Clase 1 Prácticos PSA - Apuntes 1 PDF

Title Clase 1 Prácticos PSA - Apuntes 1
Author Andrea Schaechel
Course Psicología
Institution Universidad de Buenos Aires
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clase practicos...


Description

CLASE 1 - PRÁCTICOS PSA Bienvenidos a la cursada 2021 de psicoanálisis Freud. Mi nombre es Alejo Ariel soy el docente a cargo de más comisión y que los va a acompañar en este primer acercamiento a la lectura de Sigmund Freud. Acercamiento que es trabajoso, por momentos incluso un poco oscuro. En primer lugar, porque así es que nace la historia, todo pensamiento radicalmente nuevo, cuando no brota únicamente de la especulación y ya veremos Freud la teoría psicoanalítica es siempre y ante todo la teoría de una praxis. Estas primeras semanas nos vamos a ubicar entonces a reconstruir ese duro trabajo de parto en el que comienza atrasarse a delinearse el campo mismo del pensamiento psicoanalítico. intentaremos recorrer a lo largo de todo este año el sinuoso camino porque Freud construye en íntima relación práctica clínica los conceptos fundamentales el psicoanálisis - si ya estuvieron mirando el programa habrás notado también que íbamos a leer siempre textos de autor, vamos a leer a Freud, no vamos a trabajar con manuales, eso exige nuestra parte un gran esfuerzo y también mucha paciencia. Leer a Freud es entrar en una lengua extranjera que no es cristalina, es necesario entonces interpretarlo, introducir una lógica en la lectura, llevar adelante una operación sobre el texto para que nos diga algo. Para eso vamos a contar con varios recursos que vamos a poner a su disposición para orientar la lectura, mostrarle que es lo que nosotros recordamos el texto que es lo que leemos allí. Tratamos para eso de construir un aula virtual simple y con reglas claras, no hacer un más difícil lo que ya es difícil. Nuestra expectativa que habituarse al campus y atravesar esa inevitable inquietud que trae tu experiencia nueva nos resulte a todos una herramienta amigable, posible, esa es nuestra apuesta. Trataremos de ir encontrando y ajustando los modos más propicios, para afianzar la comunicación y el intercambio. recuerden que es también para nosotros los docentes una experiencia nueva, viva, mutable. Ya veremos, más adelante, si podemos también encontrarnos en las aulas de nuestra facultad seguramente para muchos de ustedes por primera vez. Hoy en nuestra primera clase - vamos a trabajar como punto de partida con uno de los escritos iniciales de Freud “la neurosis de defensa” que es un texto publicado en 1894, para eso nos vamos a apoyar en lo que trabajaron el lunes en el espacio de teórico, en el que abordaron un texto publicado apenas un año antes y que es por lo tanto un antecedente directo del texto que vamos a ver hoy. Así en sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos, Freud vuelve sobre sus primeros encuentros con la histeria bajo

la tutoría de Charcot en la que Freud siempre reconoció como su maestro. Desde un inicio Charcot, se separan nítidamente de los preceptos de la neurología de su época que sólo podía ver en la histeria una fábula o una simulación, puesto que no era posible hallar allí una causa orgánica capaz de explicar el origen de la causacion de los síntomas. Justamente, en ese espacio donde la medicina de la época no encuentro la aplicación, donde fallece, que Charcot sostiene la apuesta de encontrar allí algo más y lo hace ni más ni menos que escuchando lo que histeria tiene por decir. Al interrogar a sus pacientes por la vía de la hipnosis, una técnica muy difundida en la aquella época, Charcot descubre que en el origen de los síntomas es posible situar siempre un accidente grave. Dice el - “que supuso un peligro o una amenaza y que sin embargo no conllevó finalmente una lesión física por lo que no hay lesión neurológica constatable”. Freud recupera estas observaciones y sobre ellas construye las preguntas que lo guían en este periodo “Si no hay lesión anatómica en ese gran accidente de donde nace la potencia del accidente para producir un síntoma, ¿que es lo eficiente en esos episodios aquellos capaz de producir un síntoma” - la experiencia con la hipnosis nos revela algo más, un detalle y es quizás en ese detalle donde Freud encuentra un inicio, un inicio para comenzar a responder las preguntas formuladas. Charcot demuestra que una orden en una circunstancia excepcional como lo es el estado de la hipnosis, es capaz de producir una parálisis y tener un efecto análogo al trauma mecánico. Es decir, que Charcot nos demuestra una orden, una palabra, puede tener también un efecto en el cuerpo, del mismo modo, que lo había tenido un accidente. Por eso, Freud puede trazar un paralelismo que en principio nos puede resultar un poco extraño, al señalar que el trauma es equiparable a la sugestión verbal, tanto uno como otro, pueden producir un efecto similar en el cuerpo. (Pensémoslo un momento) - si no existe lesión anatómica, lo eficaz en el accidente, lo que hace que esté se transforme en trauma. No es tanto la acción mecánica del golpe que es inocua, en términos de la neurología, que no produce lesión, sino el afecto psíquico que ese accidente conlleva, el terror y la representación, la idea, de una parte del cuerpo golpeada, dañada, que acompaña a ese afecto. Entonces, una representación y un afecto, dos elementos de índole psíquica, son localizados aquí y entonces como causa eficiente de los síntomas presentados por los pacientes, es por eso, que Freud establece esta analogía entre el trauma y la sugestión verbal que está hecha también de una representación. Así, considerada esta óptica, el estudio de la histeria traumática nos muestra que existen ideas, representaciones y accesibles para la conciencia, puesto que en estos estudio con la hipnosis, el hipnotizado, nos recuerda la orden

del hipnotizador. Por lo tanto, son representaciones que se mantienen como tales inconscientes y que sin embargo son eficaces, capaces de afectar y trastornar el cuerpo, evidenciando justamente, en forma notoria, como el cuerpo es un cuerpo atravesado por el lenguaje y la representación. De estas premisas obtenías a partir del estudio de la histeria traumáticas, parte Freud en la neuropsicosis de defensa. Ese es por decir al modo - el punto de partida de este texto - que vamos abordar hoy. Por eso, Freud comienza afirmando casi dando por sentado, que los síntomas de la histeria dependen de una escisión o división de la conciencia. Esta es una manera de nombrar lo que hagamos explicar, existen ideas o representaciones, que no pueden acceder a la conciencia normal del enfermo, están separadas, que están escindidas de ella y que, sin embargo, desde ese exilio de la conciencia, son capaces de producir síntomas. Pero en este texto Freud - va dar un paso más, no sólo va dar cuenta de que la histeria se fundamenta en esta división de conciencia, sino que va a intentar pensar como se produce dicha escisión. El subtítulo del texto una teoría psicológica de la histeria adquirida, nos anticipa parcialmente su hipótesis. La histeria y la división psíquica en la que ella se fundamenta, no son un dato primario, innato, sino por el contrario constituyen un cuadro adquirido. En este punto Freud, se diferencia de otros autores de la época importantes, como Pierre Janet, que coincidía con Freud, en explicar los síntomas de la histeria a partir una división de conciencia, pero que, por el contrario, sostenía que la disposición en la histeria es primaria, un defecto hereditario. Sigamos entonces apoyándonos en el texto, como construyó Freud de aquí el problema del origen de la histeria y de una serie de cuadros psicopatológicos más. En los que vamos destacar la neurosis obsesiva, que nos muestran en su fundamento, una operatoria común, que vamos a conocer como defensa . Al respecto y para ir paso a paso: Freud indica - los pacientes, por mi analizados, se mostraban saludables. Es decir, la histeria no es un dato inicial, no es originaria, hasta sobreviene un caso de inconciliable en su vida de representaciones - A continuación, nos aclara - “es decir, hasta que se le presenta a su yo [...] una representación inconciliable”. Este encuentro contingente, con una representación inconciliable, imposible soportar, imposible tramitar, imposible de juntar con las otras representaciones en la yo me sostengo. Es lo que explica, pero Freud a esta altura, la fractura de la consciencia que fundamenta a la histeria.

Pero detengámonos un momento - ¿Qué es para nosotros una representación inconciliable? - en primer lugar, podemos decir que se trata de una representación o una idea que entra en contradicción, en colisión, con el modo en que me represento a mi mismo, con el modo en que represento mi existencia en el mundo y ante los demás. Vamos a decir, que se trata de una representación que entra en contradicción con el yo, con ese conjunto de representaciones más o menos homogéneas, en las que un sujeto se hace representar - (fíjense nota al costado que acá tenemos un primer acercamiento a la noción del yo, que después se va a ir complejizando bastante demás). Se trata entonces, esta representación inconciliable , de una representación, que de ser admitida en la conciencia supondría una verdadera amenaza para la existencia. Y es en ese punto, en que cuestiona ¿quién soy? - que produce lo que Freud va nombrar como un conflicto psíquico, conflicto que es acompañado como indica Freud, por un afecto penoso, displacentero y ese afecto penoso plantea a nuestro aparato un problema. Freud trabaja aquí con la hipótesis -ya lo vamos a estudiar más adelante - de un aparato psíquico, que tiende, que apunta a la homeostasis, al equilibrio, a mantenerse exento de estímulos que lo perturbe. Sigamos por válida esta premisa, podemos decir entonces, que el afecto penoso, que ese conflicto psíquico, lleva consigo despierta, plantea un problema que debe ser resuelto de algún modo por este aparato que apunta el equilibrio. Pero esta solución, va ser en los casos que dan lugar justamente reproducción de una neurosis, una solución sólo aproximada, deficiente Freud nos indica que frente ciertas representaciones inconciliables (aquí lo cito) - “el yo considera que no puede solucionar con el trabajo de pensamiento, la contradicción que se le presenta “- Es decir, que la contradicción y el afecto que se representación inconciliable suscitan, no pueden ser tramitados, elaborados, por las vías normales. En las que Freud va destacar el pensamiento asociativo y justamente aquí, ante esa imposibilidad de la tramitación normal, que nace la vía patológica, la escisión de la conciencia en la que se sostiene la histeria. ¿Que es lo que nos dice Freud al respecto? - “que allí donde no puede pensar el yo, se impone la tarea tratar como no acontecida (el dice cómo no arribada) la representación” - Es decir, hacer como si nunca hubiese sucedido.

Pero también - señala Freud - “que esa tarea es una tarea insoluble, que una vez que la huella y su afecto están allí, no pueden ser extirpados” Verán que aqui Freud comienza usar una primera idea aparato psíquico. Un aparato, donde las huellas como tales, son indelebles (ya volveremos sobre este punto más adelante). Me dice Freud - “Que, frente a la imposibilidad de olvidar por completo, de borrar una solución aproximada, es convertir la representación fuerte en una débil” - puesto que, si la representación inconciliable pierde peso, pierde fuerza, dejará de imponerse a la conciencia. Para ello nos dice Freud - la representación inconciliable se va a divorciar, separar del afecto potente al que originalmente esta asociada - se espera la representación de sus afectos. Eso es el debilitamiento de la representación como solución aproximada. Con este divorcio entre la representación y el afecto que le corresponde originalmente - nos dice Freud - “que el olvido parece consumarse, en tanto, la representación a hora débil ya no se impone consciencia” - pero en su lugar, tenemos un efecto no buscado, un efecto indeseado, un efecto patológico, que es el síntoma. La representación nos impone a la conciencia, pero en su lugar, tenemos entonces, un síntoma . Lo que sacamos por la puerta, retorna desfigurado, transformado, por la ventana. Por eso Freud - puede decir - que sus pacientes enferman de reminiscencias, enferman de un recuerdo, enferman porque aún cuando sostienen su no querer saber, también son incapaces de olvidar del todo por eso podemos sostener la paradoja, de que la defensa es un éxito y un fracaso a la vez. Es un éxito en tanto alcance su cometido inicial y la representación inconciliable deja imponerse a la conciencia con el afecto que ellos suponen, pero es un fracaso, en tanto en lugar de desaparecer eso que se intenta olvidar retorna, vuelve desfigurado, bajo la forma del síntoma. La defensa deja entonces al yo libre conflicto psíquico, pero al costo de producir en su lugar un síntoma. Si la solución que da origen a la neurosis es debilitar la representación, separar representación y afecto. Debemos rastrear por separado, el destino de cada uno de ellos. Freud nos indica que la huella mnémica , representación que se intenta olvidar, pasa formar parte de lo que el nombra como un “grupo psíquico separado ” o “grupo psíquico segundo”. Así es como Freud, nombra a este

grupo de ideas que quedan aisladas, separadas de la conciencia - grupo psíquico separado - qué a lo pronto, es para nosotros uno de los primeros antecedentes conceptuales el inconsciente (no nos adelantemos de todos modos) - el inconsciente es un concepto a construir, pero ya podemos ver como la operación de la defensa anticipa la producción conceptual del inconsciente a los que nos abocaremos en las clases que viene. Y ACLAREMOS ALGO - NO es el propósito, de la defensa generar la división de la consciencia. RECUERDEN que la tentativa de la defensa es hacer justamente cómo que eso nunca aconteció, suprimirlo, pero es la solución aproximada que encuentra la separación entre la representación y afecto, la que va tener como consecuencia no deseada la división y la escisión de consciencia. Vemos ahora - ¿Que sucede con el con el afecto y su destino tras este divorcio o separación de la representación y el afecto? - en el caso de la histeria, el afecto se va trasponer sobre un fragmento del cuerpo . Freud nombra esta operación, este trasvase del campo psíquico al campo somático, como conversión y señala que, a través de ella, la histeria logra expresar un estado psíquico mediante un estado físico. (Ya lo vamos a trabajar cuando veamos el referente clínico de esta primera unidad que es el caso Cecil M) Es recién en este punto, que Freud a diferenciar la histeria de otra neurosis que también nace con la operación de la defensa , la neurosis obsesiva. En este cuadro la neurosis obsesiva, al igual que la histeria, la representación se separa de su afecto originario. Es decir, aquí hay un tronco común de la histeria y la neurosis obsesiva. Pero es en relación en lo que sucede con el afecto que ambos cuadros se van a diferenciar. En la neurosis obsesiva, en lugar de que el afecto se trasponga sobre el cuerpo, se va a desplazar sobre una otra representación de carácter inofensiva. A diferencia de la histeria, aquí en la neurosis obsesiva, el afecto se mantiene en el plano psíquico, pero en lugar de conservarse asociado la representación originaria a esa representación inconciliable, se desplaza cómo acabamos de decir, sobre una representación nimia, una representación que no suscita una contradicción para el yo . Aunque se va a imponer a la conciencia justamente porque recibe una fuerza que proviene de otro lugar, a este mecanismo propio de la neurosis obsesiva lo vamos a llamar a falso enlace - así podemos trazar una primera definición incipiente el síntoma valida tanto para las manifestaciones patológicas de la histeria como las neurosis obsesivas.

El síntoma se nos aparece entonces como un testimonio del conflicto psíquico original. Y la vez constituye también un símbolo que viene al lugar de esa representación inconciliable, que la defensa intenta hacer olvidar. ¿cuál es el nexo que une esa representación inconciliable y aquello que viene sustituirla en calidad de síntoma? - es justamente a lo que estudiaremos en las próximas clases. RECUPEREMOS entonces - ya acercándonos al cierre de esta primera clase la idea central del texto: la defensa es entonces el mecanismo psíquico que le permite explicar a Freud la escisión psíquica , la división de conciencia, que está en la base de los fenómenos histéricos. Freud aclara enseguida, que NO es el propósito del empeño defensivo generar dicha división la división, es, por el contrario, sólo la consecuencia indeseada de la defensa. Sobre este punto, sobre el carácter voluntario o involuntario de la operación de la defensa, también, vamos a obtener la oportunidad de volver más adelante....


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