Trastornos de personalidad del Cluster B PDF

Title Trastornos de personalidad del Cluster B
Author Damián López Márquez
Course Medicina
Institution Universidad Autónoma de Durango
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Trastornos de personalidad del Clúster B Los pacientes con trastornos de personalidad de este grupo, se denominan dramáticos, emotivos y desorganizados, y presentan patrones conductuales marcados por la inestabilidad emocional, por reacciones emocionales intensas y cambiantes, por una tendencia a los comportamientos impulsivos y por una deficiencia en su capacidad empática en la relación con los demás. a. Trastorno antisocial de la personalidad Presentan estos pacientes, un patrón persistente de abuso, violación de los derechos y utilización del prójimo. Los pacientes antisociales tienden a verse asimismo como personas fuertes, autónomas, solitarias y con derechos a coger y usar a los demás a su placer. Tienden a ver a los demás como objetos, produciéndose una cosificación del otro, que le sume en un rol de individuo al cual se le puede explotar y que resulta vulnerable a sus manipulaciones y utilizaciones egoístas. Con frecuencia la entrevista con pacientes con este diagnóstico puede resultar fácil, pero esconde una manipulación sistemática del entrevistador para satisfacer los intereses, los que fueren, del entrevistado. • Criterios diagnósticos a. Patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems: −Fracaso para adaptarse a las normas sociales respecto al comportamiento legal, como indica la perpetración repetida de actos que son motivo de detención. −Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, o estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer. −Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro. −Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones. −Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás. −Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas. −Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros.

b. El sujeto tiene al menos 18 años. c. Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la edad de 15 años. d. El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o de un episodio maníaco. • Diagnóstico diferencial A diferencia del antisocial, los pacientes con personalidades narcisistas no suelen presentar antecedentes de trastornos conductuales en la infancia, y lo que busca el narcisista es la utilización del otro para satisfacer sus necesidades de admiración. No presentan los narcisistas los comportamientos agresivos e impulsivos que presenta el antisocial y sobre todo le diferencian del antisocial, su sentimiento de superioridad y sentirse especiales20. En cuanto al paciente con un trastorno histriónico de la personalidad, éste puede presentar también conductas antisociales aunque se diferencia del antisocial en que la búsqueda es la de ser el centro de atención y gratificar sus necesidades de admiración. En el TLP aparecen alteraciones severas de las relaciones interpersonales, pero el paciente límite busca en relación al otro, la necesidad de mantener la constancia en su presencia y evitar ser abandonado, mientras que el antisocial pretende una utilización del prójimo sacando un provecho en beneficio de si mismo.

Características diagnósticas La característica esencial del trastorno antisocial de la personalidad es un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que comienza en la infancia o el principio de la adolescencia y continúa en la edad adulta. Este patrón también ha sido denominado psicopatía, sociópata o trastorno disocial de la personalidad. Puesto que el engaño y la manipulación son características centrales del trastorno antisocial de la personalidad, puede ser especialmente útil integrar la información obtenida en la evaluación clínica sistemática con la información recogida de fuentes colaterales. Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo El trastorno antisocial de la personalidad se presenta asociado a un bajo status socioeconómico y al medio urbano. Se ha llamado la atención acerca de que, a veces, el diagnóstico puede ser aplicado erróneamente a sujetos de un medio en el que un comportamiento del tipo del antisocial forma

parte de una estrategia protectora de supervivencia. Al evaluar los rasgos antisociales, al clínico le será útil tener en cuenta el contexto social y económico en el que ocurren estos comportamientos. Por definición, la personalidad antisocial no se puede diagnosticar antes de los 18 años. El trastorno antisocial de la personalidad es mucho más frecuente en los varones que en las mujeres. Ha habido un cierto interés en considerar si el trastorno antisocial de la personalidad podría infradiagnosticarse en las mujeres, sobre todo por el hecho de que en la definición del trastorno disocial se insiste de manera especial en los ítems de agresividad. Prevalencia La prevalencia total del trastorno antisocial de la personalidad en las muestras de población general es aproximadamente del 3 % en los varones y del 1 % en las mujeres. Las estimaciones de la prevalencia en poblaciones clínicas han variado entre el 3 y el 30 %, dependiendo de las características predominantes de las muestras. En los lugares de tratamiento de abuso de sustancias y en la cárcel o en el marco forense, se han encontrado cifras de prevalencia incluso más elevadas.

Curso El trastorno antisocial de la personalidad tiene un curso crónico, pero puede hacerse menos manifiesto o remitir a medida que el sujeto se va haciendo mayor, especialmente hacia la cuarta década de la vida. Si bien esta remisión suele ser más clara por lo que respecta a involucrarse en comportamientos delictivos, es probable que se produzca un descenso en el espectro completo de comportamientos antisociales y de consumo de sustancias. Patrón familiar El trastorno antisocial de la personalidad es más frecuente en los familiares de primer grado de quienes tienen el trastorno que en la población general. El riesgo de los parientes biológicos de las mujeres con el trastorno tiende a ser superior al riesgo de los parientes biológicos de los varones con el trastorno. Los parientes biológicos de las personas con este trastorno también tienen un mayor riesgo de presentar trastorno de somatización y trastornos relacionados con sustancias. Sin embargo, en estas familias hay un aumento de la prevalencia de todos estos trastornos tanto en varones como en

mujeres, en comparación con la población general. Los estudios de adopción indican que tanto los factores genéticos como los ambientales contribuyen al riesgo para este grupo de trastornos. Los hijos adoptivos y los biológicos de padres con trastorno antisocial de la personalidad tienen un riesgo elevado de presentar trastorno antisocial de la personalidad, trastorno de somatización y trastornos relacionados con sustancias. Los niños adoptados se parecen a sus padres biológicos más que a sus padres adoptivos, aunque el entorno de la familia de adopción influye en el riesgo de presentar un trastorno de la personalidad y la psicopatología relacionada.

Diagnóstico diferencial El diagnóstico del trastorno antisocial de la personalidad no se establece en sujetos cuya edad sea menor de 18 años y sólo se establece si hay historia de algunos síntomas de trastorno disocial antes de los 15 años. En las personas mayores de 18 años sólo se realiza el diagnóstico de trastorno disocial si no se cumplen los criterios para el trastorno antisocial de la personalidad. Otros trastornos de la personalidad se pueden confundir con el trastorno antisocial de la personalidad porque tienen algunas características en común. Por tanto, es importante distinguir entre estos trastornos basándose en las diferencias de sus rasgos característicos. Sin embargo, si un individuo presenta rasgos de personalidad que cumplen criterios para más de un trastorno de la personalidad además del trastorno antisocial de la personalidad, pueden diagnosticarse todos estos trastornos. Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad y trastorno narcisista de la personalidad comparten la tendencia a ser duros, poco sinceros, superficiales, explotadores y poco empáticos. Sin embargo, el trastorno narcisista de la personalidad no incluye las características de impulsividad, agresión y engaño. Además, los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad pueden no estar tan necesitados de despertar admiración y envidia en los demás, y las personas con trastorno narcisista de la personalidad no suelen tener historia de trastorno disocial en la infancia o de comportamiento delictivo en la edad adulta. Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad y con trastorno histriónico de la personalidad comparten una tendencia a ser impulsivos, superficiales, buscadores de sensaciones, imprudentes, seductores y manipuladores, pero las personas con trastorno histriónico de la personalidad tienden a ser más exageradas en sus emociones y no se suelen involucrar en comportamientos antisociales. Los sujetos con trastornos histriónico y límite de la personalidad son manipuladores para obtener atención, mientras que los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad son manipuladores

para sacar un provecho, lograr poder u otra gratificación material. Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad tienden a ser menos inestables emocionalmente y más agresivos que los que presentan un trastorno límite de la personalidad.

Criterios para el diagnóstico de Trastorno antisocial de la personalidad A. Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems: (1) fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención (2) deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer (3) impulsividad o incapacidad para planificar el futuro (4) irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones (5) despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás (6) irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas (7) falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros B. El sujeto tiene al menos 18 años. C. Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la edad de 15 años. D. El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maníaco.

Trastornos de la personalidad Aunque algunos de estos individuos pueden parecer encantadores en la superficie, muchos son agresivos y tienden a la irritabilidad. Sus comportamientos irresponsables afectan casi todas sus áreas de vida. Además del consumo de sustancias, pueden incurrir en peleas, mentiras y conducta criminal de todo tipo

concebible: robo, violencia, argucias, y maltrato de hijos y cónyuge. Pueden referir sentimientos de culpa, pero no parecen sentir remordimiento genuino por su comportamiento. No obstante pudieran referir problemas somáticos múltiples y en ocasiones tienen intentos suicidas, sus interacciones manipuladoras con otras personas hacen difícil determinar si sus malestares son genuinos. Los criterios del DSM-5 para el TPA especifican que, desde antes de los 15 años, el paciente debe tener antecedentes que respaldan el diagnóstico de un trastorno de la conducta; este comportamiento debe haber persistido e incluso aumentado durante la edad adulta, con por lo menos cuatro síntomas de TPA . Hasta 3% de los varones, pero sólo cerca de 1% de las mujeres, padece este trastorno; se identifica en alrededor de tres cuartas partes de los prisioneros recluidos en cárceles. Es más frecuente que en poblaciones de condición socioeconómica más baja y tiene distribución familiar; es probable que tenga tanto una base genética como ambiental. El TPA es un trastorno grave, para el cual no existe tratamiento efectivo conocido. Así, se trata de un diagnóstico de último recurso. Antes de establecerlo, deben redoblarse los esfuerzos para descartar otros trastornos mentales mayores y TP.

Asociaciones con psicopatía El trastorno antisocial de la personalidad es el que mas se superpone con la construcción de la psicopatía. La psicopatía a pesar de no ser reconocida en los criterios diagnósticos DSM 5, describe a individuos con varias características de trastorno de la personalidad antisocial, pero quienes en adición demuestran un set de características de cualidades afectivas e interpersonales, incluyendo encanto superficial, facilidad para manipular, insensibilidad y afecto superficial. Aunque algunos individuos diagnosticados con trastorno antisocial pueden tener rasgos psicópatas, otros no. Algunos sugieren que a pesar de que ambas comparten rasgos importantes el proceso psicobiológico subyacente posiblemente sea diferente. Estudios recientes examinando la estructura cerebral atravez de imágenes por resonancia magnética también demostraron que los participantes con trastorno antisocial pero no psicópatas son mas similares al grupo control que aquellos que incluyen comorbildad con psicopatía y trastorno antisocial. Se encontró también que comparado a agresores violentos que cumplían con los criterios para trastorno antisocial de la personalidad pero no para psicopatía, aquellos que cumplían los

criterios para ambos trastornos revelaron tener una reducción significativa de volumen de materia gris en áreas cerebrales relativas a empatía, moral y procesamiento de emociones prosociales tales como la culpa. Factores genéticos La investigación extensiva a revelado que los factores genéticos contribuyen aproximadamente a la mitad de la variación (56%) en el comportamiento antisocial. En estudios recientes (2017) se asesoro como las contribuciones genéricas podían diferir dependiendo de la trayectoria del desarrollo ya definida (el sociópata se hace el psicópata nace). En este modelo se definen dos grupos de delincuentes- aquellos con delitos persistentes que manifiestan comportamiento antisocial desde inicios de la niñez y aquellos cuyos problemas se mantienen relativamente estables atravez de la etapa adulta y limitados en la adolescencia. En tales grupos se relevo que un porcentaje mayor de variación ocurría en aquellos clasificados como delincuentes persistentes. Esto apoya la teoría en la que se sugiere que el desarrollo y su medio influye más al desarrollo de tal trastorno, a pesar de que es claro que la contribución genética es importante el siguiente paso es entender los genes específicos que confieren ese riesgo (predisposición a desarrollarlo de acorde al medio) Tratamiento El tratamiento no suele tener éxito, por lo que se plantea la prevención temprana como solución al trastorno. Suelen acudir a terapia forzados (familiares o un juez) ya que su único problema es que las demás personas restringen su libertad. Se debe informar explícitamente del diagnostico y establecer sus responsabilidades en terapia Se establecen dos etapas: 

Desarrollar interés por consecuencias personales a largo plazo y comprensión de repercusiones sobre su comportamiento en sociedad



Adquirir responsabilidad o interés por otras personas

Bibliografía DSM-IV-V Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales MANUAL DE PSIQUIATRÍA Agüera Ortiz, LuisAlcoverro Fortuny, Óscar

Antisocial Personality Disorder in Older Adults: A Critical Review Katherine J. Holzer, MSW1, and Michael G. Vaughn, PhD1 DOI: 10.1177/0891988717732155 Antisocial Personality Disorder: A Current Review Andrea L. Glenn & Alexandria K. Johnson & Adrian Raine DOI 10.1007/s11920-013-0427-7 Neuropsychology and emotion processing in violent individuals with antisocial personality disorder or schizophrenia: The same or different? A systematic review and meta-analysis Ottilie Sedgwick, Susan Young, David Baumeister, Ben Greer, Mrigendra Das and Veena Kumari DOI: 10.1177/0004867417731525...


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