Los 7 Sabios-Biografia PDF

Title Los 7 Sabios-Biografia
Author Mayelin Liliana Del Rosario Roustand
Course Int A La Filosofía
Institution Universidad Autónoma de Santo Domingo
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Los 7 Sabios de la Filosofía-Biografías y aportes...


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BÍAS DE PRIENE Filósofo del siglo VI a. C. Es uno de los siete sabios de Grecia y, en opinión de muchos, como Sátiro el peripatético, el más destacado de ellos.1 Sus conciudadanos le consultaban con frecuencia acerca de asuntos litigiosos y siempre se negó a emplear su talento en provecho de la injusticia, decía preferir juzgar entre enemigos que entre amigos, porque en el primer caso estaba seguro de ganar a uno de aquellos, mientras que en el segundo perdía a uno de estos. También decía que debemos amar como si debiésemos aborrecer. Uno de los ejemplos de su bondad es la leyenda que establece que él pagó un rescate por algunas mujeres que habían sido capturadas. Después de educarlas como sus propias hijas, él las envió de regreso a Messina, su patria, y la de sus padres.1 También se dice que cuando algunos pescadores encontraron el Trípode Bronceado en el que estaba codificado la sentencia: "para el más sabio", los padres de las damiselas llamaron a una asamblea y allí concluyeron que Bías era el más sabio entre todos los hombres, así que el Trípode le fue entregado como símbolo de gratitud por todo lo que él había hecho por la ciudad. Bías rechazó ese honor, señalando: "Apolo es el más sabio". Otro autor indica que él consagró el Trípode, en Tebas, a Hércules. En una ocasión, Priene, su patria, en Caria (Asia Menor), se hallaba sitiada por Aliates, rey de Lidia, que creía poder tomarla por hambre. Bías preparó unos grandes montones de arena, que cubrió de trigo, haciendo creer a los enviados de aquel rey que la plaza se hallaba provista abundantemente por mucho tiempo. Esto le decidió a levantar el asedio. En otra ocasión en que sus habitantes se disponían a abandonar la ciudad por el asedio al que los tenía sometidos el persa Ciro y se llevaban cuantos objetos de valor poseían, un ciudadano le preguntó a Bías si no hacía sus preparativos para la marcha. El sabio le contestó: «Llevo conmigo todas mis cosas" (Omnia mea mecum porto), dando a entender con ello que los bienes más preciados para él eran su sabiduría y el tesoro de sus pensamientos.

CLEÓBULO DE LINDOS (En griego, Κλεόβουλος, Kleoboulos) fue un poeta griego del siglo VI a. C. nativo de Lindos, y uno de los Siete Sabios de Grecia. Gobernó como tirano de Lindos, en la isla griega de Rodas, ca. 600 a. C., con un gobierno ejemplar. A él se atribuye la máxima «La [moderación]] es lo mejor». También se conoce su aforismo «Aceptar la injusticia no es una virtud, sino todo lo contrario». Se dice que vivió hasta los setenta años2 y que fue muy distinguido, tanto por su fuerza física como por su hermosura. Existe un túmulo de piedra en el cabo norte de la bahía de Lindos que a veces es llamado la tumba de Cleóbulo.3 Su hija Eumetis, o Cleobulina, alcanzó también cierta notoriedad como autora de enigmas en hexámetros.

PERIANDRO DE CORINTO (Griego Περίανδρος) fue el segundo tirano de Corinto, en el siglo VII a. C., hijo y sucesor de Cípselo y uno de los Siete Sabios de Grecia. Vida Sucedió en el poder a su padre en el año 627 a. C. Desarrolló el puerto de Corinto, y construyó una rampa a través del istmo del mismo nombre, para que las naves pudieran ser arrastradas a través de los diolkos, evitando así la ruta marítima alrededor del Peloponeso. El dinero ganado de los diolkos permitió a Periandro suprimir los impuestos en todo Corinto. Sin embargo, el mismo personaje fue considerado, más adelante, un tirano malvado característico, como lo hace saber Aristóteles en sus escritos. Entre sus prácticas tiránicas se habla de muchos jóvenes que fueron enviados a Córcira para ser castrados en Lidia, entre ellos el supuesto asesino de su propia esposa, Melisa, hija de Procles, el tirano de Epidauro, en un acceso de cólera a causa de una falsa acusación. Según Heródoto, aprendió su "salvajismo" del tirano Trasíbulo de Mileto, al que habría hecho preguntar lo que debía hacer y éste habría contestado derribando sólo las cabezas de los gérmenes de trigo, que sobresalian de las otras sin decir una palabra. Periandro comprendió que debía eliminar a los aristócratas, como los Baquíadas que podían amenazar su poder. Se apoyó sobre la plebe contra la nobleza y emprendió represiones violentas. Su hijo Licofrón de Corinto descubrió, posteriormente, que su padre era el verdadero asesino de su madre, y por eso Periandro decidió desterrarlo de Corinto, emitiendo, al mismo tiempo, una orden a todos sus colaboradores, en la que les prohibía que le dieran amparo. Periandro intentó más adelante reconciliarse con su hijo, pero Licofrón respondió que no pondría jamás los pies en Corinto, en tanto su padre residiese allí. Periandro aceptó, y planeó irse a Córcira, pero los corcirenses, que no quería que Periandro fuese a vivir con ellos, asesinaron a Licofrón. Periandro habría instituido un culto al fantasma de Melisa. Habría reinado 40 años, hasta el 585 a. C. Puesto que su hijo Licofrón había muerto y el otro, Cipselo el Joven, era mentalmente inestable, Psamético, hijo de Gordias (sin relación con ninguno de los faraones del mismo nombre), le sucedió. Fue incluido en el selecto grupo de los Siete sabios de Grecia, Diógenes Laercio contó cómo el tirano corintio quería evitar que sus enemigos descuartizaran su cuerpo cuando se quitara la vida, por lo que elaboró un plan. El monarca eligió un lugar apartado en el bosque y encargó a dos jóvenes militares que le asesinaran y enterraran allí mismo. Pero las órdenes del maquiavélico Periandro no acababan ahí: había encargado a otros dos hombres que siguieran a sus asesinos por encargo, les mataran y sepultaran un poco más lejos. A su vez, otros dos hombres debían acabar con los anteriores y enterrarlos algunos metros después, así hasta un número desconocido de muertos. En realidad, el plan para que el cadáver del sabio no fuera descubierto era brillante, pero en lugar de un suicidio tenía visos de masacre colectiva.

PITACO DE MITILENE (Griego antiguo Πιττακός, Pittakós), que vivió entre el 640 y el 568 a. C., y era hijo de Hirradio, fue uno de los Siete Sabios de Grecia.

Originario de Mitilene (ciudad griega, de la isla de Lesbos), fue el general que con su ejército venció a los atenienses comandados por Frinón. Como consecuencia de esta victoria los habitantes de Mitilene le confirieron los máximos honores, obteniendo así el poder supremo. Después de catorce años de reinado, Pítaco dimitió y la ciudad disfrutó, entonces, de orden y de una constitución duradera. Algunos autores mencionan que tuvo un hijo llamado Tirreo. La leyenda dice que cuando mataron a su hijo y trajeron al asesino ante él, Pítaco lo dejó en libertad, expresando "el perdón es mejor que el castigo."

Otras frases célebres de Pítaco son:

“Es difícil realmente ser un buen hombre” "Incluso los dioses no pueden enfrentarse a la necesidad." "Si queréis conocer a un hombre, revestidle de un gran poder. El poder no corrompe; desenmascara." "No digas de antemano lo que vas a hacer; porque si fallas, se burlarán de ti." "Abstente de hablar mal no solamente de tus amigos, sino también de tus enemigos." Su apogeo como hombre público se materializó en la cuadragésima segunda olimpíada. Vivió más de setenta años y murió en el tercer año de la quincuagésima segunda olimpíada (568 a. C.).

QUILON DE ESPARTA (En griego: Χίλων o Χείλων o Λακεδαιμόνιος) fue éforo de Esparta en el siglo VI a. C. y uno de los Siete Sabios de Grecia. Biografía Ocupó el cargo de éforo y elaboró gran parte de la constitución atribuida a Licurgo.[cita requerida] Hizo del eforado la magistratura suprema del estado espartano. Asimismo, se le atribuye la militarización de la vida civil de Esparta y las primeras medidas para la educación castrense de la juventud. Quilón también introdujo la costumbre de que los éforos se uniesen a los reyes como sus consejeros.1 Reprobó la tolerancia que Esparta estaba teniendo con las ciudades de Arcadia y reclamó una política fuerte. Los espartanos no tuvieron dificultad en derrotar a los arcadios, que fueron sometidos. Solo la ciudad de Tegea pudo conservar su independencia bajo dominio espartano, y fue desde entonces la ciudad más leal a Esparta de todo el Peloponeso, que quedó dominado por Esparta casi en su totalidad (salvo la Argólida). Se sabe que compuso poesía con métrica elegíaca. La tradición dice que Quilón murió de alegría en los brazos de su hijo, que acababa de ganar un premio en los Juegos Olímpicos.

Epigramas Algunos de sus epigramas son los siguientes: No hables mal de los muertos / de una persona en su desgracia Si eres fuerte, sé también misericordioso, de forma que tus vecinos puedan respetarte y no solo temerte No permitas que tu lengua corra más que tu inteligencia Contén la ira No desees lo imposible Obedece las leyes Honra a los hombres ancianos

SOLÓN DE ATENAS (En griego Σόλων) (c. 638 a. C.-558 a. C.) fue un poeta, reformador político, legislador y estadista ateniense, considerado uno de los Siete Sabios de Grecia. Gobernó en una época de graves conflictos sociales producto de una extrema concentración de la riqueza y poder político en manos de los eupátridas, nobles terratenientes de la región del Ática. Su Constitución del año 594 a. C. implicó una gran cantidad de reformas dirigidas a aliviar la situación del campesinado asediado por la pobreza, las deudas (que en ocasiones conducían a su esclavización) y un régimen señorial que lo ataba a las tierras de su señor o lo conducía a la miseria. En particular, se distinguen las reformas institucionales y el nuevo sistema censitario creados con objeto de abolir la distribución de los derechos políticos basada en el linaje del individuo y, en su lugar, constituir una timocracia. Como resultado, los estratos medios obtuvieron una mayor cuota de poder político, pero los estratos más bajos no consiguieron que fuese oído su reclamo de una nueva repartición de tierras, que en un principio anhelaban. Según Plutarco, es probable que Solón fuese hijo de Execéstidas, descendiente de Codros y por tanto de ascendencia Melántida, aunque Dídimo de Alejandría lo tiene por hijo de Euforión.2 Su madre, afirma Plutarco siguiendo a Heráclides Póntico, fue una prima de la madre de Pisístrato. Durante su juventud, tras caer su familia en la pobreza, hubo de dedicarse al comercio y a escribir poesía. En principio realizaba esto último sin otro fin que el de entretenerse, pero progresivamente fue volcando el tono de sus versos hacia un costado más filosófico y político.2 De acuerdo siempre con Plutarco, la iniciativa de Solón en empresas comerciales correspondió más a un afán de aventura y conocimiento que a uno de lucro. El autor resalta la austeridad de la vida del joven Solón,2 y destaca algunos de sus versos al respecto, en los que el poeta no distingue diferencia entre «El que posee gran copia de oro y plata, campos extensos de abundantes mieses, y mulas y caballos, y el que sólo tiene un pasar honesto que le baste a comer y vestir cómodamente; y si en mujer e hijos a esto acreces belleza y juventud, la dicha es llena». Siendo Solón aún joven finalizó la guerra que Atenas mantenía con Megara por la posesión de Salamina. Aquél, de acuerdo a Plutarco, se dirigió a la plaza y recitó un poema elegíaco denominado Salamina, con el que convenció a los atenienses de que no debían rendirse. La guerra volvió a establecerse con Solón a la cabeza y, finalmente, Salamina fue recuperada.2

Algunos autores antiguos le reconocen a Solón un papel decisivo en la «primera guerra sagrada», como agitador de los anfictíones en su guerra contra Cirra por el dominio del templo de Delfos. Su fama de moderado en una época marcada por los conflictos entre un bando popular y la aristocracia antigua lo llevó al arcontado y a que se le otorgara un poder especial para legislar e introducir cambios en la forma de gobierno. Solón ante Creso durante su visita a Sardes, por Gerrit van Honthorst. Sin embargo, aunque sus leyes resolvían varios problemas de la sociedad ateniense, no era suficiente para las clases más bajas, que esperaban medidas más radicales, sobre todo en lo relacionado con la cuestión agraria y la repartición de tierras. Solón en cambio buscaba el justo medio, atribuyéndosele la frase ”guarda todo con mesura”. Dejó a los atenienses por el lapso de 10 años, en los que debían respetar las leyes, cosa que no ocurrió, y recorrió varios países como Chipre, Lidia y Egipto, de donde obtendrá —a partir de varios sacerdotes—3 el relato de la Atlántida, conservado por Critias y después ampliado y adaptado4 por Platón en sus diálogos Timeo y Critias, regresando a Atenas durante el gobierno del tirano Pisístrato, que se mantuvo respetuoso con el viejo legislador. Debatió sobre el sentido de la ley con el filósofo Anacarsis el escita y falleció el año 558 a. C. Heródoto relata que en su viaje a Lidia, Solón se entrevistó con el rey Creso. Según la leyenda, convencido el monarca de ser el hombre más dichoso del mundo, consultó a Solón sobre quién era, a su juicio, el más afortunado entre los hombres. Solón dio algunos nombres, todos de personas fallecidas. Consternado Creso por no haber sido nombrado entre ellos, le preguntó si en tan poco apreciaba su prosperidad. A esto Solón respondió diciendo que no le era posible ponderar la dicha de un hombre vivo, pues su fortuna es caprichosa y, por tanto, sólo puede ser evaluada una vez que el individuo ha muerto.5 Resulta poco probable que este encuentro se haya producido alguna vez, puesto que Creso fue coronado hacia 560 a. C., época en que Solón ya había regresado a Atenas y a poco se encontraba de su muerte

TALES DE MILETO (En griego antiguo: Θαλ ῆ ς ὁΜιλήσιος Thalḗḗ s o Milḗ ḗ sios; Mileto, c. 624 a. C.-Ibid., c. 546 a. C.)1 fue un filósofo, matemático, geómetra, físico y legislador griego. Vivió y murió en Mileto, polis griega de la costa jonia (hoy en Turquía). Fue el iniciador de la escuela de Mileto a la que pertenecieron también Anaximandro (su discípulo) y Anaxímenes (discípulo del anterior). En la antigüedad se le consideraba uno de los Siete Sabios de Grecia. No se conserva ningún texto suyo y es probable que no dejara ningún escrito a su muerte. Desde el siglo v a. C.. se le atribuyen importantes aportaciones en el terreno de la filosofía, la matemática, la astronomía, la física, etc; así como un activo papel como legislador en su ciudad natal. A menudo Tales es considerado el iniciador de la especulación científica y filosófica griega y occidental,234 aunque su figura y aportaciones están rodeadas de grandes incertidumbres. Se suele aceptar que Tales comenzó a usar el pensamiento deductivo aplicado a la geometría, y se le atribuye la enunciación de dos teoremas geométricos que llevan su nombre. Los datos biográficos de Tales de Mileto son una mezcla de opiniones, hechos atribuidos a su persona, y citas con mayor o menor grado de verosimilitud, recogidas de diversos autores de épocas bastante posteriores, reinterpretados y expuestos a la luz de la mentalidad del narrador. Tales de Mileto nació en la ciudad de Mileto (griego: Μίλητος, turco: Milet) c. 624 a. C., una antigua ciudad en la costa occidental de Asia Menor (en lo que actualmente es la provincia de Aydin en Turquía), cerca de la desembocadura del río Menderes. La mayoría de los historiadores lo presentan como genuino milesio (aunque, según Diógenes Laercio, doxógrafo griego, fue admitido en la ciudad jonia de Mileto, a orillas del mar Egeo, después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo). Al margen de si nació o no en Mileto, está claro que residió en aquella ciudad y que fue allí donde desarrolló su filosofía, sus investigaciones científicas y sus intervenciones políticas. Era hijo de Euxamias (o Examio) y de Cleobulinas (o Cleóbula), ambos oriundos de Fenicia y descendientes de Cadmo y Agenor.5 Puesto que los jonios comerciaban frecuentemente con Egipto y Babilonia, es probable que Tales visitara Egipto en alguna etapa de su vida, y allí podría, por un lado, haber recibido enseñanzas de los sacerdotes, quienes registraban con mucho celo todo evento astronómico o meteorológico excepcional por motivos religiosos y que poseían, por consiguiente, copiosa información al respecto; y, por el otro, haber adquirido conocimientos matemáticos, que los egipcios habían desarrollado a un nivel práctico con el fin de medir y delimitar las parcelas de tierra cuyos límites solían borrarse con las continuas crecidas del río Nilo.

Podrían haber sido condiscípulos suyos Solón y Ferécides de Siros. Además, una fuente lo vincula con Pitágoras, a quien habría recomendado viajar a Egipto y educarse con los sacerdotes de Menfis y Dióspolis. Sin embargo, estos datos en absoluto son confiables, puesto que provienen de fuentes muy alejadas de la época de Tales. De los babilonios pudo también haber obtenido conocimientos científicos. Sí es más seguro que el filósofo Anaximandro haya sido su discípulo, así como Anaxímenes el de este. Tanto Heródoto (I, 170) como Diógenes Laercio (I, 25) lo señalan como un sabio consejero político de jonios y lidios. Entre las anécdotas que de Tales se cuentan, relata Heródoto (I, 75) que logró desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso (Heródoto mismo descree de esto, pero modernos especialistas no descartan por completo su veracidad). Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política (I, 11, 1259a) cómo una vez que, habiéndosele reprochado su pobreza y su falta de preocupación por los asuntos materiales, y luego de haber previsto, gracias a sus conocimientos astronómicos, que habría una próspera cosecha de aceitunas la siguiente temporada, compró durante el invierno todas las prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época de la recolección, acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos pueden ser ricos si lo desean, pero que su ambición es bien distinta. Quizás la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto: que predijo a los jonios el año en que sucedería un eclipse solar (lo que desde 2005 se sabe que fue por el conocimiento de un ciclo de eclipses babilónico), hacia el año 585 a. C. El eclipse ocurrió, en efecto, en medio de una batalla, lo que llevó a los contendientes a detenerse y a avanzar un acuerdo de paz, por temor de que el evento fuera una advertencia divina. También es muy conocido lo que cuenta Platón, por boca de Sócrates, en su diálogo Teeteto (174 A): que, al caer Tales en un pozo por ir mirando el movimiento de las estrellas, una campesina tracia se reía mientras el filósofo se excusaba diciendo «que tenía ansias de conocer las cosas del cielo pero que lo que estaba... justo a sus pies se le escapaba»6 Apolodoro, en sus Crónicas, afirma que murió a la edad de setenta y ocho años; Sosícrates, que murió en la olimpiada LVIII, a la edad de noventa años.7 Otra fecha en la que se afirma que murió se da en el año 585 a. C.,8 aunque actualmente se acepta que murió cerca del año 546 a. C. Matemáticas Se atribuyen a Tales varios descubrimientos matemáticos registrados en los Elementos de Euclides: la definición I. 17 y las proposiciones I. 5, I. 15, I. 26 y III. 31. Asimismo es muy conocida la leyenda acerca de un método de comparación de sombras que Tales habría utilizado para medir la altura de las pirámides egipcias: el milesio se percató de que se podría saber la altura exacta de las pirámides midiendo la sombra de estas en el momento del día en que su sombra era más o menos de igual tamaño que su cuerpo. Este método fue aplicado luego a otros fines prácticos de la navegación.10

Se supone además que Tales conocía ya muchas de las bases de la geometría, como el hecho de que cualquier diámetro de un círculo lo dividiría en partes idénticas, que un triángulo isósceles tiene por fuerza dos ángulos iguales en su base o las propiedades relacionales entre los ángulos que se forman al cortar dos paralelas por una línea recta perpendicular. Los egipcios habían aplicado algunos de estos conocimientos para la división y parcelación de sus terrenos. Esta necesidad surgió a raíz de que el Nilo, con sus constantes crecidas, borraba las líneas divisorias de los campos de cultivo, por lo que era necesaria una manera de medir de nuevo el terreno. Mas, según los pocos datos con los que se cuenta, Tales se habría dedicado en Grecia mucho menos al espacio...


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