Aníbal Barca PDF

Title Aníbal Barca
Author kevin Merinero
Course cultura clásica
Institution Universidad de Alcalá
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Summary

Trabajo sobre Aníbal Barca, en el contexto de la Segunda Guerra Púnica y de los comienzos de la expansión de la República romana por Grecia y el Mediterráneo. Realizado para la asignatura de Cultura Clásica de 2º de Humanidades. ...


Description

ANÍBAL BARCA Cultura Clásica

Kevin Merinero Rodríguez Universidad Alcalá de Henares – 2º Humanidades

Índice 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

Introducción ………………………………..……………………..….……..…. 2 Cartago y Roma antes de Aníbal …………..……………………..….…….... 2-4 Los orígenes de la familia Barca ………..………………………..….…….... 4-6 La gloria de los Barca en Iberia. .………………….…………….….…….… 6-7 Origen de la Segunda Guerra Púnica: Sagunto.…...…………….....................7-9 Aníbal llegando y cruzando los Alpes ……….………...………....……...... 9-10 La guerra en Italia ………………………………………………....…...... 10-13 7.1. Antes de Cannas …………………………….………………....-………. 11 7.2. Cannas………………….……….………….………....…..…..…..…. 12-13 7.3. Después de Cannas ………………………………….…...…..….…... 13-14 8. La Batalla de Zama y fin de la guerra .……….……………...…..…....…..14-15 9. Aníbal de sufete de Cartago a traidor……………..………….........……... 15-16 10. Aníbal en el Imperio Seleúcida …………………..………….….......….... 16-18 10.1. Aníbal y Escipión en Éfeso…………………..………....………….. 17-18 11. Los últimos años de Aníbal …………………..…………….….......…….. 18-20 12. Bibliografía……………………………………………………………….. 20-21

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1) INTRODUCCIÓN En la Eneida, Dido antes de morir tuvo una visión de un hombre que sería el vengador de Cartago, un hombre que se vengaría de forma terrible contra la descendencia de Eneas. Virgilio cuando escribió estos versos seguramente tendría en la cabeza la figura de Aníbal Barca, el último gran héroe de Cartago y llamado traidor por su patria tras Zama. Para Roma, un demonio salido del Hades que les enseñó lo que es el terror y el miedo. Y él por donde pasaba dejaba una impronta imborrable que la historia nunca borraría. En definitiva, la figura de Aníbal Barca, un general y estadista cartaginés nacido en Cartago en el año 247 A.C y muerto en Bitinia en el año 183 A.C, es una leyenda donde no queda espacio para la verdad, demasiado falseada por la historiografía romana durante décadas, una visión que es la que nos ha legado Roma hasta el día de hoy donde solo hay espacio para las hazañas que hizo y su trágica caída. Pero debajo de su leyenda hubo un hombre, muy olvidado por sus hazañas y la praxis de este trabajo es vislumbrar a Aníbal más allá de su faceta de general legendario, hablando de su patria natal, Cartago, y los orígenes de su familia, los Barca, para mostrar su principio y su final, más que mostrar otra vez su leyenda, humanizaremos a la leyenda, humanizaremos a Aníbal Barca de Cartago. 2) CARTAGO Y ROMA ANTES DE ANÍBAL Para poder explicar por qué Aníbal fue lo que fue hay que explicar la relación anterior entre Roma y Cartago. El origen de Roma lo vamos a obviar, pero el origen de Cartago no. Cartago fue una colonia fundada por los fenicios entre los siglos IX o VIII A.C (su origen se data en el 814 A.C con la llegada de Dido) en el norte de África, concretamente en el golfo de Túnez. Esta colonia se caracterizaría por haber alcanzado una total autonomía, siendo su forma de gobierno una república oligárquica, donde unas familias aristocráticas tendrían el control, muy dependiente económicamente del exterior, sobre todo de sus relaciones comerciales y de sus colonias, además de tener como idioma una evolución del fenicio, el púnico. Además, debido a su situación privilegiada, se convirtió muy rápidamente en el puerto más importante del Mediterráneo occidental, consiguiendo con ello una gran suma de capital que le permitiría poder mantener colonias y factorías comerciales propias en las islas del mar Tirreno (Cerdeña y Córcega) y en Sicilia. Mientras tanto, sus relaciones con Roma serían meramente comerciales, el odio eterno

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entre las dos ciudades que propugnarían después la literatura y la historiografía todavía no había comenzado, pero todo ello cambiaría con la llegada bélica de Pirro, rey de Epiro. Todo comenzaría con un conflicto entre Roma y Tarento, donde Tarento, que estaba aliada con Pirro le pediría ayudada a este, precipitando su llegada. Pirro reinaba en la zona de Epiro, región situada en la costa occidental de la península balcánica. La guerra contra Pirro duraría desde el 280 hasta el 275 A.C. Desde el principio del conflicto, Pirro consiguió dos victorias contra los romanos en Heraclea y en Asculo, y muy pronto Pirro cambio sus intenciones, pasó de ayudar a los tarentinos a querer instaurar un reino helénico en Italia, además de ambicionar después Sicilia, contando con el apoyo de Siracusa. Su mayor éxito en Sicilia fue conseguir casi todo el control de la isla en detraimiento de Cartago que solo pudo conservar la ciudad de Lilibea, destacamos la toma de Erice por parte de Pirro. Esta coalición de estados griegos con Epiro obligó a que Roma y Cartago hicieran una coalición para poder pararles, firmando un cuarto tratado firmando su alianza (los tres anteriores solo estipulaban las áreas de influencia de estos mientras ganaban territorios con el paso del tiempo). Su alianza funciono, ya que Cartago pudo parar a Pirro en el oeste de la península italiana, situación aprovechada por Roma para enfrentarse en batalla contra Pirro en Benevento y poder derrotarles en el 275 A.C. Roma y Cartago volvieron a su status quo anterior del año 280 A.C, pero con una diferencia, Roma tenía un mayor control de la península y en unos años ambicionaría Sicilia, provocando con ello la Primera guerra púnica. Roma en el año 264 A.C empezaría la guerra ya que los mamertinos, unos mercenarios itálicos de la zona de Campania y ubicados en la ciudad de Mesina, al norte de Sicilia, tras varios conflictos con los siracusanos y la ciudad de Regio, Cartago, para evitar más derramamientos de sangre, convenció al soberano de Siracusa para que les permitiese tener una guarnición en Mesina para mantener la paz en la región, algo que los mamertinos no veían con buenos ojos y pidieron ayuda a Roma. Roma, que poco a poco veía que los cartagineses les estaban cercando por sus posesiones entraría en el conflicto para poder pacificar Sicilia y eliminar la esfera de influencia púnica en la isla, por tanto, ayudaría a los mamertinos. Del conflicto y su desarrollo no entraremos en detalle, salvo que toda la guerra ocurrió en Sicilia entre los ejércitos púnicos y romanos con sus respectivos aliados, que este fue el primer conflicto en el que Roma lucharía de verdad en una guerra marítima, y que hubo tentativas romanas para invadir la zona norteafricana pero todas ellas fracasaron, y que el conflicto se alargaría hasta el año 241 A.C donde el 3

conflicto se decantaría del lado romano por el arruinamiento económico y el agotamiento demográfico y militar de Cartago. Lo importante del conflicto es que servirá como lanzamiento a la gloria de una familia cartaginesa, los Barca, no en manos de Aníbal, su más ilustre miembro y nacido en el año 247 A.C, sino de su padre, Amílcar Barca, que empezaría su carrera militar en este conflicto y que será el siguiente punto a tratar. 3) LOS ORÍGENES DE LA FAMILIA BARCA La familia de Aníbal era una familia aristocrática en ascenso de Cartago cuyo miembro más antigua fue Aníbal Barca (abuelo de Aníbal y el origen del nombre de su nieto). Pero el padre de Aníbal, Amílcar Barca tendrá una importancia en la historia e impacto que es tan importante como la de su hijo ya que fue él quien introdujo de lleno a los diferentes pueblos ibéricos en las tensiones políticas del Mediterráneo occidental en el S.III A.C en la historia antigua del Mediterráneo occidental. Pero antes de esto, hay que hablar de sus orígenes. Con seguridad podemos decir que Amílcar nació en Cartago en el año 278 A.C en Cartago. Gran parte de su vida es un misterio ensombrecido por el legado que dejaría su hijo primogénito, pero la imagen más clara de él la tenemos en los últimos años de la Primera Guerra Púnica, donde en el año 247 A.C (el mismo año donde nacería su hijo primogénito) se le nombra general de las tropas púnicas en Sicilia. Gracias a su liderazgo, Cartago pudo lograr sendas victorias en los alrededores de Erice y en Cime, pero la suerte de la guerra no estaría en sus manos, ya que la flota de Cartago se hundiría en los alrededores de las Islas Egates. Tras esta derrota, Cartago se rindió y mandó a Amílcar (que durante seis años permaneció invicto en Sicilia) como emisario para negociar la paz con el emisario romano, el cónsul Quinto Lutacio Catulo, en el año 241 A.C. En este tratado, los cartagineses se verían obligados a evacuar sus tropas y civiles de Sicilia, a pagar ingentes cantidades monetarias a Roma como reparaciones de guerra y ver su flota y área de influencia reducida, así como a mantener una relación de subordinación ante Roma. Tras este conflicto, Cartago no vería la paz porque inmediatamente después se vería inmensa en otro conflicto, en la Guerra Líbica que ocurrió entre el 241 A.C y el 238 A.C, donde Amílcar Barca se proclamaría como principal figura política y militar dentro de Cartago. Uno de los pilares del ejercito cartaginés era que entre sus filas contaban con una fuerza armada de mercenarios de distinta procedencia para suplir su falta de soldados 4

cartagineses por su baja demografía. Estos mercenarios al final de una contienda eran pagados con una suma pactada antes del conflicto armado. El problema de Cartago tras la Primera Guerra Púnica era que al estar arruinada económicamente no pudo pagar a los mercenarios, lo que provocó que muchos de ellos se sublevaran contra Cartago, situación que se agravó con la ayuda que recibieron los mercenarios de una serie de tribus númidas de la zona que querían debilitar aún más el poder de Cartago en el norte de África. Los primeros dos años de guerra serían una sucesión de derrotas de Cartago hasta que en el año 239 A.C nombraron como general a Amílcar. Amílcar sería el salvador de Cartago, con su experiencia y su liderazgo fue capaz de vencer en batalla a los mercenarios cerca del río Bágrada, además de usar sus dotes diplomáticas para conseguir que Naravas, un príncipe númida se uniese a su causa acordando su alianza con un matrimonio con la hija mayor de Amílcar (cuyo nombre no se sabe en la actualidad) así como conseguir que los mercenarios capturados se unieran a su causa. Sin embargo, el otro general de las fuerzas púnicas, Hannón el grande (que después sería el mayor rival de la familia Barca en la política cartaginesa), tras encadenar una serie de derrotas (debidos sobre todo a sus desencuentros con Amílcar) provocaría que los mercenarios asediarán Cartago. Esto provocó que Cartago pidiese ayuda a Roma para poder sobrevivir. Roma ayudó pero a un precio muy alto, como pago por su ayuda Cartago tendría que ceder sus posesiones en Córcega y Cerdeña. Cartago vencería al líder de la insurrección, Mato, y a sus tropas en la batalla del 238 A.C (donde se desconoce dónde ocurrió). La guerra fue ganada por Cartago a un alto precio, la perdida de sus motores económicos exteriores perdidos, y las tierras de la ciudad y del norte de África devastadas. Esto en cualquier otra ciudad hubiera sido el final, pero no si hablamos de Cartago, más que rendirse a la situación adversa que acontecía se enfrentó a ella impulsada por Amílcar Barca, si ya no tenían territorios en las islas del Mediterráneo, se crearían nuevas zonas económicas en un lugar donde la influencia de Roma no pudiera llegar inmediatamente, Amílcar convenció al consejo de Cartago de hacer una expedición a Iberia para realizar asentamientos más duraderos y permanentes. Con luz verde para ello, Amílcar con sus tropas, su yerno y amigo Asdrúbal y sus tres hijos varones: Aníbal, Asdrúbal y Magón irían a Iberia. Antes de incidir en el siguiente punto querría dedicar unas líneas a la posible infancia de Aníbal en Cartago. Hay una frase (parte de ella) más contemporánea que resumiría muy bien su infancia: “tiempos duros crean a hombres fuertes…” Esta frase reflejaría bastante bien lo que tuvo que ser para Aníbal su infancia, al ver desde su infancia como su padre 5

tenía que ir a la guerra y como su ciudad natal entraba en el caos por un conflicto que indirectamente había provocado Roma por su intransigencia y su dureza, además de oír como Roma les arrebataba sus ciudades en el Mediterráneo. La vida de Aníbal conoció pocos momentos de paz, y su infancia más prematura no sería uno de ellos, pero con la sangre de un general en sus venas y el ver desde pequeño la guerra ante sus puertas posiblemente engendró en él la semilla del general que llegaría a ser y que se vengaría de Roma por las vejaciones a su patria, la semilla engendraría en Iberia, gracias la esmerara educación que le otorgaría su padre, pero desde luego, aquí se encontraría el origen del Aníbal que todos conocemos. 4) LA GLORIA DE LOS BARCA EN IBERIA Desde la llegada de su padre a la Península Ibérica en el año 237 A.C junto a sus hermanos, Aníbal nunca volvería a ir a su ciudad natal hasta el final de la Segunda Guerra Púnica. Fue en Hispania donde tuvo la educación dotada por su padre, que le dejó en manos de Sósilo de Esparta para que recibiese una enseñanza esmerada, donde asignaturas como mitología e historia militar forjarían buena parte de su personalidad, ya que siempre se compararía con Heracles y con Alejandro Magno por sus hazañas posteriores. Sin duda, Sósilo forjo y pulió en Aníbal el carácter de general que más tarde tendría a partir del 221 A.C cuando toma el mando de las tropas púnicas en la península, además, la influencia de su padre sería latente ya que imitaría todas las virtudes y estrategias militares que hicieron de su padre una leyenda en Cartago. Es en estos puntos de su vida en el que la historiografía romana empieza a forjar la imagen del hombre terrible y cruel que tenemos presente al pensar en Aníbal, intentando crear a un hombre nacido con la única idea de destruir a Roma. Sin duda, un buen ejemplo de ello es el episodio que Políbio o Tito Livio recogen en sus historias y muestran el juramento que hace Aníbal, con 11 años, a su padre, y además a ojos de una estatua de Baal, para que le lleve a Iberia, jurando Aníbal a este que destruirá Roma por las afrentas que ha recibido Amílcar y Cartago. El fragmento es este: “Juro que en cuanto la edad me lo permita [...] emplearé el fuego y el hierro para romper el destino de Roma.” (Tito Livio, Historia Romana, Libro XXI). Pero dejando de lado al joven Aníbal, hay que volver a hablar de su padre y su influencia en Iberia, que muchos años después serviría a Aníbal para comenzar su campaña contra Roma. 6

Una vez llegado Amílcar Barca a Iberia, se asentaría en la ciudad de Gades (la actual Cádiz), desde allí, empezaría una serie de campañas expedicionarias para poder realizar un asentamiento más lejos de la costa, así como una serie de pactos con los diferentes pueblos ibéricos de la zona para asegurase su fidelidad (como Cástulo, cuya alianza se aseguró mediante el matrimonio de Aníbal con la princesa Himilce) y subordinación a Cartago. Las expediciones salen bien y se funda la primera ciudad cartaginesa en la península, Akra Leuke, ciudad cuya ubicación nos es desconocida en la actualidad pero se la suele ubicar cerca de la actual Alicante. Tras esto, Roma enviaría emisarios para controlar e informar al senado sobre la actividad de los cartagineses. Los emisarios salieron de la zona convencidos de que las actividades cartaginesas en la zona no eran peligrosas para Roma. Ya sin los ojos de Roma puestos en ellos, los púnicos continuarían su expansión, sin embargo, el padre de Aníbal moriría tras intentar tomar por la fuerza la ciudad de Helike (en la actual Elche) en el 229 A.C. Esta fue la primera perdida emocional que sufriría Aníbal, con 18 años, en su vida. Tras la muerte de Amílcar, Asdrúbal, su yerno, tomaría el mando de las tropas, dejando su huella en la historia porque sería el fundador de la ciudad de Cartago Nova en el año 227 A.C y que sería la nueva base de operaciones de los cartagineses. Al año siguiente, Roma volvería a mandar emisarios, acabando su llegado con la firma de un tratado donde delimitaría el área de influencia de los cartagineses en Iberia, marcando como línea un río al sur de la ciudad íbera de Sagunto, aliada de Roma. Años después, en el 221 A.C, un esclavo cuyo dueño fe ajusticiado por Asdrúbal le asesinaría. Tras la muerte de Asdrúbal, ese mismo año, los aliados de los bárcidas convencerían al consejo de nombrar a Aníbal Barca como líder de las tropas cartaginesas en la península. Con 25 años, Aníbal tendría que demostrar que era digno heredero de su familia, y sin duda, su llegada dinamito todas las relaciones que había entre Roma y Cartago, y todo por la toma de una ciudad, Sagunto. 5) EL ORÍGEN DE LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA: SAGUNTO Cuando acaba una guerra, se suele decir tiempo después que la historia de sus antecedentes y de ella misma la escriben los vencedores en detraimiento de los derrotados, eso es sin duda lo que pasa con la historiografía romana al poner a Aníbal como responsable principal del comienzo de la guerra, como aquel que creo el caos mientras que los romanos fueron los valedores en todo momento de la paz y el orden. Esta no fue la versión de la realidad, ya que la Segunda Guerra Púnica si comenzó con la violación del tratado del año 226 A.C por parte de Aníbal y la posterior toma de Sagunto. Aníbal 7

lo hizo, eso es verdad, pero con una buena razón, los saguntinos estaban atacando territorios de los turboletas, y estos pidieron ayuda a su aliado, Cartago. Roma no hizo nada para parar esta situación ni para ayudar a los saguntinos, hecho que contradicen las fuentes romanas y filorromanas. Lo principal es esto, que Roma estará durante todo el conflicto y después del conflicto justificando sus acciones llevadas a todo el mundo conocido para mantener su posición de valedora del orden. Para esto, utilizarán la propaganda en forma de historiografía y escritos para culpar a Aníbal y a Cartago del conflicto. Una cosa está clara, Sagunto fue la primera prueba de fuego para demostrar su capacidad de liderazgo a Cartago. Tras ocho meses de asedio, Sagunto fue tomada por Aníbal. Tras esto, Roma tuvo que actuar por miedo a una nueva guerra. Envió emisarios a Cartago para exigirles que le extraditarán a Aníbal, exigencia que según la historiografía romana fue apoyada por Hannón el grande, situación que no se dio ya que la mayoría de los historiadores romanos aprovechan su futura rivalidad con Aníbal en la política cartaginesa tras Zama. Políbio nos narra en sus historias el comienzo de la guerra: “El miembro más viejo de la delegación romana mostró a los miembros del consejo de Cartago la orla de su toga y dijo que les traía en ella la guerra y la paz; la vaciaría y soltaría allí cualquiera de las dos cosas que pidieran. Pero el más alto magistrado de Cartago pidió que soltara la que a ellos les pareciera bien. Cuando el romano dijo que soltaba la guerra, varios miembros del consejo gritaban al unísono: ¡La aceptamos!”. (Políbio, Historias, Libro III). Una vez declarará la guerra, Aníbal ideó el plan para vencer a los romanos, llevar la guerra a Italia para acabar con la hegemonía de Roma, y dejar a un ejército en Iberia, para evitar que los romanos atacasen inmediatamente y directamente a Cartago. Pero antes de eso, y lejos de la figura de un hombre con su ejército contra toda Roma, Aníbal antes de iniciar la campaña, fue a Gades, al templo de Melqart, deidad fenicia venerada por los griegos y conocida por ellos como Heracles, con la verdadera praxis de su plan, su plan no sería destruir Roma, no había necesidad para ello, lo único que quería Aníbal era reducir el poder de Roma para crear una situación de paridad de poder como la del Mediterráneo oriental con los reinos helenísticos. Este movimiento de Aníbal fue pura propaganda para ganarse el favor de las ciudades y estados griegos del Mediterráneo, ya que este acto tenía como objetivo que el pareciera un nuevo campeón para parar un poder que destruiría la autonomía de los griegos, Roma, porque Aníbal necesitaba aliados, y de momento se ganó 8

muchas simpatías entre ellos. Por otro lado, esta fue la razón de porque Roma tuvo que limpiar su imagen tras la guerra, para ganarse de nuevo el favor de los griegos. Conseguido el favor de Melqart, Aníbal ya de vuelta en Cartago Nova, comenzaría su gesta y hazaña más recordada en la historia, él y sus hombres cruzando media Iberia y la costa sur fr...


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