Alcance Y Significado DE LA Controversia Arriana PDF

Title Alcance Y Significado DE LA Controversia Arriana
Author Javier Soriano
Course Historia Antigua de la Península Ibérica II: épocas tardoimperial y visigoda
Institution UNED
Pages 28
File Size 442.1 KB
File Type PDF
Total Downloads 1
Total Views 165

Summary

Download Alcance Y Significado DE LA Controversia Arriana PDF


Description

Alcance y significado de la controversia arriana (Portée et sens de la controverse de l’arianisme

Reach and meaning of the controversy arrian Eztabaida ariotarren garrantzia eta zentzua) Mª Isabel LORING GARCÍA Universidad Complutense de Madrid

Clio & C rimen: nº 1 (2004), pp. 87-114

Resumen: Este trabajo aborda una visión general de la controversia arriana en función de tres niveles de análisis: repercusión social, contenidos teológicos, implicaciones políticas. Comienza subrayando la difusión entre capas urbanas poco cultivadas de un debate doctrinal que, sin embargo, incorporaba conceptos extraídos de la especulación filosófica clásica. A continuación, aborda los contenidos doctrinales del debate, así como las diversas soluciones aportadas por los teólogos en la definición del dogma cristiano de la Trinidad. Su objetivo no es tanto demostrar la ortodoxia o heterodoxia de Arrio y sus continuadores, sino las razones que permitieron la recuperación de los planteamientos subordinacionistas tras su rechazo en el concilio de Nicea. Por último, se presta especial atención a la ideología político-religiosa que subyace tras las continuas y decisivas intervenciones imperiales. Palabras claves: Herejías, Arrianismo, teología trinitaria, teocracia imperial.

Résumé: Ce travail aborde une vision générale de la controverse de l'arrianismo en fonction de trois niveaux d'analyse: répercussion sociale, contenus théologiques, implications politiques. Il commence soulignant la diffusion entre capes urbaines peu cultivées d'un débat doctrinal que, néanmoins, il incorporait concepts extraits de la spéculation philosophique classique. Ensuite, il aborde les contenus doctrinaux du débat, ainsi que les différentes solutions apportées par les théologiens dans la définition du dogme

Clio & Crimen:

ISSN:

nº 1 (2004), pp. 87/114

D.L.: BI--

-

Alcance y significado de la controversia arriana

Mª Isabel Loring García

chrétien de la Trinité. Son objectif n'est pas tant de démontrer l'orthodoxie ou hétérodoxie d'Arrio et ses continuateurs, à part les raisons qu'ils permirent la récupération des façons de poser subordinacionistas derrière son contrecoup dans le concile de Nicea. Finalement, il se prête spéciale attention à l'idéologie politique-religieuse qui est derrière les continues et décisives interventions impériales. Mots clés: Herésies, Arianisme, théologie trinitaire, théocratie impériale

Abstract: This work approaches a general vision of the controversy arriana in function of three analysis levels: social repercussion, theological contents, political implications. It begins underlining the diffusion among the not very cultivated urban layers of a doctrinal debate that, however, it incorporated extracted concepts of the classic philosophical speculation. Next, it approaches the doctrinal contents of the debate, as well as the diverse solutions contributed by the theologians in the definition of the Christian dogma of the Trinidad. Their objective is not to really demonstrate the orthodoxy or heterodoxy of it Lowers and its continuators, but rather the reasons that allowed the recovery of the positions subordinacionistas after its rejection in the council of Nicea. Lastly, special attention is lent to the political ideology and religious that it underlies after the continuous and decisive imperial interventions. Key words: Heresy, Arrianismo, trinitarian theology, imperial theocracy

Laburpena: Lan honek arrianismoaren eztabaidari buruzko ikuspegi orokorra ematen du, hiru azterketa mailatan: gizartean izandako eragina, eduki teologikoak, eragin politikoak. Hasieran dioenez, gutxi landutako klase urbanoen artean espekulazio filosofiko klasikotik ateratako kontzeptuak zituen dotrina-eztabaida zabaldu zen. Ondoren, eztabaidaren dotrina edukiei heltzen die, bai eta teologoek Hirutasunaren dogma kristaua definitzean emandako irtenbideei ere. Helburua ez da Arrio eta bere jarraitzaileen ortodoxia edo heterodoxia erakustea, ezpada, Niceako kontzilioan ukatu ostean, mendekotasunaren inguruko planteamenduak berreskuratzea ahalbidetu zuten arrazoiak azaltzea. Azkenik, etengabeko esku-hartze inperial erabakigarrien atzean dagoen ideologia politiko-erlijiosoa aztertzen da. Giltza-hitzak: Heresiak, Arrianismoa, hirutasunaren teologia, teokrazia inperiala.

Clio & Crimen:

ISSN:

nº 1 (2004), pp. 88/114

D.L.: BI--

-

Alcance y significado de la controversia arriana

Mª Isabel Loring García

E

               celebrado en Durango los días 27 y 28 de Noviembre de 2003. La finalidad del mismo era elaborar un estado de la cuestión sobre estas herejías, pensando en un público no necesariamente especialista, y se me sugirió que me ocupara del arrianismo. Afortunadamente, dada la dimensión del tema, existe producción historiográfica reciente sobre el estado de la cuestión de la controversia arriana. Entre otras cabe destacar la aportación de Charles Pietri, coordinador junto a su mujer Lucile del tomo segundo (Naissance d’une chrétienté, Paris, 1995) de la nueva Histoire du Christianisme publicada en Francia en los años noventa, y responsable directo de un buen número de sus páginas. Charles Pietri, fallecido en 1991, fue discípulo del gran especialista de la Antigüedad tardía Henri-Irénée Marrou, a quien sucedió en la cátedra de Historia del Cristianismo de la Universidad de la Sorbona, y también dedicó su atención a la tardía romanidad, en especial a las transformaciones de toda índole —sociales, políticas, mentales— que acompañaron el alumbramiento de los nuevos tiempos cristianos. Sin embargo la intención de estas páginas no es glosar la obra de Pietri, sino ponerlas en contacto con diferentes aportaciones sobre el arrianismo y sacar nuestras propias conclusiones. El arrianismo, como todas las herejías, puede ser estudiado desde diversos enfoques: aparte del teológico propiamente dicho, también es importante el histórico y, una vez situados en este campo se puede poner más énfasis en los aspectos políticos, en su proyección social, etc... En un principio, mi intención fue ceñirme a los aspectos políticos. Sin embargo, como certeramente señala Emilio Mitre en la introducción a su obra Ortodoxia y Herejía entre la Antigüedad y el Medioevo (Madrid, 2003), la comprensión de las herejías pasa por contar con su vertiente doctrinal, ya que el debate teológico fue el que las sustentó y de no tenerlo en cuenta la proyección política y social de las mismas sería difícilmente explicable. Para los tiempos de la Antigüedad tardía, el historiador británico A. H. M. Jones ya nos ofrecía una reflexión similar a mediados de los años sesenta, cuando vieron la luz sus obras The Later Roman Empire 284-602 (Oxford, 1964) y el compendio de ésta The Decline of the Ancient World (1966)1. El tardorromanista Jones incidía en la importancia que revistió el componente doctrinal en las querellas de la cristiandad antigua, subrayando el interés prioritario que en aquella época se otorgaba a la 1 Lamentablemente esta última no fue traducida, aunque formaba parte de una Historia General de Europa dirigida por Denys Hay, de la que la editorial Aguilar tradujo a comienzos de los ochenta los volúmenes correspondientes a la Edad Media.

Clio & Crimen:

ISSN:

nº 1 (2004), pp. 89/114

D.L.: BI--

-

Alcance y significado de la controversia arriana

Mª Isabel Loring García

religión: cuando profesar unas creencias correctas o erradas no sólo condicionaba la salvación o la condena individual, sino también la prosperidad o el desastre del Imperio2. En la mentalidad de la época los Dioses primero y el Dios único después eran los garantes de la integridad y continuidad del Imperio. Así, según refiere el obispo Eusebio de Cesarea en su Historia Eclesiástica, cuando en 311 el emperador Galerio, sucesor Diocleciano en Oriente, promulgó un edicto de tolerancia, interrumpiendo temporalmente la persecución contra los cristianos, concluía el mismo exigiendo que: «a cambio de esta indulgencia nuestra [los cristianos] deberán rogar a su Dios por nuestra salvación, por la del Estado y por la suya propia, con el fin de que por todos los medios, el Estado se mantenga sano y puedan ellos vivir tranquilos en sus propios hogares»3. Esta concepción permite situar en su dimensión real el papel desempeñado por el poder imperial en las controversias doctrinales de las iglesias cristianas, cuando a partir de 313 el cristianismo pasó a gozar de un estatus legal. Con sus intervenciones los emperadores no sólo buscaban restaurar la concordia entre las distintas iglesias cristianas con objeto de reforzar la cohesión interna del imperio, sino especialmente contribuir a la correcta fijación de la doctrina para garantizar el favor divino y asegurar así su estabilidad. Por otra parte, la ortodoxia comprometía la salvación individual, de ahí la vitalidad y virulencia de los debates. De ahí, también, que éstos no quedaran circunscritos a los teólogos, sino que también alcanzaran a amplias capas de la población. Tanto más cuanto los teólogos intentaron y lograron llegar al gran público, exponiendo sus puntos de vista no sólo en tratados y opúsculos, sino también en composiciones populares en métrica vulgar, para ser recitadas o incluso cantadas. A este propósito, Jones cita la Thalia de Arrio, que precisamente está versificada, y también recoge un testimonio del obispo Gregorio de Nisa, teólogo capadocio que, junto con su hermano Basilio de Cesárea y Gregorio de Nacianzo, participó activamente en la última etapa de la polémica arriana. Gregorio hace expresa alusión al amplio eco que el debate teológico había alcanzado entre los habitantes de Constantinopla y, en un cierto tono hiperbólico, refiere lo siguiente: «si preguntas por tu cambio, el tendero filosofa contigo acerca del engendrado o del inengendrado; si te interesas por el precio de una hogaza, la respuesta es: ‘El Padre es más grande y el Hijo inferior’; y si preguntas si el baño está preparado, el encargado afirma que el Hijo es de la nada»4. 2

JONES, A.H.M.: The Decline of the Ancient World, Londres, Nueva York, 1966, p. 327.

CESAREA, Eusebio de: Historia Eclesiástica, VIII, 17, 10, el fragmento aquí reproducido procede de la edición bilingüe de A. Velasco-Delgado, Madrid, 2001, p. 551. 3

4 Reproducido por Jones, p. 329, y traducido libremente por mí del inglés; el original en Migne, Patr. Gr., XLVI, 557.

Clio & Crimen:

ISSN:

nº 1 (2004), pp. 90/114

D.L.: BI--

-

Alcance y significado de la controversia arriana

Mª Isabel Loring García

Pietri participa de este planteamiento y en sus páginas sobre la controversia arriana nos dice que atañe al «corazón del cristianismo», porque lo que en ella se dilucida es la «economía de la salvación»5. De ahí que generara una intensa actividad intelectual y que, además, trascendiera el marco de los círculos cultivados para implicar a amplios sectores de la población. Pietri da noticia de distintos testimonios sobre los medios propagandísticos utilizados por Arrio —pequeños manuales, oraciones, cantos— para difundir su teología y también subraya el hecho de que la principal obra del presbítero alejandrino, la Thalia (El Banquete), estuviera versificada y pudiera, por tanto, destinarse a la recitación o incluso al canto6. Uno de esos testimonios procede de Filostargio, autor de una Historia Eclesiástica que terminó de componer en 433, donde se muestra proclive a los postulados arrianos. Según su relato, Arrio «compuso cantos para el mar, para el molino y para el camino, y les puso música apropiada»7. En cambio Pierre Maraval, estudioso que también ha intervenido en la citada Historia del Cristianismo y que es autor de una monografía notable, Le Christianisme: de Constantin à la conquête arabe (Paris, 1997), se decanta por considerar que la controversia arriana fue ante todo un debate de teólogos y pone en duda que hubiera entusiasmado a las masas8. Personalmente, estoy más próxima a las tesis de Jones y Pietri. Primero, porque el tema no podía ser ajeno a las masas pues, como ya se ha dicho, lo que estaba en juego era la salvación. Segundo, porque las masas podían verse muy fácilmente insertas en el debate a través de su praxis religiosa —oficios y actos litúrgicos— en el que desempeñaban un papel importante las oraciones, los cantos y también los sermones. Por otra parte, al margen de nuestra información sobre la actividad divulgadora de Arrio, resulta oportuno poner de relieve cómo la cátedra del obispo tomó su nombre del asiento del gramático y del retórico, es decir, del profesor de literatura que se sentaba rodeado de discípulos para impartir sus clases —en el caso del obispo de doctrina cristiana— y remite a esa función primordial de todo obispo: la pedagógica. Arrio, desde su condición de presbítero, también participó plenamente de esa función. Desde finales del siglo III el incremento del número de fieles dio lugar a la aparición de las primeras iglesias suburbanas, las futuras parro5

PIETRI, Ch.: Naissance d’une chrétienté, Paris, 1995, p. 249.

6

Ibid., pp. 254 y 257.

El testimonio de Filostargio (Hist. eccl., 2,2) recogido en QUASTEN, H.: Patrología, II: La edad de oro de la literatura patrística griega, Madrid, 1985, p. 14. 7

8

MARAVAL, P.: Le christianisme de Constantin à la conquête arabe, Paris, 1997, p. 314.

Clio & Crimen:

ISSN:

nº 1 (2004), pp. 91/114

D.L.: BI--

-

Alcance y significado de la controversia arriana

Mª Isabel Loring García

quias, atendidas por presbíteros bajo la supervisión del obispo, siendo en una de estas iglesias alejandrinas, la de Báucalis, donde Arrio predicó. Se trata de un fenómeno todavía minoritario, que sólo alcanzó a las ciudades más populosas del Imperio y no es casual que los primeros testimonios procedan de Roma y Alejandría. Una tarea pedagógica que, en ese período de tiempo que se extiende de las grandes persecuciones del siglo III hasta la iglesia triunfante de finales del siglo IV, va a desarrollar una ciclópea labor: nada menos que trasvasar la cultura clásica de una estrecha élite hasta el ciudadano medio del mundo romano, tal como señalaba a primeros de los setenta Peter Brown en esa obra ya clásica, The Later Roman Empire (Londres, 1971). Brown también subrayaba que en ese afán por difundir la recta doctrina, de la que formaba parte lo que el llamó «el ínfimo común denominador de la cultura clásica», los obispos no dudaron en utilizar la lengua vulgar, caso del copto en el mundo egipcio, y las formas más populares de comunicación9. De este modo nociones y conceptos hasta entonces reservados a una elite cultural, al ser incorporados por los teólogos cristianos a sus especulaciones teológicas, pasaron a estar en boca del ciudadano medio, tal como refleja el citado testimonio de Gregorio de Nisa o aquellos otros acerca de los recursos pedagógicos de Arrio. Tras estas consideraciones podemos introducirnos en el plano teológico contando ya con unos planteamintos previos: la controversia arriana concernía a una cuestión vital para el cristianismo, la salvación, lo que dio lugar a un intenso debate intelectual; también promovió una activa participación de la población de las ciudades; y por último, el poder imperial estaba directamente involucrado en la disputa, pues una vez desencadenada ésta los príncipes se vieron obligados a intervenir, en mayor o menor grado, no sólo con objeto de asegurar la unidad de la Iglesia y con ella la del Imperio, sino también de obtener el favor del Dios de los cristianos para garantizar la continuidad del propio Imperio. Desde el punto de vista teológico el arrianismo, que ha contado con una historiografía adversa desde los tiempos del primer concilio de Constantinopla, no puede seguir siendo considerado como una herejía. Las soluciones aportadas por Arrio al debate trinitario fueron condenadas primero en el concilio de Nicea en 325 y definitivamente en el de Calcedonia en 381, pero estas condenas no son razón suficiente para considerarlas un desvío doctrinal. Los presupuestos subordinacionistas de 9

BROWN, P.: El mundo en la antigüedad tardía, Madrid, 1989, p. 106.

Clio & Crimen:

ISSN:

nº 1 (2004), pp. 92/114

D.L.: BI--

-

Alcance y significado de la controversia arriana

Mª Isabel Loring García

Arrio a la hora de enfocar las relaciones entre el Padre y el Hijo enraizaban con la tradición teológica, de ahí que la condena de Nicea no alcanzara a erradicarlos y que, por el contrario, sirvieran para inspirar la doctrina oficial en las décadas centrales de la centuria. A este propósito, Pierre Maraval señala que las soluciones aportadas por los adversarios de la fórmula dogmática adoptada en el concilio de Nicea, impropiamente calificados por sus polemistas como ‘arrianos’, calificativo que ellos rechazaban, eran tan legítimas como las que finalmente terminaron triunfando, entre otros motivos porque tenían sus fundamentos en la tradición10. En esta misma línea, Charles Pietri expone cómo las tesis de Arrio se insertan en un antiguo debate, que se remonta a los primeros tiempos del cristianismo y que al mismo tiempo ilustra el esfuerzo de los teólogos por precisar la doctrina con la ayuda de los instrumentos proporcionados por la filosofía contemporánea11. Es decir, la controversia arriana no abrió sino que cerró un antiguo debate, a lo largo del cual se fue fijando la doctrina cristiana sobre la Trinidad, un Dios uno y trino. Lo prolongado del mismo es consecuencia de las dificultades que implicó conciliar la creencia en un Dios único y trascendente, es decir, infinitamente superior o mejor aún que “sobre-pasa” el mundo de lo creado12, con la de un redentor, Dios y hombre, que participa por tanto del orden de las criaturas, es decir, de lo creado; esto es, con un Cristo redentor capaz de franquear la barrera entre el mundo de las realidades inteligibles y de las sensibles, poniendo así fin a la contraposición entre ambos mundos y abriendo la vía para el reencuentro del hombre con Dios, o lo que es lo mismo garantizando su salvación. Existen distintos modos de abordar el largo esfuerzo especulativo que precedió al estallido del debate arriano, a lo largo del cual muchas posiciones fueron rechazadas por heterodoxas. Personalmente me ha parecido especialmente interesante el enfoque que del mismo hace Pietri, cuyo discurso vamos a seguir de cerca, pues relega a un segundo plano la confrontación entre ortodoxia y heterodoxia para resaltar lo que considera que fue el eje vertebrador: la salvación. Tradicionalmente, los antecedentes del debate arriano se han venido situando en el siglo tercero. Sin embargo Pietri se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, cuando todavía procede hablar de una teología judeocristiana, pues ya entonces hicie10

Maraval, op. cit. p. 315.

11

Pietri, op. cit., p. 249.

FERRATER MORA, J.: Diccionario de Filosofía, Madrid, 1979, utiliza sobre-pasar, sobre-salir para referirse a la trascendencia de Dios respecto al mundo, véase entrada Trascendencia. 12

Clio & Crimen:

ISSN:

nº 1 (2004), pp. 93/114

D.L.: BI--

-

Alcance y significado de la controversia arriana

Mª Isabel Loring García

ron su aparición las primeras tesis subordinacionistas. Según expone este autor, la primera reflexión judeocristiana se atuvo a un monoteísmo estricto con objeto de evitar acusaciones de diteístas (dos dioses) por parte de los judíos y, consecuentemente, tendió a presentar a Crist...


Similar Free PDFs