Apuntes, lecciones 7 - unificación de japón PDF

Title Apuntes, lecciones 7 - unificación de japón
Course Historia Moderna de Asia Oriental
Institution Universidad de Sevilla
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Unificación de Japón...


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UNIFICACIÓN DE JAPÓN A finales del siglo XVI en Japón había un completo caos. Oficialmente, el poder estaba en manos del shōgunato Ashikaga, aunque desde hacía varias décadas éste se encontraba muy debilitado y su control se había ido reduciendo a los territorios más cercanos a la capital, Kioto. El resto del país estaba controlado por distintos daimyō regionales que habían ido ganando poder gracias a dos factores: un crecimiento económico causado por un aumento en la producción agrícola y nuevos sistemas de impuestos, y la llegada de las armas de fuego, traídas por los portugueses y españoles. Muchos de estos daimyō empezaron a verse a sí mismos con capacidad para conquistar todo el país, venciendo al resto de daimyō y al shōgunato. Este es el ambiente que se vivía en esta época, conocida como periodo Sengoku (“países combatientes”), un estado de guerra constante en el que distintas provincias y clanes luchaban entre ellos por el control del país, estableciendo pactos unos contra otros, ayudando al shōgunato para impedir el triunfo de una provincia enemiga, enviando espías al enemigo… Esta situación de guerras entre clanes se produjo a partir de la Guerra Onin (14671477), un conflicto provocado por la sucesión del shogunato. Ashikaga Yoshimasa no tenía descendientes y nombró a su hermano Yoshimi como heredero, pero un año después tuvo un hijo. Había dos grandes familias en aquella época, la Yamana y la Hosokawa, cada una de las cuales apoyaron a un hermano distinto en el tema de la sucesión, y fue entonces cuando estalló la guerra. Parecía que nadie iba a conseguir una victoria definitiva que acabase con esta situación de tablas, pero surgieron tres hombres que cambiarían la situación y conseguirían unificar el país de una vez por todas, acabando con la situación de desorden y llevando a Japón a casi tres siglos de paz y estabilidad: Oda Nobunaga, Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu

ODA NOBUNAGA Hijo de un gobernador militar de la antigua provincia de Owari, fue el primero en permitir la construcción de un Japón unificado, aunque para ello tuviese que batallar. Vio rápidamente que se hacía necesario un cambio de sistema y de estrategia, y no dudó en utilizar las armas de fuego traídas por los europeos; en 1549, con quince años, compró quinientas de estas armas para sus tropas. La provincia de Owari y el clan Oda no eran en un principio de los más poderosos del país, pero a base de distintas alianzas y de importantes victorias en el campo de batalla, Nobunaga fue haciéndose cada vez más importante entre los distintos daimyō. La primera gran victoria la consiguió en la Batalla de Okehazama, al derrotar al daimyō Imagawa Yoshimoto, señor de la actual prefectura de Shizuoka) en 1560, incluso con un ejército muy inferior en número. Al vencer a Imagawa, consiguió que algunos de sus seguidores pasasen a servir al clan Oda; uno de éstos sería un joven llamado Matsudaira Motoyasu, más conocido posteriormente como Tokugawa Ieyasu. Además, esta victoria casi imposible le haría famoso en todo el país. En los años posteriores emprendió una serie de ambiciosas conquistas, ya con la vista puesta en el objetivo de hacerse con el control de todo el país. En 1568, Ashikaga Yoshiaki, hermano del shōgun recientemente asesinado, recurrió a Nobunaga para que le ayudase a hacerse con el shōgunato, y éste aceptó, viendo la

oportunidad de llegar con sus tropas a la capital, Kioto. Consiguió su objetivo y Yoshiaki, ya como shōgun, le ofreció el puesto de kanrei, que podríamos entender como vice-shōgun, aunque Nobunaga lo rechazó, ya que tenía mayores aspiraciones. Poco a poco fue haciéndose con mayor poder, conquistando más territorios. El mismo shōgun empezó a sentirse amenazado e intentó establecer alianzas con distintos daimyō y algunas sectas budistas para derrotar a Nobunaga. En 1573 Nobunaga se enfrentó con el shōgun Yoshiaki, al que venció y obligó a exiliarse. Nobunaga se otorgó entonces el título de Gran Ministro de Estado, y casi automáticamente se lo cedió a su hijo. En ese momento se da por concluido el período Sengoku, dando comiendo el período Azuchi-Momoyama. Pese a haberse hecho con el control del gobierno del país, aún no se encontraba pacificado, por lo que, Nobunaga realizó una serie de batallas para acabar con los clanes que se le oponían. Uno de los más poderosos era el clan Takeda, puesto en pie de nuevo por el hijo del fallecido Takeda Shingen, a quien derrotaría en la Batalla de Nagashino en 1575, gracias al uso de las nuevas armas de fuego, no utilizadas por los Takeda. En 1582, mientras se alojaba en el templo Honnōji, Nobunaga se vio sorprendido por la traición de uno de sus más fieles generales, Akechi Mitsuhide, ante lo que se suicidó realizando el harakiri. Murió así antes de haber visto completa la unificación del país, con aproximadamente un tercio del territorio bajo su dominio.

TOYOTOMI HIDEYOSHI Hideyoshi nació también en la antigua provincia de Owari, hijo de un simple soldado del ejército de los Oda. A los veinte años entró al servicio del clan Oda, como portador de las sandalias de Nobunaga. Sus dotes de convicción y su talento para destacar por encima de los demás le sirvieron para convertirse en general de confianza de Nobunaga, encargándose incluso de importantes campañas como la conquista de las provincias del oeste del país y siendo decisivo en muchos de los logros de Nobunaga. Tras la muerte de Nobunaga, Hideyoshi acabó con Akechi Mitsuhide dos semanas después de su traición. Así, se colocó en una situación de ventaja para ser el sucesor de Nobunaga por delante de otros de sus principales generales, como Tokugawa Ieyasu. A diferencia de su antecesor, él consiguió imponerse sobre todas las provincias y unificar el país, mediante alianzas y perdonando a sus enemigos. Una vez en el gobierno del país, asentó las bases administrativas y legales sobre las que después Ieyasu construiría su shōgunato. Aunque Hideyoshi fue nombrado regente no consiguió llegar a ser shogun, pues existía la tradición de que solo descendientes del clan Minamoto podían optar a ese puesto. Con Japón unificado, lanzó una campaña en 1592 contra Corea, con la intención de conquistarla y, más adelante, invadir China. Envió un gran ejército de unos 160.000 soldados, que consiguió invadir el país, aunque después debieron retroceder hasta Seúl, cuando al llegar a la frontera china, éstos les hicieron frente. Así, con Corea ocupada desde el sur hasta Seúl, se estableció una tregua con los Ming. En 1597, Hideyoshi pensó que China había roto el acuerdo, y decidió enviar más soldados, pero este segundo intento terminaría un año después, con la muerte de Hideyoshi.

TOKUGAWA IEYASU Tras la muerte de Hideyoshi se produjo en 1600 en Sekigahara una gran batalla por el poder entre los líderes daimyos. El vencedor fue Tokugawa Ieyasu, quien consiguió derrotar a sus rivales y someter a los partidarios de las fuerzas Toyotomi, imponiendo así la hegemonía Tokugawa. Tres años más tarde, Ieyasu fue nombrado shogun, y la capital del país pasaría a ser Edo, nombre que recibe el período del gobierno de los Tokugawa, hasta 1868. Los Tokugawa pretendieron mantener el control de los daimios de diversas formas, como por ejemplo obligándolos a pasar determinados periodos en la corte. Había tres tipos de daimios; Shinpan, eran los familiares del clan Tokugawa; Fudai, aquellos que apoyaron a los Tokugawa en la guerra, y Tozama, los que estaban en el bando contrario. Aunque se logró la pacificación de Japón, esto fue posible gracias a la monopolización de la violencia. Los únicos que tenían permitidos llevar armas eran los samurai. Para los Tokugawa era importante crear y mantener un estado sin bases de fuerza militar, para que el pueblo no se le pudiera volver en contra. En el ámbito de las relaciones internacionales, Ieyasu y sus sucesores intentaron eliminar el cristianismo desde 1606. En 1610 se ordenó la expulsión de los misioneros españoles y portugueses, y en 1614 se creó el Edicto de Expulsión de Cristianos, en la que se prohibía cualquier actividad cristiana en el país. Dos años más tarde se prohibió la entrada de los mercaderes occidentales a cualquier puerto que no fueran los de Nagasaki o Hirado. En 1624 se prohibiría a los españoles tener relaciones comerciales con Japón, mientras que los británicos decidieron no comerciar con ellos. En 1636, el Bakufu prohibió a los japoneses salir al extranjero, así como la entrada de aquellos que vivieran en lugares de fuera. Hubo creaciones de caminos y carreteras, especialmente para conectar Kyoto y Edo, que produjeron un considerable aumento del comercio entre ambos territorios. Además se crearon puestos de peaje entre ambos lugares, para sacar más ganancias. A partir de 1639 comenzaría un período de mayor aislamiento en Japón, en el que ningún extranjero ni japonés podía entrar en el país, ni salir de él....


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