Evolución histórica de la actividad física y la calidad de vida PDF

Title Evolución histórica de la actividad física y la calidad de vida
Course Actividad Física y Calidad de Vida
Institution Universidad de Alicante
Pages 13
File Size 220.8 KB
File Type PDF
Total Downloads 78
Total Views 127

Summary

Download Evolución histórica de la actividad física y la calidad de vida PDF


Description

1. Evolución histórica de la actividad física y la calidad de vida 1.1. Actividad física y salud en la antigua Grecia.

La actividad física o el ejercicio como medio para mantener o mejorar la salud y la calidad de vida proviene de tiempos ancestrales. Tanto es así, que la relación entre ambos conceptos se constata como un hecho cultural e histórico, presente en muchas civilizaciones a lo largo y ancho del mucho, que se ha venido a concretar inicialmente a través de manifestaciones tanto en la danza como en el deporte (Delgado y Tercedor, 2002). Parece ser que, ya en el antiguo Egipto, se utilizaban determinados ejercicios con la intención de restablecer el equilibrio saludable para dolencias concretas (Gallo, De la Plata y Galán, 2002).

También, civilizaciones como la antigua China y la Grecia clásica se presentan, con marcadas evidencias de ello, como los pioneros respecto a la realización de actividades lúdico-corporales con intenciones higiénicas y educativas (Luarte, Garrido, Pacheco, y Daolio, 2016). Concretamente, la cultura china ancestral, ya presentaba un uso aplicado de la actividad física con el fin de obtener beneficios para la salud (Guillet, 1971). El método utilizado, que ha llegado hasta nuestros días, fue el denominado Kung-fu, que se desarrolló en un contexto religioso y cuyos fines se enmarcan en la necesidad de curar el cuerpo de las enfermedades y debilidades del alma.

Por su parte, la Grecia clásica presenta una doble vertiente de aplicación, por un lado, la educativa y, por otro, la lúdico-festiva, con la celebración de los juegos atléticos. Tanto es así, que Platón en su libro IV de República expresa el grado de preocupación respecto al uso de la gimnasia como medio educativo para la formación del cuerpo y del alma. Aristóteles presenta por su parte la perspectiva del tratamiento del cuerpo en la educación desde un punto de vista médico-higienista. En esta línea, también Hipócrates hizo referencia a la práctica de ejercicios como base fundamental en la formación de la persona. Hacia el año 440 a. C., surge el término Gimnástica, cuya intención es promover el cuidado

de la salud a través de ejercicios físicos (Guillet, 1971). Otro aspecto que contribuye enormemente en la popularización de la práctica físico-deportiva se produce a raíz de los conflictos bélicos del momento, que permitieron comprobar la importancia de una buena formación física para la suerte del combate.

Por otro lado, en el sistema educativo platónico, propuesto para su ciudad ideal, la actividad física ocupaba un papel importante en la formación: “la gimnástica para el cuerpo y la música para el alma”. Pero era un tipo de “gimnástica sencilla y equilibrada, dirigida al desarrollo armónico de las facultades físicas de los jóvenes ”, “desde la niñez, a lo largo de toda la vida” incluso llegando a recomendarlo para mujeres embarazadas: “recomienda que la mujer embarazada realice ejercicios adecuados regularmente para dar a luz niños/as más sanos y fuertes y facilitará la dinámica del parto” (Álvarez, 2010).

Por su parte, Aristóteles indicaba que el ejercicio físico no sólo debe contribuir al objetivo belicista, sino también en la adquisición de buenos hábitos higiénicos, de salud, de bienestar mental, y de educación ética y moral. En este sentido, establece la definición de gimnasia como “la ciencia de los ejercicios físicos moderados y racionales aplicados al cuerpo humano con el fin de mejorar la salud y el bienestar o euxía; la paidotribia es el arte de cómo realizar esos ejercicios” (Álvarez, 2010). Así pues, como puede entenderse, su práctica se extendió enormemente, llegando a convertirse en uno de los objetivos clave del sistema educativo y de la formación del ser humano.

1.2. Actividad física y salud en la época Romana

Tanto las obras aristotélicas como los escritos hipocráticos van a ejercer una influencia determinante en los trabajos posteriores en época clásica romana. Es el caso de Claudio Galeno (131-200 d. de C.) quién alcanzó un gran éxito profesional, llegando a ser médico personal de notables aristócratas e incluso emperadores (Marco Aurelio, Cómodo y Septimio Severo). Para Galeno, la

gimnasia era un medio de salud, basado en un sistema de hábitos integrales que debían incluir junto a su práctica, una adecuada alimentación, descanso, baños o masajes. De su prolífica obra se ha de destacar, por su vinculación con el ejercicio, el tratado De la conservación de la salud y el Tratado de la pelota pequeña.

A partir de sus obras, Galeno, indica que, si se desea utilizar la práctica físico-deportiva con un fin terapéutico, se debe mantener una posición equilibrada (o de justo medio) que no sea contraria a la simetría corporal, realizando desplazamientos cortos en el espacio, con una intensidad de ejecución media-baja, y sin hacer gestos bruscos ni explosivos. También hace referencia a las bondades de realizar una fase final de relajación mediante masaje o baño ya que serán un complemento ideal que dispararán los beneficios. Además, incluye el ejercicio como estrategia compensatoria de los desequilibrios provenientes de la praxis profesional (Álvarez, 2010).

1.3. La Edad Media

En esta época, Constantinopla se consagra como el eje vertebrador desde el punto de vista médico, alrededor del cual giró toda la medicina del imperio bizantino a comienzos de la Edad Media (Álvarez, 2010).

La figura más representativa de la literatura en esta época, centrada en la temática que nos ocupa, fue la obra del médico español Arnau de Vilanova. En su obra Regimen sanitatis ad regem Aragonum publicada en 1307, hace múltiples alusiones al ejercicio físico. Concretamente, en el segundo capítulo del Regimen sanitatis donde se hace especial hincapié en la importancia que el ejercicio físico tiene en la conservación de la salud (Álvarez, 2010). Se indica el momento más adecuado para realizar ejercicio (antes de las comidas) y el efecto fisiológico que tiene en la evacuación de los productos de desecho. También hace alusión a que la cantidad necesaria de ejercicio vendrá determinada por el

volumen de ingesta alimentaria. Otro aspecto por destacar es la referencia a la calidad (intensidad) a la que realizar el ejercicio. En este sentido el autor indica que ha de ser moderada (media-baja), entendiendo este término de la siguiente forma: “cuando al terminar la sesión de ejercicio físico, la persona se siente alegre y contenta, con los miembros más aliviados y ligeros; estableciéndose el límite entre el ejercicio moderado y el fuerte en el nivel de la fatiga; de modo que llegados a un punto importante de fatiga es aconsejable abandonar el ejercicio” (Álvarez, 2010). Por otro lado, establece que el ejercicio ha de ser uniforme, es decir, global, genérico, y dirigido a todas las partes del cuerpo, de manera equilibrada y armónica, bien sea caminando a pie, a caballo o de cualquier otra manera.

No obstante, la Edad Media, constituyó un periodo de escaso aporte científico para la disciplina, debido principalmente a la implantación y diseminación de ideologías religiosas basadas en el teocentrismo, cuya principal preocupación

se

centró

en

aspectos

de

índole

espiritual

y

que

consecuentemente despojó de interés a todo lo relativo al cuerpo.

1.4. El Renacimiento

Esta época se caracteriza fundamentalmente por la recuperación de los ideales helénicos y, con ello, del interés por el ejercicio físico con tildes higiénicosaludables. Se presentan dos perspectivas claras de partida: la humanística o socrática y la médica o hipocrático-galénica (Moreu, 2009).

Las obras de mayor calado publicadas en este momento histórico son las escritas por médicos con un profundo arraigo humanista, entre las que destacan: El vergel de sanidad (1542), de Luis Lobera de Ávila; El aviso de sanidad (1569), de Francisco Núñez de Coria; La conservación de la salud del cuerpo y del alma (1597), de Blas Álvarez de Miraval; y como obra insigne de la época en este ámbito, el Libro del ejercicio corporal y de sus provechos (1553), de Cristóbal

Méndez. Éste último ofrece normas básicas sobre el modo de realizar ejercicio, y se tienen en cuenta sus diferentes modalidades, resaltando las ventajas del juego de pelota. También relaciona las distintas formas de práctica con la edad, el sexo y la condición social del individuo (Álvarez, 2010).

Así pues, la gimnástica médica, heredera firme de Galeno, desde un punto de vista higiénico tiene una doble vertiente: la conservación de una buena salud corporal y, por otro lado, la recuperación y el mantenimiento de ese estado de salud. No obstante, surgen figuras como Jerónimo Mercurial (médico veneciano (1530-1606), más conocido y divulgado de su época) que introducen un nuevo debate a partir del cual se cuestiona la gimnástica como una ciencia. De hecho, la definiría como “arte voluntario que conlleva una forma de hacer, una práctica”. Desde su perspectiva, organizó la gimnasia en tres dimensiones: la militar, la atlética y la médica. Según apunta Blázquez (2010), sus aportaciones suponen un auténtico eslabón ente las aportaciones helénicas y la educación física moderna.

En esta época se publica un gran número de factores que intervienen en la práctica del ejercicio físico y que se deberían tener en cuenta desde un punto de vista médico. Por ejemplo, la cantidad de práctica necesaria en función de las características y el nivel físico de la persona, la intensidad más adecuada a tenor de la capacidad, el tipo de ejercicio y el lugar más apropiados, la señales que permitan controlar la práctica, etc. (Álvarez, 2010).

1.5. Culturas modernas

El siglo XVII dará comienzo a un proceso de modernización de la higiene proveniente de la medicina. Si hacemos un breve repaso a este respecto, hemos de destacar las obras de Duchesne (1606), Sanctorius (1614) y Borelli (1680). En el siglo siguiente, se observa una solución de continuidad en la proliferación de publicaciones respecto a los beneficios para la salud que la práctica física

tiene. Entre las aportaciones más destacadas, se encuentran las de autores como Hoffman (1708) y Tissot, (1781).

Cabe destacar en este punto de la historia el resurgimiento de la visión pedagógica de la práctica física, a partir de la obra de Rousseau (1712-1778) “Emilio” (1762) que se postula como modelo educativo “natural” en el que la cultura del cuerpo tiene una importancia capital para la formación del niño y del joven:

“La Educación física es la mejora de la actividad, ya que plantea el retorno a la naturaleza y educa los sentidos y la percepción”.

Es en este punto donde surge el concepto de gimnasia educativa, significando el punto de unión entre la salud y la educación. Desde este momento, comienzan a emanar los atisbos de lo que será la educación física como asignatura escolar.

En este sentido cabe destacar las experiencias del alemán J.B. Basedow (1724-1790) y del suizo J.H. Pestalozzi (1746-1827), quienes trataron de llevar a la práctica las teorías de Rousseau. En la primera de estas experiencias, se planteaban salidas al campo y ejercicios físicos, así como trabajos manuales y música. Para Pestalozzi, por su parte, la Educación Física del niño no se limita a una esfera puramente formativa de su personalidad, sino que se configura más bien como una herramienta utilitaria para fortalecer el cuerpo.

El siglo XIX va a presentar este doble prisma, higiénico-médico y pedagógico, de una manera mucho más marcada. Por un lado, aumentará considerablemente la literatura referida al estudio del ejercicio como forma de salud desde el punto de vista médico. En este sentido cabe destacar las obras de Ling, Delpech y Bilz. Por otro lado, en Europa surgirán también las llamadas “escuelas gimnásticas”, que se configuran a partir de los movimientos

gimnásticos procedentes de la tradición médica, pedagógica y militar como las tres grandes ramas troncales de toda la evolución posterior. Poco a poco, esta corriente gimnástica se expandirá por toda Europa, llegando España, Suecia, Inglaterra y Francia donde se aplicará el enfoque más educativo de la actividad física en el ámbito escolar (Delgado y Tercedor, 2002).

La educación en Europa fue, de esta forma, un medio de difusión social importante respecto a la necesidad de mantener unos niveles aceptables de condición física y salud a través de programas de educación física.

Sin embargo, en los EEUU, la educación física siguió sin formar parte del sistema educativo público durante la mayor parte del siglo XIX (Welch, 1996). El proceso educativo en esta región se centró sobre todo en materias intelectuales donde se enseñaban disciplinas tradicionales como la lectura, la escritura, y la aritmética.

La preocupación por el Fitness (entendido como condición física) surge por tanto en los EEUU a raíz de los procesos de reclutamiento para las guerras mundiales que acontecieron a lo largo del siglo XX. Es durante estos eventos bélicos donde se evidencia una clara merma de la condición física de la juventud estadounidense. Con intención de subsanar dicha situación, se llevaron a cabo determinadas medidas de promoción, aunque los resultados no alcanzaron a ser notorios hasta la década de los años 50.

Kraus-Hirschland realizó un estudio comparativo entre Estados Unidos y Europa en 1954. Este estudio utilizó las pruebas de Kraus-Weber para medir fuerza y flexibilidad en los músculos del tronco y de las piernas. Los resultados de las " pruebas musculares mínimas de aptitud en niños" indicaron que cerca del 60% de los niños norteamericanos fallaron al menos una de las pruebas. En Europa, solamente el 9% de los niños fallaron una de las pruebas. El resultado

de la comparativa de estos datos impulsó a los líderes políticos a promover y desarrollar la salud a partir de la mejora de la condición física (Fitness).

Las primeras iniciativas importantes en este sentido fueron las siguientes (Nieman, 1990):

1) La formación del President's Council on Youth Fitness y

2) President's Citizens Advisory Committee on the Fitness of American Youth.

Este fue el primer paso importante para ayudar a despertar el interés y concienciar a la nación respecto a la importancia de mantener adecuados niveles de condición física. Durante los años 50, numerosas organizaciones tomaron la iniciativa de establecer programas de educación social sobre las consecuencias de tener unos niveles bajos de condición física ( Fitness). Varias son pues las agencias que han estado implicadas en la promoción del Fitness desde mediados de los años cincuenta, entre ellas la American Health Association (AHA), la American Medical Association (AMA), la American Association for Physical Education, Recreation, and Dance (AAPHERD) y el President's Council on Youth Fitness (Barrow y Barrow, 1988). Estas organizaciones, a través de sus aportaciones, difundirán y contribuirán a formar las bases del movimiento del Fitness para el futuro.

Asimismo, el Colegio Americano de medicina deportiva (ACSM), desde que se originó en 1954, ha demostrado ser una de las primeras organizaciones en la promoción de la salud y el Fitness en la sociedad estadounidense y en todo el mundo. A través de su historia, el ACSM ha establecido las bases de este movimiento a través de multitud de publicaciones relacionadas con el ejercicio y basadas en la investigación científica.

En los años 60, el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, fue un promotor importante del Fitness y sus ventajas relativas a la salud para la población americana. Kennedy manifestó abiertamente la necesidad de que los ciudadanos estadounidenses debían mejorar sus niveles de condición física, y para ello escribió un artículo titulado el americano blando en el que manifestaba que la pobre forma física de la juventud era una seria amenaza para la seguridad de la nación (Kennedy, 1960). La comisión de Kennedy ayudó mucho a la promoción Fitness divulgando máximas como "la buena salud es la base para el resto de las formas de excelencia" (Kennedy, 1962).

Por su parte, el Dr. Ken H. Cooper, reconocido mundialmente como "el padre del movimiento moderno del Fitness", fue uno de los máximos exponentes mundiales en materia de promoción deportiva. Abogó por una filosofía que cambió del tratamiento de la enfermedad a la prevención de la misma, aduciendo que es más fácil mantener buena salud a través de ejercicio apropiado, dieta y equilibrio emocional que recuperarlo una vez que se ha perdido . Igualmente, manifestó la necesidad de proporcionar datos epidemiológicos para apoyar las ventajas del ejercicio físico regular y la salud. Los datos de millares de individuos se convirtieron en la fundamentación de sus conceptos aeróbicos. Los aeróbicos, lanzados en 1968, se convirtieron en mensajeros de gran alcance para prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas, para fomentar el ejercicio regular y para mantener altos los niveles de condición física a lo largo de la vida (Cooper, 2001). El Dr. Cooper estableció las bases del Fitness que han proliferado y se han mantenido hasta la actualidad.

Como se ha podido comprobar hasta aquí, el término Fitness se empezó a conocer con unas miras iniciales un tanto reducidas al entenderse como physical fitness (Miranda, 1991), diferenciándose del término perfomance , que buscaba un acondicionamiento físico con unos objetivos eminentemente de rendimiento deportivo. Este concepto inicial de Fitness buscaba una mejora fisiológica y funcional con objeto de mejorar la salud. La relevancia que tenía la

aptitud o condición física se sustentaba en la creencia de que el nivel de Fitness (condición física) era un buen baremo a partir del cual establecer el grado de salud alcanzado.

Se ha considerado que una persona, cuanto mayor o mejor condición física tuviera, mayores niveles de salud le corresponderían. Hoy sabemos que esto no es del todo cierto (figura 6). Parece ser que los beneficios se dan cuando la actividad física realizada cumple una serie de criterios que la hacen saludable. De hecho, un aumento de intensidad suele acarrear un incremento paralelo de los riesgos llegando incluso a situarlos por encima de los beneficios. Existen deportistas con niveles de condición física elevada y sin embargo con una salud mediocre marcada por enfermedades y/o lesiones o propensos a ellas. Y no sólo los deportistas, sino también aquellos que practican actividades físicas de forma obsesiva hasta el punto de crear adicciones con sus consecuentes problemas físicos, psicológicos y sociales (Devís, 2000).

A

B

C

BENEFICIOS

+

PERJUICIOS

INTENSIDAD

Figura 6. Beneficios y riesgos de la actividad física según la intensidad del esfuerzo (Powell y Paffenbarger, 1985).

Esta circunstancia ha llevado a diversos autores a plantearse diferentes niveles de condición física, en función del objetivo final que se desee conseguir (figura 7).

Niveles de condición física Según Hebbelinck (1985a, 1985b), existen dos tipos de condición física:

Condición Física General: parte del nivel mínimo y dota al sujeto del grado de eficiencia necesaria para su actividad cotidiana y de ocio.

✓ Nivel mínimo: umbral entre los estados sano y enfermo. ✓ Nivel general: normal o medio. Valor promedio de una población sana. ✓ Nivel ideal: valor óptimo base para alta capacidad y eficacia funcional.

Condición Física Específica: parte del nivel general y es particular para cada deporte.

✓ Nivel especial: valores excepcionales y atípicos. Adaptación unilateral a una actividad específica (deporte).

CONDICIÓN FÍSICA GENERAL

NIVEL MÍNIMO

NIVEL MEDIO NIVEL IDEAL

CONDICIÓN FÍSICA ESPE...


Similar Free PDFs