Articulaciones DE LA Columna Vertebral PDF

Title Articulaciones DE LA Columna Vertebral
Course anatomía humana
Institution Universidad de Alcalá
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Articulaciones DE LA Columna Vertebral...


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ARTICULACIONES DE LA COLUMNAVERTEBRAL(Págs. 279-285) Ligamentos (sindesmosis) de la columna vertebral: 











Ligamentos interespinosos: Los procesos espinosos adyacentes están unidos por ligamentos interespinosos débiles, a menudo membranosos, y por supraespinosos, potentes y fibrosos (fig. 4-18 A y B). Los delgados ligamentos interespinosos conectan los procesos espinosos adyacentes y se insertan desde la raíz hasta el vértice de cada proceso Ligamento supraespinoso (Ligamento nucal). Los ligamentos supraespinosos, semejantes a un cordón, que conectan los vértices de los procesos espinosos desde C7 hasta el sacro, se fusionan en la zona superior con el ligamento nucal en el dorso del cuello (fig. 4-18 A). A diferencia de los ligamentos interespinosos y supraespinosos, el ligamento nucal, fuerte y ancho, está compuesto por un grueso tejido fibroelástico que se extiende en forma de banda media desde la protuberancia occipital externa y el borde posterior del foramen magno hasta los procesos espinosos de las vértebras cervicales. Debido a la cortedad y profundidad de los procesos espinosos de C3-C5, el ligamento nucal proporciona inserción a los músculos que se unen a los procesos espinosos de las vértebras a otros niveles. Ligamentos amarillos (interlaminares): Las láminas de los arcos vertebrales adyacentes están unidas por bandas anchas de tejido elástico amarillo claro, denominadas ligamentos amarillos. Estos ligamentos se extienden casi verticalmente desde la lámina superior a la inferior; las de ambos lados se unen y mezclan en la línea media (figs. 4-14 y 4-17). Los ligamentos amarillos unen las láminas de las vértebras adyacentes y forman secciones alternas de la pared posterior del conducto vertebral. Los ligamentos amarillos son largos, delgados y anchos en la región cervical, más gruesos en la región torácica y aún más gruesos en la lumbar. Estos ligamentos se oponen a la separación de las láminas vertebrales, al limitar la flexión brusca de la columna vertebral; por lo tanto, evitan las lesiones de los discos intervertebrales. Los ligamentos amarillos, fuertes y elásticos, ayudan a preservar las curvaturas normales de la columna vertebral y a enderezarla después de una flexión. Ligamentos intertransversos: Los ligamentos intertransversos, que conectan los procesos transversos adyacentes, están formados por fibras dispersas en la región cervical y por cordones fibrosos en la torácica (fig. 4-18 B). En la región lumbar, estos ligamentos son delgados y membranosos. Ligamento longitudinal vertebral común anterior: El ligamento longitudinal anterior es una potente banda fibrosa ancha que cubre y conecta las caras anterolaterales de los cuerpos y discos intervertebrales (fig. 417). El ligamento se extiende longitudinalmente desde la cara pélvica del sacro hasta el tubérculo anterior de la vértebra C1 y el hueso occipital por delante del foramen magno; las partes más superiores reciben los nombres específicos de ligamentos atlanto-axial anterior y atlanto-occipital. Aunque es más grueso sobre la cara anterior de los cuerpos vertebrales (en las ilustraciones a menudo sólo se representa esta porción), el ligamento longitudinal anterior cubre también las caras laterales de los cuerpos vertebrales hasta el foramen intervertebral. Este ligamento impide la hiperextensión de la columna vertebral y mantiene la estabilidad de las articulaciones entre los cuerpos vertebrales. El ligamento longitudinal anterior es el único ligamento que limita la extensión; todos los demás ligamentos intervertebrales limitan tipos de flexión. Ligamento longitudinal vertebral común posterior: El ligamento longitudinal posterior es una banda mucho más estrecha y algo más débil que el anterior (figs. 4-17 y 4-18 B). Cursa por dentro del conducto vertebral, por la cara posterior de los cuerpos vertebrales. Se fija principalmente a los discos intervertebrales y menos a la cara posterior de los cuerpos vertebrales, desde C2 hasta el sacro; a menudo hay tejido adiposo y vasos sanguíneos entre el ligamento y la superficie ósea. El ligamento se opone débilmente a la hiperflexión de la columna vertebral y ayuda a evitar o redirigir la hernia posterior del núcleo pulposo. Posee abundantes terminaciones nerviosas nociceptivas (dolor).

Sincondrosis fibrosas (sínfisis) de la columna vertebral: Las articulaciones de los cuerpos vertebrales son sínfisis (articulaciones cartilaginosas secundarias) destinadas a soportar el peso y tener fortaleza. Las superficies articulares de las vértebras adyacentes están conectadas por discos intervertebrales y ligamentos Sínfisis intervertebral o DISCO INTERVERTEBRAL: Los discos intervertebrales proporcionan una unión potente entre los cuerpos vertebrales, los unen para formar una columna continua semirrígida y forman la mitad inferior del borde anterior del orificio intervertebral. En conjunto, los discos componen el 20-25 % de la longitud total (altura) de la columna vertebral (v. fig. 4-1). Además de permitir movimientos entre las vértebras adyacentes, su deformabilidad elástica les capacita para absorber los choques. Cada disco se compone de un anillo fibroso, que es una parte fibrosa

externa formada por laminillas concéntricas de fibrocartílago, y una masa central gelatinosa denominada núcleo pulposo. No hay disco intervertebral entre las vértebras C1 y C2; el disco funcional más inferior es el situado entre L5 y S1. Los discos varían de grosor según las diferentes regiones, y aumenta a medida que se desciende en la columna vertebral. Sin embargo, su grosor en relación con el tamaño de los cuerpos vertebrales que conectan está más en función de la gama de movimientos, y el grosor relativo es mayor en las regiones cervical y lumbar. El grosor es más uniforme en la región torácica. Los discos son más gruesos anteriormente en las regiones cervical y lumbar; su diversa morfología ocasiona las curvaturas secundarias de la columna vertebral Anillo fibroso: El anillo fibroso es un anillo abultado que consta de laminillas concéntricas (capas) de fibrocartílago que constituyen la circunferencia externa del disco intervertebral (figs. 4-14 y 4-15 A). Los anillos se insertan en los rebordes epifisarios, lisos y redondeados, en las caras articulares de los cuerpos vertebrales, formados por la fusión de las epífisis anulares (figs. 4-2 B y 4-15 B y C). Las fibras que forman cada laminilla cursan oblicuamente de una vértebra a otra, alrededor de 30° o más desde la vertical. Las fibras de las laminillas adyacentes se entrecruzan oblicuamente en direcciones opuestas y ángulos mayores de 60° (fig. 414). Esta disposición permite una rotación limitada entre las vértebras adyacentes, al tiempo que proporciona una fuerte unión entre ellas. El anillo es más delgado en la parte posterior, donde en el adulto puede estar incompleto en la región cervical (Mercer y Bogduk, 1999). La vascularización del anillo va disminuyendo hacia su parte central, y sólo hay inervación sensitiva en su tercio externo Núcleo pulposo: El núcleo pulposo es el centro del disco intervertebral (fig. 4-15 A). Al nacer contiene cerca de un 88 % de agua y es más cartilaginoso que fibroso. En gran medida, su naturaleza semilíquida es la causa de la flexibilidad y elasticidad del disco intervertebral, y de la columna vertebral en conjunto. Las fuerzas verticales deforman los discos intervertebrales, que actúan como amortiguadores de los choques. El núcleo pulposo se vuelve más ancho al comprimirse, y más delgado cuando se tensa o distiende (como cuando uno está colgado o suspendido) (fig. 4-15 C). La compresión y la tensión ocurren simultáneamente en el mismo disco durante la flexión, anterior y lateral, y la extensión de la columna vertebral (fig. 4-15 D). Durante estos movimientos, y en la rotación, el núcleo turgente actúa como un punto de apoyo semilíquido. Debido a que las laminillas del anillo fibroso son más delgadas y menos numerosas posteriormente que en las partes anterior y lateral, el núcleo pulposo no queda centrado en el disco, sino que se sitúa entre el centro y su parte posterior (fig. 4-15 A). Este núcleo es avascular y recibe sus nutrientes por difusión desde los vasos sanguíneos situados en la periferia del anillo fibroso y el cuerpo vertebral. 



Articulaciones sinoviales de las vértebras. Articulación atlanto-axoidea media. Superficies articulares y medios de unión (Ligamentos del vértice del diente. Ligamento cruciforme del atlas. Fascículos longitudinales. Ligamento transverso del atlas. Membrana tectoria): Hay una articulación atlanto-axial media (entre el diente de C2 y el arco anterior del atlas). Es de tipo trocoidea  Articulación atlanto-axoidea lateral. Superficies articulares y medios de unión: Hay dos articulaciones atlanto-axiales laterales, entre las caras inferiores de las masas laterales de C1 y las caras superiores de C2. Las articulaciones atlanto-axiales laterales son articulaciones sinoviales planas de tipo deslizante



El movimiento en las tres articulaciones atlanto-axiales permite que la cabeza gire de lado a lado (fig. 4-20 D), como en la negación gestual. Durante este movimiento, el cráneo y C1 rotan sobre C2 como una unidad. En la rotación de la cabeza, el diente de C2 es el eje o pivote que se mantiene en una cavidad o collarín formado en la parte anterior por el arco anterior del atlas y en la parte posterior por el ligamento transverso del atlas (fig. 4-20 A a D), una potente banda que se extiende entre los tubérculos existentes en las caras mediales de las masas laterales de la vértebra C1 





Articulaciones cigoapofisarias. Superficies articulares y medios de unión. Las articulaciones de los arcos vertebrales son las articulaciones cigapofisarias. Se trata de articulaciones sinoviales planas formadas entre los procesos articulares superior e inferior (cigapófisis) de las vértebras adyacentes (figs. 4-15 y 4-17). Cada articulación está rodeada por una cápsula articular . Las cápsulas de la región cervical son especialmente delgadas y laxas, lo que refleja su amplia gama de movimientos (fig. 4-18). La cápsula está unida a los bordes de las superficies articulares de los procesos articulares de vértebras adyacentes. Ligamentos accesorios unen las láminas, los procesos transversos y los procesos espinosos, y ayudan a estabilizar las articulaciones. Las articulaciones cigapofisarias permiten movimientos de deslizamiento entre los procesos articulares; la forma y la disposición de las superficies articulares determinan los tipos de movimientos posibles. El margen (amplitud) de movimiento viene determinado por el tamaño del disco intervertebral en relación con el tamaño del cuerpo vertebral. En las regiones cervical y lumbar, estas articulaciones soportan un cierto peso y comparten esta función con los discos intervertebrales, especialmente durante la flexión lateral. Las articulaciones cigapofisarias están inervadas por ramas articulares procedentes de los ramos mediales de los ramos posteriores de los nervios espinales (fig. 4-19). Cuando estos nervios pasan posteroinferiormente, se sitúan en unos surcos sobre las superficies posteriores de la parte medial de los procesos transversos. Cada rama articular inerva dos articulaciones adyacentes; por lo tanto, cada articulación está inervada por dos nervios. Articulación lumbosacra. Ligamento iliolumbar.: Las vértebras L5 y S1 se articulan anteriormente mediante la articulación intervertebral formada por el disco intervertebral L5-S1 situado entre sus cuerpos (fig. 3-4 A) y las dos articulaciones cigapofisarias posteriores entre los procesos (apófisis) articulares de estas vértebras (v. fig. 3-1). Las caras articulares de la vértebra S1 orientadas posteromedialmente encajan con las caras articulares inferiores de la vértebra L5, que se orientan anterolateralmente, con lo cual se evita que L5 se deslice anteriormente por la inclinación del sacro. Estas articulaciones están reforzadas además por los ligamentos iliolumbares en forma de abanico, que irradian desde los procesos transversos de L5 a ambos iliones (fig. 3-6). Articulación sacrocoxígea: La articulación sacrococcígea es una articulación cartilaginosa secundaria (fig. 3-4 A) con un disco intervertebral. Fibrocartílago y ligamentos unen el vértice del sacro a la base del cóccix. Los ligamentos sacrococcígeos anterior y posterior son cintas largas que refuerzan la articulación (fig. 3-6).

Articulaciones cráneo-vertebrales. 

Articulación atlanto-occipital. Superficies articulares y medios de unión. Membrana atlanto-occipital anterior. Ligamento atlanto-occipital anterior. Membrana atlanto-occipital posterior. Ligamento atlantooccipital lateral: Las articulaciones se hallan entre las caras articulares superiores de las masas laterales del atlas y los cóndilos occipitales (figs. 4-6 A y B, y 4-20 A). Estas articulaciones permiten los movimientos de flexión y extensión de la cabeza, como en la afirmación gestual. También permiten la inclinación lateral de la cabeza. El principal movimiento es la flexión, con escasa flexión lateral y rotación. Son articulaciones sinoviales de tipo condíleo, con cápsulas delgadas y laxas. El cráneo y C1 están conectados también por las membranas atlanto-occipitales anterior y posterior, que se extienden desde los arcos anterior y posterior de C1 hasta los bordes anterior y posterior del foramen magno (figs. 4-20 B y 4-21). Las membranas anteriores están compuestas por fibras anchas, densamente entrelazadas (especialmente en la zona central, donde continúan con el ligamento longitudinal anterior). Las membranas posteriores son anchas, pero relativamente débiles. Las membranas atlanto-occipitales ayudan a evitar los movimientos excesivos de las articulaciones atlanto-occipitales.

Movimientos de la columna vertebral.    

Flexión. Extensión. Inclinación lateral (flexión lateral). Rotación

El rango de movimientos de la columna vertebral varía según la región y los distintos individuos. Los contorsionistas, que comienzan su aprendizaje en las primeras épocas de la infancia, son capaces de realizar movimientos extraordinarios. La gama normal de movimientos posibles en un adulto joven y sano disminuye típicamente un 50 % o más con el envejecimiento. La movilidad de la columna vertebral es consecuencia principalmente de la compresibilidad y elasticidad de los discos intervertebrales. La columna vertebral puede realizar movimientos de flexión y extensión, frontales o laterales, y de rotación (torsión) (fig. 4-22). La inclinación de la columna vertebral a derecha o izquierda de la posición neutra (erecta) es la flexión lateral; el retorno a la postura erecta desde la flexión lateral es la extensión lateral. El movimiento de la columna vertebral viene limitado por:      

El grosor, la elasticidad y la compresibilidad de los discos intervertebrales. La forma y la orientación de las articulaciones cigapofisarias. La tensión de las cápsulas articulares de las articulaciones cigapofisarias. La resistencia de los músculos y ligamentos del dorso (p. ej., los ligamentos amarillos y el ligamento longitudinal posterior). La fijación a la caja torácica (costillas). El volumen del tejido circundante. Los movimientos no se producen exclusivamente por los músculos del dorso. Éstos reciben ayuda de la acción de la gravedad y de los músculos anterolaterales del abdomen.

Los movimientos entre vértebras adyacentes se producen en los elásticos núcleos pulposos de los discos intervertebrales (que sirven de eje al movimiento) y en las articulaciones cigapofisarias (v. figs. 4-14 y 4-15). La orientación de las articulaciones cigapofisarias permite algunos movimientos y limita otros. Con la excepción quizás de C1-C2, el movimiento no se produce nunca en un solo segmento de la columna. Aunque los movimientos entre vértebras adyacentes son relativamente pequeños, sobre todo en la región torácica, la suma de todos ellos permite una movilidad considerable de la columna vertebral en conjunto (p. ej., en la flexión para tocar el suelo; fig. 4-22 A). Los movimientos de la columna vertebral son más libres en las regiones cervical y lumbar que en otras. La flexión, la extensión, la flexión lateral y la rotación del cuello son especialmente libres porque:   

Los discos intervertebrales, aunque delgados en comparación con la mayoría de los otros discos, son gruesos en relación con el tamaño de los cuerpos vertebrales a este nivel. Las superficies articulares de las articulaciones cigapofisarias son relativamente grandes y se hallan en planos casi horizontales. • Las cápsulas de las articulaciones cigapofisarias son laxas. El cuello es relativamente delgado (con menos tejidos blandos circundantes en comparación con el tronco).

La flexión de la columna vertebral es máxima en la región cervical. Los planos articulares de la región lumbar, orientados sagitalmente, favorecen la flexión y la extensión. La extensión de la columna vertebral es más notable en la región lumbar y suele ser más amplia que la flexión; sin embargo, el encaje entre los procesos articulares impide aquí la rotación (v. fig. 4-9). La región lumbar, al igual que la cervical, posee unos discos intervertebrales grandes en relación con el tamaño de los cuerpos vertebrales. La flexión lateral de la columna vertebral es máxima en las regiones cervical y lumbar (fig. 4-22 B). La región torácica, en cambio, posee unos discos intervertebrales delgados en relación con el tamaño de los cuerpos vertebrales. En esta región, la estabilidad relativa viene dada también por su conexión al esternón mediante las costillas y los cartílagos costales. Los planos articulares están situados aquí en un arco centrado en el cuerpo vertebral, lo que permite la rotación en la región torácica (fig. 4-22 C). Esta rotación de la parte superior del tronco, combinada con la rotación de la región cervical y en las articulaciones atlanto-axiales,

permite la torsión del esqueleto axial que se produce, por ejemplo, al mirar por encima del hombro. Sin embargo, la flexión, incluida la lateral, está limitada en la región torácica....


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