Resumen Rolf Reichardt, La Revolución francesa La sangre de la libertad PDF

Title Resumen Rolf Reichardt, La Revolución francesa La sangre de la libertad
Author Valentina Propato
Course Historia general
Institution Universidad Nacional de San Martín Argentina
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Materia: Historia General Cátedra: Maria Jose Valdez Carrera: Lic. Relaciones Internacionales Escuela: Política y Gobierno Año de cursada: 2020 Nombre: Valentina Propato

RESUMEN: Rolf Reichardt, La Revolución francesa: La sangre de la libertad. (Las respuestas del Trabajo Práctico encuadradas por capítulo)

LA REVOLUCIÓN FRANCESA COMO PROCESO POLÍTICO (1789-1799) La revolución francesa fue un proceso democrático coherente de emancipación y politización, que fue radicalizando paso a paso a las multitudes sublevadas en una serie de jornadas de lucha revolucionaria. Se entenderán que los impulsos principales del proceso revolucionario son más las jornadas protagonizadas por el pueblo que los acontecimientos relacionados con las constituciones. Consiste, por una parte, en la movilización democrática del pueblo llano y, por otra, en la constante competición pública de las fuerzas dirigentes y las agrupaciones políticas en torno a la posición clave simbólica del verdadero portavoz popular de la nación: en cada ocasión conseguía el poder el grupo que con mayor eficacia desenmascarar a sus oponentes como “traidores del pueblo” y se presentaba a si mismo, del modo más convincente, como agente fiduciario del pueblo.

Intentos de reforma de finales del absolutismo y la pre revolución, entre junio de 1787 y mayo de 1789. En la década de 1770 la situación se caracteriza por un crecimiento mantenido de la población, unos puestos de actividad económica cada vez más escasos, una crisis de la industria textil, un aumento de los precios con estancamiento de los salarios y, por último, un endeudamiento creciente del Estado y un constante conflicto político interno entre la corona y las aspiraciones de representación popular de los tribunales superiores (parlements). En 1778, se hace un esfuerzo por liberar al estado absolutista de su crisis de sistema. Sin quererlo, el propio Estados del Antiguo Régimen (Ancien régime) atiza el debate político que lo pone claramente en tela de juicio y moviliza a los nuevos dirigentes, que posteriormente lo suprimirán. En especial las asambleas provinciales, y sus órganos subordinados, que en 1787 se establecen en las dos terceras partes del reino, cuya misión consistía en endulzar el aumento de impuestos, pero que en cierto modo constituyen un ensayo de la revolución constitucional de 1789: duplican la representación del tercer estado, aconsejan conjuntamente sin separación estamental, reúnen “lista de agravios” de las comunas en una encuesta y rinden públicamente cuenta de su labor en tomos impresos donde recogen sus actas. Entre los portavoces del antiabsolutismo se cuenta el marques de La Fayette, que al no conseguir estos intentos de reforma, detener el crecimiento del déficit ni la pérdida de prestigio del estado (emprendidos sin entusiasmo y sin que Luis XVI ponga verdadero interés en ellos), el primer ministro Lomenie de Brienne anunció en junio de 1788, la

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convocatoria de los Estados Generales y la libertad para que se discuta públicamente su forma y sus objetivos (desde 1614 no se habían vuelto a convocar Etat généraux ) . La creciente inundación de folletos reformistas y panfletos políticos tiene ahora su verdadera crecida. En una “lucha estamental” publicista, los p  ortavoces de los privilegiados (los prelados y la nobleza de espada y de toga) invocan las “libertades” y los privilegios históricos acumulados; mientras por otro lado están los patriotas, son los portavoces de los carentes de privilegios, que argumentan basándose en el derecho natural y oponen a la idea corporativa de la sociedad que mantienen los tradicionalistas, el concepto definido por el pueblo de “Nación soberana” animada por una sola voluntad común. La discusión de la reforma política interna cobra intensidad al producirse las elecciones a los Estados Generales en los primeros meses de 1789, para ese entonces la tarea de las aprox 60 mil asambleas de electores de todo el país consiste en recoger las quejas en las listas de agravios: documentos de una amplia “encuesta popular” que señalan los motivos de descontento campesino con el feudalismo, las peticiones burguesas de igualdad de derechos y las tendencias liberales entre la nobleza, pero que no contienen en conjunto concepto alguno de cambio de sistema político. Los diputados elegidos, solo se los invita a un sumiso asesoramiento del rey en una situación de emergencia de estado. Dado que el reglamento electoral de enero de 1789 concede el voto a casi todos los francese varones, a partir de 25 años, que paguen impuestos y tengan domicilio fijo, se prepara una amplia movilización política de ciudadanos comprometidos. El sistema electoral del Tercer Estado se basa en elegir tres veces a sus electores antes que estos puedan elegir de entre si a los diputados que envían a los Estados Generales: primero a nivel local, luego a nivel de distrito y, por último, a nivel de bailliage. El resultado son unos diputados del Tercer estado pertenecientes a élites (abogados, notarios etc). 2 Mayo 1789: Los Estados Generales se convocan en el palacio de Versalles. Les Communes ( diputados del Tercer Estado) se niegan a dar su consejo sobre el aumento de impuestos antes de que se les conceden más derechos. Estos exigen la deliberación en común de los tres estamento y el voto por cabeza. El 12 de Junio los representantes del Clero empiezan a pasarse al Tercer Estado. “El Ancien Régime atiza el debate político y moviliza a los nuevos dirigentes: La decisión de Luis XVI de convocar a los Estados Generales en 1789, que habían sido convocados por última vez en 1614 (¡ciento setenta y cinco años atrás!), implicó echar mano de una institución del Antiguo Régimen pero en una sociedad francesa ya notoriamente transformada. Es por esto que la convocatoria a los Estados Generales, en lugar de funcionar como un medio de reforzamiento de la legitimidad real, operó como un instrumento de politización general de la población francesa. Las opciones A y B son correctas, porque la movilización política porque se vio alimentada por el proceso de elección de los representantes de cada uno de los tres estados.”

De la Revolución constitucional a la Revolución popular, en Junio y Julio de 1789. El 17 de Junio de 1789, la asamble de Estados Generales tomó el nombre de Asamble Nacional autoproclamada. Constituidos en Asamblea Nacional, los Communes se atribuyen el derecho de articular también por si solos su “voluntad común”: proclaman que los diputados presentes pueden iniciar sin tardanza la común labor de la renovación nacional y concluirla sin interrupción. En estas circunstancias, el nombre de Asamblea Nacional le conviene, pues solamente sus miembros están acreditados y son reconocidos públicamente como legítimos representantes; casi han recibido directamente el mandato de prácticamente 2

toda la nación, y dado que su representación es una e indivisible, ningún diputado tiene el derecho de ejercer su función representativa aparte de esta asamblea. Frente a esto Luis XVI, mandó a cerrar la sala y prohibió la entrada a los representantes del Tercer Estado. En consecuencia la Asamblea Nacional encontró otra sala y se reunió en el pabellón del juego de pelota. El 20 de Junio los diputados juraron no separarse antes de haber dado una constitución al país. El 23, el rey ordenó su disolución y, uno de los diputados respondió “estamos aquí por la voluntad del pueblo y solo saldremos por la fuerza de las bayonetas”. El 27 de Junio, el rey cedió e invitó a la nobleza y al clero a que se unieran a la nueva asamblea. El 9 de julio de 1789, la asamblea adoptó el nombre de Asamblea Constituyente (monarquía parlamentaria). Esta se aviene a una revolución constitucional, que colocara al rey como representante tradicional del bien común, y pondrá junto a él a un segundo soberano (parlamento). Esta revolución de los juristas, es una revolución moderada, elitista, y lo es en un doble sentido: por parte del rey, quien puede seguir reinando en una monarquía constitucional con un poder limitado; y por otra, el pueblo en general, que no está representado directamente ni de acuerdo con sus intereses concretos, sino una elite de diputados independientes. Se dio la propuesta de llamarse “representantes del pueblo francés”, pero la mayoría optó por la autodenominación de Asamblea Nacional. Cuatro semanas después, el pueblo de París entra en la escena de la Revolución: 3mil trabajadores armados de palos habían quemado un muñeco de paja que representaba a Reveillon. La represión de la corona contra esto fue dura, pero a pesar de esto, no volvió la calma a París. Los rumores de que Luis XVI prepara un golpe de Estado aumentan. El 11 de Julio, el partido de la corte consigue que Luis XVI destituya al popular primer ministro Necker, quien había impuesto la duplicación del número de diputados del Tercer Estado. Para la población en general esto significa el comienzo del golpe del golpe de Estado. Su primera reacción es la protesta del 12 de julio, el pueblo toma la bastilla llevando un busto de Necker en señal de luto, pero una unidad de caballería al mando del príncipe disuelve la manifestación. La segunda reacción del pueblo son rebeliones durante las noches del 12 y 13 de julio. La tercera reacción consiste en la búsqueda febril de armas para prepararse contra el temido ataque del ejército: los ciudadanos comunes saquean los establecimientos de los fabricantes de fusiles. El 13 de julio, el Tercer Estado forma inmediatamente una milicia ciudadana de 13mil hombres (Garde nationale ) , este proceso en el que el pueblo se arma a si mismo no puede contenerse. Mientras que las tropas reales se retiran, en la mañana del 14 de julio 7mil sublevados procedentes de las clases sub burguesas penetran en el cuartel de los Inválidos en el Campo de Marte, se arman de fusiles y cañones, y prosiguen al grito de “A la Bastille”, la prisión estatal del suburbio de Saint-Antoine, donde suponen que hay depósitos de pólvora. Los asaltantes celebran su conquista y se dirigen triunfalmente, con los presos liberados, hacia el ayuntamiento, en la plaza de Greve. Le cortan la cabeza al gobernador de la bastilla, Launay, y al presidente del gremio de comerciantes de París, sospechosos de traición al pueblo. Estas las pinchan en picas y se las lleva por las calles como sangrientos trofeos, quedando expuestas por varios días. El pueblo creó una nueva conciencia de su fortaleza y creo el tipo de héroe popular revolucionario juvenil. Ya no son los príncipes los que andan los ejércitos, sino los guerreros plebeyos. La toma de la Bastilla fue un símbolo de la caída del despotismo. Se ponen de moda los panfletos revolucionarios, por otra parte, todos los testimonios encontrados en la fortaleza que se consideran apropiados para confirmar la imagen terrible del despotismo bastillano: desde reales órdenes de detención y documentos policiales, pasando por las narraciones de los presos y las inscripciones murales, hasta las revelaciones relativas a instrumentos de tortura y al “hombre de la máscara de hierro” (ideas obsesivas colectivas se superponen a 3

los hechos). Crean una figura imaginaria del “comte de Lorges, venerable anciano enterrado en vida en la Bastilla durante 32 años, que por fin consigue la libertad el 14 de julio gritando “en qué consistió mi delito”. La necesidad de demoler la Bastilla es la tarea de hacer desaparecer el odiado “monumento a la tiranía”. En el verano de 1789, se impusieron tres fuerzas principales: como poder tradicional, la monarquía dinástica, a la que el gobierno seguía estando subordinado, pero que tenía un poder limitado; la Asamblea Nacional, portadora de la revolución constitucional moderada; y los burgueses y los pequeños burgueses de París, portadores de la revolución popular de la ciudad, de carácter más radical. El juego de fuerzas se complicaba aún más debido a los campesinos sublevados que, en julio de 1789, asustaron al gobierno y al parlamento con el pánico masivo del Grande Peur y con un primer asalto a los palacios de los señores feudales. Las consecuencias de la toma de la Bastilla: Como señala Reichardt, la importancia del asalto a la prisión real de la Bastilla tuvo un efecto ante todo simbólico (sólo fueron liberados siete presos), que no sólo significó un ataque directo a una institución real sino que también puso de manifiesto la reticencia del Ejército real a reprimir a la población parisina. Asimismo, llevó a que la asamblea de electores de París se constituye a sí misma como "comuna" y asumiera el gobierno de dicha ciudad.

La asamblea Nacional Constituyente, entre los campesinos sublevados y las mujeres que protestan (de agosto a octubre de 1789). A principios de agosto de 1789, la Asamble Nacional declara abolido el orden feudal en su totalidad. Aun cuando las leyes de procedimiento concretas establecen en los días sucesivos la justicia gratuita e igual para todos, y el acceso de todos a todos los cargos limitan considerablemente el principio constitucional de abolición del feudalismo, ya que solo suprimen sin compensación los privilegios personales, pero establecen para los derechos de exacción basados en la tierra, la solución transaccional. Sin embargo Luis XVI no da su aprobación ni a la declaración de derechos del hombre ni a los decretos de agosto, y hace que se desplace a Versalles el regimiento de Flandes de Douai, compuesto por mil hombre. Cuando, el 1 de octubre, la guardia real recibe a este regimiento con un banquete, estos pisotean las escarapelas nacionales al aparecer la familia real y se colocan escarapelas blancas en signo de fidelidad monárquica, los oradores del Palacio Real barruntan un nuevo intento de golpe de estado. El pueblo de París se levanta de nuevo para vengar la profanación del símbolo revolucionario, para sustraer a Luis XVI de la influencia nociva de la Corte y para llevar la abundancia a la ciudad con el Rey, el “patrono” tradicional. Por otro lado, dado que en la economía doméstica de ese entonces las mujeres eran principalmente las encargadas del abastecimiento del pan, y cuando había disturbios motivados por medios de subsistencia, las mujeres eran quienes desempeñaban un papel principal. Estas participan en las jornadas de octubre: 7mil mujeres se manifiestan delante del ayuntamiento contra la escasez del pan, forman una marcha de 20 km sobre Versalles encabezadas por el vencedor de la Bastilla, armadas. Llegadas a Versalles, una selección de mujeres penetra en la Asamblea Nacional durante la sesión, con el fin de asegurarse el apoyo del presidente en funciones, Mounier. Consiguen la promesa del rey de abastecer a parís de pan, y que de aprobación a los acuerdos de 4 de agosto. A la mañana siguiente, unas sublevadas matan a dos guardias y cuelgan sus cabezas, por lo que la familia real se muda a parís. En consecuencia Luis XVI, obligado a mostrar exteriormente lealtad a las Constituyente, ahora 4

está en su palacio de París, más expuesto que antes, y expuesto de modo más inmediato, a la presión de la calle. Por otro lado, la constituyente el 12 de octubre se traslada desde Versalles a la sala de las Tullerías. Sin embargo se encuentra sometida a la presión de los sublevados, por lo que Mounier abandona su mandato en señal de protesta y los diputados acuerdan el 21 de octubre, establece la Ley Marcial: las fuerzas del orden pueden abrir fuego contra las reuniones populares que no se disuelvan al recibir la orden de hacerlo. Además, establece un tribunal especial, Comité de recherches, p  ara la persecución de los hechos delictivos del 5 y 6 de octubre. A pesar de que no llega a producirse ninguna sentencia, aumentan los comentarios públicos sobre las crecientes tensiones entre la revolución constitucional y popular. “La negativa del Rey a aprobar la declaración de derechos del hombre y del ciudadano y la abolición de privilegios: El traslado de Luis XVI y de toda la familia real, desde el palacio de Versalles hasta la ciudad de París, no sólo sometió a la Corona a la creciente presión de una movilizada población parisina. También implicó que la propia Asamblea Nacional dejará de funcionar en Versalles, para pasar a hacerlo en el escenario parisino, mucho más expuesta a las presiones de la movilización callejera.”

“La Nation, La Loi, Le Roi”: La fase de noviembre de 1789 a septiembre de 1791. Los diputados de la Constituyente establecen que, debido al endeudamiento del Estado, los bienes de la Iglesia pasen a ser bienes de la Nación (2 de noviembre-17 de diciembre de 1789) para evitar la bancarrota, y cubren son su subasta los assignats , el nuevo papel moneda recién creado. Este suceso da origen paulatinamente a una “lucha cultural” que destruye la inicial alianza entre Revolución y Religión. Por otra parte, los diputados desarrollan un programa legislativo bajo el signo de la libertad y la igualdad politico-juridicas. Esto parece hallar un amplio consenso, el Rey y los diputados, la Guardia Nacional, los mandatarios de nueva elección y el pueblo de París pronuncian (en el primer aniversario de la toma de la Bastilla) el juramento de la hermandad nacional. Pero en el fondo se está acumulando nuevo material político explosivo. de manera paralela a la labor legislativa de la Constituyente, los activistas de la revolución popular urbana comienzan a formar clubes políticos y a organizarse en ellos. Así los Cordeliers fundan el contramodelo de democracia de base denominado Société des amis des droits de l'homme et du citoyen ( S  ociedad de Amigos de los Derechos Humanos y del Ciudadano). E  ste club está abierto a todos los ciudadanos, incluidas mujeres, y recauda solamente una mínima cuota mensual. Aquí van perfilándose periodistas cercanos al pueblo, como Camille Desmoulins, Jean-paul Marat y Danton, como portavoces del pueblo. Este modelo tiene tanto éxito que en los barrios de París se forman en poco tiempo sociétés populaires o societies fraternelles , y en mayo de 1790 se créa un “Comité central des  stas comentan con espíritu crítico todos los signos de aristocracia sociétés patriotiques”. E en la administración comunal y en la Constituyente, y comienzan a llevar las correspondientes peticiones al respecto ante la constituyente. La formulación escrita y la acción directa van a la par en este movimiento popular. El 28 de febrero de 1791 se produce un encontronazo con las fuerzas del orden, cuando 3mil activistas confluyen en Vincennes y se disponen a derribar la torre de la prisión (habían rumores de que esta sería la nueva Bastilla), en consecuencia, por orden de la administración municipal de París, la Guardia Nacional, interviene y detiene a algunos activistas. Debido a estos movimientos populares, Luis XVI despierta sospechas de intento 5

de huida, tras querer festejar las pascuas en su castillo de Saint-Cloud, pero las masas populares le impiden emprender el viaje el 18 de abril de 1791. El 20 de junio, la familia real huyó en dirección a la frontera del Reino. Como justificación, Luis deja tras de sí un manifiesto en el que enumera los menoscabos infligidos a la majestad del Rey. Junto a su impotencia en las cuestiones constitucionales, la merma incesante de su influencia sobre el ejército y el gobierno, y el desorden general, Luis declara especialmente insoportables la publicística revolucionaria y las sociétés populaires. El intento de fuga del rey, que fracasa en Varennes proporciona un nuevo empuje a la Revolución. Mientras que la Constituyente se apresura a revocar la decisión adoptada de relevar al Rey de sus funciones, con el fin de mantener el pie su decisión fundamental en favor de una monarquía constitucional, en la oposición extraparlamentaria se forma en el curso de pocas semanas un movimiento republicano: “Mis conciudadanos, la Asamblea Nacional no necesita seguir deliberando. La huida del Antiguo Rey, la detención de este canalla, el complot que ha fraguado con los demás tirano, todos estos acontecimientos nos han abierto los ojos: en el curso de dos semanas nos hemos hecho dos siglos más viejos. En 1789 éramos esclavos, en 1790 nos consideramos libres y, a fines de junio de 1791, lo somos. Legisladores, ustedes han otorgado a Luis XVI un poder excesivo. Pero existía la ley y le prestamos obedienci...


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