Historia argentina - 1955-1966 PDF

Title Historia argentina - 1955-1966
Course Problemas de Historia Argentina
Institution Universidad Nacional Arturo Jauretche
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Pertenece al capítulo 04....


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Capítulo 4 Inestabilidad política, ilegitimidad, tutela militar y resistencia social, 1955-1966 Karin Grammático El derrocamiento del presidente Perón en septiembre de 1955 abrió una nueva etapa en la historia argentina caracterizada por una fuerte inestabilidad política que reconoce en la proscripción del peronismo una de sus causas principales. La resolución del gobierno militar de Pedro Eugenio Aramburu (1955-1958) de prohibirlo excluyó a una importante porción de la ciudadanía de los canales de la participación propios de un régimen democrático, lo que trajo aparejado cambios en las formas de hacer política. El peronismo, duramente perseguido durante aquellos años, debió reorganizarse para poder actuar en un escenario políticamente adverso. Su proscripción, la detención de sus principales referentes y el exilio de su líder contribuyeron a la formación de una nueva dirigencia sindical que en esos años acumularía el poder suficiente como para convertirse en “la columna vertebral” del peronismo y disputarle el liderazgo del movimiento al propio Perón. Ese poder se asentó en la capacidad de representar gremialmente a la clase trabajadora y políticamente a los y las peronistas.

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Carolina González Velasco y Fernanda Percovich (Coordinadoras)

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La injerencia de las FFAA en la vida política argentina se agudizó en este período. La tutela ejercida sobre los gobiernos civiles de Arturo Frondizi (1958-1962), José María Guido (1962-1963) y Arturo Illia (1963-1966) profundizó aún más la debilidad de estas presidencias que desde su origen se hallaban cuestionadas en su legitimidad dada la vigencia de la proscripción del peronismo. La Revolución Cubana (1959) y el posterior establecimiento de un gobierno socialista en la isla caribeña encendieron las alarmas de la seguridad continental. El temor de los Estados Unidos (EEUU) era que el ejemplo cubano se difundiera en toda Latinoamérica. Por ello se propuso llevar adelante un accionar coordinado con los Ejércitos de la región para contrarrestar cualquier intento que pusiera en entredicho los valores de la sociedad capitalista occidental. A partir de entonces el control de las fuerzas militares sobre la población se hizo más agobiante. Como lo señaló el historiador César Tcach, la complejidad del período 1955-1966 se expresa en la variedad de términos que los investigadores General Eduardo Lonardi (centro). acuñaron para denominarlo: semidemocracia (por la proscripción del Fuente: Archivo General de la Nación. peronismo), parlamentarismo negro (por el ejercicio de la política por fuera de los canales institucionales habituales), juego imposible (habida cuenta de las dificultades de ganar elecciones sin el apoyo de los votos peronistasI- Los gobiernos militares de la Revolución Libertadora, 1955-1958 y de mantenerse en el poder sin el respaldo de las FFAA, que bregaban por La breve gestión de Lonardi: el fracaso de una conciliación (im)posible el mantenimiento de la proscripción del peronismo) o empate hegemónico Como estudiamos en el capítulo anterior, el 16 de septiembre de 1955 (porque cada uno de los actores contaba con la fuerza suficiente para un impedir el triunfo del proyecto del contrincante político pero no la tenía golpe de Estado, autoproclamado Revolución Libertadora, derrocó al a la hora de plasmar el suyo propio). Cada uno de ellos subraya un aspecto gobierno de Juan D. Perón. Las fuerzas golpistas designaron al general Eduardo Lonardi, católico y de la facción nacionalista del Ejército, crucial de la etapa que estudiaremos en este capítulo. presidente provisional. Lonardi intentó llevar adelante un gobierno de pacificación y reconciliación que él mismo supo expresar con la frase: “ni vencedores, ni vencidos”. Desde su óptica, resultaba fundamental un entendimiento con los sectores trabajadores para alcanzar una concordia

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social. Por ello, se comprometió a respetar las conquistas obreras y no intervenir a la Confederación General del Trabajo (CGT). Esta postura conciliadora, cuyo límite era la figura de Perón, no contaba con el suficiente respaldo dentro de las FFAA. En el ámbito castrense primaba la idea de desmantelar el Estado peronista y reducir al mínimo posible el poder del movimiento obrero. Esta confrontación de criterios se resolvió a favor de los sectores del antiperonismo más acérrimo quienes decidieron, a comienzos del mes de noviembre de 1955, destituir a Lonardi y designar en su reemplazo al general Pedro E. Aramburu. El gobierno de Aramburu-Rojas: los intentos de la “desperonización” Con la llegada de Aramburu a la presidencia y con el acompañamiento del almirante Isaac Rojas, como vicepresidente, el proceso de “desperonización” se puso en marcha. El nuevo gobierno de facto contó con el respaldo de un Consejo Militar integrado por representantes de cada una de las FFAA. Este Consejo asumió una doble función: por acto de asunción de la presidencia provisional un lado reemplazó al Congreso en la elaboración legislativa; por otro, General Pedro Eugenio AramburudeenlaelNación. ejerció una observancia sobre el propio gobierno para asegurar que éste Fuente: Archivo General de la Nación. no traicionara, como sí lo había hecho Lonardi meses atrás, los objetivos fundamentales de la “Revolución Libertadora”. Por otra parte, la dictadura Las primeras disposiciones destinadas a borrar la experiencia peronista de Aramburu contó con el aval político de los partidos antiperonistas de la sociedad argentina incluyeron la disolución del Partido Peronista, quienes se reunieron en una Junta Consultiva Nacional integrada, entre la inhabilitación de todos sus dirigentes para asumir cargos electivos o en otros, por los radicales Oscar Alende y Miguel Zavala Ortiz; los dirigentesla administración pública, la exclusión de la actividad sindical para todos del Partido Socialista Américo Ghioldi y Alicia Moreau de Justo; y aquellos que ocuparon cargos gremiales entre 1952 y 1955 y la derogación Horacio Thedy, del Partido Demócrata Progresista. de la Constitución Nacional de 1949. Frente a estas medidas, la CGT, un bastión del peronismo, convocó a la huelga general que rápidamente fue declarada ilegal por el gobierno y cientos de dirigentes obreros fueron detenidos. Pero la respuesta oficial avanzó aún más: intervino la confederación de trabajadores –el capitán de navío Alberto Patrón

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Laplacette fue designado interventor–, disolvió las comisiones internas en los sitios de trabajo y anuló la Ley de Asociaciones Profesionales, pieza clave de la estructura sindical diseñada por el peronismo en los años cuarenta. En marzo de 1956, a través del Decreto N° 4161, el gobierno prohibió la utilización de imágenes (como las fotografías y esculturas de Juan y Eva Perón), símbolos (el escudo y las banderas peronistas, por ejemplo), expresiones significativas (especialmente el nombre propio del ex presidente y su esposa; los términos peronismo, peronista, justicialismo, justicialista y “Tercera posición”) y artículos y obras artísticas (“La marcha de los muchachos peronistas” y “Evita Capitana”) que reafirmasen la ideología peronista. Los padecimientos de las clases trabajadoras también se manifestaron en el terreno estrictamente económico. Las medidas del gobierno de Aramburu pretendieron reducir las regulaciones del Estado y dar marcha atrás con las políticas de redistribución del ingreso: dos pilares de la política mercadointernista que supo aplicar el peronismo cuando gobernó. La supresión del IAPI y de los controles de cambio, la devaluación del peso, el congelamiento de salarios y la eliminación de los subsidios al consumo de los sectores populares son ejemplo de ello. Otras de las determinaciones políticas en materia económica tomadas por Aramburu fue la incorporación, en 1956, de la Argentina al Fondo Monetario Internacional (FMI). Si bien esto permitió que el país accediera a un nuevo canal de financiamiento externo, los condicionamientos impuestos a los gobiernos, a cambio de la “ayuda”, habrían de lesionar la autoridad del Estado argentino para dirigir su política económica.

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El Plan Prebisch Las FFAA convocaron al economista argentino Raúl Prebisch para que elaborase un estudio sobre la situación de la economía argentina y brindara orientaciones para el diseño de un futuro plan económico. Prebisch, quien por entonces era funcionario de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), un organismo dependiente de las Naciones Unidas, dio a conocer su trabajo a fines de octubre de 1955. En él, advertía sobre la “grave crisis” que atravesaba el país y proponía una serie de medidas de emergencia para atacarla, indicaciones que por cierto no se ajustaban estrictamente al pensamiento cepalino. En primer lugar recomendaba ayudar a la actividad agropecuaria porque había resultado la más afectada por la política peronista. También sugería el respaldo para el sector industrial pero limitado en el tiempo y destinado solo a los rubros que demostraran ser competitivos y aconsejaba recurrir a las importaciones en aquellas ramas que no lo fueran. En su informe señaló, además, la necesidad de abrir la economía argentina a los capitales extranjeros –el ingreso al FMI lo consideraba imprescindible– y condicionó el aumento de salarios al incremento de la productividad. Finalmente, juzgaba urgente “desmantelar el absurdo sistema de intervención estatal”. El Estado, sostenía, debía reducirse a funciones de sostenimiento de la actividad privada y asegurar una correcta administración de los bienes públicos. Aún cuando la propuesta de Prebisch no se transformó en el programa económico de la Revolución Libertadora (de hecho nunca lanzaron un plan económico con objetivos definidos) en varias de las medidas tomadas por el gobierno de Aramburu se acredita su influencia.

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La respuesta de Arturo Jauretche al Plan Prebisch: el retorno al coloniaje Arturo Jauretche contestó críticamente la propuesta de Prebisch. En sus consideraciones, reunidas luego en el texto El Plan Prebisch. Retorno al coloniaje, señalaba que la supuesta crisis económica en la que estaba sumergida la Argentina era un “falso pretexto” para poder aplicar un plan económico que definió como “la gran estafa a los intereses y las aspiraciones de la nacionalidad”. Para el pensador nacional, la propuesta del economista buscaba desarticular el modelo socioeconómico que, basado en la industrialización y el fortalecimiento del mercado interno, había permitido difundir el bienestar entre todos los argentinos. Según su opinión, la apuesta deliberada por el sector agropecuario y los límites impuestos a la actividad industrial que se hacían en el Plan Prebisch traerían consecuencias desastrosas para el país: “Los argentinos reduciremos el consumo, en virtud de la elevación del costo de vida y del auge de la desocupación. La mayor parte de nuestra industria; que se sustentaba en el fuerte poder de compra de las masas populares, no tardará en entrar en liquidación. Y cuando las industrias se liquiden y comience la desocupación, entonces habrá muchos que no tendrán ni para pagarse la comida. Será el momento de la crisis deliberada y conscientemente provocada”. Igualmente grave resultaba el aliento a la presencia de los capitales extranjeros en la economía argentina. Advertía Jauretche: “(…) mientras tanto nos iremos hipotecando con el fin de permitir que falsos inversores de capital puedan remitir sus beneficios al exterior. Y como nuestra balanza de pagos será deficitaria, en relación de la caída de nuestros precios y de la carga de las remesas al exterior no habrá entonces más remedio que contraer nuevas deudas e hipotecar definitivamente nuestro porvenir”. Otro de los puntos de denuncia más importante estuvo enfocado en el pedido de Prebisch de restringir

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la intervención estatal. Con ironía, uno de los fundadores de FORJA reflexionaba: “El dirigismo tiene el sentido que le da el que dirige, y siempre hay dirigismo. Solo que se llama dirigismo cuando dirige el Estado y libertad económica cuando dirigen los grupos monopolistas particulares, que en los países coloniales o semicoloniales no son muy particulares, porque a su vez están dirigidos por la política del imperio predominante”. En definitiva, para Arturo Jauretche, el Plan Prebisch representaba un momento decisivo para el país, allí estaba “el secreto de nuestro porvenir libre o esclavo, del bienestar o de las penurias de los argentinos”.

La Resistencia Peronista Frente a las acciones del gobierno de Aramburu que pretendían eliminar al peronismo de la vida argentina y la aplicación de medidas económicas que lesionaban el sustento de las clases trabajadoras, la militancia peronista contestó a través de diferentes actos de resistencia organizados especialmente, por los obreros. Eran ellos quienes cotidianamente experimentaban en sus lugares de trabajo la dureza de las políticas laborales, la “revancha” de los dueños de las empresas y la proscripción política fuera de las fábricas. De ese sustrato trabajador se nutrieron los “Comandos de la resistencia peronista”: grupos que con escasa planificación y con difusas direcciones se enfrentaron al antiperonismo con acciones defensivas tales como “volanteadas” a favor de Perón, el sabotaje a las instalaciones fabriles y la colocación de “caños”, unos explosivos caseros fabricados por los propios militantes. Los peronistas intentaron otras formas de rechazar a la “Revolución Libertadora”. En la noche del 9 de junio de 1956 estalló en varios puntos del país un levantamiento cívico-militar contra Aramburu y liderado por el general Juan José Valle. El gobierno de facto supo con anticipación del intento de rebelión y actuó con rapidez: derrotó a los rebeldes en sus

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En 1957, el interventor militar de la CGT, el capitán Patrón Laplacette, centros neurálgicos –el 7mo. Regimiento de Infantería de La Plata y la guarnición de Campo de Mayo– y declaró la vigencia de la Ley Marcial, es convocó a un congreso para normalizar el funcionamiento de la central decir, la posibilidad de un juicio sumarísimo con atribuciones para aplicar obrera (es decir, que se realicen elecciones para dotarla de autoridades). la pena de muerte a toda persona hallada culpable de perturbar el ordenEste fracasó ya que, al verse en minoría, los dirigentes antiperonistas público. El gobierno de Aramburu, no conforme con el aplastamiento de abandonaron la reunión y formaron los 32 Gremios Democráticos. El la rebelión, ordenó el fusilamiento de 38 personas, entre ellas, el generalresto de los sindicatos, peronistas en su inmensa mayoría, constituyeron las Valle y un grupo de civiles que fueron detenidos antes de que se declarase la 62 Organizaciones. Esta fue la primera entidad peronista completamente Ley Marcial. Fue la investigación del periodista y escritor Rodolfo Walsh lalegal desde la destitución de Perón y sería utilizada por los sindicatos para que permitió conocer la ilegalidad de esos asesinatos a civiles que tuvieron presionar a los gobiernos del período “semidemocrático”, tanto en el lugar en los basurales de la localidad bonaerense de José León Suárez. Su campo gremial como político. A fines de ese año, las 62 Organizaciones pesquisa se publicó en varios envíos por el semanario Mayoría entre mayo se reunieron en La Falda (Córdoba) para elaborar un programa de lucha en el que pedirían algo más que aumento de salarios. El control estatal y junio de 1957 y luego reunida en el libro “Operación Masacre”. del comercio exterior, la liquidación de los monopolios extranjeros de La organización sindical bajo el gobierno de Aramburu importación y exportación, política de alto consumo interno, desarrollo Las distintas medidas tomadas por el gobierno de Aramburu en materia de la industria liviana y consolidación de la pesada, expropiación del sindical perseguían un objetivo muy claro: desmalezar el terreno de toda latifundio y la previsión social integral fueron algunas de las reclamaciones presencia peronista para que en las futuras elecciones gremiales fueran elegidos dirigentes verdaderamente “democráticos”, que en la jerga del Los partidos políticos en tiempos de la Revolución Libertadora Los partidos políticos no peronistas se debatían en torno a una gobierno de facto significaba antiperonistas. Ese propósito, sin embargo, cuestión: avalar la exclusión del peronismo, siguiendo la línea fijada por el no se cumpliría. Mientras las bases obreras “resistían” en sus lugares de trabajo, una gobierno de facto, o propiciar su integración a la vida política argentina. nueva camada de dirigentes sindicales peronistas, que reemplazaron a los Las respuestas divergentes a dicha pregunta llevaron a la fractura de que se hallaban proscriptos por “La Libertadora”, tuvieron la ardua tareavarios de ellos. Los radicales se dividieron en 1956: de un lado, la Unión de recuperar los gremios. En esos difíciles años, lograron que se realizaranCívica Radical del Pueblo (UCRP) que, bajo el liderazgo de Ricardo elecciones en un número importante de entidades en las que obtuvieron Balbín,manifestaba su acuerdo con la decisión tomada por la “Revolución excelentes resultados. Todos los sindicatos industriales, como la poderosaLibertadora”. Del otro, la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) Unión Obrera Metalúrgica (UOM), fueron ganados por conducciones que, dirigida por Arturo Frondizi, consideraba necesaria la integración peronistas. Las corrientes sindicales antiperonistas (el socialismo y el política del peronismo para lograr una estabilidad democrática duradera. radicalismo, fundamentalmente) ganaron en los gremios del sector Las divisiones también llegaron al Partido Socialista. Un sector mantuvo su apoyo al gobierno de Aramburu dando lugar a la fundación del Partido servicios: bancarios, municipales y empleados de comercio.

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La Convención Constituyente sesionó con muchos altibajos. Ya en su Socialista Democrático (PSD) con Américo Ghioldi a la cabeza. Otro grupo se distanció de la política oficial, que en un principio apoyó, y primera reunión, los constituyentes de la UCRI abandonaron el recinto creó el Partido Socialista Argentino, siendo Alicia Moreau de Justo una por considerar que el gobierno de facto no tenía autoridad para convocar de sus fundadoras. Del Partido Demócrata (una fuerza que agrupaba los a una reforma constitucional. Sin embargo, y a pesar de las dificultades, conservadores), se desprendió el Partido Conservador Popular lideradologró declarar la vigencia de la Constitución de 1853 (con las reformas por Vicente Solano Lima. El Partido Comunista (PC) logró mantener introducidas en 1860, 1866 y 1898). Y aunque se excluyeron todas las su unidad bajo la conducción de Victorio Codovilla y revisó su postura modificaciones introducidas en 1949, se agregó un “bis” al artículo 14 inicial de apoyo al gobierno de facto para luego denunciar la represión a en el que se incorporó una serie de derechos laborales y de obligaciones sociales por parte del Estado presentes en la Constitución peronista. los trabajadores. Las elecciones de 1958 La reforma de la Constitución Nacional Arturo Frondizi, dirigente radical y máximo referente de la UCRI, A pesar de sus esfuerzos, el gobierno militar se mostraba incapaz de mejorar la economía y su política de “desperonización” no parecía ser advirtió la importancia de lograr un acuerdo con el peronismo para ganar efectiva, tal como lo evidenciaban las manifestaciones de resistencia las elecciones generales de 1958 y se dispuso a concretarlo. Rogelio ...


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