EL Amante Y EL Amado PDF

Title EL Amante Y EL Amado
Author Gustavo Ramirez
Course Piscología
Institution Universidad del Valle de Guatemala
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Es el Resumen de el Psimiología del Amante y el amado...


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EL AMANTE Y EL AMADO EN EL BANQUETE DE PLATON

El Banquete es probablemente el primer texto que trata de manera filosófica el amor, esto es, con amplitud y profundidad, tendiendo en cuenta un gran numero de elementos que lo determinan y contextualizan. Valiéndose del género literario del diálogo y el discurso, de manera amena y elegante, con personajes que representan la sabiduría de la época (poetas, filósofos, comediantes, dramaturgos, médicos), Platón hace un recorrido dialéctico en torno al fenómeno del amor humano, para llegar a su esencia, desentrañar sus complejidades, revelar sus misterios. Muchos son los temas referidos al amor que se pueden estudiar en el Banquete del Platón, y de hecho se encuentran todos ellos hábilmente relacionados. Pero el interés de este estudio es resaltar solamente un problema planteado a lo largo de los discursos: la relación entre el amante y el amado. Algunos elementos culturales: Es necesario indicar de antemano algunos elementos de tipo contextual en el que se inserta esta obra, para juzgarla histórica y adecuadamente. El Banquete hace parte del proceso cultural griego en la época de su máximo esplendor cultural, momento en el cual, el ideal de cultura era la educación de la sociedad, o sea, la formación de las nuevas generaciones en las artes y en la ciencia. Por lo tanto la reflexión filosófica sobre el amor estaba atravesada por la preocupación de la excelente formación de las nuevas generaciones de pensadores y gobernantes de la federación de ciudades-estado griegas. También el estilo literario refleja prácticas normales de la época, en donde los jóvenes iban a la guerra para defender su nación, y allí prosperaban valores como la amistad, el honor, la valentía y el sacrificio por la patria. En ese contexto se deberían entender términos como pederastia o amor entre hombres, que hoy, en un contexto cultural diferente, son asuntos polémicos. Es sano y prudente, por lo tanto, no desviar la atención en problemas tales como cuestión de género, sexo, homosexualismo, perversiones sexuales, o libertinaje moral, que resultarían anacrónicos para un estudio serio del Banquete de Platón. Hay una hipótesis que propongo para la relación amante - amado en este libro: el hilo conductor que atraviesa las afirmaciones sobre las relaciones amante-amado descritas en los discursos del banquete, es la pedagogía creativa. Esto es, el proceso de formación creativa entre un discípulo y su maestro que conduce a la obtención de virtud y belleza en el ser y hacer de todos, para la buena marcha de la ciudad (ESTADO). Las relaciones amante-amado se dan de manera dialéctica y procesal, al largo de prácticamente todos los discursos, partiendo de lo que 1

podríamos llamar experiencias sencillas, cotidianas (en el discurso de Fedro), hasta alcanzar las más altas cumbres de contemplación y reflexión sobre el ser mismo del Eros (en el discurso de Sócrates). Fedro, quien primero interviene en el encomio al amor, establece una relación directa entre el amor, la ética y la política. Elogia a Eros como Dios, idea que comparten casi todos los participantes, a excepción de Sócrates. Es interesante este carácter divino que se la aplica al amor, esto es, algo que está presente en este mundo, pero que no pertenece a él, no se origina en él. El amor es prácticamente como una posesión, el amor es una pasión que empuja al amante a hacer cosas verdaderamente grandes por el amado. Esta es una propuesta muy interesante, para una sociedad como la actual, para la que el amor se reduce muchas veces a simples reacciones químicas, transferencias psicológicas, o convencionalismos culturales. Para Fedro, el impulso divino, el amor, es el responsable de una bella amistad, que produce valores igualmente bellos como el honor, la valentía, el sacrifico, y que construye de manera adecuada el estado. Pausanias, siguiendo la idea de Fedro, va un poco más allá de él y le hace ver su falta de análisis, porque muestra que en las relaciones entre amantes y amados, no solo aparecen cosas bellas, nobles y valiosas, porque, recuerda a la concurrencia, que el origen de Eros es doble, no simple como superficialmente había afirmado su antecesor (el amor es el más antiguo de todos los dioses). La distinción que hace Pausanias entre el Eros urania (divino) y el Eros Pandemo (del pueblo) trata de establecer una fundamentación más idealista de la relación erótica. No todo impulso amoroso crea automáticamente relaciones bellas, virtuosas y apropiadas para el estado. Es necesario indagar un poco más acerca del origen de esos impulsos, por tanto se debe desentrañar la naturaleza del amor. El Eros usual y corriente, el instinto irreflexivo y vulgar es repudiable y vil, porque tiende a la simple satisfacción de los apetitos sensuales. El otro, en cambio, es de origen divino, y se halla impulsado por el celo de servir al verdadero bien y a la perfección del amado. Este segundo Eros, es en realidad, una verdadera fuerza educadora que ayuda al amado a desarrollar su personalidad. De manera general podríamos decir que el Eros pandemo es el culpable de los desórdenes sociales, el desenfreno, la ambición, el vasallaje y la incultura. Porque todo despotismo se basa en la desconfianza, y en los países así gobernados, la amistad siempre genera sospechas de relaciones conspirativas. Por el contrario, el responsable de la buena marcha de una sociedad virtuosa, bella, valiente y abnegada, es el Eros Uranio. Erixímaco trata el tema de las relaciones amante-amado de manera indirecta y tangencial. Su aporte es trasladar el impulso amoroso más allá de las relaciones humanas, y lo lleva a todo el universo. El universo entero se mueve por amor, porque es orden y armonía, como la que produce la tensión entre el arco y la cuerda al dar una nota musical. El cosmos es orden, el orden es bello, la belleza es el 2

fruto del amor. Una relación amorosa entre seres humanos debe reflejar la armonía de la naturaleza, así como mantiene la salud un organismo adecuadamente alimentado. El aporte que da este médico es la idea de armonía en la construcción de relaciones amistosas. Aristófanes, el gran comediante de la época, remite su reflexión sobre el amor, no a la naturaleza del Eros como dios, o como potencia universal cósmica, sino a la naturaleza humana. Conoceremos el sentido y la función del amor en los seres humanos, conociendo la naturaleza de los seres humanos. Para ello toma mano de una figura grotesca. Habla de los antepasados humanos como seres integrales, completos, acabados, definidos, satisfechos con ellos mismos. Eran los famosos andróginos, seres muy poderosos, con ocho extremidades y los dos sexos, que pretendieron alcanzar y competir con los dioses del olimpo. Estos, en prevención, para evitar una sublevación, y para tenerlos siempre a su servició, los “desgarraron”, los partieron por la mitad, cual siameses recién separados, les pusieron la piel faltante, les hicieron ombligo y les pasaron el sexo adelante. Este es un mito que explica la constante e inquietante situación de insaciedad humana. Nunca estamos contentos con lo que tenemos, sufrimos un vació estructural en nuestro ser. Pero cuando llega el amor, nos sentimos plenos, porque recuperamos parte de la integridad perdida, por eso sentimos un impulso sobrenatural a abrazar al amado para quedarnos por siempre así. Y si ese amado desaparece, buscamos otro. Por lo tanto el Eros nace de un anhelo esencial del ser humano por alcanzar la totalidad del ser en el amado o la amada, inasequible para siempre en la soledad de un individuo. El aporte de Aristófanes a la relación amante-amado es el de la superación de las limitaciones y la soledad por medio del impulso amoroso que busca restituir la unidad perdida de los seres humanos. El amor es el gran antídoto para la soledad. El amor es aquel que sana esta falla estructural de los seres humanos, sumidos en el individualismo, la indiferencia, la falta de comunicación y el aislamiento. Agatón, el célebre poeta, homenajeado en el banquete por haber ganado un festival de poesía, realiza el más elegante y florido discurso en honor al amor, fijándose más en las metáforas, la métrica y el simbolismo, que en las ideas y en los contenidos de su discurso. Al fin poeta. Se roba los aplausos y alabanzas de los asistentes, más por su capacidad creadora de figuras poéticas, que por su fuerza argumentativa, la que desbarata Sócrates con dos simples preguntas. Contrario al hilo conductor precedente, asigna al Eros los rasgos esenciales del amado, no del amante. Pone patas para arriba todo proceso pedagógico fruto del Eros. Ahora el Eros es un figurín, un dios bello, joven, apetecible. El más feliz, el más hermoso y el mejor de todos los dioses. Es joven, fino y delicado y solo mora en lugares floridos y perfumados. Nunca posa sobre él la mano de la coacción, pues su reino es el de la pura y libre voluntad, en otras palabras, no de deja educar, porque no necesita educación, puesto que posee de 3

manera innata todas las virtudes: La justicia, la prudencia, la valentía y la sabiduría. La postura de agatón produce serias dificultades a la relación del amante-amado como proceso pedagógico-creativo. Tiene una perspectiva fuertemente idealista y azucarada del amor, tan de moda hoy en telenovelas y comedias románticas. Al esteta, lo sigue el asceta-filósofo, Sócrates. Platón lo pone al final, porque es quien lleva al auditorio a descubrir de manera ascendente, la naturaleza real del amor y sus consecuencias para la vida de los seres humanos. Utiliza, como es su costumbre, la mayéutica y la dialéctica para su discurso, incluyendo una experiencia mística especial con una adivina (Diótima). Sócrates inicia su discurso advirtiendo un error en la argumentación de Agatón. El dijo que Eros era un Dios bello que también buscaba la belleza. Esto trae consigo una contradicción lógica. Algo bello no puede buscar la belleza, porque la tiene en sí mismo. Por lo tanto, el amor, o no es bello, o no busca la belleza, pero no puede ser as dos cosas al mismo tiempo. De hecho, no pude dejar de buscar la belleza, porque si así fuera, no sería impulso. Por lo tanto, Eros no pude ser bello, y si no es bello no puede ser Dios. A este punto quiere llegar Sócrates, de manera contraria a lo que habían dicho todos los participantes sobre el carácter divino del amor. Sócrates lo rechaza. El Eros no puede ser un Dios. De allí retoma el dialogo que tuvo con la adivina Diótima para contar el famoso mito del origen del amor, como producto de la relación de la abundancia (Poros) y la carencia (Penia), en la fiesta del nacimiento de la diosa Afrodita. El amor no es algo meramente divino ni algo meramente humano, es un ser intermedio, más bien, es el mensajero entre lo divino y lo humano, participa de las dos naturalezas. El amor como abundancia, es potencia, es fuerza es posesión, pero como carencia es anhelo, es búsqueda. El amor es una búsqueda apasionada, poderosa, incontenible que jamás descansa, luchando siempre por su propia perfección y eterna dicha. Pero, una búsqueda de que? Ahí radica la más poderosa y bella revelación de Sócrates. Por eso Diótima pasa de la exposición de la naturaleza del amor, a su utilidad para el hombre. Esta utilidad no puede ser simplemente la que expone fedro o Pausanias, es mucho más profunda y definitiva. El Eros en el interior de los seres humanos tiene una constante búsqueda, no por tal o cual virtud (como Fedro) o tal o cual persona que de manera fortuita se me atraviesa en el camino (como Aristófanes), la búsqueda incesante de Eros es por el bien en sí, esto es, por la realización plena del propio yo. La consigna de Sócrates es que el hombre no puede apetecer nunca lo que no considere su bien, por eso cuando se confunde y busca otras cosas, jamás queda satisfecho. El impulso anhelante del amor guía constantemente al hombre a la consecución del bien supremo. De aquí se desprende una consecuencia para la naturaleza humana: todo bien (esto es, todo aquello en que se satisfaga el impulso del amor) es inherente al ser humano, y todo mal ( o sea todo aquello en que se 4

frustre el impulso del amor) es contrario a la naturaleza humana. Por lo tanto ser humano es lo mismo que hacerse humano, o sea llegar a realizarse por la plena satisfacción del impulso amoroso que conduce a la consecución del bien supremo. En estos conceptos encontramos antecedentes conceptuales de consignas que han despertado los más nobles sentimientos humanos: realización personal, autoestima, proyecto de vida, proyecto de país, superación de la guerras, lucha por la justicia, solidaridad, misericordia, etc., todas ellas jalonadas por este concepto socrático-platónico del amor. Pero falta algo más. Este concepto de amor se puede quedar, como el de Agatón, en bellas palabras, bellos propósitos, pero no llegar a construcciones concretas, a procesos pedagógicos, a relaciones reales de amantes y amados. Por eso la última parte de discurso de Diótima se centra en este asunto, que lo aborda de manera sorprendente. Ella recurre a la figura más simple de un acto de amor: la procreación. Buscar el bien supremo es buscar la eternidad: como conquistan los seres humanos la eternidad por medio del amor? La respuesta es, procreando. Así lo hacen todas las especies, así lo hacemos los seres humanos. En la procreación hay un acto de creación. Una rosa dura pocos días, pero cada año, en la primavera tenemos siempre el renovado y fresco aroma de los rosales floridos. Sócrates invita a ver la eternidad del bien supremo en las obras que engendramos. Así como una especie alcanza de alguna manera su eternidad procreándose, de la misma manera, el impulso erótico nos lleva a ser creadores en el mundo espiritual. Aquí es donde la estética es entronca con la erótica. El fruto de todo impulso erótico es la creación poética. El impulso amoroso de unos esposos los lleva a construir una familia bella. El impulso amoroso de un amante, lo lleva a engendrar un discípulo bello, virtuoso. El impulso amoroso de un artista lo lleva a crear una obra de arte que lo supera en su existencia terrena. El impulso amoroso de un ciudadano lo lleva a construir un estado bello, adecuado para la convivencia y la tolerancia. El impulso amoroso de un profesional lo lleva a crear cosas nuevas en su área de desempeño. Etc. En este punto se entroncan todos los elementos que conforman el complejo significado del amor. Por lo tanto, la relación amante-amado en este nivel del relato no se circunscribe solamente a un código de buen comportamiento o de detalles para no herir susceptibilidades. La relación erótica de amante-amado tiene que ver con la realización plena del ser humano, que se consigue mediante la identificación de sus búsquedas más profundas con la apropiación del supremo bien mediante la producción de cosas nuevas en esa relación, como procesos de aprendizaje, maduración personal, virtudes personales, armonía con la naturaleza, búsqueda del bien común y comportamiento adecuado en un estado de derecho. El Eros se convierte entonces en una fuerza pedagógica que consiste en el moldeamiento de un verdadero ser humano, cuya materia prima 5

es su individualidad y su producto final es la construcción de su personalidad sacando a la luz de la conciencia lo eterno que hay en nosotros, esto es, el bien supremo, o Dios.

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