Análisis arquitectónico de la Iglesia de Santa Prisca Taxco Guerrero PDF

Title Análisis arquitectónico de la Iglesia de Santa Prisca Taxco Guerrero
Author Baldo Ballesteros Martinez
Course Mecánica De Suelos
Institution Instituto Politécnico Nacional
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Análisis arquitectónico, teórico e histórico de la iglesia de Santa Prisca en Taxco Guerrero...


Description

Instituto Politécnico Nacional Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura Unidad Tecamachalco Análisis arquitectónico del Templo de Santa Prisca en Taxco, Guerrero Alumno: Ballesteros Martínez Baldomero Boleta: 2019380361 Grupo: 3AV1 Unidad de aprendizaje: Origen del fenómeno arquitectónico

Profesor: Luis Mendoza Juárez

Fecha: 03 de diciembre de 2019 INDICE

1. Introducción ……………………………………………………………………………1 2. Elementos del análisis arquitectónico 2.1. Ubicación ………………………………………………………………………….2 2.2. Entorno ……………………………………………………………………………2 2.3. Género …………………………………………………………………………….2 2.4. Estilo Arquitectónico ……………………………………………………………..3 2.5. Antecedentes históricos …………………………………………………………4 2.5.1. Del Autor …………………………………………………………………… 4 2.5.2. Del Género ………………………………………………………………… 5 2.5.3. Del Edificio …………………………………………………………………7 2.6. Forma ……..……….……………………………………………………………… 9 2.6.1. En Planta ….. ……………………………………………………………….9 2.6.2. En Volumen ………………………………………………………………10 2.6.3. Proporción ………………………………………………………………..10 2.6.4. Modulación ……………………………………………………………….11 2.6.5. Escala …………………………………………………………………….11 2.7. Materiales Constructivos ………………………………………………………12 2.8. Elementos Sustentantes ………………………………………………………13 2.8.1. Columnas ………………………………………………………………..13 2.8.2. Muros …………………………………………………………………….14

2.9. Elementos sustentados ………………………………………………………..14 2.9.1. 2.10. 2.11. 2.12. 2.13. 2.14. 2.15. 17

Cubiertas …………………………………………………………………14 Materiales en acabados ………………………………………………..14 Elementos decorativos …………………………………………………15 Accesos …………………………………………………………………..16 Circulaciones …………………………………………………………….16 Zonas ……………………………………………………………………..16 Reglamentos y restricciones ……………………………………………

3. Reconstrucción ………………………………………………………………………17

1. INTRODUCCIÓN En el presente trabajo realizare la investigación hacia lo referente a la iglesia de Santa Prisca ya que me encantaría viajar a esta ciudad de la república mexicana y ya que se me hace muy interesante este trabajo por esta razón se me hizo muy agradable hacer mi análisis sobre este edificio colonial mexicano. Santa Prisca es el símbolo más reconocido de Taxco, su cúpula de talavera y sus dos torres son la postal clásica del destino guerrerense. Lo que posiblemente muy pocas personas sepan es que se trata de una construcción llena de misterios y leyendas. Acompáñanos a descubrir sus secretos, verás que no te quedará más remedio viajar para conocerlos en persona. Ubicada en una pequeña hondonada con respecto al resto de la ciudad, el diseño arquitectónico de la parroquia estuvo a cargo del arquitecto francés Diego Durán y del español Cayetano Sigüenza. En su momento, el templo, fue el edificio más alto de México, con una altura de 94.58 metros (título que perdió en 1808) La ciudad de Taxco aún preserva gran parte de su estilo virreinal, y gran ejemplo de ello es el Templo de Santa Prisca, una iglesia que es todo un icono de este Pueblo Mágico. A lo largo de este trabajo se realizará el análisis de esta ciudad y en especifico la iglesia de Santa Prisca y San Sebastián llendo desde su trazo hasta lo que en la actualidad es la iglesia.

2. ELEMENTOS DEL ANALISIS ARQUITECTÓNICO 2.1

Ubicación

El templo de Santa Prisca se ubica en el corazón de Taxco al norte del Estado de

Guerreo, siendo más específico se ubica en la calle José de La Borda 1, CNOP, 40200 Taxco, Gro. 2.2

Entorno

En su entorno inmediato figuran varias construcciones contemporáneas importantes como la Casa Borda, la Casa Humboldt (hoy Museo de Arte Sacro Virreinal), la Casa Grande y el ex convento de San Bernardino; así como una serie de plazas: Borda - el jardín principal-, San Juan, Bernal, de las Carnicerías y el parque Guerrero, que sumadas a la peculiar traza urbana con sus torcidas calles empedradas y sin banquetas conforman pintorescos rincones y espacios que caracterizan a este poblado minero. Es un monumento colonial en Taxco de Alarcón, del Estado de Guerreo, desde el monte Taxco y hasta el sur se puede observar el templo de Santa Prisca debido al lugar tan céntrico y majestuoso de este recinto en fin desde cualquier ángulo, se puede observar este templo que es uno de los más altos de la República Mexicana y un prodigio donde la arquitectura, la escultura y la pintura se funden en el simbolismo.

2.3

Género

El género arquitectónico donde se encuentra clasificada esta construcción es Religioso.

2.4

Estilo arquitectónico

La combinación de influencias decorativas indígenas y árabes, con una interpretación extremadamente expresiva del churrigueresco, podría explicar la variedad e intensidad del barroco en la Nueva España. Aún más que en su equivalente español, el barroco americano se desarrolló como un estilo de decoración del estuco. Fachadas con torres gemelas de muchas catedrales americanas del siglo XVII tienen raíces medievales. Al norte, la provincia más rica del siglo XVIII, Nueva España, el actual México, produjo una arquitectura fantásticamente extravagante y visualmente frenética que es el churrigueresco mexicano. Este estilo ultra barroco culmina en los trabajos de Lorenzo Rodríguez, cuya obra maestra es el Sagrario Metropolitano en Ciudad de México (1749–1769). Otros ejemplos notables se encuentran en remotos pueblos mineros. Por ejemplo, el santuario de Ocotlán (comenzado en

1745) es una catedral barroca de primer orden, cuya superficie está cubierta de baldosas rojas brillantes, que contrastan con una plétora de ornamentos comprimidos aplicados generosamente en la portada y los flancos de las torres. La auténtica capital del barroco mexicano es Puebla, donde la abundancia de baldosas pintadas a mano y piedra local gris llevaron a una evolución muy personal y localizada del estilo, con un pronunciado sabor indígena. El barroco novohispano es un movimiento artístico que apareció en lo que hoy es México a finales del siglo XVI, aproximadamente, y que se preservó hasta mediados del siglo XVIII. Proveniente de la palabra portuguesa barrueco que significa impuro, abigarrado, extravagante, osado, el ejemplo más impactante del arte barroco novohispano se encuentra en la arquitectura religiosa, donde los artesanos indígenas le dieron un carácter único. Destacan la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México con su Altar de los Reyes, la iglesia de Santa María Tonantzintla en el Estado de Puebla, el convento jesuita de Tepotzotlán en el Estado de México, la Capilla del Rosario en la iglesia de Santo Domingo en la ciudad de Puebla, el convento y el templo de Santo Domingo de Guzmán de Oaxaca, y la iglesia de Santa Prisca en Taxco, Estado de Guerrero. El ethos barroco sacudió en México las formas y proporciones clásicas para contribuir a forjar así una identidad mexicana. El barroco novohispano es el redescubrimiento y la refundación de la herencia española, a partir del siglo XVII. El estilo barroco representa una experiencia de sobrevivencia cultural por parte de

los indígenas, enriqueciéndola y transformándola. México y el barroco comparten su historia, con la llegada de la civilización ibérico-europea y el mestizaje cultural. La población marginal de las ciudades novohispanas, abrumadoramente indígena y gitana, emprendió, hacia el siglo XVII, la construcción de una nueva identidad (ante el fracaso de la tentativa de imponer pura y simplemente la cultura europea a través de la evangelización). Fueron sobre todo los indígenas avecindados en las ciudades quienes, aprovechando su otredad, pudieron reconstruir las formas venidas de Europa. Los indígenas habían visto derrumbarse su cosmovisión ancestral y se vieron obligados a transformar su identidad, adoptando las formas y técnicas de los conquistadores, pero con un contenido propio. Como resultado, transformaron también la forma de ver el mundo de los criollos y mestizos novohispanos, forjadores todos ellos de la actual sociedad mexicana.

2.5

Antecedentes históricos 2.5.1 Del Autor

Sigüenza y Góngora, Cayetano de Arquitecto novohispano del Siglo XVIII. En su época fue el máximo exponente del arte barroco en México. Algunas veces se firmó como Cayetano José Sigüenza y Góngora. Nació en la Ciudad de México en 1714; murió el 9 de marzo de 1778. Hijo de Francisco Sigüenza y María Gertrudis Catarina Serrano y Rosales, originarios de Vizcaya. Autor del proyecto para construir la monumental iglesia de Santa Prisca, en Taxco de Alarcón. Radicaba en la Ciudad de México cuando José de la Borda le llamó para examinar el terreno y trazar los planos del nuevo templo, puesto que ya existía una edificación que se ocupaba

para el culto religioso. En ocho años se realizó la extraordinaria obra, del 23 de febrero de 1751 al 3 de diciembre de 1758, y empezó a funcionar a partir de mayo de 1759. El arquitectónico inmueble, punto de atracción turística, orgullosamente del estado de Guerrero, es una obra única e inigualable, producto de artistas constructores

que no se ajustaron a una sola modalidad, y sí, en cambio, combinaron formas, estilos y diseños. El 21 de abril de 1750 recibió el título de maestro arquitecto. Tuvo a su cargo los trabajos de construcción de varios conventos y casonas particulares en la Ciudad de México. Sigüenza logró algunos ingresos mediante negocios de compra y venta de inmuebles. Contrajo matrimonio en la Ciudad de México el 2 de mayo de 1757 con María Vicenta Cabrera; antes ya había contraído nupcias, primero con Bárbara Esquivel y, luego, con Ana de Mendoza. Fue sepultado en el Sagrario Metropolitano de la Ciudad de México.

2.5.2 Del Genero

En cualquier lugar del mundo, el culto religioso se desempeña como la máxima manifestación de alabanza a su respectivo Dios o dioses, por lo que su práctica colectiva se ha de realizar ben lugares específicos. En las distintas épocas de la historia, los lugares destinados al culto han alcanzado cierta monumentalidad con respecto a su contexto inmediato, como muestra de la superioridad divina sobre lo terrenal. Actualmente a los lugares o edificios ocupados exclusivamente para el culto religioso se le conoce como “templos” que proviene del latín templum (RAE, 2012). Estos edificios se han concebido de distintas maneras según la cultura y creencias de los diferentes lugares, y así mismo por las distintas épocas a lo largo del desarrollo de la humanidad. Es aquí donde la arquitectura se hace presente mediante el diseño de la forma y el espacio de estos templos religiosos, y que al término de la construcción son consagrados por la respectiva religión. Bajo el carácter de lo sagrado, el arquitecto Esteban Fernández (2007), define a la arquitectura sagrada como el puente entre la inmanencia y la trascendencia. Entendiendo a esta definición la capacidad que logran los feligreses para conectar la mente y el cuerpo con la dimensión sagrada, utilizando como medio el espacio

consagrado del templo, creando de esta manera la unión perfectamente entre el espacio arquitectónico y el culto religioso. Para interpretar la arquitectura de cada templo es necesario entender el fundamento teológico de cada uno de estos lugares, en el caso del templo católico se fundamenta en dos maneras cristológico y eclesiológico, en virtud de su fundador Cristo y el significado de su cuerpo que conforma lo que se conoce como “iglesia”. Estos fundamentos se hacen presentes cada vez que los fieles que conforman la iglesia (eclesiología) se congregan a celebrar el culto cristiano (cristología), y que ante estas acciones la necesidad del templo es fundamental para su práctica.

Arquitectura religiosa en México

Con la llegada de los españoles se introdujeron teorías arquitectónicas del orden clásico y formalidades arábigas, al construirse los primeros templos y conventos monásticos; se proyectaron modelos únicos en su tipo que fueron la base de la evangelización de los pueblos indígenas marcando su ideología dentro del estilo arquitectónico denominado tequitqui (del náhuatl; obrero o alarife), años más tarde el barroco y el manierismo se imponen en grandes catedrales y edificios civiles, mientras que en zonas rurales se construyen haciendas o fincas señoriales con tendencias no tan mozárabes. Los monasterios mendicantes fueron una de las soluciones arquitectónicas ideadas por los frailes de las órdenes mendicantes en el siglo XVI para la Evangelización en la Nueva España, pensadas para un número enorme de indígenas no católicos. Se basaron en el modelo monástico europeo, pero añadieron elementos innovadores en la Nueva España como la cruz atrial y la capilla abierta, además de caracterizarse por ostentar diversas corrientes decorativas y una apariencia recia como fortalezas militares. La función religiosa de estas edificaciones se pensó para un número enorme de indígenas por evangelizar, aunque pronto por la política de reducción el conjunto se convirtió en el centro de enseñanza de sus comunidades y de los modos civiles de occidente, el castellano, diversos artes y oficios, salud, e incluso servicios fúnebres. Dentro de estos edificios, repartidos por el centro del actual México y con ejemplos soberbios de maestría en la arquitectura y decoración, es posible hallar un arte originado tanto en la talla de la piedra como en la decoración pictórica: el arte tequitqui o indo cristiano, una suerte de estilo hecho por los indígenas que construyeron los edificios basado en los patrones europeos y dirigidos por los frailes.

Las primeras catedrales se construyeron desde que en 1521 cuando se fundó la Nueva España, a partir de ese entonces se han construido cada vez más elaboradas que el último como la Catedral de Yucatán que se considera la segunda catedral de México con un estilo Renacentista.

2.5.3 Del Edificio

En 1751 el acaudalado y prestigiado ciudadano del Real de Minas de Taxco, José de la Borda, inició la construcción del templo de Santa Prisca, previa autorización que presentó ante el virrey don Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, conde de Revillagigedo, y el arzobispo de México don Manuel Rubio y Salinas. Santa Prisca en el retablo del templo del mismo nombre. Santa Prisca en el retablo del templo del mismo nombre. La solicitud reclamó, en contra de lo establecido, el derecho a la libertad absoluta para actuar y decidir en todo lo relacionado a la edificación de la iglesia. Las autoridades aceptaron las condiciones, pero exigieron el compromiso de entregar la construcción perfectamente terminada.

Para cumplir el ideal, José de la Borda hipotecó bienes y propiedades y asentó que, en caso de morir antes de finalizar la obra, los herederos o sucesores tendrían que llevar a cabo su disposición. Durante ocho años, la edificación representó una fuente pródiga de trabajo para muchos lugareños. El administrador de obras fue don Francisco Miguel Domínguez, quien, años más tarde, se encargó de mandar hacer la pira funeraria del famoso minero y promotor de la construcción; en ese acto, el autor del discurso luctuoso fue el párroco José Antonio Ximénez y Frías, quien hizo alusión al costo del templo: $461 562.00, cinco y medio reales de oro; además de $590.00 para los colaterales, ambones, púlpitos, confesionarios, pinturas y el órgano. El principal arquitecto de la obra fue Cayetano de Sigüenza, quien reconoció el terreno y trazó los planos; intervinieron, también, el español Diego Durán

Berruecos, del que algunos autores afirman que se trata de otra persona con el mismo apellido; don Juan Joseph de Alba (constructor de la Casa Borda), y otro más de apellido Caballero. La iglesia se terminó en 1758 y la consagración la hizo don Manuel Antonio Rojo del Río Lubián y Vieyra, arzobispo de Manila, el 15 de marzo de 1759, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción y la protección de dos santos titulares: Santa Prisca y San Sebastián, ambos, mártires romanos del Siglo XII. La primera es patrona tradicional de las tormentas, protectora contra los rayos y los desbordamientos de las aguas; en la antigua parroquia ya existían dos esculturas de ella; el segundo, San Sebastián, se eligió al azar del santoral, por medio de un sorteo. Debió constituir para José de la Borda una enorme satisfacción contemplar el templo terminado en forma excelente, gloriosamente consagrado y ver a su hijo, don Manuel de la Borda y Verdugo, como primer párroco: doble tributo a Dios.

2.6

Forma 2.6.1 En planta

La planta de la parroquia de Santa Prisca, como puede verse en el plano que la ilustra, es una planta tradicional en forma de cruz latina, con varios anexos. Las dependencias que forman una sola unidad con la planta del templo son: en primer

término, los basamentos de las torres, a uno y otro lado de la fachada; después, en el lado norte de la nave, la capilla de Jesús Nazareno sin comunicación al exterior, y que ocupa toda el área comprendida entre el basamento de la torre y el brazo norte de la cruz de la nave. Entre el lado oriente de este brazo y el límite final de la planta del templo, colindando con el ábside, se encuentran 2 habitaciones con comunicación interior al crucero, que hoy sirven de Sacristía.

que incluía técnicos y mano de obra especializada. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto Ricardo Prado Núñez. Las investigaciones documentales y gráficas fueron significativas para preservar la autenticidad histórica y estética de esa representación del arte novohispano. En principio, se elaboró un inventario de los objetos de arte que permanecían olvidados en la bodega, y para la restauración propiamente dicha se le dio prioridad al edificio, las instalaciones, los retablos, la pinacoteca y los murales. Después, se procedió a renivelar y reajustar el enlosado de los pavimentos del atrio; cuando fue necesario, se cambiaron piezas tomadas del lugar original: el cerro del Huixteco. La cubierta de la iglesia y las cúpulas de azulejos poblanos, originales del Siglo XVIII, presentaban humedad severa, con proliferación de flora parasitaria; se aplicaron herbicidas y se impermeabilizó con jabón y alumbre disueltos; las oquedades bajo el azulejo, detectadas por percusión, fueron inyectadas con una mezcla de caseinato de calcio.

Del interior, se erradicó la fauna nociva, como eran los murciélagos y las temibles termitas destructoras de las partes ornamentales de los retablos y marcos de las pinturas. Sin necesidad de sacar del templo las obras pictóricas, se restauraron más de 40 lienzos, con autoría de Miguel Cabrera, José de Miranda, Andrés Barragán, Ramón Torres y otros autores anónimos; se usó la técnica holandesa del reentelado, que consiste en adherir al paño original uno nuevo que sirve de soporte, para efectuar el resane y reintegración del color. Se hizo la limpieza de los retablos y la aplicación de fungicida e insecticida a los mismos; se realizó reforzamiento o sustitución de piezas estructurales; los faltantes de dorado tuvieron que resanarse y los colores originales fueron restituidos. El trabajo más relevante es la reconstrucción del manifestador perteneciente al retablo mayor: elemento arquitectónico que sirve para exponer al público la custodia. Fue casi un rompecabezas armar las partes que se encontraron en un depósito y en la parroquia, destruidas o con muestras de haber sufrido la acción del fuego, por lo que se compuso la ornamentación existente y se fabricó la faltante.

En el portón principal pudieron repararse agrietamientos y fracturas; la madera, rehidratada, se trató contra hongos y polillas; las molduras, elementos faltantes, herrajes zafados y doblados, fueron restablecidos. Los diversos objetos históricos que sirvieron como base para una precisa restauración se encontraron guardados bajo llave en una bodega ubicada sobre la sacristía de los presbíteros. La acertada medida se efectuó en el segundo centenario de la parroquia y evitó el desecho o saqueo de obras de arte y partes de retablos, como alas de ángel, manos o dedos, faroles, cerraduras del Siglo XVIII y otras, cuya ausencia hubiese pasado inadvertida. De todos los objetos se elaboraron cédulas o fichas que fueron almacenadas...


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