9. Medicina Hebrea antigua PDF

Title 9. Medicina Hebrea antigua
Author Jaime A. Aguirre Santibañez
Course Historia de la Medicina
Institution Universidad Autónoma de Coahuila
Pages 8
File Size 181.5 KB
File Type PDF
Total Downloads 19
Total Views 143

Summary

Download 9. Medicina Hebrea antigua PDF


Description

MEDICINA HEBREA Resumen Histórico: El litoral palestino fue habitado por una tribu egea, los filisteos o pueblo del mar. La tribu semita de los cananeos ocupaba la restante porción del territorio. Las tribus hebreas comenzaron a poblar el territorio en el siglo XV a de C. Saúl fundó el reino de Israel en el siglo XI a. De C. El reino de Judá, en el sur de Palestina, fue fundado en el siglo X a de C. David unificó los dos reinos y proclamó a Jerusalén capital del Estado. En tiempos de Salomón, en el siglo X a. de C hubo paz, prosperidad y desarrollo. Se construyó un templo para rendirle culto a Jehová. A la muerte de Salomón se separaron los dos reinos. En el siglo XIII Israel fue sometido por Sargón II, rey de Siría. Nabucodonosor, rey de Babilonia, destruyó Jerusalén en el 586 a de C. He hizo prisionera a la población. El rey Persa Ciro conquistó Babilonia y liberó a los hebreos; pero los mantuvo como súbditos. En el 70 d. De. C. Tito destruyó Jerusalén. La enfermedad se consideró un castigo por haber pecado, aceptándose que Jehová era a la vez el que daba la enfermedad y el supremo sanador. .Fuentes de Información

Los textos de la Biblia, sobre todo el Antiguo Testamento y el Talmud ofrecen testimonios importantes que marcan claramente las relaciones de aquel pueblo, el hebreo, con temas relacionados con la salud; sobre todo, cómo prevenirla y cómo tratarla. La Biblia, representa un documento histórico-cultural. Contiene mitos, leyendas, sermones y fragmentos poéticos con referencia a enfermedades y reglas higiénicas. Moisés hace referencia constantemente a los temas ligados a la salud y enfermedad. El Talmud: libro santo judío, es una amplia obra literaria religiosa judía que abarca un periodo de tiempo de ocho siglos, desde los siglos II a.C. a IV d. C, cuyo objeto es dar a conocer la ley oral, complemento indispensable de la Torá, (ley escrita), debido a que esta, no indica todas las precisiones necesarias en el cumplimiento de los preceptos. El Talmud, está notablemente influenciado por las culturas de aquellos otros pueblos con los que el judío se vio obligado a convivir (persa, babilonio, griego) durante el largo período de redacción de la obra. Existiendo dos versiones del mismo, una escrito en arameo la Misná y otro la Guamará que puede ser de Jerusalén y la Babilónica. Libros en donde se contiene la tradición, la doctrina, ceremonias, alimentación, regulación del trabajo, sexualidad, medidas relativas a la menstruación, parturientas, enfermos de gonorrea, higiene del hogar, etc. El Talmud llegó a ser la piedra angular de la educación judía. EL Torá es una recopilación de comunicaciones orales transmitidas de generación en generación (siglo X a. C. a siglo IV a. C.). O sea que el Torá es el nombre dado por los judíos a la ley Mosaica y al Pentateuco. Y recibe el nombre de Séfer Torá, el ejemplar de pergamino que contiene el Pentateuco, copiado a mano y del que se sirven en las Sinagogas.

Los escritos de Flavio Josefo, (37-100 d. De. C). Historiador judío, Autor de Antigüedades Judaicas y Contra Apion. La Medicina Hebrea. La medicina hebrea fue producto de la inculturación es decir a través del conocimiento de otras culturas, adoptaron los preceptos médicos de los pueblos con los cuales tuvieron contacto: Mesopotámia, Egipto y Grecia. En el periodo hebreo clásico, Jehová es el único poseedor y dador de la salud y la enfermedad seria un signo de impureza espiritual, por haber violado la prohibición referente al contacto con personas enfermas castigadas por Dios. Los hebreos hicieron a la medicina la gran contribución que significa la primera gran codificación de los principios de higiene privada y pública, estableciendo así las bases de la legislación sobre salubridad. Casi todo lo que realmente conocemos de la medicina hebrea se encuentra en el Levítico, tercer libro del Pentateuco. La medicina hebrea está escrita en la Biblia – Antiguo Testamento – Génesis – Deuteronomio – Levítico – Números – Pentateuco, así como en el Talmud, en el que las referencias médicas son abundantes y precisas tanto de medicina como de cirugía. Los hebreos en el período que abarca el Antiguo Testamento (S. XIII a II a. de C.) seguían que la enfermedad estaba relacionada con un castigo divino, siendo la manifestación externa del pecado. Heredaron de la medicina asiria-babilónica la práctica del aislamiento de los impuros y de alguna forma, la dedicación del sábado al descanso (un día de cada siete). La enfermedad era conceptuada como instrumento providencial y castigo divino, lo que ha condicionado la actitud colectiva frente a la terapéutica desde remotas fechas hasta el presente, tanto en los mundos judaico, cristiano e islámico, donde Dios era el médico del alma y del cuerpo. La actitud refractaria del judaísmo ante el médico en los tiempos precristianos estuvo condicionada por esta idea de la influencia divina. En consecuencia, no pudo desarrollarse una Medicina auténticamente judía. En la Biblia hay referencias de enfermedades como la lepra, epidemias de peste, rabia, enfermedades venéreas, perversiones sexuales como zoofilia, sodomía y onanismo, pero sobre todo las referentes a las condiciones higiénico-sanitarias del pueblo, en especial a la higiene personal y a ciertas normas preventivas. La normativa en cuestiones de alimentación se ve asimismo influenciada por motivaciones ‘divinas’, clasificándose los alimentos en puros e impuros, pero en razón, sobre todo de prohibiciones religiosas muy antiguas: "Es puro lo que puede acercarse a Dios, son por el contrario impuros los que pareciendo al hombre repugnantes o malos, se cree que desagradan a Dios". Por ello, aparecen claramente expuestas algunas reglas en materia de alimentación, que por ser sagradas, deben ser cumplidas escrupulosamente: "Yhavé habló a Moisés y a Aarón diciéndoles: Hablad a los israelitas y decidles: de entre los animales terrestres podréis comer… cualquier animal de pezuña partida, hendida en mitades y que rumia… pero no comeréis

camello… ni liebre… ni cerdo. No comeréis su carne ni tocaréis sus cadáveres; serán impuros para vosotros". La prohibición de comer carne de cerdo se relacionó por la competitividad con el hombre en cuanto a la utilización del agua y el grano, lo que no ocurriría con el ganado vacuno y ovino que consume relativamente poca agua y mordisquea el forraje que no es comestible para el hombre". La práctica de sangrar a los animales antes de cocinarlos constituyó una importante innovación, ya que así evitaron que la sangre pudiera ser portadora de gérmenes patógenos. La prohibición de comer otros animales se extiende también a los que viven en las aguas: "De entre los animales que viven en las aguas, podréis comer estos: cuantos tienen aletas y escamas". La prohibición se extiende a las aves: "No se podrán comer por ser abominación: el águila, el quebrantahuesos, toda clase de cuervos, el avestruz, la gaviota, la cigüeña, la abubilla y el murciélago". Las enfermedades que los hebreos padecían en aquellos tiempos, son numerosas en la Biblia las menciones a la lepra, enfermedad muy temida por miedo al contagio, temor que infundadamente ha llegado a nuestros días en forma de cabalístico maleficio, aparece citada muchas veces en el Levítico, aunque sí sabemos que la lepra era frecuentemente confundida en sus manifestaciones clínicas, y por tal podían entenderse otros procesos como psoriasis, diferentes tiñas o sífilis. A lo largo de los textos bíblicos se relatan otras enfermedades, se habla de ataques epilépticos o accidentes vásculo-cerebrales ("La mano que había extendido contra él se le secó y ya no la pudo enderezar" –Reyes I–), de úlcera de Egipto que correspondería a la Leishmaniasis cutánea o botón de Oriente, de "carcoma de los huesos" refiriéndose a la osteomielitis, de "flujos" para definir las menorragias o leucorreas, de peste bubónica, tisis y muy variadas enfermedades de los ojos, desde cataratas a tracomas o diferentes tipos de ceguera. Se describen estudios anatómicos post morten de esófago, laringe, tráquea, membranas del cerebro, páncreas, órganos sexuales, bazo, riñones, médula; la sangre considerada como principio vital, hay estudios del hígado, sobre la cirrosis, necrosis hepática, la descripción de tumores, de enfermedades tropicales sobre ictericia, trastornos biliares, Difteria y la descripción extraordinaria de la Lepra y los esfuerzos para evitarla, los Hebreos crearon la profilaxis, en la Tora – Moisés – recomienda el aislamiento de enfermos contagiosos. Tanto en la Biblia como en el Talmud se hace referencia a la Circuncisión, que era obligatoria para todos los niños. Los judíos médicos sacerdotes hacen referencia a muchas alteraciones congénitas como la acromegalia, la sordera. Utilizaban como medicamento la mandrágora, bálsamos, aceites, gomas, esencias, frutos y narcóticos. En el Levítico se reseñan los severos mandatos de higiene y limpieza, los sacerdotes médicos se ocupan de hacer cumplir los códigos sanitarios de higiene ritual, la abominación de las perversiones sexuales, la higiene sexual como norma arte y ciencia, la desinfección por el fuego y el escaldamiento. La medicina judía está impregnada de la idea que la enfermedad es un castigo divino por los pecados "si obedeces la palabra de Yahve no te impondré enfermedades como se las he impuesto a los egipcios, soy el Señor tu médico" (Éxodo. 15-26). La cirugía judía también progresó debido a la influencia de las culturas vecinas, principalmente de Alejandría, donde aprendieron anatomía, fisiología (siglo IV a.C.) en el Talmud se refiere a

que fueron extraordinarios maestros de la Circuncisión, para cumplir con la prescripción de la Biblia – Gen. 17. 11-14; así como también hay descripciones de heridas y su tratamiento, aplicación de aceites, vinos, suturas internas, tratamiento del ano imperforado y el uso y aplicación del Samme de Shinta para producir sueño y calmar el dolor. Las enfermedades "impuras" contagiosas, la lepra exigían el aislamiento, la desinfección, y deben de confesarse al sacerdote- médico, la peste era designio de Dios "Entonces el Señor dejó que llegara la peste a Israel" (2 Samuel. 24:15). El Antiguo Testamento y el Talmud contienen extensas descripciones de enfermedades (infecciosas, endocrinas, mentales), leyes, preceptos y normas de higiene, la mayoría relacionadas con la dieta y costumbres sexuales, importantes adelantos en epidemiología (transmisión de pestes por las ratas) y muy poca cirugía (la circuncisión). La enfermedad se consideró un castigo por haber pecado, aceptándose que Jehová era a la vez el que daba la enfermedad y el supremo sanador. En el Talmud se mencionan médicos y sangradores, mas en el Nuevo Testamento, generalmente, se funde el concepto de médico con el de santo o apóstol (San Lucas, el "médico amado"). Las leyes mosaicas (transmitidas de Egipto a través de la educación que recibió Moisés en aquel país) figuraron entre las primeras medidas de salud pública dispuestas para ser claramente codificadas. El monoteísmo hace que la medicina sea teúrgica: Jehová responde por la salud y por la enfermedad. El monoteísmo en general significa un avance: facilitó el desarrollo de la ciencia al concentrarse el hombre en una sola idea. Terminó con la noción de un dios para cada fenómeno de la naturaleza y cada circunstancia de la vida como lo postulaba el politeísmo. Esto permitió el estudio y la indagación del origen de cada cosa. La enfermedad puede ser también una prueba divina como en el caso de Job: “Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza (Job 2:7) En higiene la Biblia reglamenta los baños, la limpieza antes de la oración y las comidas, comportamiento de los recién casados, el aislamiento de los enfermos, la forma de liberarse de los excrementos enterrándolos; etc. En Levítico (13:2) se dice: “Cuando el hombre tuviese en su piel hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiera en la piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes.” En Anatomía: Conocían las partes del cuerpo humano, pero sobre todo la de los animales. En el Talmud se habla del número total de los huesos del hombre. En la Biblia se cataloga a la sangre como el centro de la vida. Cirugía: practicaron por razones higiénicas y religiosas la circuncisión. En levítico (12:3) se escribe: “Y al octavo día se circuncidara al niño”. El médico era llamado Rophe, y el cirujano era el Uman. Practicaron además cesáreas, amputaciones, trepanaciones, sangrías y castraciones. Los aspectos obstétricos y patológicos de carácter sexual también estaban contemplados en los textos bíblicos, que incurren una y otra vez en señalar la impureza que causan las enfermedades.

En obstetricia, se mencionan en diversos pasajes bíblicos a las parteras. En Levítico (12:2) se dan recomendaciones para las parturientas: “habló Jehová a Moisés, diciendo: habla a los hijos de Israel Y diles: la mujer cuando conciba y de a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda. El aborto se castigaba con la muerte. Los métodos anticonceptivos aparecen en los textos sagrados. La manifestación escrita más antigua sobre un método de contracepción procede, ni más ni menos, que del Génesis (38: 810) y hace referencia al mandato que recibió Onán de procrear en su cuñada viuda, para asegurar de esta forma la sucesión de la tribu, mandato que él desobedeció al practicar con ella el método anticonceptivo más espontáneo y antiguo que existe, el coitus interruptus: "… pero Onán, sabiendo que la prole no sería suya, cuando entraba en la mujer de su hermano se derramaba en tierra. Por lo cual el Señor le hirió de muerte por acción tan detestable". Son abundantes los consejos en esta misma línea de prevención, y los hay acerca de las relaciones sexuales en cuanto a su frecuencia, de los baños tras el coito y la menstruación, de los vestidos, de la vivienda, de las comidas, del lavado antes de ellas, de la cuarentena y de la fumigación de las casas. La Medicina en El Talmud Para los semitas, con arreglo al Talmud, la enfermedad está causada por demonios actuando a través del mal de ojo o la magia, demonios a veces especializados en determinados males, como los que originaban la rabia, la lepra, la locura o el crup. Sin embargo, cuando asimilaron las teorías helénicas, atribuían las enfermedades a un desequilibrio de los cuatro humores orgánicos: flema, sangre, bilis amarilla y bilis negra. Adquirió importancia entre los hebreos el examen anatómico postmorten, tanto de los animales sacrificados a Dios, con objeto de averiguar si estaban contaminados por gusanos, como los llevados a cabo en cadáveres humanos. Se pensaba también que la carencia de sal podía producir enfermedades y que los males que afectaban a la médula espinal producían parálisis. Por otra parte, se prohibía realizar la circuncisión a niños con antecedentes familiares de hemofilia. En cuanto a las prácticas quirúrgicas, se describen técnicas generales para tratar heridas y luxaciones2, describiendo el texto minuciosamente algunas intervenciones muy especializadas y de rara incidencia, como es el ano imperforado, cuya técnica quirúrgica se describe con minuciosidad. Se describen otras muchas enfermedades, desde la rabia del perro al delirium tremens o el yerakon (de yerek = verde) para significar algún caso de ictericia o de anemia ferropénica. Persistían, también, con todo su alcance las normas ya reseñadas de medicina preventiva del Antiguo Testamento: "La limpieza corporal lleva a la limpieza espiritual" (Avoda Zara en el Talmud de Jerusalén). Aunque intervenciones menores eran practicadas por barberos o curanderos, el ejercicio médico estaba reservado a los rophe, médicos-cirujanos, con apoteca propia. Los sacerdotes tuvieron sus propios médicos del templo. Eran muy propensos a afecciones probablemente

virales, condicionadas por el frío, a causa de los baños fríos, las ropas livianas y a caminar descalzos sobre las gélidas losas. También existían profesionales dedicados exclusivamente a intervenciones quirúrgicas, los uman. Aunque criticados por algunos, los médicos generalmente eran respetados y en los libros sagrados se contemplan aspectos prácticos del ejercicio médico, como pueden ser sus honorarios. En Éxodo XXI, 18-19, "Si dos hombres riñen, y uno hiere a otro con una piedra o el puño, pero no muere, sino que después de guardar cama puede levantarse y andar por la calle, apoyado en su bastón, el que le hirió quedará exculpado, pero pagará el tiempo perdido y los gastos de curación completa". No obstante, el judaísmo de los tiempos talmúdicos también evidenció escasa confianza en los médicos: "No vivas en una ciudad cuyo rector sea un médico… No bebas ningún medicamento. No te dejes arrancar ningún diente". En Alejandría, vivía una importante colonia donde trabajaban médicos judíos, la Medicina de Palestina permaneció libre de toda influencia. Las prácticas mágicas continuaron matizando acusadamente el quehacer de los médicos judíos. Cuando un fiel se sentía aquejado por alguna enfermedad, recurría preferentemente a los remedios religiosos: oraciones, votos o sacrificios. Sin embargo, no perduraron con el paso del tiempo las recomendaciones médicas del Talmud, que fueron reemplazándose por otras concepciones donde no se tenía en cuenta el concepto mágico de enfermedad, que quedaba relegado a nivel de las medicinas populares. El médico El papel del médico era muy discutido entonces y lo fue durante muchos siglos, en cuanto a la eficacia de sus métodos. Incluso en la Biblia alternan las manifestaciones positivas y negativas sobre la práctica utilizada en sus curaciones. Debían pertenecer a la tribu sacerdotal de los Levitas el diagnóstico se basaba exclusivamente en la inspección o por otras razones de componente religioso, no podían tratar a los enfermos en habitaciones oscuras o al anochecer o en días nublados, así como tampoco si tenían insuficiencias visuales, tampoco podían actuar al anochecer en días nublados o en habitaciones oscuras. Siendo por lo general tenidos en gran estima por el pueblo que decía:”Cuando te sientas enfermo implora a Dios y busca al médico, porque los hombres prudentes no desprecian los remedios de la tierra”. El Libro del Eclesiástico (cap. 38) alaba a los médicos: "Atiende al médico antes de que lo necesites, pues del Altísimo tiene la ciencia de curar si caes enferma llama al médico porque el Señor lo creó y no le alejes de ti". Jesús, hijo de Sirach (también denominado el Eclesiástico), hace figurar al médico como instrumento de Dios: "Da al médico, por sus servicios, los honores que merece, que también a él le creó el Señor. Pues del Altísimo viene la curación, como una dádiva que del rey se recibe". Muy demostrativa, en este sentido, es esta bella sentencia: "El Señor puso en la tierra medicinas, el varón prudente no las desdeña". Los médicos que ejercían la medicina eran llamados “rophe” y los que eran exclusivamente cirujanos se les conocía con el nombre de “uman”, a pesar de ello los barberos y otros sanadores sin formación, podían realizar sangrías y operaciones menores.

El diagnóstico se basaba, sobre todo, en la inspección, se completaba con el examen de la orina como medio de rutina para conocer el estado funcional de los riñones, habiendo espacio en los libros sagrados para regular las relaciones conyugales, la esterilidad, el trabajo y el descanso, la eliminación de basuras y excrementos, etc. El papel de la comadrona también se tiene en cuenta pero ejerciendo como una ayuda o consuelo a la mujer que está de parto. Ya que el ejercicio médico hebreo conservaba gran parte de las prácticas procedentes de los pueblos con los que se habían relacionado. Sin ir más lejos la circuncisión era una práctica milenaria egipcia. Mucho más tarde, en la Edad Media, los judíos fueron los depositarios de los saberes médicos griegos y romanos, jugando un papel trascendental, de puente cultural, entre el Islam y el Cristianismo Occidental, durante el tiempo de supremacía islámica. Israel fue invadido, dominado por griegos, babilonios, romanos, la servidumbre en Egipto de la que fue sacado por Moisés, la destrucción de Jerusalén por Tito y la Diáspora hicieron que los judíos se diseminaran ...


Similar Free PDFs