Práctico pirámide de población PDF

Title Práctico pirámide de población
Course Geografía Regional de España
Institution UNED
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Práctico pirámide de población de Geografía Humana...


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Práctico: Pirámide de población, España 2010 Introducción: A través de la siguiente pirámide de población, se nos muestra la situación de la población española en el año 2010, además de las huellas de su evolución dinámica a través del tiempo, de sus características demográficas (fecundidad, natalidad, migraciones, etc.) y de los accidentes y acontecimientos que han afectado a lo largo de la historia de esta pirámide que situamos en el siglo XX, desde 1925 aproximadamente, con los mayores de 85 años, hasta el 2010, permitiendo así un análisis dinámico de la población. Esta pirámide poblacional es un tipo de gráfico de barras horizontales denominado histograma de frecuencia que recoge la frecuencia con la que se repite un determinado fenómeno, en este caso agrupados por edades y sexos de la población existente en España en el año 2010. Para este estudio, recurrimos a la geografía de la población y la demografía, son las ciencias encargadas de este estudio de las poblaciones humanas, desde un punto principalmente cuantitativo, de su dimensión, de su estructura, de su evolución y de sus características generales, tanto biológicos como sociales. En este caso pasamos a analizar la población española, segmentada por sexos y edades, que van desde los 0 a más de 85 años. Cada barra de la pirámide se estructura en edades que van de cinco en cinco, llamados cohortes, representados en el eje vertical, partiendo del nacimiento en 0 a 4 años, de 5 a 9 y así sucesivamente en orden ascendente. Las proporciones se realizan sobre el total de la población, en este caso nos indican que en España en el 2010 hay un total de 46.667.175 habitantes, que se segmentará a la vez por edad y sexos, el masculino en la derecha en color azul y el femenino en el lado izquierdo y rosa.

En cuanto al comentario de la pirámide, apreciamos a simple vista, una forma de hucha o tulipa, con base remetida y abombada en el centro. Indicando muy bajas tasas de natalidad y mortalidad. Este tipo de estructuras las identificamos con una población regresiva. Si estructuramos por edades, analizamos las siguientes estructuras en tres grandes grupos de edad: niños y jóvenes (hasta los 16 años), adultos (entre los 16 y los 64 años) y ancianos (mayores de 65 años). Partimos de la base de la pirámide. Es evidente que esta es estrecha, por lo que no estamos ante una población joven, sino ante una envejecida. La natalidad es baja: observamos que, desde el tramo 25 a 29 años, desciende el número de personas. Esto nos lleva a comienzos de los años 80, año en que comenzó a descender la natalidad. Se recuperará en los últimos años, apreciándose un aumento en el grupo de edad 0-4 en ambos sexos (que no se veía desde el porcentaje más alto de los 80). En la cúspide de la pirámide, es ancha, por lo que podemos determinar que: Nos encontramos ante una población envejecida, la esperanza de vida de la población es, por tanto, alta. La causa que explica la baja mortalidad es el alto nivel de desarrollo del país que se justifica con una potente infraestructura sanitaria, el acceso universal de la población a la misma, la inexistencia de problemas de desnutrición, etc.

El grupo de edades de mayor desarrollo es el asignado a los adultos entre los 15 y 64 años, es el de mayor porcentaje de población, aquí estaría encuadrado el baby boom, que definimos como los nacidos entre finales de los años 50 y de los 70, momento de un pico demográfico en España. Cada año nacían cerca de 700.000 bebés, mientras que a finales de la década de los 80 la cifra ya descendía. Este grupo en edad adulta, es el grupo que definimos como activo, en edad de trabajar y mantener el sistema de pensiones y sanitarios del Estado Español. El análisis por sexos, que definimos como sex ratio, en el que apreciamos que nacen más niños que niñas, con una diferencia pequeña (por cada 105 niños, nacen 100 niñas) esta teoría se invierte a lo largo de los años, llegando a la edad anciana o envejecida más mujeres que hombres. Esto lo solemos justificar con el estilo de vida masculino, con trabajos de mayor riesgo, tabaquismo o alcohol, actividades de riesgo… este dato en la actualidad ya ha cambiado, pero en esta pirámide miramos los rasgos de los nacidos desde 1920 y 1925. Hacemos referencia en las cohortes de mayores de 85 años, que podemos aludir a la diferencia entre número de hombres y mujeres a la cantidad de hombres que se vieron involucrados con la participación de la Guerra Civil española, entre 1936 y 1939, en el que hubo una gran cantidad de muertes, principalmente masculinas, que eran los que estaban en primera línea de batalla. Las mujeres tienen la esperanza de vida más larga, fenómeno también natural. Las cifras de hombres y mujeres se igualan a partir de los 40 años, siendo mayor el número de mujeres, a partir de los 50 años, lo que puede indicar sobremortalidad de los hombres. El grado de fecundidad es bastante bajo si tenemos en cuenta el número de mujeres en edad de procrear. El número de hijos por mujer fue en el 2008 de 1,4 hijos. Localizamos y explicamos los perfiles que puedan existir en la pirámide. Los entrantes que indican una pérdida de población: cohorte 10-14, debido a la consecuencia de la caída de la natalidad a fines de los años 90 del pasado siglo. Los salientes que significan una recuperación o crecimiento de la población: Cohorte 0-4 años producido por el repunte de la natalidad; cohortes 35-39 (8,5% sobre la población total), 40-44 (8%) y, sobre todo, 30-34, con un porcentaje total de 9,2% de población sobre el total de la población española, localización de las cifras más altas de población, fruto del «baby boom» de los años 70. También destacar la cohorte 70 y 74 años, ya que se produjo un descenso de natalidad muy elevado, debido a la posguerra española, son el grupo de edades nacidos entre 1940 y 1945. La proporción de jóvenes, adultos y ancianos indica que estamos ante una población envejecida con un porcentaje de personas mayores de 65 años elevado. El pronóstico sobre el crecimiento de la población es bastante claro: la población española presenta signos de envejecimiento, a medio plazo, y de descenso, a largo plazo, de no variar las tendencias actuales de la dinámica natural de la población. La población activa se mantiene gracias a la incorporación de la mujer a la vida laboral y, a partir de los años 90, de la inmigración. La población española cuenta con unos índices de natalidad que hallamos al dividir en número de nacidos, dividido entre la población total y lo multiplicamos por mil, en este caso vemos, que desde el 2006 hay un repunte en nacimientos, que pronto se estancará por la crisis económica mundial del 2008.

Conclusiones: La forma que se intuye de su trazo genera una pirámide regresiva, que en demografía se traduce por una sociedad que tiende al progresivo envejecimiento, propia de un país desarrollado, con una natalidad muy reducida y una mortalidad también baja. España ha tenido profundas transformaciones demográficas, desde 1975, de ser un país con tasas de natalidad altas, joven y emigrante, pasó a convertirse en un país con tasas de natalidad más bajas del mundo, envejecido y receptor de inmigrantes. Las proyecciones indican que la población seguirá creciendo, por efecto de la inmigración, hasta el año 2050. Desde entonces descenderán debido al envejecimiento demográfico. Esta situación demográfica pone en riesgo algunos de los pilares del Estado de bienestar, dando lugar a un aumento del gasto público y a la imposibilidad de atender gastos como la Seguridad Social, la asistencia sanitaria, la educación o el pago de las pensiones. Es por ello que los gobiernos están tomando conciencia de lo preocupante de la situación y tratando de poner en marcha políticas para el rejuvenecimiento de la estructura demográfica por dos vías, la recuperación de la fecundidad y el fomento de la inmigración. En el caso de la recuperación de la fecundidad, se hace preciso implementar políticas estables y efectivas para modificar la tendencia de reducción de natalidad, de origen múltiple, vivienda, paro juvenil, conciliación vida laboral y familiar…No son políticas cuyos resultados vayan a ser percibidos en el corto plazo, pero imprescindibles para modificar la dirección y la dinámica de nuestra población en el medio plazo. En cuanto al fomento de la emigración, también puede mejorar los ratios de población, el bajo número de niños y niñas no asegura un relevo generacional natural, aunque la población pudiera sustituirse por inmigrantes, pero siempre que la situación económica acompañe, además de la preocupación existente con pandemias como el COVID-19, que producen una recesión poblacional que tendrá consecuencias a corto y medio plazo....


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