CAPÍTULO 7 SOCIEDADES HUMANAS Y SOCIEDADES ANIMALES. PDF

Title CAPÍTULO 7 SOCIEDADES HUMANAS Y SOCIEDADES ANIMALES.
Course Introducción a la Sociología I
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Arantxa Correas Cebrián 2014 CAPÍTULO 7 SOCIEDADES HUMANAS Y SOCIEDADES ANIMALES. 1.Etología y sociología. (importante) En los últimos años, la Etología (ciencia que se ocupa de los comportamientos y constumbres de los animales) ha realizado numerosos estudios sobre las otras “sociedades animales”. Esos estudios han adquirido una gran popularidad y han dado lugar a que la sociología incida específicamente sobre esos temas. Existen 2 razones por las que se han popularizado los estudios etológicos: 1. La gran cantidad de investigaciones, hechas por las personas biólogas, sobre la vida social de diversas especies. Estas investigaciones, con resultados llamativos, animaron a experiencias de socialización y aprendizaje en primates e intentaron lograr su adiestramiento en el campo de la comunicación y el lenguaje. 2. La influencia de las nuevasorientaciones analíticas propias de la etología pero que se aplicaron al estudio de la realidad social y biológica del ser humano. Como ocurrió con los estudios de Lorenz sobre la agresividad, Desmond Morris sobre el “mono desnudo” entre otros. Con la metodología Etológica se intenta utilizar los conocimientos que proporcionan “algunos estudios de las especies no humanas” en la medida en que “pueden ayudarnos a entender la conducta social del hombre”, como señalara ROBERT HINDE. Sin embargo, en los últimos años, la Sociobiología ha intentado dar un sesgo distinto a estas cuestiones. Las autorías de esta corriente pretenden buscar una fundamentación biológica del fenómeno social e intentan re-encontrar el cordón umbilicar que mantiene a las personas unidas a la lógica global de lo social. WILSON definirá la sociobiología como: “El estudio sistemático de las bases biológicas de todo comportamiento social”. Las reacciones que se han creado desde los círculos Sociológicos ante tales pretensiones de absorción disciplinar y de reduccionismo biológico han combinado por un lado, elementos de defensa de un campo científico propio, el de la Sociología, y por otro consideraciones críticas de mayor entidad analítica. Pero el tema de las relaciones, diferencias y similitudes entre las sociedades humanas y las animales no puede ser despachado de forma simplificadora, sino que requiere un tratamiento objetivo e imparcial de aquellos datos que sean fruto de una investigación científica rigurosa. 2. El debate sobre el continuo social. (2011,2012) Los análiss de personas etólogas y sociobiólogicas despiertan en las sociólogas ciertas reacciones de defensa de la especificidad del propio campo profesional de la Sociología. Este fenómeno se ha explicado por la peculiaridad de las relaciones entre biología y la sociología y que intenta afirmar la especificidad diferenciada de sus campos temáticos en relación con los de la biología. En las primeras etapas de la Sociología, sobre todo de la mano del organicismo spenceriano, existían importantes vías de comunicación con la biología. Pero dichas vías se vieron dificultadas por 3 motivos:

Arantxa Correas Cebrián 2014 1. Por el desarrollo autónomo y diferenciado de otras disciplinas que seguía la sociología. 2. Por el alcance socio-polític más general que adquirieron los enfoques del darwinismo social. 3. Por la mala prensa de que gozaron los planteamientos más ingenuos del organicismo. También se ha querido ver cierta “resistencia psicológica” a esa posible confluencia entre sociedades humanas y animales que suponía una agresión y ofensa a lo que FREUD llamó narcisismo humano. Según FREUD, la persona se consideró soberana de todos los seres e incluso comenzó a abrir un abismo entre él y ellos, negándoles la razón y atribuyéndose un alma y un origen divino, todo ello le permitió romper todo lazo de comunidad con los animales. Para FREUD, las teorías de DARWIN fueron una de las grandes ofensas históricas al narcisismo de la humanidad: “la ofensa biológica”. Dicha ofensa se amplifica con la posibilidad de extender el esquema biológico de la evolución al campo de lo social. Otro factor de resistencia a la aceptación de la tesis de la continuidad de las formas sociales procede de la forma en que la “hipótesis del cazador” aparece asociada a ciertas interpretaciones. La práctica social de la caza debió jugar un importante papel en el proceso de hominización, no sólo desde el punto de vista de la subsistencia, sino también por el perfeccionamiento y evolución de las primeras formas de organización social. Sin embargo, algunos datos arqueológicos han generado hipótesis sobre el carácter agresivo y violento del sr humano en el proceso de diferenciación respecto a otras especies y presenta nuestra evolución como sangrienta y violenta. Es lo que se conoce como la hipótesis del mono asesino, lanzada por DART tras ciertos descubrimientos arqueológicos. ARDREY se ha referido a esta hipótesis señalando que: “Si entre todos los primates el hombre es único, es porque nosostros, a através de millones de años, nos vimos obligados a matar para sobrevivir”. No puede negarse que la historia conocida del ser humano ha estado muy marcada, entre otras cosas, por la guerra y la violencia. El ser humano puede ser considerado como el ser vivo que práctica la güera organizada dentre de su especie. La especialización en el “arte de la violencia” y el desarrollo de “ejércitos organziados”, explican por qué nuestra especie logró adpatarse en ambientes que le eran hostiles. La antipatía que despiertan estas teorías, explica la frecuencia con que las comparaciones a las que se recurre para establecer la diferenciación entre los modelos sociales de los primates y los de los seres humanos, caigan en la simplificación de “prescindir” de gran cantidad de etapas intermedias que duraron cientos de miles de años. Aunque el verdadero salto en las comparaciones es el que se produce entre las comuniddaes de simios más inteligentes de la actualidad, chimpancés y gorilas, y las de las comunidades de homínidos hoy desaparecidos. Lo que sería preciso conocer, para establecer la verosimilitud de la hipótesis del continuum social, es cuál fue la verdadera naturaleza de las sociedades de australophitecus, homo habilis, etc. Esto nos lleva a reconocer la necesidad de no entender el concepto de homo como algo cerrado y delimitado, sobre todo teniendo en cuenta que el proceso de hominización fue extremadamente dilatado en el tiempo. (El homo sapiens cuenta con más de 100.000 años y existen rastros de homínidos con más de 4 millones de años). Por ello se hace difícil establecer comparaciones precisas entre las formas sociales humanas y las de los principales primates. Aunque lo que aquí nos ocupa es considerar las relaciones y diferencias entre las sociedades humanas y las aniales con más amplitud. El ser humano sin lo social, sin la cultura, no será concebible como tal. De ahí que las personas sociólogas hayan reclamado la especificidad de lo social en el ser humano. Las barreras que la sociología marcaba tradicionalmente entre sociedades humanas, sociedades animales y el “estado de naturaleza”, hand ejado de tener la claridad que antes consideraba,

Arantxa Correas Cebrián 2014 apareciendo mucho más difuminadas. Así, PHILIP SLATER considera que: “si definimos la existencia en sociedad (en oposición al estado de naturaleza) como un permanenete vivir en un grupo definible que se distingue de otros grupos similares, en condiciones tales que: • • •

Sea imposible la supervivencia fuera del grupo. La interrupción del proceso de socialización impida que se alcance un comportamiento plenamente adulto. El comportamiento adulto diario se encuentre controlado por otras personas integrantes del grupo.

Habremos de admitir en tal caso que la mayoría de primates viven en sociedades y no es un estado de naturaleza. Hoy en día el desarrollo de los estudios Etológicos está permitiendo profundizar en: • •

Los distintos tipos de relaciones sociales (territorialidad, dominio, jefatura, etc). Las distintas funciones que puede cumplir la sociabilidad (desde la defensa hasta la organización de la alimentación).

3.Las sociedades animales (importante). Las sociedades superiores de insectos (termitas) presentan formas de organización social muy sofisticadas, con una rígida división del trabajo, su propio sistema de comunicación, sus propias construcciones, etc. Pero estas sociedades son estáticas en las que casi no existe variación en el comportamiento. En estas formas de organización, lo social es morfológico y la diferenciación de los papeles sociales viene acopiada a la diferenciación biológica de las personas. Las sociedades funcionan como si fueran una especie de gran organismo. Como ha señalado MARCEL SIRE: “las sociedades de insectos y las humanas tienen puntos comunes, como la división del trabajo, la jerarquía, etc”. Estas convergencias (que no identidades) nos obligan a admitir que los insectos y los seres humanos, representan el término de 2 vías según mediante las que se ha efectuado la evolución: • •

Las sociedades de insectos se basan en lo automático y lo orgánico. Las de los vertebrados están basadas en lo psíquico.

Sin embargo, esta clase de institno social y las situaciones de dominación, no vienen determinadas por rasgos morfológicos diferenciados heredados, sino que se producen entre personas iguales, en procesos de afirmación en los que influyen: los rasgos propios del ser humano (su fuerza, su agresividad,etc) y la experiencia social del grupo. Refiriéndose en cocnreto a los últimos estudios sobre babuinos, WASHBURN y DEVORE han subrayado, tanto su fuerte motivación social como el carácter marcadamente adpatativo de la forma de vida grupa y diŕan: “La tibu comparte una considerable tradición social... contemplando el hecho en el contexto de la evolución parece claro que, a la larga, sólo han sobrevivido los babuinos socializados”: LA vida en este tipo de comunidades, incluso con sus reglas de adaptación y selección, ha ido determinando la desaparición de los animales menos gregarios, al tiempo que se han ido reforzando todos los factores que potenciaban el aprendizaje y la misma práctica de la sociabilidad.

Arantxa Correas Cebrián 2014 Intentando reflejar la complejidad de estas sociedades, MELOTTI ha distinguido entre siete grados de vida social y cuatro tipos de sociedades de primates. Las 7 formas de vida social son: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

El grupo materno El grupo biparental El grupo promiscuo simple. El grupo múltiple monomasculino. El grupo complejo coactivo, El grupo plurimasculino ordenado por edad. El grupo complejo abierto.

Los 4 tipos de sociedades son: 1. 2. 3. 4.

Las sociedades de los primates arborícolas del bosque. Las de los primates terrícolas de la sabana. Las de los primates terrícolas de las zonas áridas. Los grandes atropoides, gorilas y chimpancés, que son las más evolucionadas.

En su conjunto, las observaciones registradas en numerosos estudios sobre las sociedades de monos permiten establecer algunos rasgos comunes a casi todas ellas: •

• • •

la existencia de territorialidad. Cada sociedad se desarrolla en ámbitos geográficos concretos que defienden contra los intrusos, influye en la estructura de dominación interna del grupo, y actúan como mecanismos autorreguladores en la dimensionalización del grupo. Se ha identificado un rasgo de autorregulación demográfica que se plasma en el mantenimiento de las dimensiones del grupo. En estas sociedades existe una clara diferenciación de lazos sociales y de estructuras de dependencia que reflejan la complejidad de sus sistemas sociales. A esto debemos añadir la existencia de una cierta diferenciación de papeles por sexo y edad, e incluso por función.

Con todo ello, podemos tener una imagen bastante completa de la complejidad de los sistemas sociales existentes en las comunidades de primates. Finalmente, un último bloque de cuestiones relacionadas con las sociedades de primates nos conduce a algunos aspectos cruciales del debate sobre el continuu de la naturaleza de lo social. Estas cuestiones hacen referencia a: • • •

La naturaleza de los sistemas de comunicación entre los primates. La fabricación y utilización de utensilios. Las características de las protoculturas de los primates y a la manera en que se produce la innovación cultural.

Pero debemos retomar el punto inicial de nuestra exposición para preguntarnos nuevamente sobre cuáles son los principales rasgos diferenciadores entre las sociedades de primates y la de los insectos.

Arantxa Correas Cebrián 2014 En las sociedades de primates lo social tien un carácter menos rígido y mecánico y el amrgen de autonomía para las manifestaciones individuales es bastante considerable. En estas sociedades hay un tipo de tensiones de competencia y confrontación que no son posibles sino a partir de un cierto desarrollo de los sentimientos de individualidad. Por otra parte, en las sociedades de primates hay un considerable grado de dinamismo interno e incluso de aparente desorden, que contrata con las características de termitero o de hormiguero. Como ha señalado EDGAR MORIN: “La complejidad aparece en esta combinación individuos/sociedad acompañada de desórdenes e incertidumbres y se conforma a partir de la permanente ambigüedad de su complementariedad, de su competitividad y en el límite de su antagonismo”. La manera en que esta peculiar conformación social puede influir en las propias posibilidades dinámicas de innovación y cambio revista una importancia indudable. MORIN SUBRAYARÁ: • •



“El desorden (conductas aleatorias, conflictos) es ambiguo, pues de una parte es uno de los componenetes del orden social (diversidad, complejidad), mientras que de otra sigue comportándose estrictamente como desorden, es decir, como amenaza de desintegración”. “El desorden se ve constantemente: absorbido por la organziación, recuperado y metamorfoseado en su contrario (jerarquía), expulsado al exterior (desviados) o mantenido en la epriferia (bandas marginales de jóvenes)”. “El desorden renace sin cesar y lo mismo hace por su parte el orden social. Aquí es donde aparece la lógica, el secreto de la complejidad y el sentido profundo del término autoorganización: Una sociedad se autoproduce sin cesar porque constantemente se está autodestruyendo”.

Uno de los principales efectos de esta combinación de lementos de organziación y conformación social, por un lado, y de desorden y de cierta autonomía y libertad individual, por otro, es que ofrece la posibilidad de cambio e innovación social. 4.Los origenes de la sociedad humana (importante). (2012) La sociabilidad humana se ha definido a partir de las diferencias con el componente social de los animales. WOSSNER define el campo de los ocial humano a partir de varios puntos que, en su opinión, constituyen los verdaderos elementos diferenciadores, entre los que destacan: 1. La superior capacidad de aprendizaje del ser humano. 2. El lenguaje como algo propio de la especie humana. 3. El carácter no instintivo de los sentimientos humanos. 4. La posibilidad de inovación y desviación de las pautas sociales establecidas, gracias a la libertad. 5. El encuadramiento de la realidad humana en la “herencia cultural”, etc. Aunque actualmente cabe preguntarse por la vigencia de estos planteamientos. THORPE en un estudio sobre la “naturaleza animal” y la “naturaleza humana”, ha intentado profundizar en la diferenciación que las interpretaciones tradicionales establecían entre ambas realidades vivientes. “Hace 40 años, o más, psicólogos y moralistas acostumbraban a enumerar puntos en los que los animales difieren claramente del hombre. Se decía que: los animales no

Arantxa Correas Cebrián 2014 pueden aprender, no pueden planear por adelantado, no pueden conceptualizar,etc”. El mismo Thorpe se encargará de proporcionar argumentos y datos que demuestran la inexactitud de muchas de estas concepciones. Actualmente, incluso se cuestiona la vieja concepción de la inteligencia como una barrera diferenciadora verdaderamente cualitativa. Aunque, a un nivel general, aún son muchos los interrogantes que se pueden plantear, por ejemplo: • • • •

Sobre el verdadero significado de la libertad humana. Sobre la naturaleza de los sentimientos religiosos en el ser humano. Sobre las capacidades y cualidades artísticas. Y sobre cómo es posible llenar las lagunas que aún existen para un conocimiento exacto de todas las etapas del proceso de hominización.

Pero, ¿Hasta dónde se puede lelvar la analogía etológica entre las sociedades humanas y las más desarrolladas de primates? Generalmente, la tendencia entre las personas sociólogas y antropólogas ha sido la de establecer una clara barrera diferenciadora en torno al mismo concepto de cultura. La capacidad de tener, hacer y transmitir la cultura viene a ser considerada como el verdadero rasgo diferenciador entre las sociedades humanas y las de animales. El área de interrogantes se desplaza, entonces, al campo de la indagación sobre el tiempo y la manera enq ue surgen las culturas humanas. Un triple orden de cuestiones aparecen entonces asociadas: • • •

La hipótesis sobre la influencia cooperativa de la caza. Los orígenes de la producción social de útiles, armas y herramientas. El papel específico del lenguaje humano.

Así planteadas las cosas, lo que permanece vigente es la interrogación más general sobre las posibles líneas de continuidad en la evolución entre las sociedades animales y humanas. En este sentido, JOHN TYLER BONNER ha manifestado su convicción: “Creo que todos los cambios evolutivos fueron relativamente graduales y que podemos encontrar la simiento de la cultura humana en los primeros pasos de la evolución biológica”. Para algunas personas analistas la continuidad de este proceso socio-cultural es una posibilidad que descansa en ciertos paralelismos importantes. Por ejemplo, BARTON SCHWARTZ Y ROBERT EWALD situarán estos paralelismos en los siguientes polos: •



La habilidad de los primates para manipular objetos y herramientas proporciona las bases para la emergencia del uso humano de herramientas. La capacidad de los primates para comunicarse mediante el empleo de sistemas de llamada ha sido la precondición para el desarrollo del lenguaje.

Arantxa Correas Cebrián 2014 •

La capacidad de los primates para implicarse en acciones concretas proporciona las bases biológicas para la aparición de la cooperación.

Pero el proceso de evolución acaba, generalmente, presentándose con una profunda quebradura, que amrca una especie de “frontera en el vacío”, a partir de la cual se sitúa la aparición de la realidad socio-cultural de lo humano. Un buen número de personas antropólogas suele coincidir en situar el elemento decisivo de la aparición del homo sapiens en asociación con la aparición y desarrollo del lenguaje verbal. Por otra parte, numerosas personas lingüistas han venido insistiendo en las diferencias del lenguaje humano con cualquier forma de comunicación animal: “Mientras la comunicación de los animales s efunda en signos que son ante todo señales acerca de sus estados individuales, sus necesidades o sus relaciones con otros individuos de su especie, la comunicación humana se basa primordialmente en signos que hacen referencia a cosas”: Pero esta diferenciación deja en el aire importantes interrogantes sobre la manera en que se ha llegado a tal tipo de diferenciación. Los estudios etológicos nos están proporcionando nuevos tipos de informaciones sobre la complejidad y la riqueza de los sistemas de comunicación del mundo animal. Esto nos obliga a abrir nuevos interrogantes sobre la verdadera profundidad de las líneas de ruptura que suelen establecerse entre los sistemas de comunicación de los distintos seres vivos. La observación sistemática de las comunidades de monos, por ejemplo, demuestra que algunos de estos primates son sumamente expresivos y comunicativos con gestos, caricias, llamadas, actitudes,etc. Sin embargo, en lo que casi todas las personas analistas coinciden es en que mientras que los monos tienen un sistema de comnicación complejo y sofisticado para expresar su propio estado emocional, en cambio apenas ti...


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