Resumen TSC II PDF

Title Resumen TSC II
Author Elvio Benitez
Course Trabajo Social Comunitario 2 (TSC 2)
Institution Universidad Nacional de Avellaneda
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Summary

Resumen TSC II: Unidad 2TEXTO 1: Las transformaciones del estado y las políticas sociales (crítica lamenemismo, neoliberalismo, la década de los 90):El texto es a partir de un estudio de Ozlak (2000). Se presentan las características del proceso de transformación del estado:Cambios en la dimensión d...


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Resumen TSC II: Unidad 2 TEXTO 1: Las transformaciones del estado y las políticas sociales (crítica la menemismo, neoliberalismo, la década de los 90): El texto es a partir de un estudio de Ozlak (2000). Se presentan las características del proceso de transformación del estado: Cambios en la dimensión del empleo público y de la presencia el Estado nacional en el territorio: La administración Pública nacional (APN) redujo su tamaño a un 30%, limitándose al personal impositivo, de aduanas, fuerzas armadas e institutos de promoción agropecuaria. Se observa un drástico traspaso del empleo público hacia los niveles subnacionales. Y también cambios en las funciones y en la relación entre el estado Nacional y subnacionales (provincias, municipios). Las políticas de descentralización adoptadas durante esta década dieron fuerte impulso a un proceso que se había desarrollado de manera incipiente durante la dictadura militar: la transferencia total de servicios de salud y educación primero, seguidos por la descentralización parcial de servicios de acción social, vialidad y otros. Hubo una reducción del aparato estatal nacional. Oszlak observa altos grados de ineficiencia en el funcionamiento de los gobiernos subnacionales que tuvieron que asumir nuevas responsabilidades sin haber adquirido las capacidades de gestión requeridas. Se genera una fuerte dependencia de provincias y municipios respecto de los fondos transferidos por la Nación. Cambios en el perfil de la dotación del Estado nacional y en la incorporación de personal: Transferencia de la educación y salud a las provincias y la privatización de empresas públicas, desaparecen los grandes aparatos burocráticos. Es decir un Estado nacional orientado fundamentalmente a funciones coercitivas y políticas en contraste con las sociales y económicas que lo caracterizaron con anterioridad. Respecto a la contratación de personal, crece el empleo de personal mediante contratos de trabajo suscriptos en el marco de proyectos financiados por agencias multilaterales. Muchos servicios de apoyo fueron tercerizados, pasando a ser provistos por el mercado. Cambios en las unidades organizativas: Se observa que un mayor número de unidades pasaron a ocuparse del menos número de gestiones que permanecieron en manos del Estado. Reducción del perfil social y económico-empresarial del aparato estatal, a la vez que se produce un crecimiento en las instituciones políticas del estado nacional, especialmente la presidencia y el Ministerio del Interior.

En definitiva: Durante la década del 90 el estado nacional se contrajo, al desembarazarse de su aparato productivo (vía privatización), de sus órganos de regulación económica (vía desregulación), de muchas de sus funciones de apoyo (vía tercerización), de fuertes contingentes de personal (vía retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas) y de una porción no despreciable de su capacidad soberana (vía internacionalización). Durante ésta etapa más ¾ partes del gasto nacional se afectaba a servicios de la deuda y transferencias destinadas a atender el déficit del sistema de seguridad social, a las provincias, a subsidios al sector privado, compromisos de inversión del Estado asumidos en los procesos de privatizaciones, financiamiento de universidades nacionales, entre otros. Las políticas sociales de los ’90: Se produjo una reforma en las políticas sociales, con el propósito de imponer una visión de la política social que postula que el objetivo casi excluyente es atender las situaciones de pobreza extrema, lo cual implica el abandono de otros objetivos como la reducción de la incertidumbre, la distribución progresiva de los ingresos y la movilidad social. Hubo cambios en las formas y reglas de distribución del excedente social a partir de la pérdida de vigencia de los principios de solidaridad en los que descasaba la promoción estatal del bienestar en años anteriores. Tres procesos constituyen las transformaciones más sustantivas de las distintas reformas sectoriales de las políticas sociales realizadas durante el período: focalización, la privatización y la descentralización. En síntesis las políticas sociales en éste período se caracterizaron por: a) Redefinición del concepto y las áreas de competencia de los bienes públicos y privados, incorporando a las áreas sociales dentro de la lógica de funcionamiento del mercado. AJP, ART, prestación privada de servicios de salud que posibilitó la desregulación de las obras sociales. b) Fomento de vínculos más estrechos entre aportes y beneficios en los seguros sociales. c) Segmentación de las necesidades y de las demandas, promoviendo la organización de las instituciones con base en intereses particulares y un mayor número de programas asistenciales para dar respuesta a los problemas sociales, destinados un sujeto fragmentado según la condición de: Pobre, ocupado, desocupado. d) Imposición de criterios de gerenciamiento privado y de eficiencia mercantil e la administración gubernamental, para ahorrar gastos y criterios de evaluación costoeficiencia de los resultados de los proyectos y programas.

e) Impulso de normas a favor de los balances económicos para eliminar desequilibrios presupuestarios derivados de problemas financieros con visibles restricciones y atrasos de aplicación del gasto social en los niveles nacionales, provinciales y municipales. f) Tensión entre los objetivos de gobierno y los de las organizaciones de la sociedad civil convocadas a participar en la ejecución, con metas muchas veces divergentes g) Impulso de un mercado heterogéneo en sus modalidades, de proyectos y programas sociales de tipo descentralizados. h) Denuncia meramente declaratoria de la corrupción y el clientelismo político, con variaciones en función de las coyunturas electorales y las tensiones sociales de las distintas áreas geográficas. i) Reducción de la eficacia y la eficiencia de muchas iniciativas sociales, al no poder éstas articularse a la prestación de ciertos servicios privatizados orientados por el lucro y bajo la rigurosa consigna de “voluntad de pago” de los beneficiarios. En consecuencia, se modifican y erosionan las fuentes de financiamiento de las políticas sociales debido a las reducciones de los impuestos sobre la masa salarial que se aplicaron durante los ’90. Bajo el argumento de la necesidad de aliviar los costos laborales de las empresas presionadas por la apertura externa y el retraso de tipo de cambio. Los problemas de financiamiento se agravaron también con la transferencia de gran parte de la recaudación por aportes personales del sistema previsional a las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP).

TEXTO 2 LA PROGRAMCIÓN SOCIAL: Los cambios en las políticas sociales: Las políticas públicas se constituyen como el conjunto de objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para solucionar los problemas en un momento dado los ciudadanos y el propio gobierno consideran prioritarios. El proceso por el cual algunos problemas son colocados en la agencia pública, refleja los valores que una sociedad prioriza. A su vez las políticas públicas son un conjunto de acciones y omisiones que ponen de manifiesto una determinada modalidad de intervención del Estado en relación con una cuestión que es de interés de diversos actores de la sociedad civil. En cuanto a la política social, puede ser pensada como un conjunto de acciones públicas y/o privadas relacionadas con la distribución de recursos de todo tipo en una sociedad particular, cuya finalidad es la provisión de bienestar individual y colectivo. La

determinación de los beneficiarios principales y la modalidad del financiamiento constituyen aspectos centrales de la forma de concebirla. Durante la etapa del Estado de bienestar, éste era el principal actor tanto en la formulación como en la ejecución de las políticas sociales. Se caracterizaba por asumir la obligación explícita de proporcionar protección a los ciudadanos que sufren necesidades y riesgos específicos debido a los mecanismos de mercado de la sociedad capitalista, que les impiden mantenerse adecuadamente por sí mismos. Equilibrando la asimétrica elación entre capital y trabajo, acotando el conflicto entre las clases y mediando las luchas y pugna de intereses. La crisis del Estado de Bienestar acentuada en los ’90 implicó la pérdida de roles y recursos por parte del estado en el marco de las políticas neoliberales, ajustes de presupuestos en función de los crecientes déficits fiscales, la duda externa y la reformas del estado. Se retiró de su intervención en lo económico, a favor del libre mercado, reduciendo su papel redistributivo o regulador de las diferencias sociales. Se deslegitimó su papel como proveedor de protección social y principal protagonista de las políticas sociales. Cambios en los estilos de planificación: La planificación puede ser concebida como una de las principales herramientas para introducir racionalidad y previsión en la formulación y gestión de las políticas, es un proceso que se refiere a decisiones relativas al futuro. Durante el Estado de Bienestar era realizada exclusivamente desde áreas del estado, con sus propios recursos, para inducir, controlar y/o restringir la conducta de los actores privados en pos de objetivos y metas de bien común. Esto suponía concepción del planificador como alguien externo, que por sí solo podía identificar y definir la situación, las necesidades y las soluciones, bajo el supuesto de que el Estado disponía de los recursos para implementar las propuestas. Se trataba de una concepción tecnocrática (los técnicos son los que saben definir las necesidades de la población y plantear las soluciones), autoritaria (se basa en la autoridad y el poder coercitivo del estado), centralista (el estado como actor central, sin considerar otros actores locales), y normativa (supone relaciones sociales mecánicas, previsibilidad de los comportamientos de los actores y agentes, excluyendo la incertidumbre) Durante la década del ’70 surgen críticas a ésta concepción, dando lugar los conceptos de la “planificación estratégica”, la cuál reconoce la complejidad de los sistemas

sociales, incorpora el análisis del contexto y valoriza el análisis situacional en función de las diversas racionalidades e interés de los actores en juego. Propone el desarrollo de una visión compartida entre los sujetos que participan en la formulación y ejecución de planes y programas, que permita fundamentar las acciones previendo oposiciones e incertidumbres que seguramente surgirán. Considera también la necesidad de recursos para la viabilidad del plan o programa. La alteridad se concibe al menos de 2 maneras. Una es la perspectiva de la ya mencionada planificación estratégica, que caracteriza a los otros como diferentes que ejercen distintas cuotas de poder en los escenarios específicos. La otra es la perspectiva de la “planificación participativa”, que concibe al otro como un semejante, un ciudadano cuyo saber es complementario, con derechos y responsabilidades para intervenir en la gestión, desde la identificación de los problemas, la determinación de prioridades, la intervención en las actividades y la evaluación. No hay contradicciones entre ambas, sino que c/u pone el acento en diferentes aspectos de la consideración de los otros: la 1ra en los intereses de los actores políticos e institucionales del contexto donde se desarrolla la acción social, y la 2da en los sujetos valorizados como ciudadanos. Distinciones entre algunos conceptos usuales: Plan: Es un documento generalmente producido por los niveles centrales, que plantea objetivos prioritarios y explicita un conjunto de directivas generales en torno a los mismos, las alternativas para alcanzarlos y los medios para obtenerlos. Programa: Un conjunto coordinado y ordenado de propuestas que persiguen los mismos objetivos y tienden a la atención de problemas específicos relacionados con algunos de los aspectos señalados en el plan. Con los cambios del rol de estado. Fue desapareciendo paulatinamente la planificación como proceso destinado a orientar los recursos globales de una sociedad en función de prioridades políticas, es que para el estado neoliberal, el mercado es el mejor asignador de recursos, y por lo tanto pierde sentido que el estado programe para asignar mejor. La herramienta de planificación que sigue vigente es el presupuesto, formulado desde las áreas económicas de los gobiernos. Proyecto: Es un conjunto interrelacionado de actividades para resolver un problema determinado en un espacio territorial y/o poblacional definido. Una intervención planificada con tiempo y recursos acotados. Desde una perspectiva amplia, un proyecto puede entenderse, además, como un instrumento de cambio que se inserta

en procesos preexistentes y en contextos más amplios: constituye un escenario de interacción de diferentes actores sociales con intereses y perspectivas distintas, un espacio de intercambio de información y articulación entre grupos e instituciones donde tienen lugar alianzas y negociaciones, así como resistencias y conflictos frente a los cambios que promueve. Atributos estratégicos de la intervención social: Son la integralidad del enfoque adoptado, el carácter participativo y asociativo que propone para la gestión, así como la sustentabilidad de las acciones que prevé. Por carácter integral se entiende la inclusión de enfoques amplios de la problemática social, lejos de los abordajes específicos que consideran los problemas en forma parcializada o fragmentada. Los programas o proyectos deben prever acciones orientadas a los diferentes factores vinculados con los problemas identificados. Otra forma de entender la integralidad de los proyectos sociales es la inclusión de acciones de promoción, prevención y asistencia, aunque sean diferentes los énfasis. Por carácter participativo entendemos las formas y metodologías de gestión que procuran incluir protagónicamente a los diversos actores, especialmente a los beneficiarios, en diferentes etapas, abarcando además su intervención en la toma de decisiones en los diferentes momentos de la gestión de los proyectos. Por carácter asociativo hacemos referencia a la articulación para el logro de fines comunes, entre áreas de los gobiernos locales, instituciones sectoriales, organizaciones de la sociedad civil, que se localicen en el territorio de actuación de cada proyecto. La gestión asociada favorece el desarrollo de capital social, implica la conformación de escenarios de planificación y gestión mixtos, intersectoriales, interdisciplinarios y pluripartidarios donde se trata de construir una cultura de lo público, lo político y lo social, más democrática y transparente. La sustentabilidad, se refiere a la posibilidad de arraigo y continuidad que tienen los proyectos, más allá del período de apoyo subsidiado. Se trata de un concepto multidimensional, con un significado socio-comunitario, un significado político y un significado económico. Es un resultado a alcanzar como producto de la eficacia de las líneas de acción desplegadas: las articulaciones institucionales, la consolidación de formas organizativas, el impacto de la capacitación y la comunicación social en las creencias, concepciones y prácticas de los recursos humanos y de la población beneficiaria, de la instalación de la temática en la agenda política o pública en el espacio local y la diversificación de las fuentes de financiamiento, entre las más importantes. En los proyectos ejecutados por organismos públicos la sustentabilidad

tiene una clara connotación política en términos del grado de adhesión e involucramiento de las autoridades gubernamentales con el proyecto. La programación cómo proceso: La programación es un proceso por el cual se prevén y determinan los pasos necesarios, las acciones a desplegar y los diversos recursos requeridos para modificar una situación actual que se presenta como problemática o provoca disconformidades, de modo de poder arribar a una situación deseable en el futuro. La secuencia lógica de ese proceso comienza por la identificación de los problemas en la situación inicial y por imaginar cómo debería plantearse una situación mejor en el futuro. Es necesario que quienes programen, tengan un conocimiento de los factores incluidos en la cadena causal y que estén al día con el avance del conocimiento en las disciplinas relacionadas con la temática. Herramientas existentes: Una se vincula al punto de partida de todo el programa: el diagnostico de la situación inicial. Por un lado permite caracterizar y brindar la magnitud y relevancia del problema que se procura resolver en la localización a la cuál se hace referencia. También permite conocer los recursos disponibles para afrontar el problema en ese territorio. Hay que poner en claro los propósitos y objetivos de nuestra acción, ya que a partir de ello podrán detallarse las actividades concretas que tenderán a su cumplimiento y los recursos de todo tipo que se requerirán para llevarlos a cabo: estructuras físicas, equipos, planteles de recursos humanos, insumos y materiales, dinero y tiempo.. La programación operativa (para períodos acotados), alude a un mayor grado de detalle en la formulación de las actividades y los recursos y al hecho de que así se facilita la acción. Sus principales insumos son la formulación inicial, los registros, los informes de avance y las evaluaciones del período previo. La construcción de la vialidad: es un aspecto crucial de la programación para que las propuestas no resulten una mera expresión de deseos irrealizables. Tiene varias aristas, en primera instancia la vialidad política, términos de la constelación de fuerzas que apoyen la propuesta, la cuál verá muy dificultada su concreción si no se realizan esfuerzos por construir una red de alianzas y apoyos con los actores significativos. Vialidad social: en términos de no encontrar resistencia en las creencias, actitudes, costumbres y expectativas de los grupos de población que de un modo u otro

intervendrán en el desarrollo de los respectivos proyectos. Ello se logra promoviendo su participación en todas las etapas posibles. Vialidad técnica: estará basada por un lado en la pertinencia y coherencia de la propuesta, es decir, en la correcta identificación y explicación del problema y la Asunción de líneas de acción acordes con dicha explicación, y por otro, en la idoneidad de los profesionales y técnicos responsables de llevar adelante las actividades, así como las organizaciones pertinentes. Será también de importancia crucial la disponibilidad, oportuna inclusión y adecuación de aquellos recursos críticos requeridos para llevar adelante las acciones. Por último la vialidad de financiación: período de apoyo financiero, que será un indicador importante del éxito o fracaso de la gestión. Tiene mucho que ver la previsión que se haga para ir delegando la mayor parte de los procesos en manos de actores locales en los últimos tramos de la gestión. Texto Vallone, Miguel Gabriel: Problemas sociales argentinos: los nuevos desafíos de la imaginación sociológica Las herramientas para la identificación de los problemas sociales o el síndrome de bugs bunny: Nos encontramos frente al desafío de poder identificar los problemas sociales con herramientas específicas más cercanas a la intervención, que a las formas asépticas del conocimiento de los hechos sociales. Tres cuestiones nos llevan a pensar en este punto: A) La necesidad de un esquema que recoja las reflexiones planteadas sobre la especificidad de la cuestión social en América latina B) Las formas de conocimiento propias del trabajo social atravesado por la intervención directa sobre el problema C) El agotamiento de los esquemas para entender la pobreza urbana generadas a partir de la década del 80, en parte por el agotamiento del paradigma trabajista Ante estos desafíos el investigador social se encuentra como el conejo Bugs Bunny, saliendo de su cueva y haciendo grandes preguntas, apenas munido con una zanahoria en la mano, es decir interpelando a la cuestión social sin poseer las herramientas necesarias para dar respuestas a esas preguntas....


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