Referente Teórico Conceptual DEL Espacio Rural Regional PDF

Title Referente Teórico Conceptual DEL Espacio Rural Regional
Author Brayan Cosco Rivera
Course Sociología rural
Institution Instituto Tecnológico superior de Jesús Carranza
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México, durante el siglo XX, se transformó de una sociedad y economía rural a una sociedad y economía fundamentalmente urbana. Así, en el período comprendido entre los años de 1940 a 1970 las actividades industriales se convirtieron en la base del desarrollo económico, las cuales se localizaron en l...


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REFERENTE TEÓRICO CONCEPTUAL DEL ESPACIO RURAL REGIONAL José Luis Reyes Morales1, Brayan Cosco Rivera2

INTRODUCCIÓN México, durante el siglo XX, se transformó de una sociedad y economía rural a una sociedad y economía fundamentalmente urbana. Así, en el período comprendido entre los años de 1940 a 1970 las actividades industriales se convirtieron en la base del desarrollo económico, las cuales se localizaron en las principales ciudades. Esta situación, aunada a un crecimiento promedio anual de 3% de la población, propició el aumento espectacular de los centros urbanos. Este proceso de concentración acentuó los desequilibrios regionales y generó una centralización de las actividades económicas, sociales, culturales, políticas y administrativas en las grandes ciudades (Ocampo, 1983). El patrón de desarrollo urbano que ha seguido el país desde 1940 se caracteriza por áreas metropolitanas especializadas en actividades del sector servicios, en tanto que las zonas conurbadas —o ciudades cercanas a la metrópoli— concentran las actividades industriales y presentan tasas elevadas de crecimiento en su población, debido a la emigración hacia las zonas urbanas (Henderson, 2000). Sin embargo, actualmente las actividades agropecuarias siguen siendo importantes en 15 estados de la república mexicana (47% de las entidades). Por otra parte, el crecimiento de las áreas urbanas ha modificado los patrones de demanda en favor de los sectores de 1 Docente del ITSJC. Pról. Miguel Hidalgo No. 1514, Col. Centro, CP 96950, Jesús Carranza, Ver. 2 Alumno del ITSJC. Pról. Miguel Hidalgo No. 1514, Col. Centro, CP 96950, Jesús Carranza, Ver.

servicios y manufacturas, que propician la diversificación de bienes y servicios en el mercado. Aunado al proceso interno de transformación de la sociedad y de la estructura económica, de lo rural a lo urbano, en las últimas tres décadas, se han generado importantes cambios como la apertura comercial, la liberalización financiera, la venta de empresas públicas, así como las nuevas tecnologías en medios de comunicación y transporte, que han tenido sin duda un impacto importante en la distribución espacial de las actividades económicas y con ello en las poblaciones rurales y urbanas. En efecto, estas transformaciones han llevado a una inserción acelerada de las economías rurales en el proceso de globalización, con todas las implicaciones que ello tiene sobre los grados de autonomía de las políticas nacionales.

LA CONCEPCION DE DESARROLLO Y SU CONCEPCION ESPACIO REGIONAL.

Revisando la historia filosófica que realiza Robert Nisbet (1998) en su obra “Historia de la idea del progreso”, podemos encontrar algunos de esos pensamientos cuyas aportaciones traemos a cita: Filósofos preclásicos como Protágoras, (~ 485-410 a.C) decía que la historia del hombre había sido y seguirá siendo una historia de continuo progreso, en el curso del tiempo. Platón (427-399 a.C) sostiene, el progreso debe de ser paulatino. Y para

Lucrecio (94 - x, 53 a.C.) parafraseando a Platón, este progreso debe ser “paso a paso”. Sostenía la existencia de dos ciudades, la ciudad de dios y la ciudad del hombre, el progreso para este filosofo afirma Robert Nisbet “es un elemento dinámico para la historia”, en donde “no puede haber progreso ni avance si no se produce el enfrentamiento, la pugna entre estas dos ciudades” (Nisbet, 1998: 112). Hasta que una de las dos triunfe, pero sobre todo que el triunfo final sea de la ciudad de dios, pensamiento primordial de San Agustín. Para el siglo XVIII, Turgot, quien basaba sus pensamientos en el punto de vista científico, sostiene que para comprender el progreso no se necesita otro instrumento que la ciencia. Abandonando en ese instante el pensamiento ideológico que mantuvieron sus antecesores y dando paso a la objetividad científica. El filósofo Rousseau, (siglo XVIII) como teórico del progreso en su obra el “Contrato social”, sostiene en un contenido de su discurso simultáneamente antropológico, sociológico, económico y político que la libertad es uno de los elementos centrales del contrato social, en donde para arribar al progreso, primero hay que tener libertad y esta libertad nos conducirá al poder de decisión como objetivo final. Todos estos aspectos quedan inscritos en una visión del desarrollo de la historia en el sentido del progreso, hay que tener libertad de decidir nuestro propio destino, libertad económica, libertad social y otras libertades, para que nos conduzca al camino final que es el poder.

Entre fines del siglo XVIII y principio del siglo XIX, surgen las figuras filosóficas de Saint Simon y Hegel. El primero, hace referencia completa a lo científico, al trazar una visión panorámica de la historia y el progreso de las ciencias, en la que cada nueva ciencia surge de otra anterior y sólo alcanza la auténtica naturaleza de ciencia cuando su predecesora llega a ser exacta y definida. Y para Hegel, quien es considerado el más influyente de la historia de occidente del siglo XIX, el resultado definitivo de progreso humano no es la civilización occidental en conjunto sino el pueblo germano, el estado germano que creía haber alcanzado grandes conquistas de civilización y de desarrollo. Augusto Comte, (siglo XIX) concluye en su estudio sobre el progreso que no hay duda de que progreso, desarrollo o evolución son lo mismo. México”

sostienen

“como

hemos

señalado,

el

desarrollo

regional

implica

necesariamente un proceso de concertación, en el cual compartan responsabilidades tanto el estado como los actores regionales, a través de formas concretas de articulación entre ambos, de las cuales se deriven recomendaciones sobre las políticas específicas que serán más apropiadas para promover el desarrollo del territorio en cuestión”. (Delgadillo y Torres, 2002: 287) Podemos apreciar que para estos dos últimos autores, el desarrollo regional tiene que ver con políticas generadas desde los territorios, desde abajo, que éstas políticas de desarrollo, sean capaces de lograr esa conexión entre ellas mismas, que permitan un crecimiento y desarrollo primero en las regiones, para ser capaces de tener

competitividad hacia las otras regiones del país y del mundo y no como es planteada en una de sus tesis Keynesiana, que asevera que el grado de desarrollo de un espacio territorial, se logrará por el sólo hecho de pertenencia a una región favorecida e iluminad por el capital. El desarrollo, en general y el regional en particular, es un fenómeno complejo del devenir de los individuos, de los colectivos que integran una sociedad, de las estructuras económicas y sociales, y de los sistemas ambientales en que se desenvuelve. Este hecho exige un enfoque sistémico integral, donde el factor decisivo es el hombre y la dirección de las acciones e intervenciones, las cuales tienen que estar orientadas al desarrollo del individuo social y a la elevación de su bienestar, esto sobre la base del incremento continuo y sostenible del rendimiento de la producción social, de la eficiencia de la gestión económica y del mejoramiento de las condiciones de vida y trabajo, así como de las ambientales, en las que se desenvuelve el hombre. El desarrollo no es una cosa dada en la abstracción del tiempo y del espacio; más bien, se encuentra delimitado en estas coordenadas, producido por los actores locales y su acción humanizada. Así, el desarrollo se realiza como aprovechamiento racional de los recursos naturales en equilibrio natural. De ahí que sea menester confrontar la concepción del desarrollo como concepto general y abstracto que no distingue entre el todo y las partes, ya que la generalidad significa una minimización que descalifica las particularidades. Los actores regionales y locales son centrales, además de las condiciones y recursos con que cuenta el espacio territorial, que son la base material para la generación del desarrollo. La base territorial es el espacio físico en el que tiene lugar la acción histórica de los distintos actores que pueden hacer posible el desarrollo;

es ahí donde se suscitan los hechos y se dan cita los factores que hacen posible o no el desarrollo. Es menester revisar la historia de los conceptos de desarrollo y de región a la par que la realidad concreta de ese desarrollo y de los actores concretos que lo hacen posible, ya que las teorías tienen que ser actualizadas conforme a las nuevas circunstancias del cambio mundial y local. Los actores son los artífices del cambio social, le dan la connotación dinámica; todo ello conforma un campo de acción histórica, un sistema en el cual los actores, sus acciones, el espacio y el tiempo, conjugan perspectivas, lo que conforma una unidad en una relación-acción históricamente dada, lo que Touraine denomina el sistema de acción histórica. Por lo tanto, hablar de desarrollo regional implica tratar de conjuntar dos conceptos que de entrada parecen no estar conectados ni teórica ni empíricamente. Esta pretensión aparece más como una tarea, en ocasiones, producto de un anhelo, un afán voluntarista, incluso como un imperativo político, que como un quehacer anclado en la posibilidad real de incidir en el rumbo, dirección y sentido de ese conjunto de elementos que interrelacionados por una disputa entre actores y adversarios constituyen un modelo histórico de sociedad. La búsqueda del desarrollo, entendido como la evolución progresiva de una sociedad hacia mejores niveles de vida, ha sido siempre un anhelo de la sociedad en general, y de sus actores

y

componentes

estructurales;

desde

los

años

cuarenta

y

más

pronunciadamente desde la década de los sesenta en México y América Latina, como producto del debate, ha sido establecida la aspiración del desarrollo como la búsqueda de la redistribución de tres componentes fundamentales en toda sociedad: el ingreso, la propiedad y el poder (Cueva, 1984). Desarrollo es un concepto muy trabajado. En el campo de las ciencias económicas, con frecuencia, ha sido equiparado a crecimiento económico. El progreso de la sociedad se va alcanzando en el sentido de su análisis;

desde posiciones cada vez más multidisciplinarias, se ha ido favoreciendo un enfoque más integral del concepto de desarrollo. El avance en la elaboración de tales concepciones se desplaza lentamente impulsado por los debates y las críticas que han permitido en claro su sustento teórico y empírico. En particular, se ha avanzado en el sentido de que el desarrollo posee sus fundamentos en la sociedad, pero no de manera general, sino tomando en cuenta su contextualización en términos espaciales y temporales. El concepto desarrollo en las décadas de 1950 y 1960 se centró en alcanzar el objetivo fundamental del desarrollo económico equiparado a crecimiento, éste medido a partir del Producto Interno Bruto (pib), olvidando que no forzosamente todo crecimiento del PIB, per cápita, constituye por sí mismo el desarrollo. Ya en los años setenta se observaba que es insuficiente este impulso, por lo que conjuntamente con el crecimiento económico para lograr el desarrollo, si éste era posible, se debía disminuir la pobreza, la desigualdad y el desempleo, logrando de esta forma equidad. Como elemento novedoso, se acuñó el concepto de ecodesarrollo, entendido como el desarrollo socialmente deseable, económicamente viable y ecológicamente prudente, ya que las perspectivas imperantes no contemplaban la preocupación por el deterioro del medioambiente, causado por el ímpetu de aumentar la producción de manera acelerada sin reparar en el daño causado al entorno ecológico. A lo largo de los años ochenta y noventa, el objetivo fundamental del desarrollo económico y social se focalizó en la sustentabilidad. Apoyado en una nueva concepción, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) propone una concepción que, de cierta manera, converge con la manejada durante la década de 1970. Ésta es una nueva visión del desarrollo que no se fundamenta en la producción material, más bien se centra en el

despliegue de las capacidades humanas. Esto trae consigo una nueva forma de medición del desarrollo, el Índice de Desarrollo Humano (IDH).

EVOLUCION DE LA PLANIFICACION DEL DESARROLLO RURAL

La planificación del territorio no puede transcurrir disociado de las actuales estrategias marco del desarrollo rural. Actualmente, el término “territorial” está presente (explícita o implícitamente) en la mayoría de las publicaciones que abordan el tema del desarrollo. Se está dando una revalorización, un resurgimiento del concepto de territorio, no sólo como soporte físico, sino como un “agente” fundamental de desarrollo.

En la

bibliografía especializada, se afirma que la visión territorial del desarrollo permite superar la mirada sectorial, favoreciendo una interpretación ampliada de lo rural, incorporando elementos de otras actividades no agrícolas y de la economía de los recursos naturales. En tal contexto y dada la revalorización del “territorio” entendido ahora como un factor estratégico en el desarrollo de las zonas rurales, es justamente que las premisas de ordenamiento territorial toman un lugar destacado en los procesos de desarrollo rural. Tabla 1 EVOLUCION DE LAS POLITICAS RURALES.

PERIODO

POLITICAS Y ACCIONES RELEVANTES

HISTORICO 1940 a 1950

 Desarrollo Comunal

1950 a 1960

 Desarrollo económico regional: modernización a través de la creación de infraestructuras

1960 a 1970

 Revolución verde, transferencia agrícola. ƒ  Atracción de actividades externas, polos de desarrollo,

base exportadora. 1970 a 1980

 Desarrollo endógeno, PYMES, competencias locales. ƒ  Encadenamiento del Desarrollo Rural, Desarrollo Rural Integrado, crédito agrícola estatal, inducción de la innovación.

1980 a 1990

 Ajuste estructural, liberalización de mercados, surgen ONGs. ƒ  Fondos de inversión social.  ƒ Innovación, difusión de tecnología, medios innovadores. ƒ  Sistemas de producción agrícola.

1990 a 2000

 Conocimiento, factores intangibles, aprendizaje colectivo. ƒ  Microcrédito, ambiente y sostenibilidad.

2000 a la

 Medios de vida sostenibles, gobernabilidad. ƒ

actualidad

 Capital relacional, interconexión, cultura local.

LO RURAL Y URBANO EN RELACION CON LA GLOBALIZACION

En épocas recientes, las sociedades rurales han tenido cambios estructurales, debido, en

gran

medida,

a

los

procesos

de

globalización.

En

estas

vertiginosas

transformaciones han intervenido, por un lado, la expansión de las lógicas del mercado y la producción industrial o agroindustrial hacia la esfera de la producción primaria

agrícola y, por otro, las políticas del Estado, que han llevado a la modificación de prácticas y valores tanto de los habitantes de localidades rurales, como de aquellos que ha-bitan en las ciudades. En ese sentido, el modelo tradicional de articulación del campo y la ciudad, así como entre los actores de cada uno de estos contextos, también se ha visto trastocado por las nuevas modalidades que asume la cuestión agraria en la época actual, es decir, por aquello que se ha empezado a reconocer como una nueva ruralidad. (Miguel Teubal, XXI) afirma, En este contexto, la cuestión agraria cobró una nueva entidad en América La-tina, enmarcada en estos procesos de globalización y de ajustes estructurales que la acompañaron. Muchos de los fenómenos que se manifiestan en la actualidad en el medio rural latinoamericano pueden relacionarse con la naturaleza de dichos procesos y con algunas de sus consecuencias. Entre ellos se destaca la exclusión social que estarían generando. En efecto, muchos de los fenómenos que se agudizaron en estas décadas reciente la intensificación del dominio del capital sobre el agro en el marco de un proceso capitalista crecientemente globalizado: la difusión creciente del trabajo asalariado; la precarización del empleo rural; la multi ocupación; la expulsión de medianos y pequeños productores del sector; las continuas migraciones campo-ciudad o a través delas fronteras; la creciente orientación de la producción agropecuaria hacia los mercados; la articulación de los productores agrarios a complejos agroindustriales en los que predominan las decisiones de núcleos de poder vinculados agrandes empresas transnacionales o transnacionalizados; la conformación en algunos países de los denominados.

LA NUEVA RURALIDAD EN LAS TEORIAS DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL.

El cambio en las décadas de 1980 y 1990 de una estrategia de desarrollo orientado al interior vía la industrialización por sustitución de importaciones por una estrategia orientada al exterior, que acercó más el sector agrícola a los mercados globales, desencadenó una reestructuración mayor de la sociedad y de la economía rurales en Latinoamérica. Este importante cambio de una estrategia de desarrollo impulsada por el Estado a una neoliberal impulsada por el mercado, dio paso al surgimiento del enfoque de la "nueva ruralidad" del desarrollo rural. Aunque este enfoque nos hace comprender las transformaciones rurales de la región, se sostiene en este trabajo que requiere desarrollarse sistemática y congruentemente para tener un mayor valor analítico.

EL ENFOQUE DE LA NUEVA RURALIDAD Las transformaciones que se generaron a partir del proceso de la globalización neoliberal impulsaron a los sociólogos rurales a buscar nuevos conceptos que captaran los cambios con mayor claridad. Desde mediados de la década de 1990, empezaron a aparecer estudios y documentos que hablaban sobre la "nueva ruralidad"

de

Latinoamérica. El concepto ganó popularidad debido a los múltiples seminarios y conferencias sobre el tema, se escribieron cientos de artículos y se publicaron decenas de libros en Latinoamérica en los que se utilizaba el novedoso término "nueva

ruralidad". Aunque el término se mantuvo confinado en un principio a los círculos académicos, más tarde fue ampliamente adoptado por instituciones multilaterales como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por organizaciones no gubernamentales (ONG) e instituciones financieras internacionales (IICA, 2000; BM/FAO, 2003). El término se volvió más común y se usó (in)adecuadamente para fines políticos y para promover la legitimidad de ciertas acciones. Los gobiernos de Latinoamérica comenzaron a utilizar el término en sus proyectos de desarrollo rural con la esperanza de atraer recursos financieros de la comunidad internacional. El concepto de nueva ruralidad es un enfoque muy latinoamericano de los estudios rurales, aunque pudo haber tenido cierta influencia de los estudios europeos que utilizaban una perspectiva orientada al actor (Long y Long, 1992; Van der Ploeg, 1993). Específicamente los sociólogos brasileños, en especial los que se formaron en Francia, recibieron la influencia de la gran variedad de la literatura francesa sobre este tema, que probablemente explica la popularidad de los estudios sobre la pluriactividad y la multifuncionalidad rural en Brasil (Carneiro y Maluf, 2003). Sin embargo, existen importantes diferencias entre estos términos y la nueva ruralidad, como se desprende del análisis que se realiza a continuación. En pocas palabras, en mi opinión, nueva ruralidad es un término más rico y extenso que abarca fenómenos que otros términos no incluyen. Pero, sobre todo, los textos sobre la nueva ruralidad se refieren a un contexto muy diferente del de los países muy avanzados, en especial cuando se considera el efecto de la Política Agrícola Común (PAC) sobre la

economía y la sociedad rurales de los países de la Unión Europea (UE). Por lo tanto, el concepto de nueva r...


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