Reseña sobre la gitanilla PDF

Title Reseña sobre la gitanilla
Author Fersh Blake
Course Literatura Comparada
Institution Universidad Nacional Autónoma de México
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Reseña sobre “La Gitanilla” de Cervantes María Fernanda Cabrera Sosa. “La Gitanilla” forma parte de una colección de novelas cortas publicadas en 1613 bajo el nombre de “Novelas ejemplares” de Miguel De Cervantes Saavedra y Cortinas (15471616). En dicho libro, hay una división de estilo y temas propios de la novela barroca, entre los cuales podemos hacer una clasificación entre novela de costumbres, novela con tonos picarescos, con tonos filosóficos y al estilo italiano. Nos enfocaremos en la novela de costumbres, puesto que “La Gitanilla” forma parte de este grupo. Nos describe el estilo de vida de una joven gitana llamada Preciosa, la cual es educada por una gitana vieja. Preciosa es una joven muy hermosa, con grandes cualidad y habilidades para el canto, el baile, al decir las bienaventuranzas, es educada al hablar, tiene ingenio y facilidad en el lenguaje y la persuasión. En el inicio de la obra, aparte de la presentación de la gitanilla, hay descripción de los bailes y de ciertos romances que cantaba la misma. Se van presentando todas las habilidades de Preciosa en diferentes contextos, desde los bailes hasta la lectura de las bienaventuranzas a una señora. También se presenta un poeta que le regala romances a Preciosa en donde alaba su belleza y sus destrezas. En determinado momento, conoce a un caballero gallardo que le declara su amor y le pide que sea suya. Ella da diversas enseñanzas en las cuales se exalta su sentimiento de libertad, su astucia, y su entendimiento de las relaciones y el amor. Le declara al caballero que no le interesan las palabras ni las promesas, poniendo de manifiesto que los hombres

una vez que obtienen lo que quieren pierden el interés y se alejan para enfocarse en otra cosa. Ella reafirma que no le interesa perder el tiempo ni hacer que el caballero pierda el tiempo por un simple ímpetu amoroso, por lo cual le dice que la única condición que pone si es que quiere estar con ella, es adaptarse a la vida de gitanos por un lapso de tiempo de dos años, en los cuales ella solamente será su amiga y se conocerían, con el fin de determinar si los intereses del caballero eran sinceros o era mero capricho y sentimiento pasional pasajero. Después de su respuesta al caballero, le da algo de tiempo para que considere la propuesta, puesto que el caballero no esperaba un acuerdo como aquel. Ella conoce al padre del caballero en uno de sus viajes, en los cuales debía verificar la identidad y procedencia que el caballero le había dicho que tenía. Cuando conoce al padre, se entera de que el nombre del caballero es Juan. En dicha reunión hacen un baile ella y otras gitanillas. Uno de los textos escritos por el poeta a Preciosa se cae en dicho baile y lo lee el padre de don Juanico por petición del mismo, pese a las evasivas de Preciosa. Luego de la lectura del texto, don Juan se pone muy celoso y Preciosa tiene que calmarlo. Después las gitanillas continúan su camino. Don Juan llega al lugar acordado para encontrarse con Preciosa y comienza su vida de gitano. Para comenzar dicha vida, tiene que sacrificar a su mula y enterrar todas sus cosas para no ser identificado. Un viejo gitano le dice las reglas a don Juan, que toma el nombre de Andrés Caballero. En dichas reglas se le permitía elegir a una mujer, a la cual no podría cambiar después, más que por vejez. Le mencionó que aprendería el oficio de hurtar entre otras

cosas e hizo alarde de la comunión de los gitanos con el mundo natural, incluyendo las inclemencias del tiempo. Preciosa vuelve a poner en claro las condiciones bajo las cuales podrá estar con el caballero, declarando que su alma es libre y que quiere confirmar con la experiencia y no con las palabras el supuesto amor del caballero. Andrés Caballero no quiere participar en ciertas actividades gitanas, como el hurto. Así que pide que cuando tenga que hurtar, lo pueda hacer solo en lugar de tener compañía; todo esto con el fin de poder pagar las cosas, puesto que se sentía conmovido por las personas a las que los gitanos robaban. Los gitanos decían que no era robo, sino un aviso o un llamado a la atención para que las personas cuidaran mejor sus cosas. Luego de un tiempo, Andrés y Preciosa eran muy conocidos por sus habilidades, ambos formaban una buena pareja y Preciosa comenzó a enamorarse de la forma de ser y actuar de Andrés. Cierto día, un hombre fue mordido por los perros de los gitanos, y Andrés se encargó de llevarlo con la vieja gitana para cuidarle y para sanar sus heridas. Preciosa le contó a Andrés que el sujeto mordido era el poeta que le escribía romances en Madrid a ella. Andrés se puso muy celoso y reclamo a Preciosa que el sujeto la había ido a buscar. Preciosa lo tranquilizo, diciéndole que no dejaría que el poeta la viera de nuevo. Sin embargo, Andrés estaba muy intranquilo y decidió interrogar al sujeto, quien afirmo sus sospechas pero contó su historia como pariente de un señor a quien servía. Dicho señor pretendía a una mujer, que una noche estaba acompañada de dos hombres gallardos. El

señor y el siervo fueron atacados por ellos y el señor se dejó llevar por los celos y al final triunfaron ocasionando la muerte de los otros dos.

Huyeron para que no fuera descubierta su acción, pero apresaron a la familia de la dama pretendida e incluso a la dama. El señor se vistió de fraile y el siervo (que era el poeta) huyó hasta llegar al lugar en donde lo había encontrado Andrés. Su verdadero destino era Sevilla, en donde su pariente enviaba gran cantidad de plata. El poeta, cuyo nombre era Sancho, pidió a los gitanos que lo dejaran viajar con ellos para llegar a su destino de manera más segura, y Preciosa no estaba del todo de acuerdo. Sin embargo, habría buena paga para los gitanos. Andrés Caballero siempre llevaba dinero en cantidad y por ello eran muy bien recibido entre los gitanos. Sancho fue nombrado Clemente por los gitanos después de La vieja gitana contó a Preciosa una historia sobre un embuste que realizo a un sujeto en Sevilla, y lo consideraba razón suficiente para no volver por esos rumbos, por lo que no les acompañó. Clemente y Andrés se hicieron buenos amigos, nunca se habló de Preciosa hasta que ella le dijo a Clemente que lo había reconocido como el sujeto que enviaba los versos, sin embargo, dejó en claro que reconocía las intenciones de Andrés y respetaba su amor con Preciosa, conociendo toda la historia de Andrés, puesto que él mismo se lo había contado. Clemente no sabía si Andrés le había contado todo por celos o si era verdad. Al final Andrés no volvió a tener celos de Clemente, se hicieron buenos amigos y hasta hacían romances juntos.

Luego de esto, Clemente y Andrés se alojaron en el mesón de una viuda rica, la cual tenía una hija de aproximadamente dieciocho años, que quedó perdidamente enamorada de Andrés. Ella se le ofreció incluso sin matrimonio, y él le explico que solamente podía estar con una gitana. Ella se fue molesta y él decidió que debían marcharse esa misma noche, por la situación en que la joven lo había puesto y por respeto a Preciosa. Cuando la joven del mesón se dio cuenta de que Andrés se iba, decidió retenerlo a la fuerza poniendo algunas de sus pertenencias en las cosas de Andrés y lo acusó de ladrón. Andrés estaba confiado de que no encontrarían nada en sus cosas al ser acusado, pero las cosas si se encontraban entre sus pertenencias. Después de eso intentaron aprenderlo pero él recordó quien era y mató a un soldado bizarro luego de que le diera una bofetada. Finalmente lograron prender a Andrés, y Preciosa fue llevada a ver a la esposa del alcalde. La corregidora recordó a su hija Constanza al preguntar la edad a Preciosa. Preciosa le contó lo que había sucedido y le dijo que Andrés era un buen hombre, que él no había robado nada y que era su futuro esposo. También pidió que se le castigara a ella en lugar de a él y juntas lloraron su pena. La vieja gitana las encontró, al igual que el alcalde, y la gitana dijo que convertiría el llanto en alegría, por lo cual llevó un cofre que contenía las pertenencias de una criatura (una bebé) y les pregunto a los corregidores si identificaban alguna de las cosas. Las inscripciones en las cosas de la niña decían un nombre: doña Constanza de Azevedo y de Meneses; su madre, doña Guiomar de Meneses, y su padre, don Fernando de Azevedo,

caballero del hábito de Calatrava. La niña desapareció el día de la Ascensión del Señor, a las ocho de la mañana, del año de mil quinientos noventa y cinco. La corregidora fue con Preciosa y le revisó un lunar en el pecho y una marca en los dedos que permanecían unidos por un pequeño pedazo de carne. Todas esas pruebas, así como la confesión de la gitana, y el día del hurto de la niña (que había sido robada por la vieja gitana) dejaron claro que Preciosa era hija de los corregidores. Luego se explicó el origen de Andrés Caballero, que no era gitano ni ladrón, y que por defender su honra había matado al sujeto que le agravió. Se contó que era hijo de don Francisco de Cárcamo y que verdadero nombre era don Juan de Cárcamo. El corregidor prueba a Andrés preguntándole si la gitanilla era su esposa pero no de mano, como ella había dicho, él dijo que todo lo que ella dijera era verdad. Después de eso, el corregidor le dijo que podría casarse con Preciosa para después morir, y cumplir su sentencia, a lo que Andrés accedió y el corregidor pudo notar el gran amor que Andrés le tenía a Preciosa. En la noche sacaron a don Juan de la cárcel y lo llevaron a casarse con Preciosa, diciéndole que luego tendría que confesarse. Tardaron todavía un rato en contarle a don Juan que ya sabían su procedencia, que era perdonado por lo que pasó porque al final la mujer del mesón confesó. Don Juan y Preciosa lograron casarse adecuadamente, con sus familiares cerca y con la nueva noticia de que ambos eran (en economía y clase social) iguales. Podemos notar las características de la novela barroca de costumbres, reflejando el estilo de vida de dos clases sociales, con lo cual vemos el toque de realismo. El toque de

idealismo lo podemos identificar en la descripción de la gitanilla, como un modelo de perfección femenina. También hay toques de novela bizantina y caballeresca en las acciones de don Juan. Tenemos un final feliz para la historia de amor, y la anagnórisis de un personaje que realmente no conocía su procedencia, pero que terminó no solo sabiendo quien era, sino cumpliendo con unos deseos que no había confesado por su actitud discreta, mostrando también una comunión de clases sociales, con sus respectivas formas de vida, sueños y anhelos....


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