Monografia giordano bruno PDF

Title Monografia giordano bruno
Author Nicolas Figueroa
Course Teoría de la Ciencia
Institution Universidad Mayor
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Summary

Prof.: Juan Mansilla...


Description

Sobre vida e imaginación en Giordano Bruno

Docentes: Juan Mansilla Sepúlveda Claudia Huaiquián Billeke Estudiantes: Bárbara Bahamondes Guido Caamaño Nicolás Figueroa Asignatura: Teoría de la Ciencia

Índice

Resumen

p. 3

Sistematización de Artículos

p. 4-8

Planteamiento del problema

p. 9

Marco teórico

p. 9-14

Marco conceptual

p. 15

Conclusión

p. 16

Bibliografía

p. 17-18

Referencias

p. 19

Apéndice

p. 20-28

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Resumen

El pensamiento de Giordano Bruno se inaugura a partir de una especulación: ¿cómo Dios, que es excelsitud en todo su ser, puede reducirse a sí mismo creando un universo con características que no le sean propias? Dios es ilimitado, ergo, el universo también lo es. Esta idea aparece en la época renacentista como una segunda gran grieta dentro del paradigma geocéntrico –la primera fue el pensamiento copernicano–, pues pone en duda el lugar del hombre en el cosmos, ampliando de esta manera el horizonte en la búsqueda de respuestas astronómicas y vitales. La facultad de imaginar juega un rol fundamental dentro de Bruno, pues a partir de ella le es posible sentar las bases de su cosmovisión, sin embargo, junto con ella, aparecen las siguientes interrogantes: ¿puede la imaginación abarcar a Dios? ¿Es la imaginación ilimitada?

Palabras Claves: Universo – Infinito – Imaginación – Límite – Cuerpo – Iglesia

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Sistematización de artículos

Contexto y relevancia histórica Al adentrarse en la vida de Giordano, aparecen irrevocablemente datos históricos que advierten la importancia cultural del personaje, y del revuelo ocasionado por lo revolucionario de sus planteamientos. Bruno vivió en una época en la que Iglesia y Estado eran un único y total poder. Por esta razón, la libertad de opinión se redujo a los intereses pertenecientes de ambas instituciones, dejando de esta forma, completamente fuera de participación intelectual y política a cualquier persona que pensase de una manera distinta a lo establecido por estas jerarquías: Vidal (2003), muestra el interés que presentan diversos autores por el filósofo: Para la mayoría de los historiadores del Renacimiento -Gentile, Corsano y Guzzo, por nombrar sólo algunos- el interés por Giordano Bruno casi siempre ha estado vinculado a la necesidad de investigar qué papel jugó el filósofo napolitano en los orígenes de la ciencia moderna. (p. 1). Polino (2003), a este respecto, ilustra aspectos de la personalidad de Giordano: En el haber de Bruno cuenta una peculiar obstinación para sostener sin doblegarse ideas radicales que iban a contramarcha de las doctrinas establecidas; un profundo sentido religioso y respeto por el Dios creador cristiano; el esfuerzo por articular ideas científicas modernas con antiguas tradiciones místicas; pero, también, el atroz encierro en las cárceles de la Inquisición de Roma que privaron de libertad durante siete años a quien defendía, justamente, la libertad y pluralidad de pensamiento; finalmente, un horrendo desenlace con llamas devorando su cuerpo. (p. 235).

“En la obra de Bruno hay una defensa de la filosofía y del sujeto que se dedica a ella, frente al conflicto con la Iglesia y con la tradición intelectual imperante”. Ahumada (2008, p.19).

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“[…] sometido a torturas para que abjurase y al no hacerlo, fue quemado en la hoguera en el año 1600”. Solbes (2013, p. 5).

La rebeldía de Giordano Bruno Los contemporáneos de Giordano, evidentemente, lo consideraron un revolucionario e irreverente, incluso hereje, pues declaró abiertamente su pensar aun sabiendo la opinión hermética de la Iglesia. En este sentido, adjuntamos aquí un compilado de citas de Marcela Ahumada respecto a la actitud de Bruno: “Giordano Bruno fue perseguido por las iglesias católica y luterana y por el calvinismo, fue procesado por el Santo Oficio de la Inquisición y sentenciado a morir en la hoguera por herejía en el año 1600”. Ahumada (2008, p. 18). “Bruno, Galileo Galilei y Tomasso Campanella, constituyen los referentes inexcusables de la libertad de investigación científica, porque en el pensamiento de estos autores están los gérmenes de este derecho”. Ahumada (2008, p. 17). Ahumada (2008), valora en el monje su lucha por la libertad, además, distingue la diferencia entre verdad filosófica y verdad revelada: Giordano Bruno lucha por la libertad filosófica y por la necesaria distinción de esta respecto de la libertad espiritual; lo hace siguiendo la concepción o doctrina de la doble verdad. De acuerdo con esta doctrina, hay que distinguir entre las ideas y los dogmas religiosos, entre la “verdad” filosófica y la “verdad” revelada, que son adquiridas a través de la razón y de la fe, respectivamente. (p. 18).

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Pensamiento, aportes culturales y tesis La concepción de Bruno respecto al universo llamó la atención a su época, pues era sumamente controversial sostener la infinitud en tiempos en los que se atentaba contra la libre expresión y se profesaba justamente su opuesto. Así lo muestra diversos autores, de los cuales haremos mención a continuación: “Fue uno de los primeros en afirmar que el universo era infinito, llevando al extremo la hipótesis heliocéntrica de Copérnico y rompiendo definitivamente con la concepción ptolemaico-aristotélica de un universo cerrado e inmutable”. Vidal (2003, p. 1) Gómez (1997), habla de Giordano como un hombre que no está ligado tan solo a aspectos metafísicos apartado de toda situación material, sino que, sus pensamientos están sedimentados ante todo en un contexto práctico: Junto a su filosofía teórica sobre el universo, el espacio, la materia, el entendimiento, Bruno desarrolló una peculiar filosofía práctica, a la que a veces denominó magia y en la que una y otra vez quiso sentar las bases de su religión del mundo y de la mente. (párr. 3).

Bernardini (2001), aboga por el desarrollo ético en el pensamiento de Bruno, las implicancias vitales de considerar la infinitud del universo y el cómo esto repercute en la experiencia cotidiana. Rescata el compromiso que supone estar dispuesto a obtener la verdad absoluta e infinita que planteaba Giordano: Tampoco podemos dejar de lado, en Giordano Bruno, una ética que no por formar parte de la renacentista, es menos original y vivida en él y es la ética de la dignidad humana, que se traduce en atreverse a saber y también a decir, aunque cueste la vida misma. Se hace evidente que la verdad absoluta e infinita exige una ética de la disponibilidad hacia su conocimiento, que, por un lado, pertenecerá al sabio o al héroe comprometidos en la "alta empresa" de la unión entre la mente y la Verdad, pero que deberá pertenecer también

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al ambiente social, como garantía de la necesaria libertad de pensamiento. (p.14).

Vidal (2003), por otro lado, nos muestra a un Giordano inmerso en discusiones políticas: Bruno se oponía a los argumentos utilizados por el historiador Jean Bodin -principal defensor del absolutismo monárquico- para legitimar la colonización española, basándose en los efectos benéficos que el comercio europeo tendría para los indígenas como una recreación de la voluntad divina que había buscado unir a los hombres desde su origen en Adam. (p. 14)

Vidal (2003), además, deja ver el carácter práctico en la cosmovisión del monje dominico: Bruno se revela como un intelectual del Renacimiento que ve en el hombre la posibilidad de hacerse a sí mismo en la praxis, poniendo énfasis en el esfuerzo y el trabajo constante. Asimismo, del proceso de naturalización del hombre y de su pasaje a la civiltO se desprende el rechazo expresado por Bruno hacia la descendencia adámica de todo el género humano (monogénesis). (p. 14). Schettino (2001), en cambio, pone de manifiesto el pensamiento de Bruno en una perspectiva histórica-filosófica: De la causa es la gran obra ontológica, metafísica, de Bruno que servirá de fundamento para la destrucción del aparato aristotélico y escolástico, con una idea más avanzada y dialéctica de los principios y causas, de la materia como la auténtica substancia y la unidad de ésta con el alma del universo como sustento de la realidad, hasta llegar a la unidad absoluta en un Dios inmanente, motor intrínseco, causa de causa y principio de principios, con la resultante de un monismo radical y un inevitable panteísmo. (p. 148).

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“Lejos de sentirse perdido y anonadado en un universo infinito, después de haber estado acostumbrado a una posición central en un mundo finito, el sabio bruniano encuentra su libertad intelectual en la contemplación de lo infinito”. Bernardini, (2001, p. 15): Ahora bien, para tener un mayor acercamiento a Giordano Bruno, rescatamos una breve sentencia que escribe en su libro De l 'infini, de l 'univers et des Mondes, (citado en Bernardini 2001) lo siguiente: Tomad ahora provisiones, señores astrólogos, junto con vuestros serviles físicos, por aquellos círculos vuestros, que os describen las imaginarias nueve esferas móviles, con las cuales os encarceláis el cerebro de forma que me os parecéis otros tantos papagayos en una jaula, en tanto que os veo vagabundos ir saltando a brinquillos, moviéndoos y dando vueltas dentro de ellos. Conocemos que un emperador tan grande no tiene sede tan angosta, trono tan miserable, tribunal tan estrecho, corte tan poco numerosa, efigie tan pequeña y débil, que un fantasma lo engendre, un sueño lo rompa, una locura lo recomponga, una quimera lo disperse, una desgracia lo disminuya, una fechoría nos lo quite, un pensamiento nos lo devuelva; que con un soplo se llene y con un sorbo se vacíe: en cambio, es grandísimo retrato, figura excelsa, vestigio altísimo, infinito representante de representado infinito y espectáculo conveniente a la excelencia y eminencia de quien no puede ser entendido, comprendido, aprehendido (p.15).

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Planteamiento del problema

De los artículos mencionados es posible desprender las siguientes interrogantes: ¿Cómo aparece la idea de infinitud en la mente de Giordano Bruno en un contexto políticoreligioso que para nada potenciaba la indeterminación, sino más bien su opuesto? (el Estado imperante promovía la finitud, exactitud y tradición). En este sentido quisiéramos indagar en los alcances de la imaginación humana, y el método que utilizaremos para esto será a través del dialogo con diversos autores.

Marco teórico

La interrogante que hemos planteado para esta monografía nos indica que debemos indagar acerca del modo en el cual se constituyó el pensamiento de Bruno, prestando especial atención a su historia de vida, además del proceso mental que, suponemos, debió cursar. En coherencia con esta metodología, desarrollaremos un marco teórico que responda sobre la significancia de la imaginación, sus respectivos límites; y la posibilidad de pensar la infinitud dentro de un cuerpo evidentemente definido. En otras palabras, ¿cómo es posible que un ser limitado piense en la infinitud? Para hacer esto, primeramente revisaremos la biografía de Giordano, centrándonos en aspectos que hayan servido a la configuración de su pensamiento, continuaremos con una delimitación conceptual del tema descrito y finalizaremos con una reflexión que incluya los principales hallazgos y conclusiones trabajadas en este texto.

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Biografía de Giordano Bruno Introducción biográfica del napolitano Bruno, que servirá de punto de partida para el análisis exegético que pretende realizar la presente monografía.

Molgaray (2015) en su texto, La Concepción Cusana de la Potencia y su Proyección en la Filosofía de Giordano Bruno, muestra distintos momentos de la vida de Bruno; los lugares en donde se formó, quiénes fueron sus maestros, en qué pueblos y naciones vivió, obras escritas, etc. A continuación adjuntamos tres citas de dicho autor, que evidencian lo antes mencionado: Nacimiento y formación intelectual: Bruno nace en la ciudad de Nola, ubicada en la provincia de Nápoles, región de Campania, hijo de un militar, Giovanni Bruno, y Fraulissa Savolino. En 1562 se traslada a la capital de la provincia, Nápoles, donde estudia lógica y dialéctica en el Studium con Giovan Vincenzo da Colle, llamado il Sarnese, con quien adquiriría una temprana formación aristotélica-averroísta. Paralelamente, toma clases de lógica con el padre agustino Teófilo da Vairano, de quien puede haber obtenido sus primeros elementos de filosofía neoplatónica. (p. 109). Publicación de obras: […] Entre 1584 y comienzos de 1585 el Nolano publica con un falso pie de imprenta de Venecia los seis diálogos en lengua vulgar: La cena de le ceneri, De la causa, principio e uno, De l’infinito, universo e mondi, Spaccio de la bestia trionfante, La cabala del cavallo Pegaseo y De gli eroici furori. (p. 112). Lugar y motivo de fallecimiento: El proceso inquisitorial romano fue mucho más duro que el véneto, allí Bruno permanecería preso por siete años, y sufriría hostigamientos, torturas

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y, finalmente, el suplicio en la hoguera. El 14 de enero de 1599 le son leídas ocho proposiciones heréticas extraídas de sus obras, cuya formulación no se ha conservado. El 18 de enero se le conceden seis días para que tome una decisión sobre estas proposiciones, el 25 de enero afirma que defiende sus puntos de vista, aunque acepta la opinión del Papa, quien lo conmina a reconocer como heréticas las proposiciones en un plazo de cuarenta días. El 21 de diciembre Bruno afirma que no debe ni quiere retractarse. El 20 de enero de 1600 el Santo Oficio declara que Su Santidad Clemente VIII ha decretado que la causa se lleve a su extremo y se entregue al “hermano Jordanus” al brazo secular, lo cual sucede el 8 de febrero en la casa del cardenal Madruzzi, en Plaza Navona, donde se lee la sentencia, frente a lo cual él responde: “Tal vez ustedes pronuncian la sentencia con mayor temor que con el que yo la recibo”. Finalmente es ejecutado en la plaza Campo dei Fiori el 17 de febrero. (p. 116 – 117).

Desde otra perspectiva, la serie Cosmos (2014), originalmente dirigida por el astrónomo Carl Sagan en 1980, comenta acerca de Bruno lo siguiente: [(…)] era un rebelde nato. Ansiaba escapar de ese universo pequeño y estrecho. Incluso cuando era un monje Dominico joven en Nápoles, ya era un inadaptado. Esta era una época en que no había libertad de pensamiento en Italia, pero Bruno anhelaba saber todo sobre la creación de Dios. Se atrevió a leer los libros prohibidos por la Iglesia y esa fue su perdición [(Dē rērum natura, Lucrecio)]. En uno de ellos, un romano antiguo, un hombre muerto desde hacía más de mil quinientos años, le susurró sobre un universo mucho más grande, uno tan ilimitado como su concepto de Dios.

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Constitución de la idea de Giordano

La concepción de un universo infinito aparece en la mente de Giordano una vez que se encuentra con textos de Pitágoras y Lucrecio; en sus obras, Bruno encuentra sentido a lo que íntimamente ya presentía: la creación de Dios debe ser equiparable a él mismo. Así lo muestra del Giudice, G. (2014): Bruno ya ha madurado la idea de que nos encontramos en la superficie de un globo lanzado, como los otros planetas, a una rotación incesante alrededor del Sol. Y fue así que llegó al momento de abandonar para siempre la indefendible doctrina de la centralidad de la Tierra. La cosmología bruniana hace uso de fuentes que se relacionan a filósofos de la antigüedad, como Aristarco de Samos (que ya en el s. III a.C había postulado la doctrina heliocéntrica, por la cual la Tierra y los planetas orbitan alrededor del Sol inmóvil), Pitágoras y Lucrecio, doctrinas íntimamente conectadas con sus propias metafísicas. (p. 20).

Imaginación y sus límites

¿Creación o representación? ¿Es posible crear algo a partir de la nada? ¿O la creación está sujeta a un fundamento anterior a ella, que en sentido lógico-formal debe ser por necesidad eterno? ¿Será este último eslabón que consideramos eterno, Dios? Por fuerza, este último es el Dios en el que piensa Giordano. Aquel ser eterno y excelso en cada una de sus propiedades. Antonio Machado, poeta español, en su poemario Proverbios y cantares (1913) escribe: «¿Dices que nada se crea? No te importe, con el barro de la tierra, haz una copa para que

beba tu hermano». ¿Qué otra cosa puede ilustrar dicha sentencia, sino la oportunidad humana de crear, a partir de algo distinto de sí? En otras palabras, la única posibilidad de

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que el hombre cree, es a partir de algo dado, empero, no es de necesidad que esta creación quede reducida al sustento primero que permite su aparición. Con lo anterior, intentamos mostrar que incluso si Giordano no hubiese estado en contacto con las obras de Lucrecio y Pitágoras, cabía la posibilidad de que llegase a la noción de infinitud; ya sea por sí mismo (con el sustento de la materia), o bien por otros medios. La creación es posible en tanto se nos ofrece un mundo en el que podemos hacerlo. Dios, en este contexto, es precisamente el sustento del mundo ofrecido, aquello que da origen a que existan todas las posibilidades. Ahora bien, ¿qué tiene por ofrecer el concepto de imaginación?

Para comenzar de lleno a

desentrañar el concepto de imaginación, debemos decir primeramente que es una palabra sumamente equívoca. La tendencia es suponer indeterminación, pues, entre tanta diversidad de seres cognoscentes, ¿cómo es posible poseer la certeza de que en cada uno de ellos, la imaginación opere de una misma manera? Si entendemos la imaginación al igual que Kant (1985), no como potencia sino como una facultad humana, entonces asaltan aún más interrogantes respecto a lo imaginado, es decir, a los modos de esta característica racional, entendiendo que hasta ahora, no se ha mencionado nada propio de la imaginación, sino que una mera aproximación conceptual respecto a una característica aparentemente biológica – en el sentido de responder a una configuración corpórea. Giordano Bruno omite esta problemática de incerteza y confía en un universalismo conceptual e intuitivo, ya que cree que el ser humano es una creación de Dios y en consecuencia a esto, asume que subyace en cada una de sus criaturas algo en común, a saber, la gracia divina –la cual permite el acceso al conocimiento de la infinitud. Deseamos reflexionar respecto a la posibilidad de imaginar la infinitud. En primer lugar, ¿qué entiende Giordano por infinito? Bruno (citado en del Giudice, 2014) declara: Yo sostengo la teoría de un universo infinito, efecto de la infinita divina potencia, porque me resulta indigno de la divina bondad y poder que, pudiendo producir además de este mundo algún otro u otros infinitos mundos, produjese solamente este finito que conocemos. Es así que me he expresado en el sentido de infinitos mundos particulares semejantes a este de

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la Tierra, a la cual entiendo con Pitágoras como un astro más, parecido a la luna, a los demás planetas y a las estrellas, las cuales son infinitas; todos estos cuerpos son mundos e infinitos en número, los cuales constituyen así la universalidad infinita en un espacio infinito; a lo cual llamamos universo infinito, donde caben mundos innumerables. De modo que hay dos tipos de infinitud: la grandeza del universo y la multitud de mundos, por donde se comprende indirectamente las contradicciones con la verdad de fe. (p. 30) Giordano es claro en su obra, la infinitud es gracia divina. Lo propio de la infinitud es Dios mismo, sin embargo, cabe la siguiente interrogante: ¿puede un ser corpóreo limitado (ser humano) abarcar la infinitud? López, D. (2005), responde a nuestra pregunta: No podemos perdernos en divagaciones abstractas de lo imaginario infinito. Sin embargo, es necesario ejercitar y cultivar el hábito de pensar y reflexionar. Las cosas que se presentan ante nuestros ojos a veces no son lo que parecen. Igualmente, se debe profundizar al máximo en la investigación partiendo de nuestro ...


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