El teatro español a partir de 1936 (hasta 1975) PDF

Title El teatro español a partir de 1936 (hasta 1975)
Author Adrián Serrano Díaz
Course Castellano y Literatura II
Institution Bachillerato (España)
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El teatro español a partir de 1936 (hasta 1975) El teatro español posterior a la Guerra Civil presenta limitaciones respecto a la riqueza creativa del teatro extranjero, debido a los condicionamientos de la época. La creación teatral se vio afectada por el exilio de los autores más innovadores, afines al bando republicano. Por lo tanto, las corrientes renovadoras de la dramaturgia europea se reflejarán tarde en las obras de los autores que crean en España. Esta situación se vio favorecida por la censura que obligó a los autores a limitar sus expresiones y su libertad creadora. Además, influyen los intereses comerciales, puesto que los empresarios teatrales buscan asegurar sus ingresos apostando por obras acordes a los gustos del público. En este panorama triunfó un teatro convencional, carente de riesgo y pensado para el entretenimiento de la burguesía que asistía a los estrenos para divertirse y dejarse ver. Un teatro concebido como espectáculo de entretenimiento y ocio, totalmente conservador y decimonónico, que pone en escena los dilemas morales de la vida cotidiana burguesa, transmitiendo los ideales que sustenta el régimen. Destacamos figuras como José Mª Pemán, convertido en el dramaturgo oficial del régimen franquista, estrenó con éxito obras como El divino impaciente o Cuando las Cortes de Cádiz. De un tono similar son las comedias monárquicas de Juan Ignacio Luca de Tena, destacando ¿Dónde vas Alfonso XII?. Joaquín Calvo Sotelo, hizo algunas incursiones en la comedia disparatada, pero cultivó una moderada sátira de costumbres de evidente ingenuidad, Plaza de Oriente o La Muralla. Enrique Jardiel Poncela intenta una renovación del teatro mediante un uso inteligente y moderno del humor, basado en lo inverosímil y disparatado, con la creación de situaciones insólitas, como en Eloísa está debajo de un almendro y Cuatro corazones con freno y marcha atrás. Continuando con este teatro del humor nombramos a José López Rubio (La otra orilla); Miguel Mihura, trabajó el humor del absurdo y los juegos de palabras, con situaciones irracionales para satirizar las costumbres absurdas de la burguesía en obras como Tres sombreros de copa. Debemos citar también a Alfonso Paso, con La boda de la chica, y los hermanos Álvarez Quintero con El genio alegre o Entremeses. La década de los 50 supuso para España un tímido desbloqueo internacional y el fin del racionamiento, pero no terminó con las desigualdades sociales, la represión ni la censura. En este contexto, la obra de una nueva generación de escritores vino a renovar el panorama teatral, a pesar de ser difícil llegar a los escenarios. Nombramos a Antonio Buero Vallejo como el dramaturgo por excelencia de este periodo. El estreno de Historia de una escalera inauguró el teatro existencial en España y supuso un éxito de taquilla. Toda su obra gira en torno a la defensa de la dignidad. También destaca El tragaluz. Con Buero el teatro español dió un giro hacia la denuncia en medio de una dictadura franquista. Alfonso Sastre consiguió estrenar Escuadra hacia la muerte o La taberna fantástica, ambas prohibidas. Realizaba tragedias complejas combinando lo épico y lo grotesco, mezclando diferentes registros y creando héroes irrisorios por lo ridículo de las situaciones que defendían. Otros nombres destacados son: Lauro Olmo con La camisa o La condecoración; J. Martín Recuerda con El teatrito de don Ramón; Carlos Muñiz, con El grillo; Rodríguez Méndez en Los inocentes de la Moncloa; y Antonio Gala con Anillos para una dama. Se caracterizan por usar un lenguaje directo, violento y provocativo, incluyendo formas coloquiales. Continúan con la denuncia social, la marginación del proletariado, la injusticia o la explotación humana. Desde finales de los años sesenta, la censura comenzó a ser más permisiva, lo que favoreció la creación de obras más innovadoras en cuanto a los temas y técnicas. Cabe destacar la obra de Fernando Arrabal,

quien creó el teatro pánico. Esta nueva concepción del teatro concilia el esperpento valleinclanesco, el surrealismo, el teatro de la crueldad y el del absurdo, como medios para mostrar la sinrazón del mundo. Destacan obras como El cementerio de automóviles. Francisco Nieva también participa de esta renovación teatral que rompe con los esquemas realistas, incorporando elementos del surrealismo, del esperpento y del absurdo. Destaca El combate de Ópalos. En los años sesenta se inician tendencias experimentalistas. Se caracterizan por considerar la representación un espectáculo total en el que el texto literario es solo un ingrediente más, de ahí la importancia que adquieren otros elementos como las luces, el sonido o la escenografía. Además, se intenta romper con esa frontera entre el escenario y los espectadores, implicando al público en el espectáculo, y el diálogo da paso a los elementos primitivos del teatro. Para salvar la censura se recurre a la parábola y a la presencia de objetos simbólicos que han de ser interpretados. Este concepto del teatro es el que desarrollan las compañías de teatro del momento y que siguen activas hasta nuestros días. Destacan grupos como Els Comediants, Teatre Lliure o el TEU de Murcia. Es preciso nombrar a otros autores que realizan aportaciones a la escena española y que prosiguen su trabajo después de 1975, como Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano), José Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!) o José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro). Finalizada la dictadura y eliminada la censura, parecían abrirse caminos prometedores para el teatro, apoyado por el Estado. Las obras pierden el tono reivindicativo, vuelven a representarse los autores silenciados, se consolidan las compañías de teatro independiente y prolifera el teatro de calle. Pero todos estos elementos no favorecen el renacimiento de la vida dramática española; el teatro ha dejado de ser el espectáculo por excelencia y sufre la competencia de otras ofertas de entretenimiento....


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