LA Revolucion Marginalista, desde un punto de vista macroeconomico PDF

Title LA Revolucion Marginalista, desde un punto de vista macroeconomico
Author Tomas Kuran
Course Economía Política II
Institution Universidad Nacional de Córdoba
Pages 6
File Size 166.7 KB
File Type PDF
Total Downloads 89
Total Views 138

Summary

Como la revolucion marginalista influyo sobre los distintos economistas de los siglo XIX y el paso que dieron hacia una nueva teoria...


Description

LA REVOLUCION MARGINALISTA A medida que avanzaba el capitalismo también se acrecentaba el conflicto entre las clases trabajadoras y capitalista. Asi surge el movimiento obrero que cada vez se organizaba más. La activa participación política de los trabajadores, que antes era pasiva, se ve reflejada en los desarrollos de la teoría económica. En las primeras décadas del siglo XIX obreros y campesinos se oponían, con levantamientos y sabotajes, a la introducción de nuevas tecnologías, porque las consideraban causantes de desempleo y miseria. En 1847 logran que la jornada de trabajo sea de 10 horas. Luego de la Comuna de Paris de 1871, vino la crisis bursátil de 1873. Desde 1815 a 1873 hay un periodo de esplendor y otro de depresión. En el pensamiento económico, había controversias entre los proteccionistas y los librecambistas (campo e industria). Desde 1850 a 1870 la economía parece estabilizarse. En 3 años se publican las obras de Jevons, Menger y Walras que rompen lazos con el sistema ricardiano. Al mismo tiempo Marx publica el Capital, dando surgimiento a dos nuevos sistemas teóricos. LAS DIFICULTADES DE RICARDO Ricardo sostiene una y otra vez que las variaciones en los salarios no pueden nunca afectar las relaciones de cambio entre las mercancías, sino que modifican únicamente la tasa de beneficios. Los aumentos de los salarios se reflejan en caídas de la tasa de ganancia y no en incrementos de los precios. Se sostiene que como los salarios y las ganancias son iguales en todas las ramas, cuando el salario crece y la ganancia se reduce, deben descender los precios relativos de las mercancías que se producen con una mayor proporción de capital fijo. EL MARGINALISMO REVOLUCIONARIO A finales del siglo XIX el marginalismo vino a reemplazar al sistema clásico. El marginalismo tiene como cualidad distintiva que en vez de emerger de una secuencia de contribuciones que dialogan entre si germino de forma simultánea en distintos países y a través de los libros de distintos autores por lo que es difícil reconstruir su punto de partida y de sus primeros desarrollos como un cuerpo único. La revolución marginalista tiene dos etapas. La primera se inicia con la publicación de los libros de Jevons, Menger y Walras. Estas fueron independientes y al mismo tiempo prácticamente. Estas ideas no encontraron aceptación por los economistas de la época. Es la etapa revolucionaria del marginalismo ya que se buscaba destronar y desplazar a la escuela Ricardo-Mill. La segunda etapa es la victoriosa, ya que Alfred Marshall trajo el triunfo del marginalismo. Les dio una expresión más madura y acabada a los aportes del marginalismo, limo asperezas y atenuó un poco el estilo polémico de sus antecesores. FUNDACION DEL MARGINALISMO. El punto de partida de la revolución marginalista es la teoría del valor, con sus dos versiones: La determinación del valor por la cantidad de trabajo (Ricardo) y la más difundida determinación del valor por los costos de producción (Mill). El marginalismo es una reacción contra la teoría de los costos de producción porque determinarlo así termina siendo un razonamiento circular. Los marginalistas se enfrentaban a una teoría por la cual el valor viene determinado por los costos de producción, conformados por dos elementos, el trabajo y el capital o el salario y la ganancia. Para los marginalistas, en el sistema clásico (versión Mill) los salarios y las ganancias se determinan de forma independiente y previa al valor, y el valor se forma sumando ambos elementos; así se logra la conexión entre la teoría del valor y la teoría de la distribución. Para sustituir la explicación clásica unifican todas las categorías con las que se había descompuesto analíticamente el fenómeno del precio. En la categoría de RELACION DE INTERCAMBIO se unieron los términos valor, valor de uso, valor de cambio, precio natural y precio de mercado.

UNIDAD 3

Para los marginalistas la determinación del valor se produce exclusivamente en el momento de intercambio, por eso este momento es lo único que se debe analizar. Los clásicos consideraban que la mercancía tenía un valor, valor de cambio, valor de uso por eso se debía analizar más de un momento. Los marginalistas toman como punto de partida que no hay “entidad existente como el valor intrínseco. Existen cualidades inherentes que influyen en su valor, pero la palabra valor expresa simplemente la circunstancia de su intercambio en una cierta relación por otra sustancia. Se rechazaron todas las explicaciones que al observar el intercambio encontraban una equivalencia entre algo que las mercancías tienen, pero no se ve (valor). Para Menger y Jevons el intercambio no implica una igualdad alguna entre atributos intrínsecos de las mercancías. Para los marginalista el valor no es un atributo de los bienes, sino una circunstancia a la que estos son sometidos por los hombres. Se suma a que las mercancías no son valores, sino que son los individuos quienes les atribuyen un determinado valor en el momento mismo del intercambio. Se aísla el intercambio y restringe todo el análisis del valor a ese momento y solo a ese momento. En el sistema clásico, los precios de mercado se movían en torno de un centro gravitatorio establecido por los llamados precios naturales. Buscaban dilucidar la dirección o tendencia de los precios de mercado, mas allá de su determinación circunstancial por la relación recíproca entre la oferta y la demanda. El eje del análisis marginalista consiste en estudiar la determinación del valor exclusivamente en el momento del cambio. Los marginalistas rechazan esto ya que no hay tal cosa como un valor dado por las condiciones de producción. Para los clásicos los productores pueden elegir qué y cuanto producir y lo hacen comparando sus precios de costo (precios naturales) con los precios de mercado. El marginalismo sostiene que las mercancías llegan al mercado, en manos de sus poseedores, vacías de toda determinación lo que implicaba borrar analíticamente el proceso productivo. Para diferenciarse del pensamiento clásico, los marginalistas sostiene que el valor se fija exclusivamente en las esfera del cambio. Para esto suponen que las mercancías aparecen en el mercado en manos de sus poseedores sin que nada pueda decirse sobre su origen, se debe suponer que los bienes se obtienen gratuita y arbitrariamente. Se construye un modelo de intercambio puro y las mercancías tiene dos atributos. La cantidad, cada mercancía existe en una determinada cantidad disponible en manos de sus poseedores, cantidad que es fijada fuera del proceso económico. Y la utilidad, que es lo que los clásicos solían llamar valor de uso. Las proporciones de cambio deben depender de las cantidades de cada una de ellas que en suerte se les haya proporcionado a los propietarios, por un lado, y de las necesidades de sus duelos en realciones con los usos que se les pueden dar a los productos por el otro. Por esto mismo los marginalistas se dedican a establecer la relación entre el valor de los bienes y su utilidad. La relación de intercambio no tiene relación alguna con las condiciones de producción sino exclusivamente con las condiciones del intercambio que se analiza aisladamente. Para consideran separado al cambio se debe presuponer que los bienes disponibles no provienen de la producción y que lo único que los caracteriza es la cantidad existente y la utilidad asignada por sus dueños. EL INTERCAMBIO PURO Una vez acordado el proceso de intercambio puro, las mercancías pasan a contar con solo dos atributos: cantidad y utilidad. El marginalismo se propone determinar la relación de cambio y buscan establecer una relación cuantitativa entre la utilidad y el precio. Rechazan la paradoja clásica de Smith, que había servido para independizar cuantitativamente el valor de uso y el valor de cambio. Se debe distinguir la utilidad total de una mercancía de la utilidad atribuible a cada parte de la misma. El ejercicio del intercambio puro ideado por los marginalistas supone precisamente que las cantidades de todas y cada una de las mercancías vienen dadas, de manera que esta operación puede aplicarse a todos los bienes existentes. UNIDAD 3

Se realizan dos procedimientos sobre el valor de uso: Primero, se considera que las mercancías de cada tipo como si fueran divisibles y se le asigna una determinada utilidad no a la cantidad total disponible sino a cada porción de la mercancía por separado. Segundo, se afirma que la utilidad de cada porción se va reduciendo a medida que la cantidad crece. Así, la suma de las utilidades correspondientes a cada porción puede ser muy alta simplemente porque la valoración de las primeras porciones es elevada. La utilidad relevante para el intercambio de las mercancías es la que corresponde a la última porción disponible. Si la cantidad de mercancía fuera lo suficientemente grande, la utilidad de la última porción se reduciría hasta hacerse muy pequeña. Pero si la cantidad de mercancía en cuestión es escasa en relación con las necesidades o los gustos, la utilidad correspondiente a la última porción aun será elevada, porque no se ha saciado completamente la necesidad. Así queda claro que la utilidad relevante es la de cada parte del total disponible de la mercancía, de modo que la determinación que importa es la utilidad mediada por la cantidad, es decir, la utilidad de la última porción disponible. Siempre entendiendo de que las cantidades de las mercancías no producidas vienen dadas de antemano. Jevons a través de un modelo matemático intentara demostrar que la relación de cambio no está determinada por las condiciones de producción sino por la cantidad y la utilidad de las mercancías disponibles en el ejercicio de intercambio puro. Para el marginalismo el objetivo de la economía no radica en comprender el origen de la riqueza ni tampoco su distribución entre las distintas clases sociales. Sino el problema del consumo, porque según el marginalismo se produce para consumir, de manera que el valor de las mercancías deber ser el reflejo de la satisfacción que proporcionan en el consumo. El marginalismo representa a la producción capitalista como una actividad que no está regida por el afán lucro, sino que la considera guiada inmediatamente por las “leyes del disfrute humano” y por tanto, la trata como un proceso que viene a satisfacer esas necesidades y deseos. LA UTILIDAD MARGINAL DECRECIENTE Jevons, divide a una mercancía en 10 partes iguales. Llamará a cada una de esas partes incremento. A cada incremento, le corresponde una utilidad menos al anterior. Como la utilidad el primer incremento es infinitamente alta la utilidad total es también infinita. El grado de utilidad está representado por una línea pues el incremento es infinitamente pequeño y el rectángulo infinitamente estrecho.

Lo importante para el fenómeno del precio no es la utilidad total de una mercancía sino la utilidad correspondiente a la última adición consumida, a la que denomina grado final de utilidad. Jevons dice: “Podemos sentar como ley general que el grado final de utilidad varia con la cantidad de mercancía, y en última instancia, disminuye a medad que esa cantidad aumenta” La ley de utilidad marginal decreciente es pilar fundamental para la teoría marginalista del intercambio puro. De esta forma el valor se determina puramente en el intercambio que es colocado causalmente antes de la producción. UNIDAD 3

Jevons nos muestra cómo funciona el intercambio. Supone que intervienen en el cambio solo dos mercancías y que se intercambian una por la otra según una relación de predeterminada de una unidad a cambio de una unidad.

Suponiendo que al comienzo del ejercicio el individuo posee 2 unidades de A y 6 unidades de B. Las curvas permiten medir la utilidad de la última unidad de cada una de ellas, es decir, se grado de utilidad, indicados con las letras a y b. El cálculo del placer y el dolor llevara al individuo a entregar una unidad de B a cambio de una unidad de A y de este modo la utilidad que pierde es menor que la utilidad que gana y su situación mejora. Jevons sostiene que la piedra angular de toda la teoría del intercambio y de los principales problemas de la economía yace en esta proposición. La relación de intercambio entre dos mercancías cualquiera será el reciproco de la relación entre los grados finales de utilidad de las cantidades de mercancías disponibles para el consumo después de completado el intercambio. Las utilidades marginales determinan las relaciones de intercambio. Se proponían suplantar la determinación clásica del valor por el tiempo de trabajo o por el costo de producción. El modelo de intercambio puro es el núcleo de la revolución marginalista al ser la cuna de la determinación del precio por la utilidad marginal. Walras analiza el intercambio puro de mercancías no producidas cuya cantidad viene dada. El objetivo es generalizar la explicación hasta abarcar la determinación simultanea de los precios de todas las mercancías mediante la participación de todos sus dueños. Walras explica como los precios se ajustan para alcanzar el equilibrio. Luego de esto va a establecer la conexión de los precios de equilibrio con la utilidad marginal. Primero, construye empíricamente una curva de demanda para cada mercancía, según la cual la cantidad demandada por un individuo depende inversamente de su precio (mayor precio, menor demanda) y segundo, define una curva de oferta que depende directamente del precio (mayor precio, mayor oferta). Denomina oferta a la cantidad de la masa total de cada mercancía que el individuo posee y que está dispuesto a entregar a cambio de otras. Walras construye curvas de oferta y demanda que describen cuanto se deseara entregar u obtener a cada precio hipotético. Nos muestra que la causa de la demanda de cada mercancía es la utilidad marginal y después de una demostración matemática concluye con que las curvas de utilidad y las cantidades poseídas son los elementos necesarios y suficientes para la determinación de los precios corrientes de equilibrio. El incremento del precio de una mercancía significa la caída del precio de otra, lo que contribuye a reducir, simultáneamente, los excesos de oferta y de demanda recíprocos, proceso que continua hasta alcanzar el equilibrio. Para que todo funcione adecuadamente no deben realizarse transacciones antes de que se alcance el precio de equilibrio. Primero debe calcularse el precio de equilibrio y después, una vez establecido aquel precio que iguala la oferta con la demanda, puede realizarse todo junto, de una sola vez, en simultaneo, el intercambio entre todos los participantes. UNIDAD 3

Walras introduce el numerario, que es una mercancía “en término de la cual se expresan los precios de todas las demás”. Es una mercancía que tiene por decreto un precio absoluto, dado e igual a la unidad. Contando con las ecuaciones de equilibrio todos los mercados más las ecuaciones de no arbitraje, más la ecuación que dice que el precio del numerario es igual a uno, se termina construyendo un sistema de ecuaciones cuya resolución proporciona los precios de equilibrio de todas las mercancías: el denominado “equilibrio general”. Así se muestra que existe un conjunto de precios que puede vaciar todos los mercados a la vez en el modelo de intercambio puro general. También las curvas de demanda utilizadas están fundadas en la utilidad marginal, dejando así probado que la causa de estos precios de equilibrio es la utilidad marginal. Walras ilustra como en la práctica se establecen simultáneamente todos los precios en su nivel de equilibrio. Y que no se realizan transacciones fuera de los precios de equilibrio (transacciones falsas). En el sistema marginalista, donde el precio se fija en el cambio y depende de la utilidad y la cantidad disponible, la imposibilidad de obtener precios de equilibrio únicos que igualen todas las ofertas y demandas significa la ruina de la teoría del valor fundada en la utilidad. Si el mercado no se comporta igual que el modelo, no podría decirse que los precios tienen este fundamento. Si los únicos valores realmente existentes son los que fija el intercambio puro, entonces es necesario que todos los precios se determinen simultáneamente a su nivel de equilibrio, lo que los hace depender de la utilidad marginal. El marginalismo se había impuesto el objetivo de escapar de la determinación clásico del valor, demostrando que no está determinado por las condiciones de producción y que, por lo tanto, el valor no puede ser tratado como un atributo de las mercancías y, a la vez, como una figura analíticamente distinta del precio observable directamente en el intercambio. El valor en el marginalismo es el resultado de la concurrencia conjunta de dos cualidades de las cosas, de su utilidad y de la limitación de su cantidad. El marginalismo, a través de su definición de valor como una consecuencia de la utilidad y la limitación en la cantidad (atando el valor a la utilidad de la última porción consumida) avanza un paso más en la naturalización de la mercancía y, de la sociedad capitalista en su conjunto. DEL VALOR DE LOS BIENES DE CONSUMO AL VALOR DE LOS MEDIOS DE PRODUCCION La teoría marginalista del valor debe ser complementada por una teoría marginalista de la distribución, es decir, por el conjunto de leyes que rigen la determinación del salario, de la ganancia y de la renta. Primero se debe aislar el proceso de intercambio, prescindiendo de la esfera de la producción. Para esto, se debe suponer que las cantidades de todos los bienes vienen determinadas arbitrariamente de antemano. Entonces, en estado de equilibrio los precios expresan las preferencias de los individuos por estos bienes cuya cantidad esta axiomáticamente limitada, en otras palabras, las relaciones de cambio resultan ser proporcionales a las relaciones entre las utilidades marginales. El sistema de precios obtenido abarca solo la mitad del problema ya que falta explicar cómo se fijan los precios de otro tipo de bienes que fueron por el momento excluidos. Estos bienes no son deseados de la misma manera que las mercancías que acabamos de analizar, porque estos otros bienes son incapaces de satisfacer necesidades o deseos de los hombres de manera directa. Menger llama bienes de primer orden a aquellos que sirven para la satisfacción inmediata de nuestras necesidades. Bienes de segundo orden a aquellos que no pueden satisfacer inmediatamente las necesidades humanas, pueden hacerlo de forma mediata. Los bienes de tercer orden contribuyen en la producción de los de segundo orden. Esto nos muestra que el modelo de intercambio puro de los marginalistas es incapaz de asociar los precios de todos los bienes directamente con su utilidad marginal. Porque lo bienes de orden superior no tienen utilidad UNIDAD 3

inmediata, es decir, de nada sirven en la esfera del consumo, sino que son mercancías que ingresan al proceso productivo. El marginalismo debe resolver como se fija el precio de aquellos bienes que intervienen en la producción y no en el consumo y, a la vez, como se asegura que el precio de todos ellos tomados en conjunto no sea superior al precio del producto en cuya fabricación participan. Menger sostiene que el valor que tienen para nosotros los bienes de orden inferior no puede estar condicionado por el valor de los bienes de órdenes superiores utilizados para la producción de los primeros. Es claro, al contrario, que el valor de los bienes de órdenes superiores está condicionado siempre y sin excepción por el valor previo de aquellos bienes de ordenes inferiores a cuya producción sirven. Menger también sostiene que el valor de los bienes de orden superior no está fijado por el valor que tienen actualmente los bienes de orden inferior, sino por su “valor previsible” en el futuro, pues el valor del producto solo será fijado por las circunstancias del cambio. Termina resolviendo que el valor de un determinado insumo está dado por la diferencia entre las satisfacciones que se obtienen en el caso de utilizarlo y las satisfacciones (menores) que se obtendrían en caso de emplear otros bienes de orden superior para producir el mismo artículo. El valor de todos los bienes depende exclusivamente de la utilidad, solo que en algunos casos la dependencia es directa y en otros, indirecta. El valor de los bienes de orden superior, incluidos el trabajo, la tierra y el ...


Similar Free PDFs