Tema 1 Introducción PDF

Title Tema 1 Introducción
Course Historia Moderna y Contemporánea
Institution UNED
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Resumen de el tema 1...


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Los rasgos distintivos de la modernidad: Se trata de un periodo de límites más o menos dilatados, si bien también aquí existen divergencias, como muestran, por ejemplo, respecto al termino final , las distintas tradiciones historiográficas inglesa , francesa , alemana o italiana. Desde el punto de vista del pensamiento y la cultura, tal periodo se distingue del Medievo por un hecho tan decisivo como fue la aparición de la imprenta a mediados del siglo XV. El renacimiento y el humanismo serían las primeras manifestaciones culturales de una época en que la mente humana iba a ir alcanzando progresivos desarrollos que habrían de llevarla a la crítica de lo heredado , a la Revolución científica y , finalmente a la Ilustración, base ideológica del mundo contemporáneo. Por lo que a la economía se refiere, la edad moderna aparece marcada por el lento pero progresivo desarrollo del capitalismo, cuyos orígenes más remotos pueden rastrearse hasta los siglos XII y XIII. Vinculada al capitalismo va a ir desarrollándose una nueva figura social, el burgués, poseedor de una mentalidad nueva y artífice principal de la expansión capitalista los cuales junto a campesinos y trabajadores de la ciudad formarán los distintos frentes de oposición que terminaran arrumbando la sociedad de las desigualdades legales. Desde un punto de vista político, el periodo se caracteriza por la progresiva imposición de poderes centralizados y soberanos (habitualmente monárquicos) en los diversos reinos y territorios. Los teóricos del absolutismo justificarán doctrinalmente tal predominio que , sin embargo, no se hará efectivo en la misma medida en todos los territorios europeos. La emergencia de poderes soberanos y centralizados es un vasto fenómeno que lleva consigo toda una serie de transformaciones características, tales como el desarrollo de la burocracia, el monopolio del poder militar por parte del rey , el enorme crecimiento de las finanzas de él dependientes(hoy llamada Hacienda pública), la aparición y generalización de la diplomacia. Lentamente , tales relaciones irán ajustándose en el marco de una serie de normas que darán origen al Derecho internacional. En el ámbito religioso, la Edad Moderna aparece marcada por la ruptura de la unidad cristiana con Lutero y la Reforma. Son bastantes los aspectos que nos permiten distinguir la época moderna de la Edad Media. Sin embargo es mucho más lo que permanece que lo que cambia: Las estructuras y relaciones sociales y de poder de los siglos anteriores apenas sufrieron modificación, pese al desarrollo del capitalismo, la mayor parte de la población europea continuó inmersa en una economía de subsistencia, de escaso radio de acción, en la que la moneda y los intercambios mercantiles mucho menor de la que nosotros hemos conocido. El mundo contemporáneo, en sus aspectos sociales y económicos , continúa fuertemente ligado a la época precedente hasta avanzado el siglo XIX y en algunos países, como es el caso de España, incluso en el XX. Tal concepción de la E.M es en sí misma europeo céntrica, y ello no se debe a ningún menosprecio hacia otros ámbitos o civilizaciones, sino al hecho de que los procesos que hemos considerado característicos de dicho periodo se dieron únicamente en el seno de la cristiandad occidental, y fueron trasplantados a América con mayor o menor precisión. Durante la E.M los espacios no europeos fueron, en buena parte, territorio para la expansión económica, militar, política y cultural de Occidente. Periodización: El problema de la periodización no afecta solamente al conjunto de la Edad Moderna en cuanto a sus límites con la Edad Media o la Contemporánea , sino que se extiende también al propio espacio cronológico de la modernidad. Ciertamente, toda división en el seno de la historia es por fuerza artificiosa y convencional , el establecimiento de etapas o fases es algo necesario, imprescindible incluso , por su utilidad para la explicación del discurso histórico que necesita puntos de referencia flexibles. La mayor parte de la historiografía modernista divide la Edad Moderna en tres grandes periodos coincidentes con los siglos XVI, XVII y XVIII, que procede de la historia de la cultura (Renacimiento , Barroco e Ilustración); Se trata de una parcelación

excesivamente cómoda y un tanto artificial; que no solo es la más extendida , sino que, con las precisiones oportunas, se ajusta bastante bien a la realidad. -La primera etapa abarca el periodo entre mediados del siglo XV y las últimas décadas del siglo XVI, dándose en la segunda mitad del cuatrocientos una serie de procesos característicos de los nuevos tiempos, tales como el inicio de la recuperación demográfica y económica, el, auge del renacimiento, la fase decisiva de los descubrimientos geográficos... La fase final de este largo siglo se caracteriza por la disminución del ritmo, e incluso, en algunos casos, la detención del crecimiento demográfico, acompañada en el terreno económico por las primeras muestras de agotamiento de la tendencia expansiva. Desde un punto de vista religioso, se inicia una etapa, de aproximadamente un siglo de duración , caracterizada por los enfrentamientos entre las diferentes ortodoxias que darán lugar a una serie de guerras religiosas. En el ámbito de la cultura Europa se encamina lentamente hacia nuevas manifestaciones , que cuajarán definitivamente en la cultura barroca. En política y relaciones internacionales , se iniciaran en las últimas décadas del siglo un periodo de conflictos generalizados, cuya característica fundamental será el enfrentamiento entre las nuevas potencias atlánticas y nórdicas y los Habsburgo de Madrid y Viena. -La segunda etapa de la Edad moderna se extiende entre 1570/1580 y 1660/1680 y se caracteriza por las dificultades demográficas y económicas. El centro de gravedad de la economía europea se desplaza hacia el Atlántico noroccidental. Desde el punto de vista religioso se radicalizan los enfrentamientos, la crisis económica provoca una mayor rigidez social y un incremento de la presión de los señores y poderosos frente a los sectores populares que causan un sinnúmero de tensiones y rebeliones interiores que agudizan la crisis en el terrero social y político, en lo que a cultura se refiere el tímido espíritu crítico del Renacimiento deja paso a una auténtica revolución en las ciencias de la naturaleza poniendo las bases de los conocimientos fisicomatemáticos y de la ciencia moderna hasta el siglo XX. En las últimas décadas del siglo se contempla la llamada crisis de la conciencia europea, base , junto al racionalismo y la nueva ciencia del pensamiento crítico que cuajará en la Ilustración. -La tercera etapa abarca desde las últimas etapas del siglo XVII( o primeras del XVIII en la política internacional) hasta el inicio de las crisis revolucionarias y que se caracteriza en un primer momento por una fase de lenta e indecisa recuperación demográfica y económica(en algunos continua el estancamiento)tras la cual , llega una época de clara expansión con la que se inicia en Inglaterra la Revolución Industrial; En el ámbito de la política se consolidan dos modelos , El absolutista y la Monarquía parlamentaria inglesa cuya manifestación más interesante será el absolutismo ilustrado. La Ilustración aporta así las bases ideológicas para la liquidación del orden vigente, haciendo que no sea extraño que el periodo concluya con el inicio de los procesos revolucionarios, resultado del choque de las nuevas ideas y de las clases sociales emergentes contra las viejas estructuras sociales y políticas. Alta y Baja Edad Moderna: Una de las varias periodizaciones internas de la E.M es la que distingue dos grandes fases, denominadas respectivamente Alta y Baja Edad Moderna. En la E.M -Cuyo límite inicial no es compartido por las diversas tradiciones historiográficas y a la que se aplican otras divisiones internas, como, por ejemplo, la que distingue en su seno la historia del Mundo Actual-existen claras diferencias entre el materialismo y el nacionalismo decimonónicos y el siglo XX , caracterizado por movimientos totalitarios como el comunismo o los fascismos, las grandes guerras mundiales , las democracias y otra serie de elementos. ¿Tiene sentido la división entre una Alta y una Baja Edad Moderna? Sin duda la mayor o menor cercanía al mundo anterior o posterior puede esgrimirse también en este caso; Podríamos separar ambos periodos por el triunfo de un sistema en el que el Parlamento logró poner freno al avance del absolutismo(Británico). Otras rupturas importantes fueron la Revolución científica, la superación de las guerras de religión, el tímido inicio del espíritu crítico y la descristianización , o los comienzos del Derecho internacional. El hecho de que tales cambios se dieran

esencialmente en el siglo XVII nos permitiría trazar dentro de él la línea divisoria entre ambos periodos. En conclusión , la distinción de dos grandes fases dentro de la E.M cuenta con argumentos a favor , pero también en contra. Al cabo, tal vez la principal razón que la justifica es de carácter práctico, por la necesidad de adaptar la materia que la compone a los planes de estudio universitarios. Cambios y permanencias en la Historia: La expresión hecho histórico, que aplicamos habitualmente a buen número de acontecimientos, es la mejor prueba de hasta qué punto entendemos por tal lo que se sale de lo ordinario o habitual. Si Griegos o Romanos recogían en sus Anales los hechos o personajes notables, nuestros periódicos de finales de diciembre hacen una relación detallada de los principales acontecimientos y protagonistas del año a punto de concluir. La Historia , tradicionalmente, ha estado muy ligada a dicha visión pero, por fortuna, la gran renovación epistemológica y metodológica experimentada por ella en el siglo XX , que puso los cimientos de su consideración científica , ha cambiado las cosas; Todos los hechos del pasado - y no solo los importantes- son hechos históricos, de la misma forma que son personajes históricos todas las personas - y no solo los personajes destacados-.Importa mucho , por poner un ejemplo, conoce las aportaciones al pensamiento de un personaje como Erasmo de Rotterdam, pero también saber la forma en que entendían la religión los innumerables cristianos incultos de aquellos años en que se extendía la Reforma. Así concebida , la Historia no se limita a los cambios, novedades y hechos destacados, sino que tiene en cuenta también las largas permanencias, el universo estable en el que vivieron los europeos durante milenios. A partir de la revolución industrial el mundo que hemos vivido se ha caracterizado por el notable predominio de la ciudad sobre el campo , los progresos de la ciencia y la técnica, el crecimiento incontrolado de la población mundial , la revolución de los transportes y comunicaciones , la difusión de los medios de comunicación de masas , el constitucionalismo y la igualdad teórica de todos ante la ley(mundo occidental). La E.M se sitúa en la fase final de ese periodo milenario en el que muchas cosas permanecieron básicamente iguales. La demografía y la economía dependían enormemente de las circunstancias naturales. La economía, que afectaba a la gran mayoría de la población , no era muy distinta de la del mundo medieval o el antiguo. La tierra, que era el principal medio de producción , se cultivaba con técnicas similares y ofrecía una productividad escasa.La manufactura(no puede hablarse propiamente de industria) y el comercio se orientaban esencialmente a la satisfacción de las necesidades básicas, y la precisión de ocuparse de la propia subsistencia obligaba a las comunidades humanas de un pequeño espacio geográfico a producir cuanto necesitaban. Las sociedades , como en el mundo antiguo, seguían organizadas sobre la base de la desigualdad de sus diversos individuos y grupos ante la ley.Los territorios políticos eran esencialmente un patrimonio de sus príncipes, que habian heredado de sus mayores y transmitían a sus descendientes. La educación y la cultura afectaban a capas reducidas de la población, mientras que el analfabetismo alcanzaba altísimas proporciones. La religión lo invadía todo , en un mundo fuertemente sacralizado, y la superstición y la mentalidad mágica servían para llenar las carencias de comprensión de una realidad básicamente ininteligible, cuando no hostil. Una existencia sacralizada: Somos hijos de la Ilustración , la descristianización o laicización de la existencia y la valoración del hombre , el mundo y la naturaleza que se iniciaron con ella. Pero en los siglos anteriores las cosas eran muy diferentes. En las mentalidades colectivas , la vida era vista como la antesala de una vida futura, un valle, casi siempre de lágrimas, en el que solía pasarse poco tiempo y en el que el objetivo esencial era conseguir la salvación, vivir para salvarse. Por sacralización de la existencia entendemos precisamente eso : la subordinación de la vida terrena a la considerada como eterna, la inexistencia de barreras entre lo natural y lo sobrenatural y la aceptación de una escala de valores en consonancia con ello. Toda Europa vivía inmersa en una cultura fuertemente sacralizada. Desde el siglo VI había comenzado a generalizarse el uso de la , iniciada en el año del nacimiento de Jesucristo. En 1582 el papa Gregorio XIII estableció una ligera corrección en el cálculo de los años bisiestos, dando origen al calendario todavía en vigor. Pero tales disposiciones del papa no fueron aceptadas más que por el mundo católico, lo que creó durante bastantes años un desajuste entre su calendario y el de los países protestantes, que acabarían aceptándolo como lo hizo Gran Bretaña en 1752.Todas las festividades del calendario eran de carácter religioso y las fiestas eran tantas en el mundo católico que, a mediados del siglo XVIII y para evitar que los jornaleros dejasen de trabajar y percibir su salario en tantas ocasiones, el papa Benedicto XIV comenzó un proceso de reducción que los ilustrados trataron de continuar. El santo del día servía para fechar las cartas, al tiempo que los contratos civiles y mercantiles, las escrituras de censo, etc., introducían plazos cuyo término hacía referencia a diversas festividades de la Virgen o los santos, en los días festivos(católicos), la diversión se basaba en sermones, procesiones y otras manifestaciones de dicho carácter, En las festividades(Protestantes) religiosas eran menores, el caso de Inglaterra es significativo: las fiestas religiosas eran solo tres pero los trabajadores londinenses descansaban los ocho días al año en que había ahorcamientos públicos y una tradición fuertemente arraigada permitía a los trabajadores ingleses alargar al lunes la festividad del domingo. Tanto la existencia humana como la vida diaria estaban pautadas por lo religioso. Desde el nacimiento a la muerte , la Iglesia, a través de los sacramentos o de las prácticas piadosas, la que regulaba los diversos momentos y circunstancias: la entrada en la comunidad , los diferentes ritos de paso, la despedida y el entierro, además naturalmente , de la práctica sacramental ordinaria(penitencia, eucaristía). Las disposiciones tridentinas establecieron un riguroso control de los fieles, que tenía su correlato en diversas Iglesias protestantes. Lo esencial no era solo el llevar razón de ellos, sino vigilar que cumplieran con las prácticas religiosas y , en ocasiones, reconvenirlos cuando no lo hacían. El ritmo de la vida diaria no se medía, como en la actualidad, por los relojes, sino por las campanas de las iglesias con sus múltiples y diversos toques, que anunciaban también cualquier acontecimiento. El año litúrgico, con sus diversos ritos y celebraciones, marcaba también en las iglesias el ritmo estacional, al tiempo que el arte de fachadas, retablos, esculturas, pinturas, tapices, orfebrería y otros elementos servía como ilustración de las predicaciones y enseñanzas de los sacerdotes, especialmente cuando hablaban a la gran mayoría iletrada de la población. La religiosidad popular: Habría que distinguir cultura y mentalidades y señalar la existencia de viersas culturas , que pueden simplificarse en dos básicas: la de las masas iletradas y la de las elites formadas, con mayor capacidad crítica y amplio acceso a la cultura escrita. Ambas culturas se plasmaban en mentalidades colectivas distintas, como lo eran también las religiosidades o modos de entender, vivir y practicar la religión. Existían diferencias entre unas zonas u otras , pero los rasgos generales eran básicamente los mismos, sin que la pertenencia al mundo católico o al reformado influyera demasiado. La brevedad de la vida, el carácter transitorio de la existencia y el objetivo esencial de la misma, centrado en la salvación, llevaban a una valoración de la muerte muy distinta a la de los tiempos actuales. La muerte de un niño se veía más como la consecución de un valedor más de la familia en el otro mundo. Lo importante era que estuviese bautizado, es decir, que se salvase. En Centroeuropa existían santuarios a los que los padres llevaban a sus neonatos muertos, pues creían que en ellos se realizaba el milagro de que resucitaran un instante, el preciso para recibir el bautismo. Toda la existencia y la actividad humana se dotaban de protecciones y seguridades, destinadas a evitar cualquier resquicio en la consecución del objetivo de la salvación eterna. La primera de ellas era el nombre, que suponía la elección de un protector y a la vez un ejemplo a imitar(santos del nuevo testamento). Pero había otras muchas protecciones: las de los santos patronos de ciudades, oficios y corporaciones diversas, los de cada una de las cofradías, los titulares de las diversas iglesias , los santos de cada día...

La obsesión por las protecciones respondía a los miedos, pues la omnipresencia de lo divino llevaba aparejada la de las fuerzas del Mal . Las imágenes de los condenados y los terribles e interminables tormentos a que eran sometidos no solo abundan en bajorrelieves y pinturas, sino que eran convenientemente ilustradas en los sermones y en el confesonario. La muerte era el momento decisivo y la preparación para bien morir fue un tema frecuente en libros de amplia difusión acompañados habitualmente de iconografía y pertenecientes al género del Ars moriendi. El espacio geográfico estaba también lleno de referencias religiosas, desde las cruces y las ermitas a las iglesias locales y al nombre de las calles, ante la necesidad de cristianizar todo el entorno vital de las gentes, en las ciudades era muy frecuente la presencia de iglesias y conventos, con las amplias huertas y espacios de estos a los que la justicia ordinaria no tenía acceso. Las referencias religiosas invadían también el espacio privado de las gentes , en el que abundaban las cruces, imágenes, estampas, hasta los propios objetos de uso personal. La fuerte creencia en las fuerzas del maligno llevaba también a protegerse por medio de invocaciones y aspersión de agua bendita, así como la identificación de individuos poseídos por Satanás(Todos los sacerdotes tenían la condición de exorcistas). El campesino inculto , sometido a la dependencia del clima y los fenómenos naturales, tendía a ver en las desgracias que afectaban a las cosechas la influencia perversa del demonio, cuando no la ira divina, todo lo cual habría de provocar en el siglo XVIII la indignación de los ilustrados, los cuales clamaron también contra la creencia en las brujas y las frecuentes quemas de las pobres desgraciadas acusadas de tratos con Satanás. En la época en que la medicina y la cirugía tenían una capacidad muy limitada para curar, no es de extrañar que una sociedad que apenas establecía diferencias entre lo natural y lo sobrenatural recurriera también a los santos en busca de la salud; Especial valor para la mediación celestial tenía la posesión de reliquias, que se convirtió en algunos casos en obsesión, las más valoradas eran las relacionadas con la cruz de Cristo, la corona de espinas , la Virgen o los Reyes Magos. Prácticas religiosas de las minorías cultas: La religiosidad popular estaba cuajada de prácticas externas, teñidas de superstición y enraizadas a veces en creencias paganas anteriores al cristianismo. Reliquias, peregrinaciones, invocaciones, objetos domésticos y personales, mediaciones, creencia en un mundo fuertemente invadido por lo sobrenatural y preñado de milagrería eran algunas de la...


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