El Foco de Atencion - Ensayo sobre la relación entre el artista y su público. PDF

Title El Foco de Atencion - Ensayo sobre la relación entre el artista y su público.
Author Marilú Casas
Course Teoría del Arte I
Institution UNED
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Ensayo sobre la relación entre el artista y su público....


Description

El foco de atención

EL FOCO DE ATENCIÓN LA RELACIÓN ENTRE EL ARTISTA Y SU PÚBLICO

MARIA LUISA CASAS GARCIA CENTRO UNED GIJÓN – ASTURIAS TEORIA DEL ARTE 1

Página 1

El foco de atención

INDICE

PAG.

1. Prólogo

Pag. 3

2. ¿Que es el foco de atención?

Pag 4

· El ejemplo de la nariz de payaso

Pag. 4

· El artista y las emociones

Pag. 5

· La comunicación entre el actor y su público

Pag. 6

3. El foco de atención en otras artes.

Pag. 8

· La pintura y sus significados

Pag. 8

· La música y las emociones

Pag. 11

· El cine y los valores de producción

Pag. 13

· Magia e ilusión

Pag. 15

4. Usos del foco de atención en la escena

Pag. 17

· Opera clásica y tragedia griega

Pag. 17

· Romeo debe morir

Pag. 19

· Mimos que hablan

Pag. 20

5. Conclusiones

Pag. 22

6. Bibliografía.

Pag. 23

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El foco de atención

1.

Prólogo

Hay un echo curioso que se ha ido repitiendo prácticamente desde el primer día que me subí a un escenario, hace ya diez años. El echo es que tras las representaciones, o en conversaciones con gente ajena al mundo teatral, tarde o temprano siempre surge una pregunta concreta; "¿Y no sientes vergüenza cuando estás en el escenario?". La respuesta a esta pregunta es si... y no. Sentía vergüenza al principio, y luego a partir de unos dos años dejé de sentirla. La respuesta de otros compañeros a este fenómeno (y la que yo misma daba), es que te acostumbras a la escena. Y sin embargo puedo decir que conozco actores que llevan más tiempo que yo y siguen sintiendo vergüenza. Por otro lado en mis cursos de teatro he tenido alumnos que desde la primera salida al escenario no sienten el más mínimo ridículo.

- Hamlet al desnudo Teatro Nacional de Stuttgart

¿Donde está entonces la linea que separa el echo de sentirse expuesto del acto de ser el que expone?. Un buen día, durante unas jornadas de improvisación en Madrid, ocurrió que mientras estaba en el escenario me percaté de que el público sentía más miedo de mí del que yo tenía de ellos. Con el tiempo lo asocié con el poder que el actor tiene sobre el espectador y traté de utilizarlo. Desde entonces comencé a interesarme por la comunicación entre el actor y el público con el fin de mejorar mi trabajo actoral y de facilitar el aprendizaje de los alumnos que caen en mis manos. Es con este trabajo de investigación, con el que me he permitido estudiar y desarrollar ese "poder de atracción" o subyugación que el artista tiene sobre el escenario, a través de un concepto que he definido como el "Foco de atención".

"Actuar es como bajarte los pantalones; expones tu intimidad." Paul Newman

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El foco de atención

2.

¿Que

es el Foco de Atención?

· El ejemplo de la nariz de payaso. Situémonos en un teatro repleto de público, con un escenario vacío en espera de la acción. Al escenario sube un actor cuya única distinción es que lleva una redonda y roja nariz de payaso. La reacción básica que cabría esperar por parte del público es la risa; la imagen del actor con nariz de payaso es algo grotesco, inusual, una distinción cómica que expone al actor al juicio por parte del público y a la burla general. Lo normal sería que el actor "payaseado" se sienta por tanto expuesto y juzgado, y que cometiera el error escénico de sentir vergüenza. Pero avancemos en la acción, por que ¿que ocurriría si el actor, bajara del escenario, atravesase la cuarta pared, y quitándose la nariz de payaso se la colocara a alguien de entre el público?. La situación en principio sigue siendo la misma; una persona con nariz de payaso es juzgada visualmente por el resto de la concurrencia provocando burla e hilaridad general. ¿Pero es la misma situación realmente?, mientras el actor que ha bajado del escenario ha decidido, más o menos voluntariamente, colocarse la nariz de payaso al inicio del espectáculo, nuestro sorprendido espectador no ha tenido ningún margen de decisión en cuanto a que dicha nariz le fuera colocada, ésta decisión ha sito tomada únicamente por el actor. Este es un momento clave en nuestra situación imaginaria, ya que desde el momento en el que el actor decide "actuar" sobre la nariz de payaso, ninguno de los espectadores volverá a sentirse relajado e inactivo, ya que saben que en cualquier momento les puede tocar a ellos llevar la nariz, centrándose en ellos la atención sin que puedan tener al respecto ningún tipo de control. Sigue habiendo risas, por supuesto, pero es una risa nerviosa provocada por el miedo a la exposición propia al ridículo. Nuestro actor sigue en todo momento teniendo el control de la nariz de payaso, pues aunque no la lleve en la cara, es su dueño circunstancial. Y puede ponérsela o quitársela, a sí mismo o a cualquier espectador que desee. El actor ya no es entonces un ser expuesto juzgado por el público, sino que es ese público y sus emociones el que esta expuesto a los caprichos del actor. La nariz de payaso, roja y redonda, se convierte en un foco de atención que el público ya nunca perderá de vista, un foco de seducción amenazante que expone las propias emociones y las deja completamente al servicio del artista al que va dirigido. Podríamos definir entonces el "Foco de atención" como una vía de comunicación unilateral que permite al artista hacer libre uso de las emociones de su público.

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El foco de atención

· El artista y las emociones. "Si se me pidiera que definiera en pocas palabras el término arte, lo llamaría la reproducción de lo que los sentidos perciben en la naturaleza a través del velo del alma" Edgar Allan Poe Normalmente le llamamos arte al proceso mediante el cual los seres humanos expresamos ideas, emociones o, sentimientos en general y una visión del mundo que nos rodea, a través de recursos plásticos, lingüísticos, sonoros, escénicos, multimedias... etc. Entendemos entonces que para se pueda dar el arte son precisos tres elementos; primero de todo un artista (o varios) dispuesto a compartir o comunicar una experiencia emocional concreta a un segundo elemento, un público, mediante un canal o medio de comunicación establecido entre ambos, el cual sería el tercer elemento de nuestra ecuación artística; es decir, la obra de arte. Encontramos estos elementos más o menos presentes en toda experiencia artística, desde el pintor que transmite al resto del mundo mediante sus pinturas, el músico o cantante que se comunica con sus oyentes mediante la música, el poeta y el escritor que plasman sus ideas mediante palabras dirigidas a sus lectores... etc. En el caso del teatro los elementos están claramente definidos entre el actor, su publico y la obra teatral que los pone en contacto. ¿Por que es más importante en el caso teatral la existencia de estos tres elementos?. Mientras que un cuadro, una canción, un libro pueden existir en sí mismos sin ser continuamente interpretados, la obra teatral como experiencia artística sólo se da en el momento de ser interpretada. Llegados a este punto tenemos que hacer dos aclaraciones que pueden llevar a equivoco. Primero, podríamos entender que el libreto escrito por parte del dramaturgo supone en sí mismo una obra artística terminada. Pero no olvidemos que esa es una idea actual, propia de la reivindicación de los derechos de autor, ya que históricamente el autor se desprendía de su obra en el momento en que era vendida, y luego ésta solía ser fruto de numerosas modificaciones, a tenor de las necesidades o los caprichos de los actores y las circunstancias. Se plantea entonces el texto dramático como una herramienta del trabajo actoral, maravillosa y respetable sí, pero unas meras directrices en el proceso creador. En segundo lugar, es preciso señalar el carácter único e irrepetible de la experiencia teatral. En una época como la nuestra donde todo se copia, duplica y almacena, cada representación teatral es una experiencia única para cada espectador y en cada función. La obra nunca será la misma, incluso en las representaciones más meticulosas y medidas, siempre habrá algo distinto, algo que la diferencie de la anterior, un momento en directo que no volverá a repetirse. No deja de ser curioso como en esta sociedad bombardeada de estímulos multimedia y de experiencias estéticas prefabricadas y duplicadas, el público parece volver poco a poco a la experiencia del directo, del instante saboreado que sólo se almacena en la memoria personal.

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El foco de atención Frente a esta situación en la que se encuentra el actor, de necesidad de creación continua, me remito a alguna de las primeras clases de los cursos de teatro que imparto, y también en los que he participado como alumna. Reunidos todos los alumnos en un ambiente calmado, se les enfrenta a una duda concreta sobre el arte actoral; "¿Cual es la principal herramienta del actor?" Las primeras reacciones suelen ser rápidas. Quien más quien menos, cada uno de los asistentes acude a las clases de teatro con el objetivo de mejorar o iniciarse en una parte concreta de su actuación, algo en lo que ya se ha parado a pensar, de modo que se suceden muchas respuestas variadas; "el cuerpo", "la voz", "el texto", "el personaje", "el movimiento"... Ante la negativa, las respuestas van disminuyendo hasta que una mano dudosa (a veces ninguna), se alza y dice: "¿Las emociones?". Son efectivamente las emociones la principal herramienta del actor, y en realidad la de cualquier artista. El actor no es más que un ser emocional, que se apoya en diferentes recursos (cuerpo, voz, texto, caracterización...) para hacer llegar esas emociones al espectador y provocar en él una respuesta a veces inesperada. Sin emociones, cualquier experiencia teatral resultaría vacía e inútil. Por mucho que estuviera rodeada de toda la parafernalia escénica imaginable, si los actores no están transmitiendo una carga emocional aunque sea mínima, la representación no tendría más valor artístico que un vulgar adorno prefabricado. Más o menos bonito visualmente, pero irrelevante.

· La comunicación entre el artista y su público. " Pero Josefina es la excepción: ama la música y también sabe comunicarla: es única, y cuando nos deje desaparecerá la música de nuestra vida, quién sabe hasta cuándo." Josefina la Cantora. Franz Kafka Son varios los cuentos de Kafka donde se analiza la figura del arista; "Josefina la cantora", "La construcción" o "El artista del hambre", son los utilizados para este estudio. Pero es en este primer cuento de Josefina donde se trata de manera especial el vínculo de relación entre el artista y su público. Josefina canta. Pero su canto no es más que un chillido, un chillido que todo el pueblo es capaz de emitir, y un pueblo además incapaz de apreciar la música o el canto. El pueblo no comprende a Josefina, o si finge comprenderla, ella deja claro que no es así.

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El foco de atención Y sin embargo cuando Josefina canta, el pueblo acude masivamente a oírla, la respetan por su canto e incluso la adoran, la buscan, la escuchan. A pesar de que no la comprenden, a pesar de admitir interiormente que Josefina no hace nada particularmente especial, ellos sienten algo con su canto. Existe pues una comunicación entre Josefina y el público más allá de los simples medios utilizados. En un momento dado Josefina canta y el pueblo escucha, aunque no entiendan, pero sienten. Josefina emite y el pública refleja esa emisión como un espejo.

Esta comunicación imprescindible entre el artista y su público, se basa generalmente en dos conceptos; la identificación y el juicio. En la identificación esta el reflejo de la condición humana por medio del personaje representado, y esta identificación puede ser de manera completa o parcial, es decir, el espectador se identifica con el personaje en sí o con una situación o sentimiento en particular. El carácter del personaje, su voz, su cuerpo, su situación, sus actos, sus dudas, sus miedos... cualquiera de sus detalles puede despertar en el público un reflejo de sus propias similitudes con la escena, haciendo que diversos pensamientos acudan a la mente del espectador; "Esto me ha ocurrido a mi", "Esto también lo temo yo", "¿Que haría yo en su lugar?"... etc. De esta manera si el personaje sufre, el espectador sufre. Si el personaje duda, el espectador duda. Si el personaje siente ira, el espectador también, y así sucesivamente. Es por tanto mediante la identificación que podemos conseguir una comunicación frente al público más directa y clara. Abrimos una vía de comunicación en la que el espectador simplemente siente lo mismo que el personaje. ¿Pero que ocurre si lo que queremos es algo mas complejo?, ir algo más allá de la mera transmisión de sentimientos, provocar una respuesta emocional única, impredecible y particular a cada espectador. Entramos de esta manera en el terreno del juicio. Un actor nunca juzgará a su personaje, el público lo hará por él. El personaje se define en si mismo como una criatura con sus objetivos establecidos, sus deseos, sus miedos, su moralidad, sus ideas... todo al servicio de lo que representa como personaje. Por contra, el público, se trata de seres humanos reales, cuya relación con otros seres humanos es real y trae consecuencias. En este aspecto no debemos olvidar señalar lo peculiar que es el teatro. Un escenario es un lugar maravilloso al servicio de la fantasía. Un espacio virtual controlado, cuyas directrices están pactadas y sus consecuencias no son reales y se esfuman cuando se acaba la obra. Sobre este planteamiento, ¿Que situaciones queremos llevar a la escena?. ¿El amor?, ¿la muerte?, ¿los celos?, ¿la ira?, ¿la traición?, ¿la manipulación?... cualquiera de estas situaciones llevadas a escena carece de consecuencias reales en la sociedad. Y sin embargo el público las sentirá como tales. En su vulnerable posición de espectador pasivo, el público es enfrentado a emociones y sentimientos que removerán sus ideas y sus bases de moralidad, provocando una respuesta emocional involuntaria. Pasamos de la mera identificación a juzgar dentro de nuestras expectativas sociales lo que esta ocurriendo en el escenario.

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El foco de atención Llegados a este punto, si la sociedad actual no tiene reparos en juzgar o defender hasta la saciedad a sus propios congéneres reales, ¿Qué no seremos capaces de adjudicar a personajes ficticios que ni sienten ni padecen?. Y si durante el avance de la escena nuestro punto de vista cambia, ¿Hasta que punto podremos arrepentirnos por haberlos fustigado?. La escena teatral se convierte en un experimento social que permite al público investigar sus propios sentimientos y emociones sin consecuencias reales sobre su vida diaria. Como conclusión se puede decir que en el proceso de comunicación artística entre el actor y su público, la identificación "conmueve", mientras que el juicio "remueve". Utilizar estas herramientas como foco de atención para provocar una respuesta concreta en el espectador queda en manos del artista.

2.

El foco de atención en otras artes.

· La pintura y sus significados. “Yo no pinto lo que veo, pinto lo que siento.” Pablo Picasso

El arte de la pintura ha sido ampliamente utilizado y desarrollado desde los albores de la humanidad. Su objetivo primordial ha sido casi siempre el mismo; la representación gráfica de la realidad del artista. A lo largo del desarrollo del arte en la antigüedad, al objetivo prioritario de representación del motivo pintado, se une la intención de utilizar la pintura como símbolo de otros conceptos. Asistimos pues al nacimiento de la iconografía, el uso de imágenes cuyo significado cultural estaba preestablecido tanto para el artista como para el resto de la sociedad. Es durante el renacimiento, en pleno apogeo del humanismo y de la revolución artística, donde las obras pictóricas van más allá de ser representaciones reales o simbólicas y pasan a contener un mensaje o idea plasmado de forma concreta por el artista. Esto principalmente es debido al desarrollo de la figura creadora del pintor, y a la reivindicación de su postura social como artista y no como artesano.

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El foco de atención Es precisamente durante el renacimiento cuando surgen diversas técnicas y secretos mediante los cuales los artistas se sirven de la atención del espectador para asegurarse la total comprensión de sus obras. Estas técnicas están relacionadas con diversos conceptos de la pintura; como pueden ser la composición, la perspectiva, las luces, las sombras, texturas, proporciones... etc. El uso correcto y estudiado de estos elementos en la pintura proporciona herramientas eficaces a la hora de atraer la vista del espectador a los elementos escogidos y liberando la atención de los elementos circunstanciales que completan visualmente la escena. Es así como el pintor utiliza el "foco de atención" sobre el mensaje o idea que desea transmitir con su obra. Un ejemplo curioso de este uso del foco de atención, lo encontramos en la obra "Venus, Vulcano y Marte" de Tintoretto. La escena mitológica representada es simple; Vulcano entra en la habitación de la infiel Venus para buscar a Marte entre los pliegues de la cama de su esposa desnuda.

A la hora de observar este cuadro nos encontramos con que la vista irremediablemente se nos enfoca hacia la parte izquierda del cuadro. Esto se debe a tres razones; primero al uso por parte de Tintoretto de una composición sencilla mediante diagonales que crean un ángulo de visión cuyo vértice estaría en el espejo situado tras Vulcano y que se abre con fuerza hacia el cuerpo de Venus. En segundo lugar podemos apreciar que la luz esta enfocada con decisión a esta parte del cuadro, de manera que casi parece emanar del cuerpo de la diosa. En tercer y último lugar, el desnudo, concretamente el de una mujer es un foco de atención incontestable en casi todas los épocas de nuestra sociedad. Si somos capaces de sustraer nuestra mirada de este poderoso enfoque visual nos Página 9

El foco de atención encontramos en la parte completamente opuesta del cuadro con una imagen cómica; la cabeza de Marte asoma por debajo de una cama en su intento de eludir al esposo burlado. Este elemento del cuadro, que de por sí debería ser llamativo debido a su comicidad, contrasta profundamente con el resto de la pintura. La sombras son más acusadas, los colores menos diferenciados, y la posición de Marte se encuentra totalmente fuera del angulo de visión principal. Es así como la figura central de Vulcano se vuelve completamente irrelevante dentro de la composición visual, sirviendo únicamente de apoyo al angulo de enfoque ofrecido al espectador. Llegados a este punto, el cuadro ofrece una interesante lectura; la figura de Marte burla la atención de Vulcano del mismo modo que burla la atención del espectador. Tintoretto ha creado un foco de atención sobre la distracción de Venus para distraernos a nosotros y a Vulcano. Pero desarrollemos un poco más el concepto con ejemplo más elaborado; "Las Meninas" de Velázquez. En este caso nos encontramos con una composición casi semi-esférica que sirve de marco al elemento principal, la infanta Margarita de Austria, situada en el centro. Tanto la atención de las "meninas" o damas de compañía de la infanta, como el tratamiento de la luz en general enfoca nuestra mirada a la princesa como foco principal del cuadro. Sin embargo nuestra mirada se ve ligeramente libre de vagar entre otros elementos menores de la escena; el pintor Velázquez, la dama de la derecha que mira al frente, el espejo situado al fondo y el hombre que entra por la puerta (estos dos últimos especialmente destacados y en triangulación visual con la infanta Margarita).

El especial juego de luces sobre los rostros que mir...


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