de oprimidos, resaltando las maldades de uno y las estupideces del otro, respectivamente. Volviendo a Azarías, es el único personaje de la obra que puede vivir con cierta libertad, ya que es capaz de disfrutar de su propio mundo aislándose del exterior. Pero esta libertad no está ocasionada por una reflexión interna profunda, sino por su propio instinto natural. Por tanto, Azarías no ha conseguido ser un hombre (por decirlo de alguna manera) completamente libre puesto que, aunque es ajeno a todo lo que le rodea, sigue estando bajo el mando de los opresores del Cortijo. La locura de este personaje no es sino otra forma más de evadirse. Y lo que sorprende, tanto a los espectadores como a los mismos personajes de la obra, es su revelación: muerte al Señorito Iván. Según el Cristianismo, cuando Eva probó del fruto de la sabiduría se le abrieron los ojos, descubrió la maldad y fue expulsada del paraíso junto a Adán. Con Azarías ocurre algo similar. En el mismo momento en el que Iván mata a la milana, Azarías descubre el mal, puesto que anteriormente vivía en su mundo sin que nadie reparara en él, tal y como dice Huici: “…debemos decir que el conocimiento que adquiere, el que abre momentáneamente sus ojos, es la experiencia del mal, que irrumpe en su mundo y lo golpea de forma definitiva cuando el señorito le mata la milana.” De la misma manera en la que los pájaros vuelan por donde quieren, Azarías vaga a sus anchas por el Cortijo. A parte de esto, se debe hacer hincapié en sus “desahogos”, los cuales va depositando por todo el terreno de la finca. Se debe comparar este acto tan obsceno con la expresión “cagarse en algo o alguien”. En este caso es un hecho y aparece implícita la ironía de Delibes a la hora de escribir la obra. Ninguno de los personajes explicados anteriormente hubiera sido capaz de realizar semejante grosería. Sin embargo, el único que se atreve a hacerlo es una persona incoherente, ajeno al mundo y a la sociedad que le rodea y, claramente, con una discapacidad mental.

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Solo las personas que son completamente libres son capaces de realizar este tipo de actividades. Su cuñado, Paco el Bajo, va siempre detrás de él intentando esconder las heces, no solo porque sea algo repugnante, sino porque eso demostraría que dentro del Cortijo hay un hombre libre. Rechaza la educación impartida dentro del Cortijo. Dejando de lado su discapacidad mental, se debe señalar lo importante de este hecho. La educación es la base fundamental para que cualquier sociedad consiga ser verdaderamente libre. Por lo tanto, la educación que imparta cualquier opresor no ayuda al progreso de las personas, sino a su retroceso. Al rechazar Azarías la educación del Cortijo reivindica, de alguna manera, su libertad. Lo que consigue Delibes con este personaje es contrastar la maldad de los opresores con la inocencia infantil que posee Azarías. Al tener problemas mentales y tener la actitud de un niño, el espectador ve más monstruoso el personaje de Iván.

La niña chica sufre una enfermedad que no se especifica pero que claramente le impide moverse, mantener el cuerpo erguido y su sistema nervioso está completamente dañado, no tiene posibilidad de expresarse, ni se comunica. Probablemente sea la enfermedad más dura a la que una familia se puede enfrentar, ya que la niña es un “peso muerto” como una marioneta, no puede alimentarse ni controlar su intestinos. “Esta reiterada actividad, los gritos de dolor, pueden sólo interpretarse como el quejido constante y no escuchado de los individuos que nuestra sociedad oprime y margina.” (De la Puente, 1986, p.159) Debido a sus discapacidades, es por lo que la Régula dice que es una “inocente” al igual que Azarías. Por esto, ambos personajes guardan una estrecha relación, se entienden, y pese a sus diferencias son la misma cara de la marginación que crea la sociedad.

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2.3 MEDIADORES

Se incluyen en este apartado a don Pedro, doña Purita y a la señorita Miriam. Ninguno de estos tres personajes se puede clasificar dentro del grupo de los opresores, aunque tampoco dentro del grupo de los oprimidos. Miriam, que se compadece de los inferiores y que busca un acercamiento más humano a ellos. Es uno de los personajes más nobles y cuerdos de la novela. Siente verdadera pena por las desgracias ajenas, a diferencia de su madre, la señora Marquesa, y de su hermano, el señorito Iván. Aparece en la obra un episodio en el que defiende a Nieves delante de don Pedro, por querer hacer la Comunión: “…hasta que la señorita Miriam, compadecida, terció Y ¿qué mal hay en ello?” Libro segundo, p.106 Pero a pesar de todo, no sirve de nada compadecerse por los demás si no se va a actuar. La señorita Miriam, a pesar de ser una persona buena, no hace nada por evitar todas las injusticias que se cometen en el Cortijo. Lo único que es capaz de hacer es sentir compasión. Don Pedro y Doña Purita son un matrimonio, bastante desgraciado, que vive en la Casa Grande. Viven acomodados en una casa espaciosa, con una cama cómoda, cuartos de baño con agua corriente, etc. En comparación con la vivienda de Paco, el Bajo, la suya es, verdaderamente, un palacio. Don Pedro no es un hombre amable, pues no trata con verdadero respeto a los sirvientes y trabajadores de la finca: “…don Pedro, el Perito, el hombre, se medio incorporó, levantó el brazo, apuntó con el dedo y voceó tratando de concentrar la atención de todos, ¡Pues ahí tienen a la niña que ahora le ha dado con que quiere hacer la Comunión!” Libro segundo, p.105

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Aunque los señoritos lo traten de buenas maneras, sigue siendo un empleado más en el Cortijo. Sabiendo que su mujer le es infiel con el señorito y que se escapa de casa en su coche, es incapaz de decirle nada a Iván. Se podría deducir que en silencio sigue siendo un hombre oprimido, aunque él oprima a los estratos inferiores al suyo. Su mujer, doña Purita, es una mujer que vive de los lujos de su marido y nada trabajadora. De hecho, ni si quiera se encarga de llevar su propia casa (actividad que realizaban muchas mujeres adineradas en aquella época). En este caso, doña Purita no es una persona oprimida, ni por los señoritos ni por su marido, puesto que es indiferente a sus acusaciones. No es un opresor, aunque tampoco trata con demasiado respeto a los trabajadores. Es una mujer superficial a la que solo le interesa vivir una vida acomodada

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2.4 EL PAPEL DE LA IGLESIA.

Cuando Franco accedió al poder en el año 1939, la Iglesia le dio todo su apoyo. Este hecho no es extraño, puesto que en países ...


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