Ritos de paso y rituales de iniciación PDF

Title Ritos de paso y rituales de iniciación
Course Antropología De La Religión
Institution Universidad Complutense de Madrid
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Apuntes de simbólica...


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“Ritos de paso y rituales de iniciación” Por Aurea Benitez León

Finalizada la lectura del texto de Turner sobre la “selva de los símbolos” y del interesante libro de La Fontaine, “Drama ritual y conocimiento secreto”, se hace necesario exponer aquellos aspectos que más nos han llamado la atención, No creo necesario seguir el orden propuesto en las publicaciones. Basta con un acercamiento meditado a los conceptos fundamentales y una exposición de ejemplos, que no por conocidos o inmediatos dejan de tener importancia. Lo primero que destaca es la movilidad. Somos animales sociales y dentro de esta adscripción a una sociedad cualquiera, nos movemos de un estadio a otro. Pasamos de fase a medida que crecemos, nos movemos y cambiamos no solo de aspecto físico, de niño a hombre, de niña a mujer, sino que lo hacemos acompañados de todo un bagaje social, de costumbres que enmarcan esos cambios y dan paso a nuevos estados, a nuevas definiciones personales en cuanto a miembros de un grupo humano. Desde el nacimiento hasta la muerte, parece que el discurrir de la vida esta marcada por unos hitos que marcan esta transición. El paso de una fase a otra lo marcan los llamados ritos de transición o mas propiamente, como lo indica Van Gennep, “ritos de paso”. Esto es importante, y es un concepto fundamental que se da en tres pasos: separación del grupo al que se ha pertenecido, estado liminar y paso por agregación a un nuevo grupo. La separación marca el inicio del cambio. Se empieza a mover y a transformar la posición del individuo dentro de la estructura social. Se prepara para el traslado de una posición a otra, y para pasar a ser alguien diferente, con un nuevo status social, miembro de un nuevo grupo. El estado liminar tiene mayor importancia puesto que marca la frontera entre el antes y el después, entre lo que era y lo que va a ser. Es en la liminaridad, como lo indica Turner en donde se produce la transformación que nos ocupa. La persona, se encuentra indefinida, está en una situación ambigua y lejos de sus contactos sociales habituales. En la liminaridad, los individuos viven fuera del tiempo, preparando su integración en una nueva colectividad, aprendiendo lo que significa pertenecer a ésta. Son conscientes de su ambigüedad, pues viven en la frontera que separa ambos estados, en una especie de limbo que los separa de su estructura social habitual. Este cuerpo social al que se quiere pertenecer puede percibirlo como algo extraño hasta el momento de su integración plena. Así pues, te mueves dentro de una colectividad, de una “comunitas” e individualmente deseas pertenecer a ella, te sientes solidario, próximo y ambicionando ser igual a ellos. La comunidad, que esta viva y cambiante puede generar, dentro de un espacio de reflexión, nuevas ideas y costumbres a los que se deberá adaptar el candidato. El tercer paso seria el de la plena integración una vez superada la etapa liminar y haber pasado por el rito o los ritos de paso que han potenciado e impulsado el cambio e iniciado al neófito. Tras la agregación se adquieren nuevos derechos y obligaciones a los que ajustarse.

La transición por los ritos de paso es pues motivo y motor de los cambios. Un rito no es mas que un conjunto de reglas establecidas, un ceremonial si cabe, unas normas que quieren regular el comportamiento a seguir y prescriben cómo cuando y donde debe de darse, y las formas protocolarias que acompañan. Y estos ritos por supuesto son también diversos, los hay de “inversión” (adopción de otro papel, como en carnaval), de “confirmación” (para afirmar la pertenencia al grupo), “expiatorios” (purificar las transgresiones al grupo), “propiciatorios” (volver a la normalidad tras una amenaza), y sobre todo “de paso”, que son los que nos ocupan y como ya se ha dicho, acompañan al individuo en sus cambios. La importancia de estos ritos la expresa Douglas cuando dice que: “tienen la función de exaltar la trascendencia del todo sobre las partes”. Y según Turner, “mediante los ritos, los grupos se ajustan a sus cambios internos y se adaptan a su medio ambiente”. Y en el seno de esos ritos se produce la iniciación a un nuevo estado, en el que se han adquirido conocimientos, que permitirán a los ya iniciados reconocerlo como un igual. De no superar este proceso iniciático, el aspirante podría convertirse en un marginado social. Existen ritos de paso en todas las civilizaciones. Podemos observarlos en multitud de ámbitos. Entre los salvajes que han sido objeto de estudios etnológicos, no sorprende el hecho de que el niño muere simbólicamente y renace en un nuevo individuo, ya adulto y tras haber pasado en el proceso por pruebas físicas y mentales de una gran crueldad. Una vez desaparecida la adolescencia, el fin utilitarista es el aprovechamiento inmediato del individuo para fin social. Hay numerosos ejemplos de esto, que parecen competir entre si en dureza. En estas sociedades primitivas, la conversión en hombre o mujer de los niños es diferente. Las niñas no necesitan ritos, ya que se estima que la aparición de la menstruación es lo que marca el cambio. En cambio el niño, ve forzada su integración en la edad adulta mediante pruebas que le inician en su nuevo estado social, y que a menudo incluyen la circuncisión y otros procesos que también tienen derramamiento de sangre. Esto último ha sido interpretado como un remedo de la aparición de la regla en las mujeres y que no existe en el hombre, por lo que se imita. Así en las niñas, la pubertad social y la fisiológica coinciden plenamente, pero en los niños no es así, no hay indicativos claros de madurez, y pagan este hecho pasando por los ritos que se ejecutan individualmente. En la obra de La Fontaine, hay un capitulo “Macho y hembra”, de gran interés, en el que aparecen detalladas las ceremonias de iniciación a la madurez en diferentes culturas primitivas. Pero subraya que son también fortalecimientos dramáticos de la distinción entre los dos sexos que buscan recalcar la separación y la diferencia entre éstos. Estos papeles diferentes formarían parte de un orden complejo en el que la dialéctica, la lucha de contrarios, la oposición entre lo masculino y lo femenino se complementarían y reforzarían mutuamente.

El primero de los ritos de paso es naturalmente el nacimiento, del que esta claro que no somos conscientes, pero que lleva incluido su celebración, su rito, que asegura la descendencia y da la bienvenida a un nuevo miembro de la sociedad. El aspecto socioreligioso lo daría el rito de paso por una ceremonia religiosa como la del bautismo. Aquí ha habido una fase de separación (del útero materno), y la celebración religiosa, que en el caso del cristianismo marcaría el principio de su integración y el paso de pagano a converso. Desde este primer rito, hasta el final, que es el de la muerte, pasamos por diversas fases que serían las más comunes. Ya hemos hablado del paso del niño a adulto, que pasaba por pruebas difíciles con el objetivo de fortalecerlo y que pudiera afrontar el desafío de la vida con garantía. En nuestra sociedad actual, la dureza ha dejado paso a la sobreprotección, por la que los padres ven con temor los primeros indicios de paso, las salidas en solitario, carne de conducir, viajes de estudios. Son los indicios de separación del grupo familiar para su integración social. Su iniciación como adultos nos llena de prevención e inquietud, para que en esa fase liminar, que sabemos inevitable lleguen a buen fin. Otra fase común, es la de la boda, en la que vemos diferentes pasos. Esta claro que hay una fase de separación del grupo familiar y en ocasiones del ambiente geográfico y emocional. Es un cambio muy fuerte, que lleva aparejado una celebración, un rito que busca la generación de descendencia y la complementariedad con el otro sexo. Supone para el grupo social la continuación de la especie y la perpetuación de su futuro, y es un cambio importante de costumbres en las que se incluye el abandono de la libertad sexual (despedidas de soltero), y el vacío en la estructura familiar de procedencia que deberá reacomodarse. Siguiendo la natural cronología, lo siguiente sería la jubilación, rito de paso común en el que el individuo se va preparando durante su vida laboral para la segregación y alcanza a ésta cuando le corresponde en función de su edad y situación económica. El resultado final dependerá de cómo haya preparado su paso, pero no solo en su situación económica, sino anímica. Si no lo ha hecho bien y ha llenado su vida de nuevas ocupaciones, intereses y proyectos, su fase liminar de adaptación al cambio, durará hasta la muerte. Y si a eso llegamos, hasta en este caso también existen ritos mortuorios, enterramientos, iconografía fúnebre y celebraciones de días de difuntos con ofrendas florales a los fallecidos. Podemos poner muchos ejemplos de ritos de paso que suponen la iniciación a otro estado social. Entre los judíos, el Bar Mitzvah es el que marca el paso a la edad adulta, el inicio , la obtención de derechos de adulto que entre otras cosas le permite rezar y participar en las ceremonias de la sinagoga. También podríamos aportar el hecho de que para pertenecer a una sociedad secreta, hay que pasar por un ritual y llegar a un conocimiento iniciático accesible solo a los integrantes del grupo, por lo que masones, rosacruces, rotarios, templarios, illuminati, Opus dei llegan a una diferenciación peculiar y a una integración de sus miembros en un proyecto y objetivo propios. A otro nivel de menos seriedad, en ambientes universitarios, sobre todo en las universidades estadounidenses, las ceremonias de acceso a las hermandades con nombres de letras griegas (Phi Beta Kappa, ipsilon omega…) llevan aparejados todo un ceremonial, Este paso, para poder integrarse a un grupo incluye pruebas de humillación publica, de gran sadismo. En España son conocidas las novatadas en los

colegios mayores, consideradas como pruebas de acceso de los neófitos a veteranos. Si no hay sometimiento, el rebelde verá como el resto de compañeros le dan la espalda. En la sociedad moderna, el fenómeno social de los Quintos es uno de los ritos de paso mas conocidos. Estaba considerado que a través de la prestación del servicio militar, se producía una transformación que incluía el traslado a un espacio físico diferente, y era en el cuartel, en donde mediante la disciplina militar y el espíritu castrense, el niño se transformaba en adulto. Y esto que comenzaba con una selección previa para ir a filas (segregación), celebrada mediante fiestas populares de quintos en los lugares de procedencia, pasaba por un periodo de instrucción (fase liminar) que convertía al individuo en un hombre diferente que había servido a la patria y estaba capacitado para servirla (agregación). Felizmente, el servicio militar en nuestro país ya ha desaparecido como obligatorio. Queda por supuesto la posibilidad de continuar participando como profesional, pero ya no te obliga la ley sino que es algo voluntario. Personalmente, creo que vivimos en una sociedad que está cuajada de estos ritos de paso. Los hay de todos los tipos y de mayor o menor importancia, pero estan omnipresentes. Creo que lo que más me molesta es la presencia de la religión, que esta en los bautismos, comuniones, bodas y hasta entierros. Nos guiamos por un calendario de origen cristiano, que dirige nuestras vidas y decide cuales son las fiestas en las que no vamos a trabajar y que descansaremos durante la semana el Domingo (dia del señor) y no el Jueves o el Miércoles. Pese a todo, es esperanzador que aparezcan dentro del laicismo, nuevos actos sociales despojados del barniz religioso, como el del Bautismo civil o más propiamente “Acto de Bienvenida a la Comunidad”. El matrimonio civil, ya presente en nuestra legislación e inclusive hasta el matrimonio homosexual, todos ellos condenados por la critica de la conferencia episcopal, lo que nos lleva a pensar en que tienen aun mayor interés para todos. La guinda la pone sin duda, el hecho de las comuniones civiles, por lo que el paso por el ceremonial religioso, hasta ahora obligado por las implicaciones de regalos, fiesta y aceptación social se obtiene igualmente, pero sin la bendición eclesial. Creo que no necesito ninguno de estos ritos de paso, por los que ha transcurrido inevitablemente mi vida hasta ahora. Desde mi posición actual adulta, y siendo capaz de pensar por mi misma, creo que son banales, pero no puedo impedir su existencia y en aras de la tolerancia, debo permitir que para aquellos que si lo consideren importante, sigan pasando por ellos. Quizá con el paso del tiempo y las transformaciones que se producen dentro de cada sociedad, la existencia de estos hitos y su interés social vaya perdiendo interés y/o se transforme en algo más aprovechable y útil....


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