Cox. Social forces - Texto de Relaciones Internacionales. PDF

Title Cox. Social forces - Texto de Relaciones Internacionales.
Author Malena Potenza
Course Relaciones Internacionales
Institution Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires
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Texto de Relaciones Internacionales. ...


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FUERZAS SOCIALES, ESTADOS Y ÓRDENES MUNDIALES: MÁS ALLÁ DE LA TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES (ROBERT COX) Abstract: Cox propone la diferenciación ideológica, teórica y práctica entre la pax britannica y la pax americana como procesos históricos específicos, creadores de distintas estructuras sociales, políticas y económicas. Además, enfatiza las diversas prácticas de internacionalización de la producción a través de sus diversos canales como, agencias estatales, interestatales, clases directivas de corporaciones multinacionales, e instituciones internacionales, entre otros, para generar las estructuras base que componen y generan las fuerzas de poder a finales del siglo XX.” Las costumbres académicas dividen la constante red del mundo social real en esferas aeparadas, cada una con sus teorizaciones propias. Y esta división inicial de la realidad es generalmente dictada por la costumbre. Las subdivisiones del conocimiento social, por tanto, pueden en términos generales corresponder a las formas en que las relaciones humanas se organizan en tiempo y lugares particulares. Y por eso, estas pueden parecer, en consecuencia, bastante arbitrarias cuando las prácticas cambian. Las RR.II. son un ejemplo de ello. Es un área de estudio interesada en las relaciones entre los Estados en una época en que los Estados son los principales agregados de poder político. Una vieja tradición intelectual que contribuyó a la definición de las RR.II. es la distinción entre estado y sociedad civil. La tería tradicional de RR.II. mantiene la distinción de estas dos esferas, y la política exterior; por tanto, aparece como la expresión pura de los intereses del estado. Hoy día, sin embargo, el estado y la sociedad civil están tan interpenetrados que los conceptos se han vuelto casi puramente analíticos y son sólo expresiones muy vagas e imprecisas de las distintas esferas de actividad. La renovada atención marxista en el estado podría haber cubierto este hueco ampliando y diversificando la noción de estado y, en particular, destacando sus dimensiones sociales. Sobre perspectivas y propósitos: La teoría es siempre para alguien y con algún propósito, tiene su propia perspectiva la cual deriva de una posición en el tiempo y espacio. Cuanto más sofisticada es una teoría, más reflexiona sobre su propia perspectiva y, a la vez, más la trasciende; pero la perspectiva inicial está siempre contenida dentro de una teoría y es relevante para su explicación. No hay, por tanto, algo así como una teoría en sí misma separada de un punto de vista en el tiempo y en el espacio. Cuando cualquier teoría se presenta a sí misma como divorciada de su perspectiva, es imporatnte examinarla como ideología y poner al descubierto su punto de vista oculto. Para cada perspectiva, el mundo que la rodea plantea numerosos problemas; las presiones de la realidad social se presentan a sí mismas como problemas de consciencia. Una tarea primaria de la teoría es ser claramente consciente de estos problemas,

habilitar la mente para enfrentarse a la realidad que afronta. Por tanto, como la realidad cambia, los antiguos conceptos tienen que ser ajustados o rechazados, y los nuevos conceptos deben ser forjados en un diálogo inicial entre el teórico y el mundo particular que intentan comprender. Partiendo de una problemática, la teoría puede servir para dos propósitos: 1) Problem-solving theory: su propósito es ser una respuesta simple y directa. Este tipo de teoría asume el mundo como lo encuentra y las relaciones sociales y de poder predominantes y las instituciones dentro de las cuales está organizadas se aceptan como marco dado de acción. El objetivo fundamental de la solución de problemas es hacer que estas relaciones e instituciones funcionen con fluidez y afronten eficazmente las causas de los problemas existentes. Se hace posible llegar a la formulación de leyes o regulaciones que parecen tener validez general pero que están determinadas, por supuesto, por los parámetros institucionales y relacionales asumidos previamente por el enfoque de solución de problemas. De hecho, el propósito de esta teoría es conservador, dado que busca solucionar los problemas que están surgiendo en varias partes de un todo complejo con el propósito de facilitar el funcionamiento de la totalidad. 2) Critical theory: ésta supone una relexión sobre el proceso de teorizar en sí mismo. Es crítica en el sentido de que se distancia del orden imperante del mundo y cuestiona cómo surgió este orden. La teoría crítica no toma las instituciones y las relaciones sociales y de poder como dadas, sino que las pone en cuestión preguntándose si están en proceso de cambio y cómo. El enfoque crítico lleva hacia la construciión de una imagen más amplia del conjunto en el que la parte inicialmente contemplada es sólo un componente, y busca entender los procesos de cambio en los cuales las partes y el todo están involucrados. Es teoría de la historia, en el sentido de estar interesada no solo en el pasado, sino también en el proceso continuo de cambio histórico. Debido a que trata con una realidad cambiantes, la teoría crítica debe ajustar sus conceptos continuamente al cambiante objeto que busca entender y explicar. Más aún, la sunción de fijación no es meramente una conveniencia metodológica, sino también un sesgo ideológico. Este tipo de teoría tiene a las problem-solving thories dentro de sí, pero las contiene como ideologías identificables, señalando sus consecuencias conservadoras, no su utilidad como guías para la acción. La teoría crítica contiene un elemento de utopismo en el sentido de que puede esbozar una imagen coherente de un orden alternativo, pero su utopismo está restringido por su comprensión de los procesos históricos. La teoría crítica debe rechazar las alternativas improbables tanto como rechaza la permanencia del orden existente. Razonar sobre órdenes mundiales futuros posibles hoy día, no obstante, requiere una ampliación de nuestra investigación más allá de las RR.II. convencionales. Requiere, así mismo, aprehender los procesos básicos en marcha en el desarrollo de las fuerzas sociales y formas de estado, y en la estructura de la economía política global. Realismo, marxismo y una aproximación a una teoría crítica del orden mundial. Las corrientes teóricas sofisticadas generalmente comparten características de la teoría de solución de problemas y de la teoría crítica, pero tienden a priorizar un enfoque sobre otro. Dos corrientes que han tenido algo significativo que decir acerca de las relaciones

interestatales y los órdenes mundiales —realismo y marxismo— son consideradas aquí como la fase previa al intento de desarrollar un enfoque crítico. La teoría realista de RR.II. tiene sus orígenes en un modo histórico de pensar pero desde la Segunda Guerra Mundial algunos académicos estadounidenses, especialmente Hans Morgenthau y Kenneth Waltz7, han transformado el realismo en una variante de la teoría de solución de problemas. Aunque eran personas con un considerable bagaje histórico, tendieron a adoptar el marco de acción fijo y ahistórico característico de la teoría de solución de problemas, en vez de alejarse de él, como E.H. Carr, y tratarlo como históricamente condicionado y por tanto susceptible de cambio. Esto pasó a denominarse neorrealismo y está caracterizado por 3 substancias: (1) la naturaleza del hombre, entendida en términos del pecado original agustiniano o el hobbesiano, como “deseo perpetuo y sin descanso de poder y más poder que cesa solo con la muerte”; (2) la naturaleza de los estados, que difieren en sus constituciones domésticas y en sus capacidades de movilizar la fuerza, pero son similares en su fijación en un concepto singular de interés nacional como guía para sus acciones; (3) la naturaleza del sistema de estados, que sitúa limitaciones racionales sobre la búsqueda desenfrenada de intereses nacionales rivales a través del mecanismo del equilibrio de poder. Este modo de razonamiento dicta que, en lo esencial, el futuro será siempre como el pasado. ¿Cómo se relaciona el marxismo con este método o enfoque teórico sobre el orden mundial? Es necesario distinguir entre dos corrientes divergentes del marxismo, análogas a la bifurcación entre el nuevo y el viejo realismo. Hay un marxismo que razona históricamente y que busca explicar, como también promover, cambios en las relaciones sociales; hay también un marxismo diseñado como un marco para el análisis del estado y la sociedad capitalista, que da la espalda al conocimiento histórico en favor de una conceptualización más estática y abstracta del modo de producción. Al primero, debemos llamarle bajo el nombre con el que se reconoce a sí mismo: materialismo histórico. El neorrealismo ve el conflicto como una consecuencia recurrente de una estructura continua, mientras que el materialismo histórico ve el conflicto como una posible causa de cambio estructural. Las premisas básicas de una teoría crítica: 1) Una conciencia de que la acción nunca es absolutamente libre sino que tiene lugar dentro de un marco que constituye su problemática. La teoría crítica comenzaría con este marco, lo cual significa comenzar con una interrogante histórica o con una apreciación de la experiencia humana que da paso a la necesidad de la teoría; 2) Darse cuenta que no sólo la acción, sino que también la teoría, están marcadas por una problemática. La teoría crítica es consciente de su propia relatividad, pero a través de esta consciencia puede lograr una perspectiva temporal más amplia y volverse menos relativa que la teoría de solución de problemas. Es consciente que la tarea de teorizar nunca culminará en un sistema cerrado, sino que debe continuamente comenzar de nuevo; 3) El marco para la acción cambia a través del tiempo y un objetivo principal de la teoría crítica es entender estos cambios; 4) Este marco tiene la forma de una estructura histórica, una combinación particular de patrones de pensamiento, condiciones materiales e instituciones humanas que tienen una cierta coherencia entre sus elementos. Estas estructuras no determinan las acciones de las personas en ningún sentido mecánico, sino que constituyen el contexto de los hábitos, presiones, expectativas y restricciones dentro de las cuales la acción tiene lugar;

5) El marco o la estructura dentro de la cual se da la acción debe ser visto, no desde arriba en términos de requisitos para su equilibrio o reproducción (lo cual nos haría volver rápidamente a la solución de problemas), sino más bien desde abajo, o desde fuera, en el ámbito de los conflictos que surgen dentro de este marco y que abren la posibilidad para su transformación. Marcos para la acción. En su sentido más abstracto, la noción de marco para la acción o de una estructura histórica es una imagen de una configuración particular de fuerzas. Esta configuración de ninguna manera determina las acciones de forma directa o mecánica, sino que impone presiones y restricciones. Los individuos y grupos pueden acatar las presiones, o resistir y oponerse a ellas, pero no pueden ignorarlas. En la medida en que tienen éxito en su resistencia a la estructura histórica imperante, éstos apuntalan con sus acciones una configuración de fuerzas alternativa emergente, es decir, una estructura rival. Tres categorías de fuerzas (expresadas como potenciales) interactúan en una estructura: capacidades materiales, ideas e instituciones. Las capacidades materiales son potenciales productivos y destructivos. En sus formas dinámicas éstas existen como capacidades tecnológicas y organizativas, y en sus formas de acumulación como recursos naturales que la tecnología puede transformar. Las ideas son en general de dos tipos. Primero, significados intersubjetivos, o aquellas nociones compartidas de la naturaleza de las relaciones sociales que tienden a perpetuar los hábitos y las expectativas de comportamiento. En segundo lugar, encontramos otro tipo de ideas relevantes para una estructura histórica: son las imágenes colectivas del orden social de diferentes grupos de personas. La institucionalización es una forma de estabilizar y perpetuar un orden particular. Las instituciones reflejan las relaciones de poder dominantes y tienden a, al menos inicialmente, promover imágenes colectivas consistentes con estas relaciones de poder. Hay una conexión estrecha entre la institucionalización y lo que Gramsci llama hegemonía. Las instituciones proporcionan vías de gestión de los conflictos internos para minimizar el uso de la fuerza. Pero la fuerza no tendría que ser usada con el propósito de asegurar la dominación de los fuertes en la medida en que los débiles acepten las relaciones de poder imperantes como legítimas. Esto es lo que los débiles hacen si los fuertes ven su misión como hegemónica y no meramente como dominante o dictatorial, es decir, si éstos están dispuestos a hacer concesiones que aseguraren la aquiescencia de los débiles sobre su liderazgo y si pueden expresar su liderazgo en términos de intereses universales o generales y no en términos de sus propios intereses22. Las instituciones pueden convertirse en el ancla para este tipo de estrategia hegemónica dado que permiten la representación de intereses diversos y la universalización de políticas. Sin embargo, las instituciones pueden estar desfasadas con otros aspectos de la realidad socavando así su eficiencia como medio para regular el conflicto (y por tanto su función hegemónica). Las instituciones son una expresión de la hegemonía, no la hegemonía misma. Los cambios en la organización de la producción generan nuevas fuerzas sociales que, a su vez, aparejan cambios en la estructura de los estados; y la generalización de los cambios en la estructura de los estados altera la problemática del orden mundial. Hegemonía y órdenes mundiales.

Un esfuerzo para ampliar la perspectiva realista con el objeto de incluir las variaciones en la autoridad de las normas e instituciones internacionales es la teoría de la “estabilidad hegemónica” la cual, como afirma Robert Keohane, “sostiene que las estructuras de poder hegemónicas, dominadas por un solo estado, conducen en mayor medida al desarrollo de regímenes internacionales fuertes, cuyas reglas son relativamente precisas y obedecidas correctamente”. Las ilustraciones clásicas de la teoría discutidas por Keohane son la pax britannica de mitad del siglo XIX y la pax americana de los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial. La teoría parece confirmarse por la disminución en el cumplimiento de las normas del orden del siglo XIX que acompañó el relativo declive del poder del estado británico desde finales de ese siglo. Un enfoque alternativo podría comenzar por redefinir qué es lo que se tiene que explicar. Concretamente la estabilidad relativa de los órdenes mundiales sucesivos. Esto se puede hacer equiparando estabilidad con un concepto de hegemonía que está basado en una conjunción coherente o acoplada entre una configuración de poder material —la imagen colectiva imperante del orden mundial (incluyendo ciertas normas) — y un conjunto de instituciones que administran el orden con una cierta apariencia de universalidad. Los dos periodos que envuelven la pax britannica y la pax americana también satisfacen la definición reformulada de hegemonía. A mediados del siglo XIX, la supremacía mundial británica estaba fundamentada en su poder sobre el mar, lo que se mantuvo sin atisbo de desafío alguno por parte de ningún estado continental como consecuencia de la habilidad británica a la hora de jugar el papel de equilibrador en un equilibrio de poder relativamente fluido en Europa. Las normas de la economía liberal (libre comercio, el respaldo en oro, libre movimiento de capital y personas) lograron una aceptación amplia con la expansión del prestigio británico, proporcionando una ideología universalista que representó estas normas como la base de una armonía de intereses. Esta estructura histórica se transformó en sus tres dimensiones durante el periodo que va del último cuarto del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. Durante este periodo el poder británico decayó relativamente, perdiendo su indisputable supremacía en el mar, primero con el reto alemán y luego con el aumento del poder estadounidense; el liberalismo económico naufragó con el aumento del proteccionismo, los nuevos imperialismos y definitivamente con el fin del patrón oro; y el intento tardío y fracasado de una institucionalización internacional a través de la Liga de las Naciones, no apoyado por un poder dominante o una ideología ampliamente aceptada, colapsó en un mundo cada vez más organizado en bloques rivales de poder. La configuración del poder en la pax americana fue más rígida que aquella propia de la hegemonía previa, tomando la forma de alianzas (todas articuladas sobre el poder estadounidense) creadas con el propósito de contener a la Unión Soviética. La estabilización de esta configuración del poder creó las condiciones para el despliegue de una economía global en la cual Estados Unidos jugó un papel similar al de Gran Bretaña a mediados del siglo XIX. Fuerzas sociales, hegemonía e imperialismo. La hegemonía es la representación del acople entre el poder material, las ideologías y las instituciones. Lo que Cox se pregunta es cuánto, cómo y por qué el acople se ajusta y desajusta. Para eso, la explicación la busca en el campo de las fuerzas sociales conformadas por las relaciones de producción.

Las fuerzas sociales no pueden pensarse como algo existente exclusivamente dentro de los estados. Las fuerzas sociales particulares podrían desbordar los límites del estado, y las estructuras mundiales pueden describirse en términos de fuerzas sociales del mismo modo que pueden describirse como configuraciones del poder estatal. El mundo puede ser representado como un patrón de fuerzas sociales que interactúan, en el cual los estados juegan un papel intermedio, aunque autónomo, entre la estructura global de las fuerzas sociales y sus configuraciones locales dentro de países particulares. Esto podría llamarse una perspectiva de economía política del mundo: el poder es visto como algo que emerge de los procesos sociales en vez de ser algo que se toma como dado en forma de capacidades materiales acumuladas, es decir, como resultado de estos procesos. La pax britannica se basó tanto en la ascendencia del capitalismo manufacturero en la economía de intercambio internacional, de la cual Gran Bretaña fue el centro, como también en el poder social e ideológico, en Gran Bretaña y otras partes del noroeste de Europa, de la clase que diseñó su riqueza a partir de la manufactura. El imperialismo es más bien un concepto laxo que en la práctica debe definirse nuevamente en referencia a cada periodo histórico. No tiene sentido buscar una “esencia” del imperialismo más allá de las formas en las que la dominación y la subordinación surgen en estructuras sucesivas diferentes del orden mundial. El estado imperial dominante y los estados subordinados colaboradores difieren en estructura y tienen funciones complementarias en el sistema imperial. El sistema imperial es una estructura del orden mundial que se beneficia del apoyo de una configuración particular de fuerzas sociales, nacionales y transnacionales, y de los estados en el centro y la periferia. Uno debe tener cuidado de no caer dentro del lenguaje de reificación cuando se habla de estructuras; éstas son constricciones a las acciones, no actores. El sistema imperial incluye algunas organizaciones formales y menos formales en el nivel del sistema a través de las que pueden ejercerse presiones sobre los estados sin que estas organizaciones, en realidad, usurpen el poder del estado. La pax americana era hegemónica: ésta suscitó un amplio apoyo entre los estados al margen de la esfera soviética y estaba capacitada para proveer suficientes beneficios a los elementos asociados y subordinados con el fin de mantener la conformidad de éstos. ¿Cuáles son los mecanismos para mantener la hegemonía en esta estructura histórica particular?; y ¿Qué fuerzas sociales y/o formas de estado han sido generadas dentro de ésta que puedan oponérsele, y en última instancia, causar una transformación de la estructura? La internacionalización del estado Una respuesta parcial a la primera pregunta concierne a la internacionalización del estado. Instituciones tales como el FMI incorporar...


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