14 Avignon y el Cisma de occidente PDF

Title 14 Avignon y el Cisma de occidente
Author Abril Manessi
Course Historia de las Ideas Políticas II
Institution Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires
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El cautiverio de Avignon. La división del cristianismo...


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Unidad II: La Baja Edad Media y la consolidación del pensamiento político medieval Avignon y el cisma de occidente Después de la muerte de Bonifacio VIII, fue elegido Papa Benedicto XI, este tuvo un papado corto de unos 8 meses. A la muerte de Benedicto XI, Bertrand de Got fue elegido Papa en el año 1305, tras once meses de disputas entre los cardenales contrarios y los partidarios de la política de su predecesor, Bonifacio VIII. El arzobispo de Burdeos parece haber sido la decisión conveniente en el momento, debido a que no pertenecía al Colegio cardenalicio y por ende no formaba parte de ninguno de los partidos en conflicto. El nuevo pontífice tomó el nombre de Clemente V. Fue llamado para su coronación, ya que no era cardenal no se encontraba presente en el cónclave, no se desplazó a Italia, sino que eligió la ciudad de Lyon para la ceremonia, la cual tuvo lugar el 14 de noviembre de 1305, contando con la asistencia del rey Felipe IV. Clemente estuvo durante todo su pontificado sujeto a los deseos de Felipe, y nada más ser coronado, su primer acto fue el nombramiento de nueve cardenales franceses cercanos al monarca Uno de los aspectos más importantes de su pontificado fue el traslado de la sede pontificia a Avignon. Así comenzó el exilio del Papado que los romanos llamaron cautiverio el cautiverio de babilonia de la iglesia. Esta es una decisión que no le cae bien ni a los romanos, ni al Sacro Imperio. En 1313, muere el Emperador Enrique VII de la Casa de Luxemburgo, y fue elegido el duque Luis, que paso a llamarse Luis IV de Baviera. En esta ocasión estaba en el Papado Juan XXII, quién dijo que Luis había tomado el título de rey de los romanos, sin esperar que se hubiese examinado su elección, es decir, el Papa se niega a reconocerlo como Emperador. En 1324 el Papa lo excomulgó y lo destituyó. En el año 1528 Luis invade Roma, declara depuesto al Papa, y nombra en su lugar a Nicolás V, quién lo declara emperador. A pesar de ello, no puedo alcanzar sus metas frente al papado, como tampoco objetivos territoriales que lo enfrentaron con la nobleza germana. Luis fue quedando prácticamente solo en su lucha contra el Papado y finalmente los electores le ofrecen la corona a Carlos IV. Luis murió antes que se iniciase la lucha entre ambos. Este emperador promulgó la Bula de Oro por la cual se le eliminaron los derechos del Papa en la elección del Emperador de los romanos. La bula de 1356 estableció que, al conocerse la muerte del emperador, el arzobispo de Maguncia debía intimar a los príncipes electores a reunirse en Frankfurt para elegir al nuevo emperador. Los electores serían 3 arzobispos y 4 laicos. Casi paralelo a esto, el rey Carlos IV de Francia dictó la Pragmática Sanción de Bourges que trataba de contener los privilegios del Papa en Francia, acentuando la autonomía de la Iglesia local y de la Corona francesa. La de Juan XXII es la última expresión de la plenitud papal, es decir, el Papa tiene la suma de poder y en todo caso lo delega. Cisma de occidente En 1378 muere el Papa Gregorio XI, quien había trasladado a Roma la sede papal desde Avignon en 1376. Cuando se reúne el Colegio cardenalicio el pueblo presiona para que se elija un Papa italiano, es así, que es elegido Urbano VI. La inhabilidad de este lo llevaron a enemistarse con más de la mitad del colegio cardenalicio, logrando que parte de los cardenales declarará nula la elección por las puestas presiones que habían tenido al momento de le elección, y deciden entregar al Papado al joven Clemente VII. Fracasado el intento del nuevo Papa por ocupar Roma se instala nuevamente en Avignon. De este modo se inició la división del Papado que duró 39 años y que se conoce como el cisma de

occidente. La crisis fue de tal gravedad que los reyes y los prelados se dividieron entre ambos Papas y resultaba muy difícil definir cuál de ellos era el legítimo. En 1409 se celebra el sínodo de Pisa, al que ninguno de los dos Papa de presenta, ante la sede teóricamente vacante, eligieron a un nuevo Papa, Alejandro V, agravando el cisma en la medida que ahora había tres Papas. Ante el fracaso, el emperador Segismundo logró convencer al entonces Papa Juan XXIII de convocar un concilio para concluir con el cisma. Este se reunió en Constanza en 1414 y pese a la huida del propio Papa convocante, la reunión no fue disuelta por el triunfo de las tesis conciliaristas de algunos de sus integrantes. Los prelados presentes dispusieron, con el apoyo imperial, deponer y arrestar a Juan XXIII, aceptar la abdicación de Gregorio XII y deponer y hostigar al más terco Benedicto XIII. Una vez lograda la vacante se eligió como Papa a Martín V. Con él terminó el cisma de occidente y comenzó el periodo de los llamados Papas renacentistas. Teorías conciliaristas Los orígenes de las teorías conciliaristas suelen atribuirse al Papa Urbano VI. La falta de prudencia de este motivó a una serie de cardenales electores a declarar nula la elección ocurrida cinco meses antes. Estas teorías consideran al Concilio ecuménico como la suprema autoridad de la Iglesia, elevándolo por encima del Papado, que tiene el poder porque este se lo delega. La vía conciliar pareció ser la única posible para obtener la vuelta a la unidad. El Concilio de Constanza (1414-1418) se convocó precisamente con esta finalidad. Dos representantes, el cardenal Pedro d’Ally y Juan Gerson, canciller de la Universidad de París, expusieron los argumentos a favor de la superioridad del concilio sobre el Pontífice. El mismo Papa electo por el Concilio de Constanza, Martín V rechazó, al terminar el concilio, estos cánones, manteniendo así intacta la perpetua fe católica sobre el primado de Pedro y sus sucesores. Sin embargo, las formas más radicales del conciliarismo se manifestaron a lo largo del Concilio de Basilea, cuando se declaró que era una «verdad de fe católica» la superioridad del concilio sobre el papa. Este concilio eligió su propio Papa y este era Félix V, quien para mediados de siglo renuncia. La idea de que el concilio controla al Papa muere, el Papa es supremo y solo en casos de crisis puede intervenir el Concilio....


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