1 parcial c pol - historia de la ciencia politica cbc uba catedra abal medina PDF

Title 1 parcial c pol - historia de la ciencia politica cbc uba catedra abal medina
Course Sociologia
Institution Universidad de Buenos Aires
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historia de la ciencia politica cbc uba catedra abal medina...


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PRIMER PARCIAL CIENCIA POLÍTICA Capítulo 1: ¿Qué es la ciencia política? 

La ciencia política: evolución histórica, principales enfoques teóricos y metodológicos.

Gabriel Almond sostiene que el rasgo principal de la disciplina es un progresismo ecléctico, es decir, la posibilidad de acumular y mejorar nuestros saberes acerca de cómo se producen los fenómenos políticos en un contexto teórico plural. La reflexión sobre la ciencia nace con el ansia misma del hombre por el conocimiento. Así, desde Platón y Aristóteles en adelante, nacen las preguntas acerca de cómo se origina y cómo se comprueba el conocimiento. Sin embargo, es con la ciencia moderna que aparece una reflexión sistemática sobre la forma en que se produce el conocimiento científico. Entre las posiciones extremas de quienes rechazan la posibilidad misma de hacer una ciencia del estudio de la política y quienes pretender replicar un modelo científico determinístico, es posible encontrar una posición intermedia. De esta manera, se puede sostener que la visión ecléctico-progresiva es la que responde mejor a las aspiraciones que podemos tener respecto del estatus científico de nuestra disciplina. En este sentido, es posible afirmar que en las ciencias sociales no existe una teoría general sino una acumulación de enfoques, es decir, muchas formas de explicar los comportamientos humanos sin que ninguna de ellas prime sobre la otra.

Los orígenes de los estudios sobre la política Aunque la biblia contiene referencias que impactaron sobre el desarrollo político de occidente, el origen del pensamiento político sistemático occidental se remite a la Antigua Grecia. Ya en los primeros historiadores, como Heródoto y algo más tarde en Tucídides, encontramos análisis de ideas políticas, comparación de regímenes y especulación sobre las propiedades de los mismos. Sin embargo, es con la crisis de la democracia ateniense que aparecen las dos manifestaciones que mas influyeron en la historia de la teoría política clásica: Platón y Aristóteles. En sus dos textos políticos más conocidos, “República” y “Las leyes”, Platón se preocupó por la constitución de una polis justa, es decir una sociedad donde cada uno de los integrantes desempeñara la actividad para la que estuviera más capacitado. Frente a una democracia que identifica como el desorden y el caos, propone una aristocracia basada en el conocimiento. De esta manera, los filósofos, son los que deben gobernar. Pero Platón confiaba poco en los hombres y creía que el gobierno de los filósofos podía fácilmente degenerar en otras especies de regímenes. Él era consciente de lo difícil de la aplicación de su propuesta, por ello, cuando escribió “Las Leyes”, tuvo pretensiones más modestas: aceptó que el gobierno más estable era el mixto, que combinaba la libertad de la democracia con la sabiduría y virtud de la monarquía y la aristocracia. Por su parte, Aristóteles, tenía una clara preocupación por analizar el funcionamiento político de las comunidades realmente existentes. Su análisis de las constituciones griegas se considera un antecedente de la política comparada. Para él, la mejor constitución de la polis era la mixta, mezcla de aristocracia, democracia y oligarquía,

pero sobre todo aquella donde las fuerzas sociales se encontraban en una posición de paridad, donde ricos y pobres compartían el gobierno. A diferencia de los griegos, la ciudad romana era una ciudad de politicidad reducida en relación a la polis en tato el vivir asociado se basaba en el consenso de la ley y era independiente del vivir político. En este sentido, en las ciudades romanas existía un fuerte vinculo entre el derecho y el estado. Todos los ciudadanos se encontraban sujetos a la ley, la cual les otorgaba un conjunto de derechos cívicos que constituían un cuerpo de derecho positivo. Para Cicerón, estos derechos garantizaban la libertad de los ciudadanos y los habilitaba para participar de la vida pública. Asimismo, la autoridad y el derecho se encontraban sujetos siempre por un derecho natural universal. Cicerón siguió la clasificación de las formas de gobierno de Polibio para describir su forma ideal de gobierno como una combinación de monarquía, aristocracia y democracia. Polibio sostenía que la historia presentaba una inevitable ley de crecimiento y posterior decadencia. Por eso las monarquías tendían a convertirse en tiranías; las aristocracias en oligarquías; las democracias en oclocracias. Además, Polibio afirmaba que existía una séptima modalidad, mixta, que combinaba elementos monárquicos, aristocráticos y democráticos. La constitución romana sería un ejemplo de este sistema mixto. La crisis en la que se adentro el imperio romano dio lugar a una fuerte disputa entre las organizaciones políticas seculares y eclesiásticas. En occidente, la consolidación del cristianismo como religión oficial permitió erigir al papado como institución de gobierno e impulsó un modelo basado en la primacía de la religión sobre la política. Por su parte, el imperio romano de oriente impulsó un modelo basado en la primacía de la política sobre la religión, en tanto el emperador era un representante de dios en la tierra y sus acciones eran consideradas divinas. Recién hacia fines del medioevo, Santo Tomás de Aquino resurgió la preocupación por la relación entre las formas políticas realmente existentes y la filosofía del cristianismo: reapareció la idea de soberanía, ejercida por los reyes o magistrados, tenía como fuente el consenso popular, aunque esto no significara renunciar al origen divino. La secularización se plasmó en la Edad Moderna, con Nicolás Maquiavelo, quién, por un lado, señaló la distinción entre lógica de la moral religiosa y la lógica de la actividad política, lo que permitió que la política se constituyera como actividad autónoma. Y, por el otro, rompió con el idealismo del pensamiento neoplatónico predominante en la edad media y postuló el realismo como principio para el estudio de la política. Con el surgimiento de los estados-nación aparecieron reflexiones en torno a la soberanía, el origen del poder y el funcionamiento real del mismo, pero sobre todo surgió la necesidad de vincular el conocimiento político con los avances de las ciencias más desarrolladas del momento. Hobbes pretendía una ciencia política inspirada en las matemáticas, y Locke con el mundo de la experiencia sensible. Ambos forman parte del contractualismo. La preocupación de Hobbes, quien escribió durante las guerras civiles inglesas, era le violencia y el desorden existentes en las relaciones entre los hombres cuando no había gobierno, a lo cual denominó “estado de naturaleza”. Contractualismo: Corriente de las ciencias sociales, la cual emergió en Europa en el s.XVII y que definió el surgimiento de la sociedad y el poder político a partir de un contrato entre los individuos. Este contrato era la herramienta que permitía poner fin al

estado de naturaleza, caracterizado por la ausencia de un poder legalmente instituido que tuviera la capacidad de controlar a todos los miembros de una sociedad. En el estado de naturaleza, cada individuo tenía completa independencia y autonomía. El contrato podía definir distintas formas políticas: el absolutismo que otorgaba a la autoridad soberana el poder absoluto para establecer y garantizar la paz (Hobbes), el liberalismo que establecía limitaciones al poder soberano a fin de proteger los derechos naturales de los individuos (Locke) y la democracia radical que afirmaba la preeminencia de la voluntad general (Rousseau) 

Política comparada: del conductismo al neoinstitucionalismo

Desde la década del ’20 hasta casi los años ’60 la ciencia política aparece como una disciplina básicamente estadounidense. Gran aporte del positivismo lógico. En este marco, el área de estudios de política comparada buscó alejarse del formalismo del estudio de las instituciones y desarrollar comparaciones generales en base a categorías universales. A tal fin, los estudios de política comparada adoptaron el enfoque del estructural-funcionalismo, que les permitió utilizar categorías con un alto nivel de abstracción y limitar las características específicas de las instituciones a las nociones de rol, estructura y función. Sin embargo, desde los ’80 el interés por el estudios de las instituciones ha recobrado interés. El neoinstitucionalismo entiende que las instituciones tienen una influencia autónoma en los fenómenos a explicar, tomando en cuenta también redes organizativas informales que condicionan la conducta individual. El cambio de paradigma: el conductismo Fue una corriente de renovación de la ciencia política surgida a mediados del siglo XX en Estados Unidos, que, basándose en la filosofía y en la metodología de las ciencias naturales, puso especial énfasis en el estudio de las conductas de las políticas de los individuos que fueran empíricamente observables. Implicó dos cambios sustantivos: el objeto de estudio (se dejaron de lado las instituciones formales para centrarse en las conductas y motivaciones del hombre en tanto actor político) y la metodología (se puso énfasis en la necesidad de una mayor rigurosidad científica basada en técnicas de la investigación cuantitativas) Generalización, observación, verificación y cuantificación (ver p.44 y 45) Gran búsqueda de la objetividad y de la acumulación del conocimiento. El conductismo implicó un quiebre con las corrientes jurídicas, filosóficas e históricas que habían primado hasta ese momento en la ciencia política en tanto no solo rechazó el estudio de las instituciones y estructuras jurídicas, sino también se opuso a las prescripciones normativas y a los presupuestos filosóficos no sustentables en la experiencia, al tiempo que impulsó la superación de la mera descripción basada en las especificidades de los casos hacia una búsqueda de patrones que permitieran explicar y predecir.  

Primer etapa: 1920-1950 Segunda etapa: periodo de mayor auge, 1950-1970.

Con la segunda guerra mundial comenzó el momento de auge de la revolución conductista. En el plano social y político las nuevas necesidades de la economía y los imperativos políticos de los Estados Unidos al integrarse en la coalición aliada contra el eje de la Alemania Nazi crearon un clima favorable para la cooperación de las instituciones gubernamentales y los centros académicos. En ese contexto surgió una

preocupación común: ¿Cómo crear un sistema político y una cultura cívica democrática en las sociedades que venían de una experiencia autoritaria y del colapso de sus regímenes políticos? Y esa preocupación tenía un corolario: dado que las democracias más estables habían sido anglosajonas, ¿no era este último el único modelo posible a imitar? Las teorías con influencia del estructural-funcionalismo El estructural-funcionalismo se basa en la idea de que los sistemas cumplen con determinadas funciones que les permiten mantenerse en equilibrio. El representante más destacado, dentro de la sociología, ha sido Talcott Parsons, quien desarrolló una teoría sobre el sistema social. Es sistema social es un sistema de interacción entre los actores en el cual la acción está orientada por reglas. Estas reglas son expectativas complementarias referidas a los roles y a las sanciones. Las expectativas de rol son lo que se espera que un actor haga en una determinada situación y son lo que organiza las interacciones dentro del sistema. En la medida en que existe cierta discrepancia entre el desempeño de los roles y las expectativas de rol, entonces el sistema socia no se encuentra completamente integrado. Para Parsons es justamente el poco nivel de integración del sistema social lo que genera conflicto dentro del mismo y en un punto extremo puede llevar a la destrucción de la sociedad. La forma en el que el sistema garantiza su integración es a través del proceso de institucionalización de valores, el cual es garantizado a través de dos funciones: la función de socialización (que implica la internalización de valores comunes a través de instituciones como la familia o la escuela) y la función de control (que implica la enunciación de expectativas de rol prescriptiva o prohibitivas, es decir, el establecimiento de leyes y normas) Easton: las teorías sistemáticas David Easton, introdujo el concepto de “sistema político” tomando como fuente la inspiración teórica estructural funcionalista de Parsons, la biología d ellos sistemas, la cibernética, y la psicología conductista estructurada en tornos de los conceptos de estímulo-respuesta. La principal preocupación de Easton era producir una teoría general que pudiera ligar el conocimiento empírico con la teoría. A tal fin, avanzó en el desarrollo de una unidad teórica estable: el sistema político definido como “los roles e interacciones para las asignaciones imperativas de una sociedad en su conjunto”. Así pues, la vida política es considerada como un sistema de conducta y lo que distingue a las interacciones o conductas políticas de otras de otro tipo es que están orientadas a la asignación de valores sociales a través de personas o instituciones con la autoridad necesaria para conseguir su aplicación. El sistema político se encuentra compuesto por tres elementos: la comunidad política conformada por actores que pujar por determinadas ideologías, el régimen y los titulares a cargo. Las demandas y apoyos son los inputs que van de la sociedad al sistema político mientras que las decisiones que emanan del sistema político son los outputs. El sistema político implica un proceso de “retroalimentación” basado en la conversión de decisiones. La debilidad que presta este enfoque es que no es posible saber a través de qué mecanismos las demandas son seleccionadas y se transforman en productos, por lo que se dice que el sistema político es una “caja negra”.

Cuando las demandas superan la capacidad de respuesta de la “caja negra” se producen crisis o colapsos políticos. Para Easton, los sistemas políticos más estables son aquellos donde se produce un fenómeno que se denomina “persistencia al cambio”: frente a las modificaciones del entorno se producen las adaptaciones necesarias; si eso no sucediera, su crisis es inminente. 

Las teorías con influencia de la elección racional

La teoría de la elección racional Aunque puede ser considerado como una nueva etapa o fase del conductismo por su ahistoricismo, su preocupación por el conocimiento empírico y sus supuestos inspirados en el individualismo metodológico de la teoría económica utilitaria, la teoría de la elección racional incorpora una nueva perspectiva. Comparte con el conductismo en general una perspectiva continuista y/o acumulativa del conocimiento científico, pero, a diferencia de los desarrollo de épocas anteriores, opta por un modelo deductivo formal antes que por el inductivismo. Inspirados en la teoría macroeconómica, este enfoque se basa en la idea de que los individuos son actores racionales, sosteniendo así que los individuos eligen los cursos de acción que maximizan sus preferencias. Entre las críticas encontramos una problemática ya que presupone la racionalidad instrumental de los actores, además de no especificar cómo se forman las preferencias de los individuos. Otros, también creen que los modelos desarrollados en el marco de esta teoría son difícilmente aplicables a la realidad. De esta manera, la teoría de la elección racional presenta algunas limitaciones para abordar la complejidad de los procesos políticos y comprender el impacto de las tradiciones culturales en el desempeño de las prácticas e instituciones. Sin embargo, esta teoría ha recuperado en las ciencias sociales el rol del individuo como hacedor de los procesos políticos. Asimismo, resulta importante señalar que su aplicación en escenarios políticos específicos, tal como es el caso de las interacciones entre elites políticas, presenta una particular capacidad explicativa. Sumado a esto, resultan fructíferos los enfoques eclécticos que combinan elementos tanto del individualismo metodológico como del holismo de forma de reconocer que las conductas humanas están determinadas no solo por una racionalidad individual sino también por normas sociales que fueron internalizadas a través de un proceso de socialización. Downs: la teoría económica de la democracia Anthony Downs intentó responder a un interrogante: ¿Por qué los ciudadanos estadounidenses están cada vez menos interesados en votar? Este fenómeno, la apatía cívica, lo explicó a parir de la paradoja del votante. Downs demostró que desde el punto de vista de la racionalidad individual es lógico que la gente no vote puesto que es poco lo que el sufragio individual incide en el resultado final del proceso comicial, por lo resulta más costoso votar. Olson: la teoría de la acción colectiva ¿Por qué los individuos deciden participar de acciones colectivas? Porque existen los incentivos selectivos (negativos o positivos) que reciben quienes participan de la

acción para obtener un bien colectivo. De esta manera, los líderes grupales utilizan desde beneficios materiales y hasta coerciones o amenazas para fomentar la participación política. Mientras que en el caso de Downs no resulta relevante lo que hacen otras personas, para Olson resulta fundamental la interacción para explicar los cursos de acción elegidos por los individuos. 

El neoinstitucionalismo

A fines de la década del ’80 fue resurgiendo la preocupación por el rol de las instituciones políticas. No se volvió a los cánones del “viejo institucionalismo”, sino que, las instituciones comenzaron a ser vistas como prácticas sociales. Las reglas formales e informales se trasformaron en los marcos de la acción de los actores políticos, y, a su vez, eran vistas como una instancia creadora y no meramente reproductora de las iniciativas generadas fuera de ellas. Las instituciones en un sentido amplio son las normas y costumbres imperantes en una sociedad, conocidas por todos los que participan de esta. Son, al mismo tiempo, las redes que sirven para enlazar y encauzar institucionalmente las relaciones de intercambio económico, social y político entre las partes del sistema. Podemos clasificar a las instituciones en formales e informales. Las formales son las que han pasado por un proceso de codificación y en general constan por escrito. Las informales no han pasado por este proceso e incluyen los valores y las pautas de comportamiento generalizadas. Las instituciones son las reglas del juego, permiten la interacción humana. Ellas operan incentivando y desincentivando determinadas conductas, condicionando el comportamiento de los actores sociales. Por lo tanto, nunca son neutrales, pues quien formula o cambia las reglas define que sea más probable que se realicen los intereses de determinados actores y menos de los otros. Por último, las instituciones importan en su eficacia, lo que hace diferentes a las sociedades, a las economías y a los estados no es solo su territorio, sus recursos naturales y su población, sino justamente la calidad y eficiencia de sus instituciones. Las instituciones hacen una diferencia porque son actores a título propio de la trama política, y no meramente reproductoras de intereses generados por fuera de ellas. ¿Cómo las instituciones afectan el comportamiento de los individuos? Respuestas desde dos enfoques. El enfoque racional sostiene que las preferencias de los individuos se encuentran definidas de forma exógena a las instituciones y que su comportamiento se basa en un cálculo estratégico que busca maximizar sus preferencias. (p.64) Por su parte, el enfoque cultural sostiene que las preferencias de los individuos son afectadas por las instituciones. Estos dos enfoques se plasmaron en dos tipos diferentes de institucionalismo: el racional y el histórico. El criterio que permite en la actualidad diferenciar estos dos tipos de neoinstitucionalismo se centra principalmente en la distinta concepción que tienen sobre las instituciones. Mientras que para el neoinstitucionalismo racional las instituciones son un mecanismo de coordinación que permite alcanzar un determinado equilibrio, para el neoinstitucionalismo histórico las instituciones son herencias de un proceso histórico. Las instituciones vistas como puntos de equilibrio parten del supuesto de qu...


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