Lectura 1 PDF

Title Lectura 1
Author Fran Vilugrón
Course Introducción a la Criminalística
Institution Universidad Siglo 21
Pages 19
File Size 570.5 KB
File Type PDF
Total Downloads 64
Total Views 149

Summary

Download Lectura 1 PDF


Description

Víctimología Víctimología

2.1 Conceptos generales sobre victimología 2.1.1 Origen y objeto de estudio de la victimología Diversos autores (García Pablos de Molina, 1999; Marchiori, 1999; Rodríguez Manzanera, 2009; Garrido Genovés y Redondo Illescas, 2013) enfatizan los intereses que tradicionalmente la Criminología y otras ciencias sociales evidenciaron en sus investigaciones en relación al fenómeno criminal o delictivo. En efecto, estas ciencias se dedicaron a indagar una parte de dicho fenómeno, y centraron su preocupación e interés en el estudio del delito y en la persona del delincuente (comportamiento, personalidad, enfermedad, contexto social, tratamientos tendientes a su rehabilitación). En este contexto, la víctima quedó totalmente olvidada, dejada de lado y escasamente valorada por estas disciplinas. Se le restó importancia en el estudio del delito y era considerada objeto pasivo, estático e irrelevante en la comprensión del mismo. ¿Qué es la Victimología? Antes de adentrarnos en su origen o surgimiento dentro del contexto histórico, definirémos a la victimología como una disciplina de las ciencias sociales, empírica e interdisciplinaria, cuyo objeto de estudio es la víctima del delito, los procesos de victimización y de recuperación. Su origen se remonta a los años 40 en el marco de un contexto histórico y científico positivista, donde la figura de la víctima comienza a ser tenida en cuenta en la dinámica del delito, atribuyéndosele cierta responsabilidad o causalidad en el mismo. Esta Victimología busca la comprender la contribución y actuación de la víctima en el delito. En este contexto surgen los aportes de quienes han sido considerados pioneros de la victimología, como Benjamín Mendelsohn y Hans Von Henting (citados en Rodríguez Manzanera, 2009). La figura de la víctima, en tanto objeto de estudio, comenzó a ser tenida en cuenta y reivindicada como sujeto activo y relevante para arribar a una mayor e integral comprensión del delito. Ambos establecieron clasificaciones generales que –sin perder de vista que cada víctima es única y singular – permiten

2

entender por qué algunas personas son elegibles o victimizadas y otras no lo son (Rodríguez Manzanera, 2009). Mendelsohn (citado en Rodríguez Manzanera, 2009) fue un criminólogo israelí que elaboró una clasificación de víctimas que posteriormente fue tenida en cuenta por diversos estudiosos del tema. En dicha clasificación, parte de considerar un primer nivel de víctimas, cuya característica es no haber tenido absolutamente ninguna responsabilidad –directa o indirecta– en el acto delictivo. No obstante, su clasificación abarca otros niveles o grupos de víctimas, en quienes va destacando diferentes grados de participación en su victimización y consumación del delito, que podría explicarse, por ejemplo, en conductas de descuidos, imprudencias, rutinas personales, determinados ámbitos de inserción social, insultos, agresiones, actitudes provocativas, etcétera. En tanto Von Henting (citado en Rodríguez Manzanera, 2009), criminólogo alemán, también desarrolló una clasificación que parte de una amplia gama de víctimas casuales, a quienes solo una situación azarosa pondría en contacto con el agresor. No obstante, sus aportes cobraron gran significancia al señalar que existen determinados tipos de delitos que resultan dificultosos de comprender, si no se los examina teniendo en cuenta la relación e interacción víctima-autor. En ese sentido, refirió que hay víctimas que resultan altamente victimizables y centró sus estudios en determinadas poblaciones que consideró de mayor vulnerabilidad, como los niños, ancianos, extranjeros, mujeres, prostitutas, entre otros. Estos primeros estudios sobre la víctima del delito -además de instalar un cambio paradigmático en la Criminología Tradicional- dieron lugar a sucesivos conocimientos. Surge la denominada Victimología Moderna, preocupada por entender los procesos de victimización, los factores de riesgo victimógeno y de vulnerabilidad. Si bien los procesos de victimización y el impacto o padecimiento que esta victimización genera en la vida de la víctima continúan siendo un foco de interés, la Victimología Moderna comienza a ampliar su espectro, centrándose en los Derechos de las víctimas y en las medidas de reparación y protección hacia ellas, tendientes a acompañarlas y protegerlas para un mayor bienestar. A partir de los años ´70 y ´80 en adelante -a través de la Sociedad de Victimología- se organizaron diversos Simposios Internacionales en los que se desarrollaron diferentes temas de investigación y aplicación de la victimología (Garrido Genovés y Redondo Illescas, 2013). 3

En la actualidad, existen diversas corrientes teóricas victimológicas, entre las que es posible mencionar a la Victimología Crítica. Uno de los aportes relevantes de esta concepción, es que el delito se distribuye de manera desigual en la sociedad y por ende, la posibilidad o riesgo de sufrir una acción delictiva presenta variaciones de un lugar a otro (Stangeland, 2004). Hasta aquí podríamos decir que toda la información relacionada a la víctima y los datos que esta es capaz de aportar acerca del delito, resultan esenciales no solo en la etapa de investigación penal, sino también en la comprensión de determinadas circunstancias o factores que favorecen la victimización y criminalidad general de un lugar y tiempo determinados. Por esto, la cooperación de la víctima permite comprender –por ejemplo– que así como hay víctimas totalmente azarosas y casuales, también hay personas que corren mayor riesgo de sufrir un delito, de la misma manera que hay barrios y zonas dentro de una ciudad (e, incluso, determinados domicilios) que son más vulnerables a la victimización y concentran mayor cantidad de eventos delictivos (Garrido Genovés, y Redondo Illescas, 2013). La Victimología del Desarrollo es otra de las recientes corrientes victimológicas que ha realizado interesantes investigaciones y aportes. Ha centrado su interés en estudiar el impacto que tiene el delito en la vida de una persona, fundamentalmente en las edades de la niñez. Tiene en cuenta diferentes variables, tales como si se trata de un delito cronificado (sostenido en el tiempo) u ocasional, como también la tipología delictiva, la edad de la persona, entre otros aspectos. Por otro lado, la Victimología Positiva pone el acento en la capacidad de resiliencia de la víctima y su posibilidad de afrontar la adversidad frente al delito. Es decir, el foco de interés no está dirigido al daño padecido y sus condiciones de vulnerabilidad, sino en su recuperación. Hasta aquí hemos mencionado algunas de las corrientes teóricas actualmente vigentes en victimología. Respecto de si la Victimología es parte de la Criminología o si -por el contrario- constituye una ciencia independiente de esta, diferentes autores sostienen posturas contrapuestas en relación a la cuestión. Si bien hay quienes defienden y argumentan dicha autonomía, otros consideran que la Criminología es una ciencia soberana. Al respecto, Garrido Genovés y Redondo Illescas (2013) plantean que es muy difícil estudiar el fenómeno de la victimización si se lo separa del estudio del delito. Dicha dificultad se sostiene en que uno de los intereses 4

de la Victimología es, entre otros aspectos, la relación entre víctima y victimario, como también la interacción entre ambos en la dinámica del delito. En este sentido, cabe plantear las limitaciones reales que implicaría desarrollar actividades de prevención de nuevas víctimas, si no se estudian –por ejemplo– las modalidades y patrones comportamentales utilizados por los delincuentes en determinadas tipologías delictivas, los factores asociados al delito y las oportunidades que los facilitan (como el consumo de drogas, la circulación de armas de fuego, entre otros). No obstante, más allá de la discusión acerca de la dependencia o no entre Victimología y Criminología, cabe resaltar la relevancia e importancia que ha cobrado la Victimología en tanto disciplina abocada a la investigación de diversos aspectos relacionados a la víctima. La evolución de la Victimología evidencia un progresivo desarrollo que va desde el estudio de la víctima como responsable o causante de su propio delito a los procesos de recuperación y reparación de daños.

2.1.2 Víctima vulnerable. Proceso de victimización En el año 1985, la Asamblea General de las Naciones Unidas (citada en Garrido Genovés y Redondo Illescas, 2013) define la palabra víctima de la siguiente manera:

… se refiere a las personas que, ya sea de forma individual o colectiva, han sufrido algún daño, incluyendo las lesiones físicas o mentales, el sufrimiento emocional, la pérdida económica o una violación de sus derechos fundamentales, a través de actos u omisiones que conculcan las leyes penales (p. 859).

Y agrega: … una persona puede ser considerada víctima, según esta declaración, con independencia de si el delincuente es identificado, arrestado, procesado o condenado, o de si hay una relación familiar entre él y su víctima. El término víctima también incluye, si resulta apropiado, la familia inmediata o las personas dependientes de la víctima directa, así como las personas que han resultado dañadas al intentar asistir a las

5

víctimas o que han intervenido para revenir la victimización (p. 860).

En un sentido amplio, se considera víctima a la persona o grupo que ha sufrido un daño o perjuicio en la salud, vida, propiedad, integridad sexual u otro bien jurídicamente protegido, ya sea por acción u omisión propia, ajena o por causa fortuita (Rodríguez Manzanera, 2009). En relación al fenómeno de la victimización, la Victimología le otorga gran importancia al conocimiento de los factores y circunstancias que elevan el riesgo –individual o colectivo– de sufrir determinados delitos. Si bien existen víctimas elegidas de manera azarosa, numerosas investigaciones hacen referencia a que el riesgo de una persona de sufrir determinados tipos de delitos no responde generalmente a las leyes del azar. Por el contrario, existe una multiplicidad de factores y situaciones que no solo elevan el riesgo de victimización, sino que explican la distribución desigual en la probabilidad de ser víctima de un delito. A modo de ejemplo, Garrido Genovés y Redondo Illescas (2013) citan la teoría del estilo de vida, elaborada por Hindelang (1978), que indica que el riesgo de sufrir algún tipo de delito suele estar asociado a la forma en que vive cada persona. Entre los factores coadyuvantes o condicionantes de dicho riesgo, se encuentran aquellos relacionados a cuestiones demográficas del individuo (edad, sexo, estado civil, profesión, ingresos económicos, etc.), a restricciones o carencias estructurales (económicas, educativas, familiares, etc.), a hábitos, actividades, conductas y estilos de cada persona, como también a cuestiones sociales y culturales (amistades, ámbitos de inserción, exposición a situaciones de riesgo, escasa conciencia de seguridad, etc.). En relación a lo anterior, se desprende que en un gran número de situaciones, la victimización no se produce al azar ni por casualidad. En este sentido, La Teoría de las Actividades Rutinarias permite comprender la victimización desde un enfoque diferente. Según esta teoría, para que una victimización se produzca tiene que haber una víctima vulnerable (o propicia), un delincuente dispuesto a delinquir y la ausencia de un guardian eficaz (control social). Si bien estos tres factores resultan necesarios, para que el delito ocurra deben confluir o coincidir en un mismo lugar y momento determnado.

6

Desde el enfoque de la Teoria de las Actividades Rutinarias, la prevención de la victimización está sujeta a la posibilidad de controlar o erradicar alguno de estos tres elementos: la vulnerabilidad de una víctima (por los factores que sea), la motivación del delincuente o la ausencia de control social (Stangeland, 2004). En relación al proceso o fenómeno de victimización, Rodríguez Manzanera (2009) desarrolla una multiplicidad de factores considerados victimógenos, que clasifica en endógenos y exógenos. Estos factores no solo son tenidos en cuenta por el delincuente para cometer el delito, sino que constituyen factores de atracción que hacen proclive que ciertas personas sean elegidas como víctimas. Los factores victimógenos clasificados como endógenos son aquellos que forman parte del individuo (víctima) y podrían dividirse en biológicos y psicológicos. En tanto, los exógenos son de carácter externo y se encuentran relacionados al lugar, horario, clima y cuestiones de orden social, como escolaridad, profesión, situación económica, etcétera.

2.1.3 Factores victimógenos intervinientes en el proceso de selección de la víctima Factores endógenos en el proceso de selección de la víctima Biológicos: si bien existen circunstancias que elevan la vulnerabilidad de la víctima, como determinadas enfermedades o invalidez, en este punto es necesario destacar dos tipos de factores biológicos esenciales en la elección de la víctima: la edad y el sexo.  La edad constituye uno de los factores de elección indiscutiblemente más claros, fundamentalmente en sus dos extremos: niños o adolescentes y ancianos. En cuanto a los menores de edad, no solo son buscados por su vulnerabilidad física, sino también por su inocencia, inexperiencia e indefensión. La pedofilia representa este tipo de elección, donde la víctima es elegida con fines sexuales.  El sexo como factor victimógeno es determinante en ciertos delitos. La mayor influencia del género se presenta en los delitos sexuales con un alto porcentaje de víctimas mujeres. En términos generales, esto indicaría que se trata de un delito donde la víctima es elegida por su género.

7

Psicológicos: es sabido que en cuanto a factores psicológicos, los esfuerzos científicos se han focalizado en el victimario. No obstante, existen características psicológicas que hacen que un individuo sea proclive a la victimización o, dicho de otro modo, lo hacen atractivo para el criminal.  La esfera cognoscitiva, encargada de obtener, almacenar, procesar, seleccionar y utilizar el conocimiento, presenta características que suelen ser aprovechadas por un criminal al momento de elegir a su víctima. De acuerdo a la utilización que esta haga de sus funciones cognoscitivas, tendrá mayor es o menores posibilidades de convertirse en víctima o salvarse de esa situación. Por ejemplo, la sensopercepción, relacionada con los órganos de los sentidos, tiene influencia lógica en este proceso, ya que las deficiencias auditivas o visuales, entre otras, tornan más fácilmente victimizable a la persona. La capacidad de atención nos pone en guardia contra la victimización. El aprendizaje y el pensamiento lógico juegan un papel fundamental en la prevención, mientras que el pensamiento ilógico dificulta prever la amenaza de ser víctima. Sin embargo, no solo las deficiencias constituyen factores victimógenos, sino también el elevado nivel intelectual puede ser aprovechado por un criminal para cometer fraudes muy elaborados, en los que una persona con deficiencia no comprendería cuál sería la presunta ganancia (Rodríguez Manzanera, 2009).  En la esfera afectiva, los sentimientos y emociones de la víctima pueden ser aprovechados por el criminal para atacarla. El miedo constituye una de las emociones más victimógenas, ya que deja al individuo fuera de control y muchas veces lo inmoviliza, lo cual impide la posibilidad de defenderse. En los delitos violentos, el miedo es buscado por los criminales, y a esto suelen deberse los gritos, las amenazas, los insultos y la elección de las víctimas más amedrentables. La ira, el amor y el odio forman parte de sentimientos que, al apoderarse de la víctima, pueden hacerles perder el control y dejarla en una situación de desconcierto que la hace fácilmente victimizable.  La esfera volitiva se encuentra relacionada a la capacidad para la toma de decisiones y su ejecución. Se supone que la voluntad (en contraposición a la impulsividad) es el principio rector de los actos de una persona. En relación a este punto, Rodríguez Manzanera (2009) refiere que los criminales buscan personas con voluntad débil, a

8

quienes buscará imponer su propia voluntad por sobre la de ellas (manipulación). Factores exógenos en el proceso de selección de la víctima Son varios los factores provenientes del exterior que tienen influencia en la elección de la víctima: desde fenómenos naturales, como las estaciones del año, la temperatura, los lugares y el tiempo, hasta cuestiones de tipo social, como la familia, la educación, el trabajo, la profesión, la posición socioeconómica, entre otros. Todos ellos pueden facilitar la victimización de una persona al ser aprovechados por el victimario, e incluso cada uno de ellos puede tornarse relevante para la configuración de un delito particular. Como ejemplo de ello, Rodríguez Manzanera (2009) menciona que las personas viudas o que viven solas pueden ser más victimizables, dado que no tienen alguien que las defienda en el momento del ataque. La escolaridad, las condiciones culturales, los conocimientos y la experiencia son circunstancias de elección victimal. En cuanto a las profesiones, existen aquellas que son peculiarmente más riesgosas desde el punto de vista victimógeno (policías, taxistas, personal de traslado de valores, etc.). La posición socioeconómica de la víctima es un factor que ejerce mucha influencia en gran cantidad de delitos, fundamentalmente en aquellos contra la propiedad. El tiempo y espacio (o dónde y cuándo) son factores que el delincuente elige para la victimización. Hay casos en los que el dónde y el cuándo se tornan más importantes que la víctima misma. Por esta razón es tan pertinente el estudio y precisión de las zonas victimógenas, ya que en ellas una presunta víctima tiene muchas posibilidades de ser elegida. Sin embargo, no basta encontrarse en una zona victimógena para que una persona sea elegida víctima. También intervienen otros factores del orden endógeno o exógeno. Asimismo, si bien es cierto que tiempo y espacio están ligados, no todo espacio es victimógeno todo el tiempo. Ello depende de horarios y fechas específicas, aunque existen situaciones y lugares más propicios. Por ejemplo, fines de semana, vacaciones, horarios nocturnos, determinados barrios o ciudades, etcétera. Coincidentemente con lo anterior, Marchiori (citada en Rodríguez Manzanera, 2009) hace referencia a diferentes variables que condicionan o ejercen influencia en la elección de la víctima. Dichas variables pueden ser

9

del orden témporo-espacial (factor externo o exógeno) o del orden individual/personal (factor interno o endógeno). Las primeras se refieren a las características físicas, psíquicas y sociales presentes en la víctima y son tenidas en cuenta por el autor para cometer el delito. Desde este criterio, la víctima es elegida por su edad, género, condiciones de indefensión, limitaciones, profesión, nivel adquisitivo, etcétera. Respecto de las circunstancias de lugar, cabe señalar que el delincuente no solo percibe las características físicas y ambientales que ofrece este para asegurar su impunidad (descampado, casa, zona), sino también la desprotección en la que se halla la víctima y las posibilidades de solicitar o recibir ayuda. Las circunstancias de tiempo hacen referencia al momento propicio para el delito, y es notorio que muchas veces el criminal ha preparado su accionar delictivo luego de observar las costumbres y horarios de la víctima. Es claramente advertible la coincidencia de diversos autores en cuanto a la relación que existe entre los factores victimógenos y el estado de vulnerabilidad de una persona, condición que la torna proclive a la posibilidad de ser víctima de alguna tipología delictiva, lo cual dificulta muchas veces su posibilidad de percibir el riesgo o peligro de una situación y de reaccionar adecuada y defensivamente.

2.1.4 Relación víctima-victimario Los avances en la Victimología demuestran que hay víctimas que –por determinadas circunstancias o factores– resultan más vulnerables para determinados tipos delictivos que otros. Algunas son elegidas de acuerdo a alg...


Similar Free PDFs