Caso Cueros Vélez - Actividad clase PDF

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El Colombiano POR JUAN FERNANDO ROJAS T. | PUBLICADO EL 08 DE FEBRERO DE 2015

Cueros Vélez tendrá curtimbre propia este año en Amagá Juan Raúl Vélez, presidente de Cueros Vélez, en medio del calendario de planeación de colecciones mensuales, es decir, más de 800 referencias nuevas al año FOTO J. PÉREZ Pese a las adversidades, Cueros Vélez mantiene su senda de crecimiento en 2015, se cotiza entre potenciales inversionistas, optimiza su producción y se expanden en Colombia y afuera. Cueros Vélez arrancó este 2015 con dos noticias que definirán el rumbo de su historia de éxito. Y eso va más allá de las 30 tiendas que se propone abrir dentro y fuera del país entre 2015 y 2016, o que 2014 haya sido el mejor de los 28 años de historia, al sumar ventas de 250 mil millones de pesos, 20 por ciento más que en 2013. De una parte, afianzará su integración vertical de producción y ganará competitividad con una planta propia para curtir (wet blue) sus cueros, lo que hasta ahora hace con un proveedor. Con una capacidad de procesar 25 mil cueros mensuales (unos 88 mil metros cuadrados, estará terminada a finales de 2015, en Amagá, al suroeste de Medellín. De esa forma, solo faltaría tener las vacas para cubrir toda la cadena hasta el comprador final. Lo otro, es que después de muchos años de decirle “no, gracias” a quienes buscaban entrar como inversionistas al negocio, su fundador y presidente, Juan Raúl Vélez, ya contempla esa posibilidad, eso sí, con unas condiciones muy claras. Este empresario antioqueño está al frente de una industria que no tiene competidor equiparable en el país, por su extensa línea de negocios que supera las 2.000 referencias, desde relojes, pasando por prendas de cuero y hasta ropa. Aun teniendo como base de producción a Medellín, Cueros Vélez fabrica y vende 3,2 millones de unidades anuales, emplea a 2.450 personas y ya tiene una cadena de 225 tiendas, la mayoría propias, 15 de ellas en ocho países de la región y las demás en 50 ciudades colombianas, desde Bogotá hasta Florencia (Caquetá). Quien fundó e hizo a pulso que su apellido fuera una de las marcas más valiosas del país, cuenta detalles de lo alcanzado y lo que viene para la industria líder del país en productos de cuero. Así respondió Juan Raúl Vélez a EL COLOMBIANO esta entrevista en su oficina, aunque el espíritu callejero que conserva a los 58 años, le dicta que habría sido mejor caminando en un centro comercial, visitando locales Vélez y “vitriniando” a la competencia: ¿Por qué abrir curtimbre propia? “Por la necesidad de tener a tiempo los cueros curtidos, de querer hacer más productos diferenciados. Hasta ahora, compramos los cueros crudos a los frigoríficos, se los damos a un maquilador para curarlos, y luego en nuestra planta hacemos el recurtido y acabado (tonalidad, textura). Queremos hacer todo el proceso”.

¿De cuánto es la inversión y para cuándo estará lista? De nueve millones de dólares (unos 21.461 millones de pesos, de hoy) y esperamos que este en operación antes de terminar el año. Se nos encareció un poco el proyecto porque adquirimos una planta de tratamientos de agua italiana y de última generación para poder obtener el permiso ambiental. Será la primera de su tipo en Colombia”. ¿Dónde está ubicada? “En Amagá, porque tendríamos el carbón al lado (combustible), es una tierra económica frente a otros sitios cercanos y también para generarle empleo al municipio, que lo necesita por el cierre de minas. Allí trabajarán 150 personas”. Y mientras tanto, Cueros Vélez sigue creciendo a doble dígito en ventas, ¿le siguieron coqueteando los inversionistas? “Todos los años aparecen dos o tres fondos de inversión. Hace 15 días estuvieron unos muy grandes, me tengo que reservar el nombre. Ellos quieren comprar lo que les quiera vender de Vélez, el 10, 20, 30 por ciento o se meten con todo. Eso funciona así: luego de meterse a la debida diligencia, le dicen a uno, ‘quédese uno o dos años o sálgase que nosotros vamos a manejar el negocio’; ellos lo potencian, agregan valor y, luego de cinco o seis años, lo venden’”. ¿Pero si contempla esa posibilidad? “Ahora, sí, siempre y cuando ese socio nos aporte know-how (saber hacer) y que sea una alianza estratégica, no me interesa solo un inversionista de capital. Además, aún no, nos falta mejorar muchos indicadores para darle más valor a la empresa a ojos de otros”. ¿Y ese fondo que le visitó hace poco cumple con las condiciones? “En particular, este fondo es socio de empresas de retail en Europa y Estados Unidos y tiene ya conocimiento del negocio para hacer crecer la marca, también en América Latina”. ¿Esa forma si le “cuadra”, tras años de forjar a Vélez? “Lo estoy considerando, claro está, si genera valor a nuestra empresa en sus planes de crecimiento, pero no hay decisiones tomadas”. ¿Y los hijos qué le dicen? “No les gustaría que yo vendiera, pero además no creo que llegue a salir todo, mantendría una parte, el control accionario... No nos adelantemos a lo que aún está en el campo de las posibilidades”. En el tema de competitividad, ¿cuáles son los “cuellos de botella” de Vélez en su expansión? “El cuero crudo, que lo exportan a China sin ningún valor agregado y hoy vale 30 por ciento más que el año pasado. Lo grave es que luego ese cuero nos lo devuelven como producto terminado y mucho entrando de contrabando. No tiene sentido que el Gobierno deje exportar una materia prima que necesitamos aquí para que luego llegue por vías ilegales: Mi premisa siempre ha sido trabajar en lo que más pueda con lo nacional”. ¿Y cómo ha sorteado esos dos tremendos líos?

“Ese mercado de cueros crudos es una rapiña, toca anticipar pagos y ahora la devaluación del peso frente al dólar lo hace más difícil. Y con el contrabando, aquí decimos que si no tenemos marca, no tenemos nada, si no tenemos innovación, que nos da diferenciación, mucho menos. Mi clave ha estado en siempre buscar nuevas oportunidades. Si en el negocio de cueros nos basamos solo en precios resulta imposible competir, por eso sacamos cada año unas 800 referencia nuevas, un valor agregado que tenemos para defendernos de una competencia, legal e ilegal, muy grande”. ¿Al Gobierno le ha faltado impulsar a esta industria nacional? “Se puso a firmar tratados de libre comercio mientras el sector no estaba preparado y, ahora con el problema del cuero, resulta muy difícil exportar. Por eso hemos tratado de consolidar el mercado interno y defender el mercado nacional antes de dispersarnos a pensar en crecer afuera”. ¿Cuál es el impacto de la reforma tributaria este año? “La tasa de tributación se sube al 53 por ciento sobre las utilidades finales, ¡altísimo! Creo que el Gobierno se está metiendo en un círculo vicioso por su necesidad de recursos: si siempre está cargando más impuestos a las empresas, eso hace que cada vez menos gente opte por crearlas y en el futuro tendrá menos compañías a las cuales cobrar impuestos y, por ende, menos recaudo”. ¿Cuánto espera crecer las ventas en 2015? “En un 20 por ciento, igual que lo alcanzamos el año pasado. Y arrancamos bien: en enero, crecimos 45 por ciento frente a igual mes de 2014”. Pero uno de los primeros gastos afectados con las presiones inflacionarias, que ya se ven, es el vestuario, ¿temen que baje las ventas? “Menos mal tenemos una clientela muy fiel y que tratamos de mantener enganchada con calidad, nuevas colecciones, más líneas de producto. De hecho, en ese club de clientes fieles, que llamamos Leather Lovers, ya tenemos a 500 mil personas”. Hace año y medio me dijo que su sueño era que Vélez fuera líder en artículos de cuero en Latinoamérica, ¿sigue en pie esa causa? “Claro que sí, aunque me importa más que ser primeros, ser los mejores. Pero, ahora que lo pregunta, alcanzamos un formato de tienda Vélez de muy alto nivel, que puede estar en cualquier parte del mundo, por diseño, por producto, por concepto, inclusive, no descarto abrir un Vélez en Italia o en Estados Unidos”. A dónde antes iba a visitar ferias para traerse ideas... (Risas). “Sí, muchas cosas cambian en 30 años y falta más”....