TEMA 12. Especial Referencia AL Terrorismo Yihadista DEF PDF

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TEMA 12 ESPECIAL REFERENCIA AL TERRORISMO YIHADISTA El terrorismo yihadista Con referencia a sus orígenes, Gabriel Ben-Tasgal, experto en yihadismo y consejero al máximo nivel de varios países, entre ellos España, ha indicado que el terrorismo islámico surge como respuesta a la ocupación ideológica que Occidente lleva a cabo en los países árabes después de la I Guerra Mundial. El sustrato ideológico del yihadismo lo constituye el islamismo radical. Según Gustavo de Arístegui, diplomático y experto en el mundo árabe, "islamismo radical" es el único término válido para referirnos a la ideología totalitaria que con excusa de la religión musulmana alimenta el terrorismo. Se trata de una ideología violenta, totalitaria y opresiva, que persigue, con la excusa de la religión, el poder político absoluto y adoptar la forma de un califato dictatorial y teocrático sólo en apariencia, a cuya cabeza se situaría una clase dominante cuasiclerical. El islamismo radical, además de una interpretación extrema del Islam, es, sobre todo, una peligrosa ideología de odio, violencia y opresión. Es una grave y deliberada manipulación de una de las grandes religiones monoteístas, una distorsión y un disfraz que utilizan los que tratan de someter a los musulmanes. El terrorismo islamista, escudado en la yihad o en la supuesta apostasía, desviacionismo, laxitud o inmoralidad de algunos dirigentes, intenta eliminarlos con vistas a establecer en la comunidad de creyentes (umma) una califato islamista, opresivo, dictatorial que practicará, sin duda, un proselitismo violento y agresivo, en primer lugar contra los propios musulmanes y el verdadero islam, y en segundo lugar, contra cualquier Estado, movimiento o individuo que se interponga en su camino. El odio a Occidente Una de las notas características más importantes del yihadismo es el odio a Occidente. Para los ideólogos islamistas más radicales, son tres las principales ofensas que Occidente ha perpetrado al Islam: - las Cruzadas. - la caída de todo el Medio Oriente y el último imperio musulmán (los otomanos) tras la I Guerra Mundial. 1

- la creación del Estado de Israel. Además de considerar a Occidente el primer y esencial apoyo de los regímenes árabes moderados, según ellos corruptos, los islamistas radicales juzgan a los occidentales arrogantes e irrespetuosos con el islam, los musulmanes y la umma (comunidad de creyentes). Se sienten olvidados y despreciados por Occidente. Es lo que se conoce como teoría del desprecio. Por otra parte tratan de presentar a Occidente como una realidad decadente, de moral laxa o inexistente, degenerada, corrupta y corruptora, en suma, como la encarnación de todos los males. Estas etiquetas son esenciales para que el islamismo pueda justificar su rechazo a Occidente, así como la violencia y virulencia frente a sus militantes y partidarios. Los islamistas no sólo intentan demostrar la realidad del Occidente degenerado, sino el peligro de que esta degeneración se contagie a la umma y destruya las esencias del Islam. Es lo que se conoce como la teoría de la contaminación. Por eso deben combatir a Occidente, para que sus costumbres disolutas no corrompan a los buenos musulmanes ni diluyan el islam. Están absolutamente convencidos de que sus enemigos tratan de derrotarlos con el poder de seducción de las mujeres, por medio del hedonismo, de ahí su obsesión por el sexo y con las mujeres occidentales, a las que consideran una suerte de arma secreta de Occidente para doblegar al islam. Los islamistas airean los problemas de alcoholismo, drogas o prostitución que sufre Occidente. Los islamistas se consideran salvadores de las esencias del Islam, del Mensaje de Dios y de la comunidad de creyentes. Se presentan como los defensores de la fe, de los oprimidos, como luchadores contra la injusticia, la opresión y la humillación infligida por Occidente, el capitalismo salvaje y la globalización. Para ellos el terrorismo es la única forma de hacer mella en sus enemigos, y el aplastante poder económico, militar, social, cultural y mediático. Los medios de comunicación, el cine, la música y los intentos de aproximación son despreciados, temidos y atacados por el islamismo radical como una nueva forma de colonización. Los islamistas radicales odian muy especialmente los medios de comunicación y la cultura occidentales, a la que consideran un instrumento más de dominación. Piensan que los musulmanes deben centrarse exclusivamente en su identidad como forma de salvaguardar la fe, la moral, las buenas costumbres y la armonía, frente ala degeneración y el hedonismo de Occidente. En el ámbito político, toda democracia es, por el solo hecho de serlo, enemiga del islamismo radical, puesto que las democracias se fundamentan en 2

principios como la soberanía del pueblo, la igualdad de todos ante la ley, el Estado de Derecho, la separación de poderes o el concepto de derechos y libertades fundamentales, todos ellos radicalmente incompatibles con el totalitarismo violento del islamismo radical. Para ellos el sistema democrático es la expresión política de la degeneración moral, ética y religiosa de Occidente, y por tanto ha de ser combatido. Por otra parte los islamistas se declaran enemigos de la globalización, pero paradójicamente están entre aquéllos que más y mejor han sabido aprovecharse de la misma. Las telecomunicaciones, los medios de masas, la informática e Internet, las páginas web, la telefonía móvil y otros elementos son esenciales para su actividad terrorista y violento proselitismo. Para ellos la globalización no es más que un instrumento en manos de Occidente para dominar, oprimir y explotar al islam y a los musulmanes. Sin embargo, el islamismo radical no sería posible sin la globalización y sus instrumentos más eficaces. Las finanzas y las donaciones de organizaciones islamistas radicales y de terroristas yihadistas dependen en grandísima medida de los más modernos medios de comunicación. La facilidad de desplazamiento, la relajación de los controles fronterizos en ciertas zonas, entre otras ventajas de esta era globalizada y mundializada, han sido determinantes para la eficacia del terrorismo yihadista internacional. En relación con su financiación, los islamistas se sirven de una red de instituciones benéficas que las utilizan para absorber y canalizar donaciones y otras formas de financiación, blanquear enormes sumas de dinero o desviar donaciones públicas o privadas. Con ello financian costes operativos, de apoyo a células terroristas o a las instituciones de formación y reclutamiento de militantes y terroristas. Se ha indicado que el conocido como Estado Islámico se financia fundamentalmente por tres vías: el petróleo, los impuestos que se cobran principalmente a los no musulmanes, y robando parte de los camiones que Irán manda a los chiítas de Siria y Líbano. Con estas tres fuentes su presupuesto es de 3.500-4.000 millones de dólares, lo que lo convierte en el grupo terrorista más rico del mundo. El Estado Islámico promete conquistar e izar su bandera en los países del antiguo Imperio Otomano, ampliándolo en sus fronteras dominando tres continentes. La península Ibérica se encuentra dentro de sus objetivos. El concepto de yihad. Una de las bases más importantes sobre las que el islamismo radical sustenta la justificación del asesinato masivo, la expansión del terror y de la 3

barbarie, y el recurso al chantaje y la coacción, es el de la manipulación de la teoría del yihad (guerra santa, aunque literalmente signifique "esfuerzo") . En la primera comunidad islámica establecida por el propio Profeta Mahoma, en el año 622 de nuestra era, la palabra yihad tenía un significado más próximo al concepto de esfuerzo moral y religioso de vivir en comunidad, en paz y armonía, y de esforzarse en cumplir y enseñar la Revelación, aunque también tenía una acepción de carácter esencialmente bélico, ya fuese ofensivo o defensivo. La gran yihad, según el propio profeta Mahoma, era el esfuerzo que cada creyente debía realizar para ser mejor musulmán, mejor persona, mejor padre, esposo, hombre o mujer. La otra, la guerra santa en el campo de batalla era denominada por el Profeta la pequeña yihad. Es decir que, desde su punto de vista, era mucho más importante el esfuerzo de cada creyente por ser mejor que la guerra. Hoy, la mayoría de los juristas islámicos más prestigiosos, le dan a la palabra el doble significado de "esfuerzo", por entender que se trata de un esfuerzo personal para ser cada día mejor creyente, y de "guerra santa", en el sentido de lucha contra los enemigos del Islam. Lamentablemente es esta última acepción la que va ganando, día a día, terreno a la primera. Para el derecho islámico hay cuatro tipos legítimos de yihad, en el sentido de guerra santa en el campo de batalla, y son las que se libran contra infieles, apóstatas, rebeldes o bandidos. Sólo en los dos primeros casos se puede declarar legal y legítimamente una yihad, aunque sea necesario cumplir unos requisitos muy claros y precisos. La yihad ofensiva sólo se puede librar contra apóstatas e infieles si suponen una amenaza seria para la umma, así como para ampliarla, llevando el mensaje de la Revelación al mayor número de personas. La yihad defensiva se justifica, entre otras razones, si se ha producido la invasión y ocupación ilegítima de territorio musulmán, si se niega la libertad de culto a los musulmanes y se les persigue por razones religiosas. Otra cuestión esencial en torno a la yihad y el terrorismo es el suicidio en el islam. La doctrina señala que es muy distinto morir a manos de enemigo que cometiendo suicidio, aunque sea para causar bajas a tu enemigo. Según la doctrina jurídica más reputada del islam, el suicidio está castigado con la pérdida del paraíso, por lo que los terroristas suicidas, que obviamente dicen ser creyentes, se están jugando la eternidad por una interpretación más que discutible que hacen sus líderes de la muerte en combate. Conviene señalar además que el islam condena de forma taxativa en el Corán el asesinato masivo, especialmente si las víctimas son ancianos, mujeres y niños, lo que lamentablemente está ocurriendo cada vez que el 4

terrorismo islamista radical golpea. Las justificaciones son las mismas, la base pseudojurídica y pseudorreligiosa es idéntica, y sus excusas políticas, geopolíticas o religiosas se renuevan constantemente. La apostasía. España como país apóstata. La apostasía constituye el abandono público de la religión. El apóstata es todo aquél que, siendo musulmán, ha renegado de la fe convirtiéndose en un "traidor", un peligroso ejemplo negativo para el resto de la comunidad. En algunos países el castigo puede llegar a ser incluso la pena de muerte. La apostasía como excusa religiosa para satisfacer ambiciones políticas de forma casi siempre violenta y opresiva ha sido una de las motivaciones más sólidas y eficaces del islamismo internacional en los últimos cincuenta años. Consideran que cualquier musulmán ha de matar al apóstata y luchar contra el partido, gobierno o país apóstata. A lo largo de la historia del islamismo radical se ha producido una tensión continua entre los partidarios de centrarse en combatir a los apóstatas (regímenes islamistas moderados que ellos consideran corruptos, impíos y prooccidentales), y los que desean dirigir su violencia contra los infieles, aquellos regímenes que nunca han sido musulmanes, principalmente los occidentales. Las acusaciones de apostasía son fundamentales para defender la violencia, el terrorismo y sus intentos de derrocar a los gobiernos no islamistas. Los islamistas radicales están convencidos de que la única razón por la que subsisten los regímenes apóstatas es por el apoyo de Occidente, sin el cual están convencidos de que caerían irremediablemente o podrían ser derrocados con toda facilidad. Por ello pensaron que era indispensable atacar a Occidente de manera indiscriminada, buscando que la opinión pública de los países atacados obligara a sus gobiernos a dejar de prestar ayuda a estos regímenes. Pretenden derrocar los regímenes apóstatas y sustituirlos por otros de corte islamista radical dominados por una clase religioso-política que sustituya a los gobernantes oficiales. Para el mundo islamista radical España es un país apóstata, ya que fue territorio islámico (la época de Al-Andalus). Esta es una de excusas más importantes para convertir a España en objetivo terrorista, atacarla y castigarla, como desgraciadamente ocurrió el 11 de marzo de 2004. Existe lo que se denomina como "síndrome andalusí", nostalgia de la gloria pasada. España siempre ha sido objetivo del terrorismo yihadista, imbuido de la idea de recuperar Al-Andalus y de castigar al apóstata, siguiendo las interpretaciones más violentas del islamismo. 5

España cumple una función importante para el islam radical, es Dar alIslam, la casa del islam, territorio santo islámico al que no se puede renunciar. Muchos han entendido que la manera más sutil de penetrar en España no es a través de las acciones terroristas, sino de la "dawa", el proselitismo islámico. Se aprovechan las libertades de nuestra sociedad y la debilidad del Estado en ciertos ámbitos para de alguna forma ocupar su papel y desarrollar un trabajo de ingeniería social. En períodos de crisis y desconfianza, en los que muchas personas se consideran expulsadas y marginadas por el sistema, el islamismo radical encuentra un buen cauce de penetración y un idóneo caldo de cultivo. Muchas personas esperan obtener a través de la obediencia ciega y la inmolación los premios que la vida les negó. Este trabajo se lleva a cabo muchas veces a través de las mezquitas, donde se enseña en ocasiones el Corán más radicalizado, y de ahí se se consiguen los adeptos. Se ha indicado que en España el islamismo radical se ha agrupado sobre todo en dos zonas: por una parte Ceuta y Melilla, y por otra Cataluña, que según algunos entendidos probablemente se ha convertido en el centro de planificación yihadista de toda Europa. Sólo hay que fijarse en el número de mezquitas radicales que hay, así como en la receptividad de ciertos sectores en Cataluña a aceptar cualquier cosa que venga del ámbito musulmán. Otro factor que resulta relevante es el aumento de la población musulmana en España. Antes de firmarse los acuerdos de colaboración entre la Comunidad Musulmana y el Estado español en el año 1992, la cifra de musulmanes en España no llegaba a 200.000, mientras que ahora ya son más de 1.800.000 musulmanes los censados en España. En España en 2015 se han practicado alrededor de cien detenciones relacionadas con el terrorismo yihadista; es el país europeo donde más detenciones se han llevado a efecto por este motivo. La respuesta policial ha de llevarse a efecto también a través de la investigación y la cooperación internacional. Se han de destacar también algunas iniciativas que han dado resultados positivos, como el "Programa de Intervención con Internos Islamistas en Centros Penitenciarios", a través del que el Ministerio del Interior ha controlado a alrededor de 200 presos para que el terrorismo yihadista no los reclute en las cárceles españolas.

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Principales organizaciones yihadistas A nivel internacional el islamismo radical y el terrorismo yihadista han llevado su campo de batalla a Extremo Oriente, Europa, Estados Unidos e incluso América Latina. Sin embargo, en opinión de Gustavo de Arístegui, los campos de expansión más importantes del islamismo radical serán necesariamente Asia y Extremo Oriente, pues allí están los países islámicos más poblados de la Tierra: Indonesia, India y Pakistán, por este orden. En este momento las principales organizaciones yihadistas se extienden por Äfrica, Oriente Medio y Asia. Éstas son algunas de ellas y sus áreas de influencia: - Al Qaeda en la Península Arábiga: es una de las ramas más sólidas de Al Qaeda y posiblemente la más peligrosa para Occidente. - Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS): reclama la autoridad religiosa sobre el mundo musulmán y se ha fijado el objetivo de unir bajo su autoproclamado califato todas las regiones habitadas por musulmanes. Asentado en Irak y Siria. - Al Qaeda en el Magreb Islámico: considerada una de las organizaciones más peligrosas para Europa, se ubica principalmente en Argelia, Libia y Mali. - Boko Haram: organización fundamentalista que pretende la instauración de la Sharia (la ley islámica) en Nigeria, usando métodos violentos y coacción para la consecución de sus objetivos. - Al-Shabab: creada a partir de la Unión de Cortes Islámicas, fue el grupo responsable de la muerte de 76 personas durante la final del Mundial de Fútbol 2010. Ubicada en Somalia. - Talibán: organización creada por veteranos de guerra, interpretan de forma estricta cómo ha de ser la vida de un musulmán. Actualmente es un movimiento insurgente que opera en Afganistán y Pakistán. - Ansar Al-Sharia en Libia: movimiento surgido durante la guerra civil de Libia. Aboga por la aplicación estricta de la ley islámica en Libia. - Ansar Al-Sharia en Túnez: grupo islamista responsable, entre otros hechos, del ataque a una embajada de EEUU en 2012. - Jemaah Islamiah: organización vinculada a Al Qaeda, tiene como origen un movimiento anticolonialista radical islamista. Autores del atentado de Bali en 2012, operan en Indonesia. 7

- Abu Sayyaf: movimiento separatista yihadista autor de multitud de inatos. Se cree que puede tener vinculaciones con Al Qaeda. Opera fundamentalmente en Filipinas. - Ansar Bayt Al-Maqdis: surgido a raíz de la revolución egipcia en 2011, se cree que tiene vinculaciones con el Estado Islámico. Opera en Egipto. La crisis de identidad, sociales y políticas, agravadas por el reciente estancamiento económico, empujan a muchos seres humanos a buscar nuevas respuestas que les den certidumbre, confianza y tranquilidad. En este sentido, el mensaje del islamismo radical resulta extraordinariamente atractivo para los desesperados, los olvidados, los desamparados y, como se dice en la tradición islámica, los desheredados. Como indica Gustavo de Arístegui, el mayor reto estratégico de todas las víctimas potenciales del terrorismo yihadista es que los Estados centren sus esfuerzos sólo en la erradicación de las organizaciones terroristas conocidas, que no son más que manifestaciones operativas de una realidad más peligrosa, la ideología que lo alimenta. Hay que centrarse en la ideología islamista radical y sus expresiones. Quizá el reto más importante con el que se enfrenta el Islam en el siglo XXI sea tratar de ser compatible con la modernidad y el progreso. Decálogo para combatir el terrorismo yihadista. - Permanente mejora y adecuación. La eficacia ha colocado a España a la vanguardia de la UE en la lucha contra la yihad, pero hay que mantener la guardia. Las Fuerzas de Seguridad se tienen que adaptar permanentemente a este nuevo fenómeno. - Estrechar la colaboración con otros países. Destacan en este aspecto los países próximos, como Marrruecos. - Mejorar la coordinación con el CNI. La función del CNI es vital, tanto en el Sahel, o zonas de conflicto, como para controlar a los combatientes que regresan a España. - Estrechar lazos con Agencias extranjeras. El CNI ha de estrechar el marco de colaboración con los servicios de inteligencia más potentes, especialmente la CIA y los de Reino Unido y Francia. - Mejorar la contranarrativa contra la yihad.

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El 80% de los reclutados lo son mediante Internet, donde el Estado Islámico ha extendido una potente y eficaz propaganda. Ello facilita que muchos jóvenes de Occidente se dejen atrapar. Se ha de contraprogramar esa propaganda. - Mayor implicación de los líderes islámicos. La mayoría de los imanes y líderes de la comunidad musulmana en España repudian que se cometan atrocidades en nombre del Islam, y los atentados que se han cometido, pero se echa en falta un discurso más sostenido en el tiempo. - Mantener los planes contra la radicalización. Vigilar o incluso adoptar medidas legales contra los imanes que utilizan los lugares de culto para adoctrinar. Adaptar a las nuevas circunstancias el programa que se sigue en las cárceles para evitar que sean centros de captación. - Aunar lucha contra el crimen y la yihad. Es cada vez más evidente la vinculación entre terrorismo yihadista y crimen organizado. Venta de armas, droga, etc... En 2015 se ha cre...