Resumen el lenguaje humano 1-12 PDF

Title Resumen el lenguaje humano 1-12
Course El Lenguaje Humano
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El Lenguaje Humano 1-12 ...


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El lenguaje humano

TEMA 1. EL LENGUAJE Y LLA A NA NATURALEZA TURALEZA HUMANA

1. Homo loquens La etiqueta que mejor nos define frente a otras especies es la de “Homo loquens” (“que habla”), e indica que la posesión del lenguaje es la capacidad que nos hace humanos. La posesión del lenguaje constituye un requisito previo para muchas de las demás capacidades, al menos en el grado de desarrollo en que se presentan en la especie humana moderna. Así, el Homo erectus fue el primero capaz de desarrollar herramientas complejas, se extendió en hábitats diversos con climas y condiciones de vida muy variados, y desarrolló las primeras estructuras de vida social. Si todos estos cambios fueron posibles fue porque el Homo erectus desarrolló una nueva capacidad cognitiva: la mimesis. Así, aunque no poseía el lenguaje, esta forma de comunicación gestual hizo posible la coordinación de las actividades cotidianas, la transmisión de la experiencia, etc. Por último, la aparición del lenguaje y la utilización de símbolos supuso el paso decisivo hacia el Homo sapiens, la especie a la que pertenecemos. El signo es una entidad perceptible que permite la comunicación. Todo signo está formado por dos compon componentes entes entes, indisociablemente unidos, que son: 

Significante: Es necesariamente una entidad perceptible a través de los sentidos.



Significado: Es el contenido asociado al significante.

En el signo lingüístico, que es la unidad de expresión de la lengua, estas dos partes corresponden a la imagen acústica y al concepto con ella asociado. Según Ferdinand de Saussure (fundador de la Lingüística moderna), las principales propiedades de los signos lingüísticos son cuatro: 

Arbitrariedad. La relación entre el significante y el significado es convencional, ya que el mismo concepto se puede asociar con imágenes acústicas diferentes en diferentes idiomas.



Linealidad del significante. Al ser de naturaleza auditiva, el significante se despliega en el tiempo. Por ello, los significantes deben aparecer necesariamente uno tras otro, en secuencia lineal, formando una cadena.



Inmutabilidad. La conexión entre significante y significado está establecida por cada comunidad lingüística, de modo que ningún usuario puede, a título individual, modificar caprichosamente esa conexión.



Mutabilidad. Los signos lingüísticos pueden verse afectados por el paso del tiempo.

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2. Propiedades del lengu lenguaje aje humano La lista original de las propiedades del lenguaje humano se debe al lingüista estadounidense Charles F. Hockett, y se pueden agrupar de la siguiente forma: 

Canal vocal-auditivo vocal-auditivo. La modalidad básica del lenguaje humano se fundamenta en la emisión y recepción de sonidos articulados. El carácter vocal-auditivo se incluye como una de las propiedades definitorias de las lenguas humanas para subrayar que es la lengua hablada, y no la escrita, la modalidad natural del lenguaje. La escritura tiene una gran relevancia cultural, pero ello no debe ocultar que el medio primario del lenguaje es de naturaleza vocal-auditiva. Esta característica tiene una única excepción: las lenguas de signos que utilizan las comunidades sordas. Estas comunidades emplean la modalidad gestualvisual en lugar de la vocal-auditiva. Por lo demás, comparten los rasgos propios de las lenguas naturales.



Transmisión irradiada y recepción direccional ireccional. Las señales lingüísticas se transmiten por el medio aéreo en todas direcciones. Ello implica que la señal podrá ser captada e interpretada por cualquier individuo que se encuentre a una distancia adecuada. El receptor, por su parte, percibe la señal asociada a un punto determinado, proveniente de una determinada dirección. La localización del punto exacto es posible gracias a nuestra audición biaural, que compara las señales recibidas por cada uno de los oídos para determinar la procedencia del sonido.



Evan Evanescencia escencia (o transitoriedad). Las señales vocales se desvanecen con rapidez y no perduran en el espacio o en el tiempo. Por ello, el lenguaje impone la presencia simultánea en unas mismas coordenadas espacio-temporales de los individuos que se comunican.



Carácter discreto discreto. El sistema fonador humano puede emitir una gama muy variada de sonidos y la cadena hablada es un continuo sonoro. Sin embargo, los hablantes interpretamos este continuo como si estuviera formado por unidades discretas. Así, por ejemplo, los hablantes del español distinguen entre los sonidos “p” y “b”, no hay ninguna posibilidad intermedia entre ambos, cualquier oyente entenderá uno u otro, pero no indistintamente ambos o un sonido intermedio. Esto no ocurre, sin embargo, con otras manifestaciones sonoras no lingüísticas. El llanto, por ejemplo, puede ser más intenso o menos, pero no somos capaces de identificar en él categorías diferentes.



Semanticidad Semanticidad. El sistema transmite significados por medio de una asociación fija y sistemática entre la forma de las señales y el contenido que transmiten.



Arbitrarie Arbitrariedad dad (o carácter convencional). En el caso del lenguaje humano, la semanticidad está basada en un vínculo convencional, arbitrario y no motivado entre las propiedades físicas de los signos empleados y los significados que a ellos se asocian. No hay nada en los objetos que determine cómo han de denominarse. Las señales empleadas por las lenguas humanas pertenecen, así, a la categoría de los símbolos. En las lenguas existen algunos elementos que guardan una cierta relación de iconicidad con aquello que designan. El caso más claro es el de las palabras que designan sonidos y que suelen asemejarse al sonido al que se refieren (onomatopeyas).

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Dualidad de estructuración (o doble articulación ). Cada lengua se sirve de un inventario limitado de sonidos distintos. Cada uno de ellos carece de significado aisladamente (fonemas), pero juntos son las piezas básicas a partir de las que se construyen unidades dotadas de significado (palabras y morfemas). Es decir, las señales más complejas (frases y oraciones) pueden analizarse en unidades con significado simples (los morfemas y las palabras), y estas unidades con significado simples pueden analizarse, a su vez, en unidades mínimas sin significado (los fonemas).



Productividad. El lenguaje permite producir e interpretar mensajes de una manera ilimitada. La posibilidad de acuñar nuevas expresiones no se limita a la producción de enunciados oracionales; está presente también en nuestra capacidad de derivar y construir nuevas palabras.



Especialización. Las actividades físicas encaminadas a la producción del lenguaje no desempeñan ninguna otra función biológica más que la de servir como señales, y las ondas sonoras producidas como señales lingüísticas tampoco tienen otra función que la de transmitir los contenidos a ellas asociados.



Desplazamiento. El lenguaje nos permite hacer referencia a entidades y acontecimientos distantes en el espacio y en el tiempo. Podemos hablar del pasado y del futuro, de cosas y sucesos lejanos, etc.



Intercambiabilidad de roles. Cualquier usuario de una lengua puede participar como emisor y como receptor, y estos papeles son reversibles: el hablante se convierte en oyente, y viceversa.



Retroalimentación total. No sólo las funciones de emisor y receptor son intercambiables, sino que cada emisor es, además, receptor de su propia emisión, por lo que puede vigilar y controlar su producción a medida que la emite, e incluso corregir sus posibles errores.



Transmisión cultural. A pesar de tener las capacidades físicas necesarias para adquirir y utilizar una lengua, el lenguaje no se desarrolla si el individuo no está expuesto desde su infancia al uso de la lengua de su comunidad. Esta es una consecuencia del carácter simbólico del lenguaje: al no existir una conexión natural entre las señales y lo que éstas significan, ésta debe aprenderse.

3. La “comunicación ani animal” mal” 3.1.

El lenguaje de las abejas

El zoólogo austríaco Kart von Frisch descubrió que la abeja exploradora informa a sus congéneres sobre la localización de una fuente de alimento por medio de patrones rítmicos sistemáticos, a base de desplazamientos en círculo y movimientos vibratorios del abdomen, en lo que se conoce como “danza de las abejas”. Cuando una abeja exploradora ha encontrado una fuente de alimento y regresa a su colmena, ejecuta sistemáticamente una danza que se adscribe a una de estas dos clases: danza en círculo y danza de la cola.

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En la danza en círculo, la abeja exploradora realiza un movimiento circular completo, cambia de dirección y realiza otro movimiento circular completo, y así sucesivamente. El resto de las abejas siguen a la abeja exploradora en sus desplazamientos por el panal. La danza en círculo se emplea cuando la fuente de alimentación se encuentra a poca distancia de la colmena (menos de 50 m.) La intensidad y la duración de la danza indican la calidad, pero no la dirección de la fuente de alimento; la danza sólo constituye una invitación a buscarla en el entorno cercano; es el olor del néctar que transporta la exploradora lo que permite a las demás hallar el lugar. En la danza de la cola, la abeja exploradora describe dos semicírculos enlazados por un tramo recto central. La parte más importante de dicho movimiento es precisamente ese tramo recto central, en el que la abeja realiza además movimientos vibratorios rápidos con la cola y el abdomen. La orientación de dicho tramo y la amplitud de los movimientos vibratorios indican, respectivamente, la dirección de la fuente de alimento y la distancia a la que dicha fuente se encuentra. Cuanto más cortos sean los movimientos, menor es la distancia, y viceversa, a mayor distancia, el movimiento es más amplio. La orientación del tramo recto central indica la dirección de la fuente en función del ángulo que forma dicho lugar en relación con la posición del sol. 3.2.

Las señales de alarma de los cercopitecos verdes

Estos monos son capaces de producir diferentes tipos de sonidos, que utilizan en diferentes situaciones de interacción social (rituales de cortejo, disputar relaciones jerárquicas, etc.). Los sonidos más interesantes son las señales de alarma. Emiten diferentes señales de alarma en función del grado de peligro. Cada una de las señales es claramente diferente a las demás y provoca en los cercopitecos que las escuchan una respuesta también muy diferente. Los experimentos han demostrado que el oír una señal grabada produce entre los cercopitecos la misma respuesta que la señal original. Además, se ha comprobado que los monos emiten la señal correspondiente también cuando el depredador que divisan no es real, sino una grabación en vídeo. Por otro lado, la emisión de señales requiere una cierta dosis de aprendizaje entre las crías. Éstas distinguen las tres señales, pero no siempre las aplican correctamente, quizá porque no han aprendido todavía a distinguir entre los animales que representan un auténtico peligro y los que no.

4. La especificidad del leng lenguaje uaje humano Algunas especies animales presentan semejanzas con el lenguaje humano. Así, las abejas, como los humanos, utilizan un conjunto de signos especializados a los que asocian significados concretos, y un cierto grado de desplazamiento. Pero las diferencias son más numerosas: el canal utilizado por las abejas es fundamentalmente visual y olfativo, no auditivo, no hay elementos discretos (sino graduables), los signos son básicamente icónicos y no hay intercambiabilidad de roles (ya que sólo las abejas exploradoras realizan la danza. Si se consideran las propiedades del lenguaje humano que no están presentes en ninguno de los otros sistemas, se llega a la conclusión de que los rasgos exclusivos de las lenguas humanas son la dualidad de estructuración, la productividad y el desplazamiento.

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En el lenguaje humano, a partir de un inventario muy limitado de unidades mínimas (entre dos y tres docenas de fonemas diferentes), las lenguas constituyen primero piezas simples con significado, que luego combinan para formar expresiones complejas. Por el contrario, los sistemas de comunicación animal están constituidos por un inventario más o menos amplio de signos, pero siempre limitado y cerrado. Se trata, por tanto, de un código simple que no puede expandirse, ya que no incluye pautas regulares de combinación. El lenguaje humano posee, además, un conjunto de principios y reglas que determinan cómo se combinan esos signos para expresar significados más complejos. Por tanto, cada lengua posee un léxico y una gramática. Las gramáticas de las lenguas naturales no son códigos simples, sino códigos complejos o sistemas combinatorios discretos, es decir, sistemas de correspondencias en los que un número finito de elementos discretos se eligen, ordenan y combinan para producir secuencias más complejas. Por su parte, la productividad está basada en otras dos características más abstractas, como son la jerarquía y la recursividad. Las expresiones complejas (las oraciones) no son simplemente un encadenamiento lineal de palabras, sino que las palabras se organizan en constituyentes de rango intermedio. La recursividad es la propiedad por la que una misma pauta gramatical puede aplicarse repetidas veces. En cuanto al desplazamiento, que es el tercero de los rasgos exclusivos de las lenguas humanas, permite hacer referencia a entidades o acontecimientos no directamente observables o inexistentes. Como consecuencia, la actividad lingüística no está necesariamente ligada al presente, ni está desencadenada de manera inevitable por condiciones específicas del entorno inmediato. Tenemos la posibilidad de utilizar el lenguaje, con independencia de que se den las condiciones externas adecuadas.

5. Conocimiento y uso El conocimiento lingüístico es un conocimiento operativo y tácito. Es operativo porque los hablantes saben utilizarlo en la práctica, aunque no sepan explicar sus mecanismos de funcionamiento, y es tácito porque representa una clase de conocimiento del que no somos conscientes y que, sin embargo, tiene que estar necesariamente en la base de nuestras capacidades lingüísticas. El conocimiento lingüístico es una propiedad de la mente de cada individuo. Cada uno de nosotros hemos adquirido nuestro propio sistema combinatorio, que nos capacita para producir y comprender nuestra lengua. Se denomina competencia gramatical al conocimiento práctico e interiorizado de las reglas de la gramática que cada individuo ha ido construyendo de manera no consciente como resultado de su crecimiento como miembro de una comunidad. Hablar una lengua, sin embargo, no se reduce a dominar las reglas gramaticales. Es preciso dominar también las condiciones que determinan lo que es social o conversacionalmente adecuado. Por ejemplo, el sistema lingüístico del español peninsular proporciona dos formas diferentes de dirigirnos al interlocutor: tú y usted. Las condiciones en que resulta adecuado utilizar una forma u otra no dependen del conocimiento de la gramática, sino de las prácticas que cada comunidad haya hecho habituales.

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Por tanto, además de interiorizar un sistema computacional, los hablantes adquieren también un conjunto de pautas y de rutinas de comportamiento verbal que determinan la adecuación de su producción lingüística y que constituyen su competencia comunicativa.

6. Comunicación y leng lenguaje uaje La relación entre lenguaje y comunicación es muy importante, pero se trata de realidades diferentes: ni la comunicación exige siempre el uso del lenguaje, ni todo uso del lenguaje es comunicativo. Por ejemplo, comunicar supone interactuar con otros, pero esta interacción no requiere necesariamente el uso del lenguaje. El gesto, la expresión facial, la mirada, etc., son instrumentos de interacción con los demás, pero no son manifestaciones lingüísticas. Por otro lado, la reflexión, el pensamiento abstracto, la planificación, etc., son actividades que no pueden considerarse comunicativas y que, sin embargo, no es posible concebir en ausencia de lenguaje.

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TEMA 2. LLA A LINGÜÍSTICA COMO CIENCIA

1. La ciencia del lenguaje La ciencia tiene que concebirse como una actividad cuyo objetivo es la comprensión de los fenómenos de un ámbito determinado a través de un conocimiento obtenido por medios verificables y del que se pueden extraer generalizaciones. Se puede definir como el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales. En principio, hay dos métodos a través de los cuales es posible llegar a un conocimiento de tipo general: 

El método inductivo, que intenta alcanzar verdades generales exclusivamente a partir de la observación de un alto número de datos. Por ejemplo, si se observa un número muy elevado de cisnes y todos ellos son blancos, se obtiene la generalización inductiva “Todos los cisnes son blancos”. Ello no excluye la posibilidad de que existan cisnes negros. Por tanto, las generalizaciones inductivas no expresan principios o leyes generales, sino que reflejan, en todo caso, tendencias estadísticas, sin capacidad predictiva.



El método hipotético-deductivo, que combina la observación de los datos con la formulación de suposiciones sobre el mecanismo que los explica. Los cuatro pasos fundamentales son: o

Observar los hechos.

o

Avanzar una hipótesis explicativa.

o

Deducir las predicciones que permiten hacer dicha hipótesis.

o

Poner a prueba la hipótesis.

Las hipótesis son provisionales, y su verificación no consiste en encontrar nuevos ejemplos del comportamiento que predice la hipótesis, sino descartar la existencia de ejemplos que la puedan impugnar. Uno de los cambios más importantes que ha experimentado la Lingüística moderna en relación con la de épocas pasadas es el que tiene que ver con su adscripción al mundo de las ciencias. Así, la Lingüística moderna trata de construir un discurso basado en argumentos y pruebas objetivas, y fundamentado en una metodología científica rigurosa.

2. Rasgos de lla a Lingüística moderna 2.1.

Empírica (y no prescriptiv prescriptiva) a)

Dentro de una misma lengua coexisten variedades diferentes. Desde el punto de vista científico, las diferencias existentes simplemente ponen de manifiesto que hay en vigor varias gramáticas distintas, cuyos principios subyacentes hay que describir y explicar. La reflexión científica se ocupa de describir y explicar datos empíricos, es decir, fenómenos observables (en este caso, la actividad lingüística de los individuos), pero no establece normas sobre lo que es correcto, ni hace valoraciones al respecto.

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Por tanto, la Lingüística moderna es una disciplina empírica, no prescriptiva. Un lingüista no inventa las reglas gramaticales, ni las impone. El hecho de que en una determinada comunidad no todas las variedades gocen del mismo prestigio, muestra que la sociedad ha favorecido una determinada variedad sobre las demás. La razón no es lingüística, sino de aceptación social, es decir, externa al sistema lingüístico. Así, son razones sociales y no lingüísticas las que han hecho que en las situaciones formales y públicas se requiera el uso de una determinada variedad. La Lingüística moderna es una disciplina explicativa, y no prescriptiv...


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