Resumen Manual De Historia Política Y Social De España PDF

Title Resumen Manual De Historia Política Y Social De España
Author Marta Barral
Course Historia Política y Social Contemporánea de España
Institution UNED
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1. ENTRE LA REVOLUCIÓN LIBERAL Y LA REACCIÓN ABSOLUTISTA (1808-

1843)

La primera mitad del siglo XIX es, en España, una época compleja en la que se construye el Estado Liberal Español, transformando la sociedad del Antiguo Régimen en una sociedad de mercado capitalista y moderna. En el momento de la ocupación de España por las tropas francesas de Bonaparte, surge un levantamiento popular que inicia la Guerra de Independencia, que terminará en 1814 con la victoria del pueblo español. En 1808, bajo presiones de Bonaparte, la familia real, Carlos y Fernando VII, viajan a Bayona. Desde ese momento comenzaron a producirse choques entre el ejército francés y la población; hasta la insurrección popular del 2 de mayo en Madrid, sofocada por los franceses con un ejército de 35000 hombres, capitaneado por el general Murat. Pese a esta derrota y a la brutal represión posterior a la que estuvo sometido el pueblo, surgió un movimiento de resistencia popular movido por el odio a los franceses, la fidelidad a la corona, la fe religiosa y el amor a la patria (por la libertad e independencia de la misma) José Bonaparte, hermano de Napoleón, es coronado rey. Las instituciones de gobierno del Antiguo Régimen (Junta de Gobierno y Consejo de Castilla) no desaparecen, pero pierden la capacidad de gobernar. Bonaparte, junto con la “Diputación General de españoles” (Asamblea de Notables), convocada por el Gran Duque de Berg, idea una Constitución (Constitución de Bayona), entre junio y Julio de 1808. En ella se reflejaba la creación de un Senado, un Consejo de Estado y unas Cortes. Nunca llegó a ponerse en práctica, puesto que, mientras duro la ocupación francesa, el poder residía en manos de los generales del ejército invasor. Los afrancesados españoles que habían colaborado con los invasores no tuvieron poder real en los territorios ocupados. Mientras, en los territorios no ocupados, se formaron Juntas Locales y Provinciales integradas por clérigos, abogados y notables. Se fueron concentrando en Juntas Supremas Regionales que proclamaron su legitimidad y se declararon herederas de las antiguas Cortes de los reinos (Cortes de Aragón y Junta General del Principado de Asturias), puesto que la nación no tenía un gobierno legítimo. Estas Juntas se ocuparon de dirigir el levantamiento popular. En Julio el ejército francés planea la ocupación de Andalucía, pero cae derrotado en la batalla de Bailén. Animados por esto, las Juntas se reúne en Aranjuez para crear una Junta Central Suprema y Gubernativa que reclama la soberanía del reino. Esta Junta ostentará el poder desde septiembre de 1808 hasta enero de 1810. Comenzaron a sucederse una serie de éxitos militares: Zaragoza, Gerona, Valencia y Bailén. En noviembre de 1808, la Grande Armée al mando de Napoleón penetró en España, coge el poder y decreta la abolición de la Inquisición, del Consejo de Castilla, los aranceles internos y de las dos terceras partes de los conventos. En Diciembre José Bonaparte fue repuesto y el ejército español siguió sufriendo derrotas, hasta que en mayo de 1810 ya había caído toda Andalucía. En Cádiz, en enero de 1810, se forman las Cortes dispuestas a crear las bases de un nuevo Estado, por medio de una Constitución. La Junta, carente de poder ejecutivo, convoca unas elecciones a Cortes. Viajan a Cádiz representantes de “la nación en armas”: clérigos, abogados, funcionarios, militares, catedráticos y nobles. Reunidos en la isla de León, el 24 de septiembre, se declaran representantes de la nación española, legítimamente constituidos en Cortes Generales y Extraordinarias, en las que reside la soberanía nacional. Juran a Fernando VII como su legítimo rey y rechazan a José Bonaparte. Se toman, también, medidas constituyentes como decretar la libertad de prensa y abolir el régimen señorial. 1

Durante este proceso surge una corriente de pensamiento entre algunos clérigos, literatos y abogados, conocidos como liberales. Son conscientes de la necesidad de fundar un nuevo Estado, aboliendo el despotismo, pero sin romper con la tradición, ni referenciarse en la Revolución Francesa. Tratan de restablecer la libertad de los antiguos reinos, anteriores a la casa de Austria, recuperando sus Cortes y Consejos, en cuyo gobierno participaba el pueblo. El 19 de marzo de 1812 promulgan la primera Constitución de la Monarquía Española: 1. Se define la nación como la reunión de todos los españoles, y a estos como a todos los hombres nacidos en las Españas y a los hijos de estos. 2. Consagra los principios de libertad individual, igualdad ante la ley y libertad de trabajo. 3. Promete una división del territorio con una ley constitucional. 4. Establece la división de poderes: Legislativo en las Cortes con el Rey, ejecutivo en el rey y judicial en los tribunales designados por el Rey. 5. Es una Constitución democrática: afirma que la soberanía radica en el pueblo y garantiza el derecho al sufragio. 6. Es monárquica y declara la religión católica como única del Estado. 7. Establece unas Cortes unicamerales elegidas por sufragio universal masculino, quedando excluidos el servicio doméstico, criados y negros. 8. Establece el gobierno interior de las provincias y los pueblos, con ayuntamientos compuestos de alcalde, regidores y un procurador, elegidos por votación popular y diputaciones presididas por un jefe que tiene el poder político de la provincia, nombrado por el rey. La Constitución de las Cortes de Cádiz es una REVOLUCIÓN, pero la sociedad española no sufrió una profunda transformación. El levantamiento popular animó a los campesinos a tomar las tierras propiedad de los concejos, a dejar de pagar diezmos y derechos señoriales y a no respetar los privilegios de la Mesta. La guerra aceleró el desmantelamiento del régimen señorial y los privilegios de la iglesia. Pese a todo no hubo subversión del orden social. El 3 enero de1813 las Cortes de Cádiz ordenaron la distribución de tierra entre los vecinos con títulos de deuda o que hubieran prestado servicios militares contra el invasor, adelantándose a la desamortización de Madoz. La revolución tampoco fue política. Se trató de llenar un vacío legal con un texto constitucional que acabase con los privilegios del Antiguo Régimen y limitase el poder de la monarquía, declarando la soberanía popular con un régimen representativo. No había garantía de la eficacia de estas leyes, pues las Cortes no tenían poder real. Había que asegurarse la independencia de la Nación. La guerrilla sola no bastaba. El ejército inglés (compuesto por 120000 hombres) al mando de Wellington pasó a la ofensiva desde Portugal. El 13 de agosto de 1812 llega a Madrid y tras una primera victoria francesa, que repuso a José en el trono, logró llegar a Vitoria y derrocar a los franceses. (Campaña a Rusia). El 11 de diciembre de 1813, Napoleón libera a Fernando, lo restablece en el trono y firma un tratado de paz. En marzo de 1814 regresa a España. La guerra tuvo un resultado devastador para la economía española. La Hacienda estaba en bancarrota. Cientos de miles de muertos en la batalla o por hambrunas causadas por las malas cosechas y la falta de ganado. Ciudades arruinadas, obras de arte y joyas 2

saqueadas. La relación de España con las colonias se encontraba rota, pues no aceptaron el poder francés. Existía una Constitución, pero no un Estado, pues la Constitución sólo estuvo vigente en un pequeño enclave del territorio español.

REACCIÓN ABSOLUTISTA. SEXENIO ABSOLUTISTA. (1814-1820) Las carencias del Estado tras la Guerra de la Independencia se vieron agravadas con la restauración monárquica en la persona de Fernando VII. El pueblo lo aclamaba y se mostraba fanático y esclavo. El propósito de Fernando VII era el de restaurar una monarquía absolutista. Para ello recibió el apoyo del General Elío en Valencia en forma de discurso y un escrito de un tercio de los diputados elegidos en 1813 (El Manifiesto de los Persas). Así se anula la obra legislativa y constitucional de las Cortes de Cádiz. Hubo persecución sobre los liberales y de afrancesados que habían colaborado con el invasor. Se restablecieron las instituciones del gobierno del Antiguo Régimen, con una diferencia: el rey (y su camarilla) gobierna directamente. En lo relativo al gobierno interior, también se restablecieron los antiguos órganos. En lo referente a la Iglesia, volvieron las órdenes religiosas y se restableció la Inquisición y los diezmos, pero no las propiedades desamortizadas ya que la Hacienda no podía hacerse cargo de ello. La nobleza no recuperó totalmente sus privilegios, se restituyeron los derechos de propiedad, pero no de jurisdicción. Además, los principios de igualdad y propiedad fueron derogados para poner en su lugar los antiguos privilegios y rentas señoriales. La Mesta también logró restablecer sus privilegios. Los organismos previstos en la Constitución casi no habían comenzado cuando fueron suprimidos. La Constitución se deroga y las Cortes se disuelven. Se depuró el Estado de liberales. Cayeron sobre ellos duras penas de prisión y destierro. Se podían contar alrededor de 12000 exiliados. La guerra había dejado la economía española paralizada. Era necesaria una reforma de la Hacienda. Hubo varios intentos como el de Martín Garay en 1817 con la implantación de la contribución general, que tuvo como consecuencia el aumento de la deuda. El Estado se encamina hacia la bancarrota. Con una situación económica desastrosa era imposible mantener el imperio Ultramarino. Desde 1815 Argentina, Uruguay y Paraguay eran independientes. Venezuela y Colombia lo pretendían. España necesitaba un ejército bien formado, pero la situación de la Hacienda no lo permitía. Igualmente se intentó no perder las colonias y surgió la primera gran crisis del absolutismo restaurado. Se sucedieron diversos pronunciamientos como el de Espoz y Mina, Díaz Porlier y Lacy. Siendo el de 1820 en las cabezas de San Juan el más importante. El ejército, que debía embarcar hacia las colonias americanas, se encontraba inmovilizado por falta de barcos. El coronel Rafael del Riego, en contacto con los liberales, se dispuso a pronunciarse. La conspiración civil de Istúriz y Mendizábal se fundió con el pronunciamiento militar. Inspirándose en esto, otras tropas, que también debían embarcar, en Ferrol, A Coruña y Vigo se rebelaron. Al cabo de tres meses el poder desistió y la población no se manifestó. El rey se vio obligado a jurar la Constitución que había derogado.

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LOS LIBERALES EN EL PODER. EL TRIENIO LIBERAL. (1820-1823) Con los liberales de nuevo en el poder, volvieron las reformas de la Constitución de 1812, la abolición de la Inquisición y la formación de Ayuntamientos. El rey nombra una Junta Provisional Consultiva a la que se deben las primeras medidas restauradoras. Después, el rey designa un gobierno formado por liberales traídos directamente de prisión. Se convocan unas nuevas Cortes. Se restablece, además, la ley de imprenta, lo que dio lugar a la aparición de libros y periódicos, formándose una opinión pública en los núcleos urbanos. El nuevo gobierno estaba formado por aquellos que habían promulgado la Constitución, entre ellos Agustín Argüelles. Empezó a llamárselos moderados o doceañistas, para distinguirlos de la otra facción liberal más activa y revolucionaria, los exaltados. Los moderados consideraban necesario un nuevo orden político y social que ofreciera estabilidad para la propiedad privada, la libertad y la construcción del Estado. En las nuevas Cortes, convocadas por el gobierno liberal, no hubo oposición del Antiguo Régimen. Completaron la obra de Cádiz con una legislación que permitiese el funcionamiento del mercado. Además de apoyar el libre comercio y la propiedad privada, abolieron el régimen señorial y los gravámenes de origen feudal; exigieron a los nobles presentar títulos de propiedad de sus tierras. Con la ley de reforma del clero regular se decretó el cierre de los monasterios y conventos y la desamortización de sus propiedades. Se trataba de reducir la deuda pública y minimizar el poder de la Iglesia. Aunque, aparentemente, no había oposición del lado absolutista, el Rey estaba esperando el momento adecuado para una nueva restauración, provocando una primera crisis de gobierno en 1821: un nuevo gobierno de moderados, encabezado por Eduardo Bardají, destituyó a Riego como capitán general, decisión que encontró fuerte resistencia por toda España. La facción liberal exaltada luchaba por el poder, lo que se agudizó en 1822 cuando Martínez de la Rosa llegó al gobierno. Los exaltados se hacían fuertes en ejército y en las sociedades secretas. Cuando el gobierno pretendió limitar las libertades, cerrando las sociedades secretas y restringiendo la libertad de prensa, se encontró con la fuerte resistencia de los exaltados. Con el regreso del rey a Madrid se produjo un enfrentamiento, una parte del pueblo lo recibía con vítores al absolutismo y otra parte con vivas a la Constitución. El rey mandó tomar la ciudad, pero la Guardia Real sucumbió a la milicia. De todos modos, el rey empujó la revolución al extremo, con la división entre ambas facciones del liberalismo y los moderados inutilizados para el gobierno, sólo quedaba esperar las disensiones entre exaltados. Los Cien Mil Hijos de San Luis, ejército enviado por Francia por encargo de la Santa Alianza, no encontraron resistencia, más bien apoyo. Los exaltados arrastraron a Fernando VII a Cádiz, pero fue liberado y repuesto en sus antiguos poderes.

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ABSOLUTISMO OTRA VEZ. LA DÉCADA OMINOSA. 1823 – 1833 Fernando VII comenzó su reinado con implacable represión a aquellos que habían participado de algún modo con los gobiernos liberales. De la Junta Provisional de Gobierno de España e Indias, presidida por Francisco de Eguia el 6 de abril de 1823, se pasó a una regencia presidida por el duque del Infantado y la creación de un consejo de ministros a los que Fernando VII entregó las siguientes bases: Creación de policías, disolución del ejército y creación de uno nuevo, limpiar las instituciones de liberales, destruir las sociedades secretas y no reconocer los empréstitos de la época constitucional. La represión fue brutal, se condenó a muerte a todos los diputados, el ejército fue depurado, los líderes militares del liberalismo ejecutados, entre ellos Riego y Juan Martín. El exilio alcanzó proporciones masivas, privando a España de sus mejores cabezas. Durante el trienio liberal la actividad política y la vida cultural habían florecido: aparecieron periódicos, sociedades, universidades, ateneos... Las medidas represivas se encargaron de erradicarlos. Aunque no fue restaurada la Inquisición, los obispos montaron las Juntas de Fe para velar por la moral. La situación de la Hacienda obligó a poner un límite en la restauración. Las colonias americanas habían ganado su independencia y se cortaba el suministro de recursos americanos. La recaudación de impuestos no era suficiente y había que recurrir a empréstitos, lo que obligaba a reconocer los del trienio liberal. Diego López Ballesteros se puso al frente de la Hacienda e introdujo unos principios de racionalidad administrativa, una vía intermedia entre liberales y realistas. Se adoptaron algunas medidas como la institucionalización del Consejo de Ministros, la reforma de la Hacienda, la creación del Banco de San Fernando y la aprobación de un Código de Comercio y una Ley de enjuiciamiento Mercantil. Se mejoraron las comunicaciones y se creó el Ministerio de Fomento. Eran las bases de un Estado Moderno por la administración. División de absolutistas: reformistas y reaccionarios. La dirección del gobierno estaba en manos de los reformistas, que contaban con el apoyo de la burguesía, los grandes propietarios y banqueros. Hostiles a estos eran los reaccionarios, apoyados por la Iglesia y el campesinado del País Vasco a Valencia. Disponían de una fuerza de choque con más de 100.000 hombres, los Voluntarios Realistas. En Cataluña estalló una guerra con la insurrección de los campesinos agraviados o malcontents apoyados por la Iglesia. Los liberales seguían divididos. Los exaltados empeñados en acometer insurrecciones militares, querían proclamar la vigencia de la Constitución con un pronunciamiento. Las insurrecciones fracasaban y terminaban en ejecuciones como la de Mariana Pineda o el desembarco de Torrijos en Fuengirola. El camino de vuelta del régimen constitucional pasaba por una alianza con el sector reformista del absolutismo. Se enfrentaban dos principios de organización del Estado: un absolutismo reformado que acabaría en régimen constitucional empujado por los liberales, contra el regreso del absolutismo represor, poniendo en el trono a Carlos, hermano de Fernando VII. Pero otro aparece en escena en 1830, nace Isabel, hija de Fernando y su cuarta esposa, María Cristina. En 1832 se deroga la Ley Sálica con la Pragmática Sanción para permitir a Isabel ser reina. Los absolutistas que quería ver a Carlos en el trono declaran la guerra, tras la muerte del rey en 1833. 5

REVOLUCIÓN Y GUERRA CIVIL (1833-1843) Comienza la regencia de María Cristina, ya que Isabel era sólo una niña. Se decreta una amnistía y los liberales pueden volver a España. Los apostólicos que deseaban ver a Carlos en el trono, se posicionaron contra los liberales retornados que apoyaban a la regente. María Cristina colocó a Cea Bermúdez al frente del gobierno y a Javier de Burgos como Ministro de Fomento. Este realizó la división territorial en 49 provincias. Después nombró presidente a Martínez de la Rosa, un doceañista exiliado en Inglaterra, clausurando así el absolutismo. La Hacienda estaba en bancarrota y el pueblo en armas apoyaba a don Carlos. De la Rosa intentó aquello de la libertad con orden tan ansiado por los moderados. Para ello ideó un Estatuto Real para convocar Cortes Generales en 1834, alejándose de la Constitución de 1812. Estas Cortes estaban formadas por dos cámaras, una de Próceres y otra de Procuradores, elegidas por sufragio censitario muy estricto. Quedaba fuera la clase media, que buscó representación en sociedades secretas y ateneos. Por otro lado, el campesinado comenzó a atacar a la Iglesia: asesinatos religiosos, quema de iglesias y conventos... (debido al apoyo que éste le daba al carlismo). La guerra estaba declarada. Carlos aseguraba sus territorios, disponía de un ejército y reconocimiento de varios estados europeos. Ambos bandos vivían para la guerra y necesitaban empréstitos de Europa. Mientras la población sufría durante la guerra y las duras represalias posteriores. Ninguno de los ejércitos tenía capacidad para ganar la guerra, ni era tan débil como para ser derrotado. Sufre un duro revés el ejército Cristino ante el bando carlista (con Zumalacárregui al frente). El gobierno pierde el respeto del pueblo y como consecuencia cae Martínez de la Rosa y sube otro moderado, el conde de Toreno. La insatisfacción entre los progresistas, aumenta y los movimientos insurreccionales se extienden por diversas ciudades. En 1835 Mendizábal se encarga de formar gobierno con el firme objetivo de terminar la guerra. Para ello necesitaba recursos con los que aumentar el ejército sin recurrir a más créditos ni subir los impuestos. Para ello lleva a cabo una desamortización: disolución de conventos y venta de sus bienes. Con la guerra Carlista muchos conventos habían sido asaltados. El Conde de Toreno había suprimido los institutos monacales y la compañía de Jesús. Muchos conventos y monasterios estaban abandonados y eran refugio de población marginal. El 19 de febrero de 1836 se promulga la desamortización de Mendizábal. Se declaran en venta todos los bienes de las instituciones religiosas extinguidas. Los compradores pueden hacer efectivo el importe en dinero o en títulos de deuda interior. Esta política intenta amortizar lo antes posible la deuda. Mendizábal se apoya en la nueva burguesía y en las clases populares de las ciudades prometiéndoles la posibilidad de mejorar su condición y la consolidación del trono y la ley. Pese a todo tampoco restaura la Constitución de 1812. En 1835 Mendizábal convoca elecciones municipales y en 1836 de diputados a Cortes. En este momento se consolidan los partidos: -

Por un lado, los exaltados, ahora progresistas. Se caracterizan por su política democratizadora, defienden la extensión del sufragio y las elecciones a Ay...


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