La poesía cancioneril PDF

Title La poesía cancioneril
Course Literatura del Siglo XV
Institution Universidad Complutense de Madrid
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LA POESÍA CANCIONERIL. 1. DEFINICIÓN DE POESÍA CANCIONERIL Entendemos por poesía cancioneril un tipo de poesía culta, transmitida en cancioneros, que se desarrolla en los reinos hispánicos desde el último tercio del siglo XIV hasta el ocaso del reinado de los Reyes Católicos. Es una poesía de amplia extensión territorial y de una cronología muy dilatada. En 1511 se publica el Cancionero general. Los autores pertenecen a todas las clases sociales, según nos indica, por ejemplo don Juan Alfonso de Baena en el anteprólogo del cancionero que conocemos por su nombre (Cancionero de Baena), nos especifica que incluye los poemas de Alfonso Álvarez de Villasandino y cita composiciones de todos los otros poetas. Los autores son individuos conocidos, firman con su nombre, pero esto no impide que algunas composiciones nos hayan llegado anónimas y otras bajo una atribución sospechosa. Los temas son bastante variados y se expresan en distintos géneros y combinaciones métricas, recurriendo a variados recursos estilísticos y retóricos. La lengua es la castellana, aunque algunos de sus antiguos cultivadores utilizan también el gallego. Nos quedan unos pocos ejemplos de poesía cancioneril en catalán y también algunos en italiano copiados en los cancioneros de origen napolitano.

2. PRECEDENTES ROMÁNICOS DE LA POESÍA CANCIONERIL Esta poesía que llamamos cancioneril tiene unos precedentes que remontan a principios del XX, cuando en el sur de las Galias apareció una poesía en romance escrita también por individuos de identidad conocida y que se extendió por los condados, etc., que formaba ese territorio. Esa poesía adoptó una variedad lingüística común que, fuera de la zona de Provenza, tuvo una temática muy variada, con predominio de la temática amorosa y tuvo variedad métrica. A causa de las relaciones políticas de la marca hispánica, esa poesía se extendió por Cataluña, hasta el punto de que los poetas catalanes escriben en provenzal hasta el siglo XV.

3. LA APARICIÓN DE LA LÍRICA CANCIONERIL EN CASTILLA También se expandió por las cortes de Castilla y de León, a las que acudieron trovadores provenzales. Esa poesía sigue expandiéndose por Castilla, mientras que, ya desde la época de Fernando III, esa poesía provenzal tuvo que competir en Castilla con la lírica gallego-portuguesa que fue ganando terreno a la lírica provenzal, porque el gallego y el portugués eran más fáciles para los castellanos. Esa poesía gallego-

portuguesa fue esencial en Castilla. Los autores castellanos, hasta el último tercio del XIV, cuando escriben poesía, lo hacen en gallego-portugués. El gallego-portugués y el provenzal, 2 de las grandes corrientes poéticas que influyen en la poesía de cancionero.

4. LOS CANCIONEROS. CONCEPTO. Un cancionero es una compilación colectiva o, con menos frecuencia, individual, que recoge un número variable de poemas, algunas de los cuales se llaman “canción” (nombre técnico), de aquí nace el cancionero y la poesía cancioneril, aunque a parte de poemas copiados en cancioneros individuales y colectivos hay otros que se han preservado en otros lugares. En algunos cancioneros hay fragmentos en prosa, como por ejemplo El cancionero de Baena. Además, algunos cancioneros contienen romances. Hay muy pocos casos en que estos cancioneros se conozcan por el nombre del compilador. En la mayor parte de los casos, en que ni siquiera conocemos quiénes fueron los compiladores, los títulos proceden de la crítica moderna, y, en estos casos, no se han buscado un sistema uniforme para nombrarlos. Hay cancioneros que se conocen por el nombre del poseedor El cancionero de Herberay dess Essarts. Otros se conocen por el lugar en el que se custodian, como El cancionero de Roma, El cancionero de París, etc. Otros se conocen por la institución en la que se guardan, incluyendo el nombre de la ciudad, como El cancionero de la Marciana (Biblioteca Veneciana de San Marcos). Otros se conocen por el poeta al que pertenece el primer poema. En otros casos se conocen por le nombre del transcriptor. Incluso hay ocasiones en que el compilador escoge un título poco significativo, como el Cancionero general. El estudio de los cancioneros se inició a mediados del siglo XIX, aunque los estudios de información bibliográfica de mayor interés empiezan a surgir en el XX. Hasta que apareció una publicación fundamental Cancionero castellano del siglo XV, donde encontramos diversa información, como índices de destinatarios, etc. Pero en cuanto a las colecciones bibliográficas, nuestro conocimiento ha variado muchísimo desde los años 70, más o menos, gracias a la publicación de ediciones de textos inéditos o ediciones que mejoraban las anteriores. Son estudios que han hecho variar la apreciación que se tenía sobre esta poesía que se tenía antes. En 2003 se publica una revista dedicada a Cancioneros que se llama Cancionero general. Los estudios aparecidos han echo variar la lírica cancioneril, ya que se emitieron muchas críticas, que perduraron has mediados del siglo XX, y que eran fruto de un tiempo y de unos gustos literarios distintos, y también por la distinta perspectiva histórica.

Influyeron distintas investigaciones en valorar el amor cortés como algo más que pura retórica y comprobar que los contenidos de la poesía más estrictamente amatoria. Esta poesía tenía muchas coincidencias con las confecciones amatorias de la cultura occidental, que levantaron unos tabúes que afectaron a la valoración del amor cortés. Surge una generación a la que, según Castellet, pertenecen poetas que recogían una estética que en buena parte recordaban a la poesía cancioneril amatoria del siglo XV. Esta nueva visión de las vanguardias permitió valorar mejor una estética no basada ni en el exhibicionismo sentimental. La labor de los poetas cancioneriles se ha preservado reunida, a veces, en compilaciones individuales, cuyo número es menor al de las colectivas y que, por lo común, además de incluir los poemas del autor concreto, incluyen también poemas de poetas amigos. Entre los cancioneros individuales destacan los del Marqués de Santillana, Jorge Manrique, etc. Interesa saber que estas compilaciones fueron supervisadas por los propios poetas. Se trata, entonces, de cancioneros de autor. El mejor ejemplo es el primer Marqués de Santillana. Pero en la mayoría de los casos esta poesía se reunió en compilaciones colectivas, en misceláneas casi siempre manuscritas, de las cuales las más tempranas son: el Cancionero de Baena (1430) y el Cancionero de palacio (1441-1444), y la más reciente el Cancionero general (1511). Entre el primero y el último contamos con algo más de 100 cancioneros colectivos, que nos han transmitido la producción conocida de los poetas del periodo en una cifra que oscila en torno a los 600 poetas. No obstante, a lo largo del siglo XVI se hicieron varias reimpresiones del Cancionero general y se publicaron, con distintos títulos, distintas misceláneas que incluyen composiciones del siglo XV, pero no aportaban piezas nuevas, aunque son un buen ejemplo de este tipo de literatura. Aun así, hay que tener en cuenta que, antes de formarse los cancioneros tal y como nos han llegado, las composiciones cancioneriles debieron circular en cuadernillos sueltos, que sirvieron de base para las recopilaciones. Además, hay que tener en cuenta que los cancioneros conservados solo representan una parte de los que se recopilaron. Pero tenemos noticias concretas de algunos cancioneros, tanto individuales como colectivos, de los que no ha quedado rastro. La mayor parte de los manuscritos que nos quedan son manuscritos. Hay también hay unos cancioneros musicales, entre los que destaca el Cancionero musical de palacio, que se recopiló a comienzos del siglo XVI. Estos cancioneros se encuentran dispersos en bibliotecas, tanto españolas como europeas, e incluso de EE.UU. Para su estudio solemos simplificar las referencias, citándolos mediante siglas que han ido variando con el tiempo. Toda compilación de cancioneros se realizó en unas circunstancias. Siempre hay que conocer la fecha, hay que deducirla, aunque la manera de hacerlo depende del cancionero en cuestión. También hay que tener en cuenta el dato del compilador, que es el que realiza la elección de autores y poemas según su predilección, aunque, a veces,

pueda estar sometido a condicionantes. Se conocen muy pocos nombres de compiladores. Aunque no lleguemos a saber sus nombres, pueden ayudarnos las grafías, por ejemplo, pues nos dicen cuál es el origen del copista. Estos copistas recopilan estos cancioneros porque los destinan a alguien, por eso también es importante conocer el nombre del destinatario, que, evidentemente, tiene medios económicos y gusto literario. Por último, todo cancionero suele presentar problemas codicológicos, que es necesario solventar para evitar errores de interpretación. Empezando por la lectura correcta y la dotación de puntuación. En tratados de prosa con periodos largos la puntuación puede cambiar el sentido totalmente. Uno de los más graves problemas a los que se enfrenta la crítica son aquellos poemas que aparecen atribuidos a distintos autores, por eso, cuando se les recomienda que lean un texto en una edición determinada, no es un capricho del profesor.

5. LA LENGUA Desde principios del siglo XIII, en la Península ibérica, la lengua de expresión poética va a ser el gallego-portugués. Alfonso X, al escribir poemas, lo hace en gallegoportugués. Esta lírica llega a su final en 1350, que es la fecha del testamento del Conde de Marce, se crea un cancionero colectivo donde se reúnen los poemas de distintos poetas que escriben todo en gallego-portugués. Los escritores castellanos de la segunda mitad del XIV, frente a esa poesía lírica, se encuentra que la literatura castellana era de carácter didáctico y se encuentran con que la tradición de la poesía lírica gallego-portuguesa, fundamentalmente cortesana, se había perdido. Esto explica que hacia 1350, cuando algunos escritores castellanos deciden escribir poesía lírica también en castellano se encuentren sin una tradición poética en su lengua. Por eso escriben durante 2 o 3 decenios en una mezcla de galleguismos y de castellanismos, que es lo que llamamos Escuela galaico-castellana, que no desaparece hasta comienzos del siglo XV. El primer testimonio conocido de esta escuela es una cantiga del rey Alfonso XI que empieza con el verso “En un tiempo cogí flores” escrita con una mezcla de castellanismos y galleguismos todavía con una gran influjo de la cantiga de amor gallego-portuguesa y que se mantendrá hasta principios del siglo XV. Este hibridismo llega hasta la Generación de Villasandino, que es el poeta más representado en el Cancionero de Baena. Este poeta, y otros, hasta 1400 escribe con mezcla de gallego y castellano, luego escribe solo en castellano. La Escuela gallego-portuguesa se encontraba con que el gallego-portugués se había ido perdiendo en el uso habitual progresivamente desde fines del siglo XIV porque la elites culturales preferían hablar en castellano y, por tanto, los poetas en la corte real, sin conocimiento directo del habla y habiéndose perdido la tradición literaria de esa lírica,

tuvieron que adaptarse a la lengua común de la corte, el castellano. Esto explica el hecho de que ya no fuera, ni siquiera, de uso en la corte. Se trata de una época muy oscura, por ello no sabemos hasta que punto, los errores de la copia del Cancionero de Baena (1960), se debe solo a los errores del copista, o si se debe también a la falta de competencia lingüística de los autores del cancionero. A finales del XIV, el castellano se encontró en unas condiciones inmejorables para convertirse en el instrumento prestigioso que requería la renovación de la poesía de amor cortés expresada, hasta entonces, en gallego-portugués. Por un lado está la importancia que se da a temas didácticos en la poesía. Por otro, el intenso proceso de traducciones de textos clásicos, que dará lugar a que en la poesía entren asuntos desconocidos. Y por último, el intenso contacto entre las noblezas de las cortes castellana y catalana, que coinciden en el apoyo al castellano como lengua poética porque significa la mismo tiempo acabar con la moda de la poesía provenzal en Cataluña y con la poesía en castellano de la lírica gallego-portuguesa.

6. LAS CORTES REGIAS Y LOS CÍRCULOS NOBILIARIOS Y CULTURALES DE LA ÉPOCA Estos cambios no se hubieran podido producir si esta nueva poesía no hubiera nacido relacionada con las cortes regias y con los círculos nobles de la época. Los poetas de cancionero debieron encontrarse ante un panorama pobre. La poesía en el siglo XVI, en el conjunto de las literaturas europeas padeció un intenso empobrecimiento de la lírica cortesana, pero tuvo una paralela profundización de la tradición didáctica, con obras de formación moral o religiosa, etc. A finales del XIV hubo circunstancias que favorecieron la poesía moralizante, etc. También influyó en la aparición de una literatura apologética, y es posible que la corte facilitara su promoción social y eclesiástica, para aclarar a los cristianos nuevos las claves de su fe. Alfonso de Baena recoge una poesía de carácter formativo, una poesía ligada a las circunstancias religiosas y políticas del momento, algo que se ve en los géneros poéticos que utiliza. El que predomina es el decir moral y religioso, que se emplea para el adoctrinamiento. Con estos precedentes, una literatura que durante tiempo había sido apoyada por las cortes, es comprensible que los principales cancioneros colectivos aparezcan enlazados con situaciones políticas. Esto no quiere decir que todos los cancioneros que conservamos sean copia más o menos autorizada de una corte autoritaria. Una corte no

era solo un foco de creación literaria, sino que era el lugar donde confluían autores procedentes de otras cortes. Los cancioneros relacionados con la corte de Juan II de Castilla. En el Cancionero de Baena (1430), la mayor parte de los poetas guardan algún tipo de relación con esa corte, aunque también acoge composiciones escritas en los 3 reinados anteriores. Su recopilador es un cortesano, un escribano. Ese cancionero contiene obras de 56 poetas con unas 600 composiciones en total, aunque, en realidad, es una antología totalizadora, en el sentido de que el propio Baena indica que quiere recoger las composiciones que en distintos metros se habían compuesto “en todos los metros pasado hasta este momento”. Por tanto, el cancionero recoge la poesía que se escribe desde 1370. Esto explica que falten todos los poetas de más relieve de la corte de Juan II, que empiezan a escribir su nueva poesía, de la que ya hay ejemplos, pero que no recoge en su recopilación. Los géneros predilectos por Baena están relacionados con la temática que prefiere, hay decires y poemas de preguntas y respuestas, partiendo de que la poesía tenía una función social con sus réplicas y contrarréplicas. Este tipo de poemas son los menos atractivos para un lector actual. Además, hay que tener en cuenta que Baena ordenó los autores por épocas y por su prestigio literario. Cada composición va introducción es introducida por una rúbrica interpretativa del poema, y porque en esas rúbricas da datos biográficos. Teniendo en cuenta esto, se puede hacer una división cronológica de los poetas en 2 grandes grupos: autores que escriben hasta comienzos del siglo XV, en que estarían nombres como Pero Ferrús, Garci Fernández de Jerena, el arcediano de Toro y Villasandino. Es posible que Baena comenzara haciendo una selección de las obras de Villasandino y después añadiera a los restantes poetas. Esto se puede apoyar por la excepcionalidad con que lo trata el recopilador, ya que en la introducción es el único poeta nominalmente, llamándolo, además, maestro del arte de la poesía. En el segundo grupo, se encuentra poetas que coinciden con los primeros años de reinado de Juan II, hay nombres como Francisco Imperial, Fernán Sánchez de Calavera, Diego de Valencia o el propio Juan Alfonso de Baena. Este segundo grupo se caracteriza por sus disputas en torno a la naturaleza de la inspiración poética, por los poemas en que plantean asuntos teológicos bastante conectados con la influencia franciscana, por poemas de crítica social, etc. El siguiente cancionero es el Cancionero de palacio, aunque reúne la obra de poetas que tuvieron una relación especial con el entorno del infante don Juan de Aragón antes de que este infante fuera rey de Navarra. También hay poetas relacionados con Álvaro de Luna y poetas relacionados específicamente con el rey castellano. Hasta el punto de que este cancionero representa mejor que el Cancionero de Baena de los poetas de ese

reinado. Una parte de las obras recopiladas pasó a cancioneros recopilados en Navarra y a los cancioneros aragoneses copiados en la corte de Nápoles. Por eso, en esta compilación ya aparecen las obras de Mena, de Santillana y de Gómez Manrique. Obras que revelan una innovadora posición estética, pero teniendo en cuenta que este cancionero solo recoge una parte de la producción de estos grandes poetas. Pero ya este cancionero se diferencia del Cancionero de Baena porque predominan los géneros breves, como la canción, los decires amorosos breves y una poesía social relacionada con sucesos cortesanos, pero concebida como pasatiempo y lucimiento de una minoría. A penas hay poemas donde aparezcan los problemas políticos de la época. Será más tarde cuando en la obra posterior de Santilla, Mena, etc., vayan apareciendo largos poemas de contenidos morales, etc. Después están los cancioneros relacionados con la corte de los infantes de Aragón. Alfonso V, hijo de Fernando I, al morir no tiene descendencia legítima y en el reino de Aragón le sucede su hermano Juan. El efecto inmediato de la dinastía Trastámara fue la entrada de las letras castellanas en Nápoles, etc. Es muy posible que el esplendor de la corte de Alfonso V en Nápoles, haya eclipsado la de su hermano Juan, porque poetas que se suelen adscribir a la corte de Alfonso V aparecen también asociados a su hermano, con más seguridad y antes de que Alfonso marchara a Nápoles. En la práctica, las cortes de Juan y de Alfonso estuvieron vinculadas por la política y la literatura. Así tenemos, por un lado, el Cancionero del Herberay dess Essarts compilado en un momento en que Juan ya es también rey de Aragón, pero que representa el ambiente literario de esa corte en torno al propio Juan y su hija Leonor, quien actuaba como regente en el reino navarro. En la corte de Nápoles Alfonso V reunió a algunos de los humanistas más destacados de la época, impulsó la creación de una potente escuela poética en dialecto napolitano y ayudó a la implantación de una poesía cortesana en castellano que, a través de esa corte, se convirtió en una de las modas poéticas de Italia. Es allí donde se hacen varias recopilaciones de esa poesía castellana, de las que conocemos las que se hicieron en los años inmediatamente después de su muerte. Lo importante es insistir en que buena parte de esos poetas que aparecen en esos cancioneros son los poetas clásicos de la corte de Juan II de Aragón. La corte de Alfonso y de su hijo fue el foco de algunos ciclos poéticos novedosos, propios de esos cancioneros de origen napolitano como el ciclo de Lucrecia d’Alagno, o el dedicado a la soledad de la reina María, o el que lamenta la ausencia del rey de sus territorios peninsulares. A parte de estos ciclos, hay algunos poemas que se refieren a sucesos internos, como las guerras contra una parte dela nobleza napolitana o sucesos intrascendentes de la corte. A pesar de la profunda implantación del humanismo y de su importancia de Alfonso V, la poesía castellana que allí se escribe se centra especialmente en los géneros y aspectos

más genuinos de la tradición cortesana; poesía amorosa, etc. Y con el uso de recursos, como las metáforas bélicas o los modelos cancillerescos. Esa poesía en castellano no se dejó influir por los humanistas, se siguió el mismo tipo de poesía cancioneril que se estaba escribiendo en Castilla. Es también muy importante saber que, en esta corte napolitana, es donde surgió con más ímpetu la sensibilidad de los textos popularizantes: la canción con estribillo y los romances de Carvajal parecen una parte visible de un fenómeno que en la península no tiene é...


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