Soneto Xxiii Garcilaso de la Vega PDF

Title Soneto Xxiii Garcilaso de la Vega
Author Raquel Alvarez Arias
Course Lengua y Literatura
Institution Universidad de Oviedo
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GRADO EN MAESTRO EN LENGUA Y LITERATURA LENGUA Y LITERATURA Tarea II Semana del 23 al 29 de marzo de 2020 Raquel Álvarez Arias 1ºC Comentario de texto del «Soneto XXIII» de Garcilaso de la Vega

I. Análisis del texto 1. Resumen.

Este poema tiene como temas fundamentales, la belleza fugaz y el goce de los placeres. Garcilaso de la Vega se dirige a una muchacha joven, a quien le aconseja que aproveche el tiempo, pues la juventud es finita y acaba marchitándose. Le advierte de que viva y disfrute muy intensamente de esa alegre etapa de la vida, antes de que el implacable paso del tiempo y su capacidad destructora, le lleve a la vejez. 2. Estructura.

El «Soneto XXIII» de Garcilaso de la Vega, sigue un esquema métrico clásico, y propio de este tipo de composiciones, es decir, catorce versos endecasílabos de rima consonante. Dos cuartetos (ABBA ABBA) y dos tercetos encadenados al final (CDE DCE). Podemos diferenciar fácilmente dos partes, la primera; compuesta por los dos cuartetos, en la que se describe a la joven a la que va dedicado este poema. La segunda; formada por los dos tercetos encadenados, hace referencia a la fugacidad del tiempo e insiste en la brevedad de la vida, y la importancia de disfrutar del momento.

II. Comentario crítico del texto 3. Contextualización.

Este soneto es uno de los más conocidos y populares del toledano Garcilaso de la Vega, quien nació en 1501, y murió antes de cumplir las cuatro décadas. Se trata de

una obra de poesía lírica amorosa, género en el que Garcilaso, por influencia petrarquista, adoptó el soneto. Aunque el introductor de la lírica renacentista de influencia italiana fue el Marqués de Santillana, no es sino Garcilaso, junto a Juan Boscán, quien logra asentarlo y adaptarlo al castellano, así pues, fue el máximo exponente de este movimiento poético en nuestro país. En Garcilaso de la Vega podemos ver la encarnación del perfecto hombre renacentista, “hombre de armas y letras”. Como ya fue mencionado anteriormente, es una obra renacentista del Siglo de Oro, así pues pueden verse reflejadas en ella muchos rasgos de este movimiento. En primer lugar los tópicos literarios, especialmente “Carpe Diem”, que insta al aprovechamiento y disfrute del tiempo y el momento, y “Collige, virgo y rosas”, que viene a decir lo mismo que el anterior, pero más concretamente en la etapa de la juventud. Estos dos abundan mucho en los autores renacentistas, dado que refleja en un sentido no místico o religioso, la existencia llena de vitalismo, aspectos fundamentales en esta nueva forma de concebir la vida. Además de los dos anteriores, también cuenta con el tópico “Tempus Fugit”, caracterizado por la fugacidad del tiempo o “Descriptio Puellae”, al describir la belleza de la joven doncella. Otros rasgos renacentistas, aparte de los tópicos literarios, son las figuras retóricas propias de este tiempo, entre las que destacan metáforas, tales como “oro” por “cabello”, “primavera” por “juventud”, “nieve” por “canas”, “cumbre” por “cabeza” o “viento helado” por “tiempo”. Abundan también los epítetos como “clara luz”, “alegre primavera” o “dulce fruto”, y aparece algún que otro encabalgamiento, por ejemplo “…que en la vena / del oro se escogió…” Otros aspectos lingüísticos reseñables de este poema son la rica adjetivación, tanto positiva “mirar ardiente”, como negativa “tiempo airado”, y la amplia variedad de tiempos verbales; utiliza el presente para el tono descriptivo de los dos cuartetos, imperativo en el primer terceto, y futuro para el segundo, buscando expresar el inexorable paso del tiempo.

4. Juicio crítico.

Uno de los enigmas de este soneto de Garcilaso, es que no podemos atribuirle una fecha concreta, pues de hacerlo, no lo sería con certeza. Lo que sí es cierto es que parece que podría incluirse en la primera de sus épocas, debido a que contiene elementos propios de ese momento. Este es un mal común a muchas obras de la época, a causa de que la mayoría, a pesar de que la imprenta ya había sido inventada, eran manuscritos, y los copistas podían añadir modificaciones de cosecha propia. Es cierto que el amor es un tema muy garcilasiano que vertebra la mayoría de sus composiciones, y este caso no es distinto. Es a su musa, Isabel Freire, a quien le escribe este bello soneto, en el que queda ampliamente reflejado que por causa de su ser, vive sumido en una tristeza de la que sólo encontrará descanso, con el eterno sueño que le proporcionará la muerte. Su estado de ánimo, es de profunda pesadumbre e insatisfacción. La carga autobiográfica de este poema, y en consecuencia, el yo histórico de Garcilaso es muy fuerte, ya que como venimos repitiendo, su amor Isabel Freire, es quien lo vertebra. Es por esto, que a la luz de Antonio Prieto, Garcilaso hace un intento de formar un cancionero, siguiendo la estela del que Petrarca hizo a Laura. Sin embargo, a su juicio, esto no pudo llegar a florecer a causa de la temprana muerte de Garcilaso. Cual símil de la lírica amorosa de la Antigua Grecia, y de clásicos como Platón, el poeta toledano, relata que los ojos de su amada le prenden el alma, un hecho que aunque carece totalmente de racionalidad, atestigua que le sucede cada vez que la mira. Si analizamos el tiempo en que situamos a este soneto vemos que cabría encajarlo en la época dorada del Siglo de Oro, que comprende dos siglos y dos movimientos culturales, el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo XVII. Esta obra pertenece al primero de ellos, y puede contrastarse fácilmente con la época y el movimiento posterior. La poesía, y en general la literatura, de estas dos épocas mantienen grandes diferencias, aunque sin embargo, tienen aspectos en común. Para ver esto reflejado, vamos a servirnos de la obra de Francisco de Quevedo “Represéntase la brevedad de lo

que se vive y cuán nada parece lo que se vivió”, como representación del periodo barroco. El yo poético es muy diferente en ambos, el hombre renacentista, como Garcilaso, concibe la vida como una etapa en la que hay que disfrutar antes de que llegue la muerte, como hemos visto en su soneto y utiliza multitud de recursos literarios y estilísticos para así representarlo. Sin embargo, para el hombre barroco como Quevedo, la vida se convierte en pesimismo y desengaño; el hombre ve el mundo como un conjunto de falsas ilusiones que acaba con la muerte. A pesar de estas diferencias, el paso el tiempo puede verse como un marco común, y una preocupación que habita a ambos. Los tópicos literarios renacentistas también son utilizados en el Barroco por ejemplo, en el poema de Quevedo aparecen algunos como tempus fugit, o ubi sunt, pero la intención es completamente diferente, en el Barroco tienen un tono más negativo y pesimista que reflejan, en buena medida, la perdida de fe en el hombre y la pérdida de los valores del mundo que ellos habían conocido.

III. Materiales y aparato crítico

Comentario del soneto XIII de Garcilaso de la Vega. (2020). Retrieved 29 March 2020, from https://lclcarmen1bac.wordpress.com/2020/01/16/comentario-del-sonetoxiii-de-garcilaso-de-la-vega/ Garcilaso de la VEGA, Obra poética, ed. de Bienvenido Morros, Madrid, Crítica, 1995, págs. IX-XXI, págs. 49-50. Jesús MENÉNDEZ PELÁEZ, «Cap. I: Introducción a la literatura del Renacimiento» y «Cap. III: La poesía en el siglo XVI» en Jesús Menéndez Peláez (coord.), Historia de la Literatura Española, I, Edad Media, Madrid, Everest, 1993, págs. 39-59, 155-178...


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