TEMA 2 - Conceptos DE Salud Y Enfermedad Mental PDF

Title TEMA 2 - Conceptos DE Salud Y Enfermedad Mental
Course Enfermería de Salud Mental
Institution Universidad de Sevilla
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TEMA 2 - Conceptos DE Salud Y Enfermedad Mental...


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CONCEPTOS

DE

SALUD

Y

ENFERMEDAD

MENTAL.

TAXONOMÍAS

Y

CLASIFICACIÓN DE LAS ENFERMEDADES MENTALES. No es fácil definir lo que es la salud mental. En principio podríamos referirnos como señala la O. M. S. en su definición de salud al “estado de bienestar psicológico”. ¿Pero en qué consiste ese estado? ¿Qué se quiere decir con bienestar psicológico? Es difícil precisar en qué cosiste ese equilibrio, como se lleva a cabo ese equilibrio dentro del continuo dinamismo dentro de las funciones psíquicas y cuales son las variables que se incluyen para determinarlo. De modo muy simple podemos diferenciar en la actividad psíquica del ser humano cuatro aspectos diferentes: •

Aspectos afectivos: nos referimos al estado de ánimo, los impulsos, las emociones, etc.… De ellos se derivan cuestiones más complejas como la autoestima y la empatía.



Aspectos cognitivos: representados por todas las funciones superiores: memoria, pensamiento, lenguaje, percepción, conciencia, atención, etc.… que permiten al sujeto el manejo y procesamiento de la información. A partir de ellas se obtienen el autoconcepto y la formación de atribuciones o de explicación causal de los hechos.



Aspectos ejecutivos: Incluyen las actividades de autorregulación, planificación, ejecución… ellas determinan la interacción con los demás y el autocontrol.



Aspectos metapsicológicos: aluden a las cuestiones trascendentales del ser humano como la espiritualidad, religiosidad, etc.

La salud mental sería el resultado del funcionamiento armónico de todos los elementos que conforman estos cuatro aspectos. NORMALIDAD PSIQUICA. Para definir la salud mental es preciso delimitar la normalidad, para así poder delimitar cuando se ha producido el paso a lo anómalo. El término normal hace referencia a lo esperado en razón de la naturaleza. El concepto de normalidad puede considerarse desde diferentes criterios, teniendo en cuenta que cada uno de estos criterios aporta una parte al

concepto de normalidad, pero que ninguno de ellos por sí mismo es suficiente para determinarla. Por tanto debemos considerar que son criterios complementarios y que la suma de ellos es lo que nos dará una idea clara de la normalidad. •

Criterio estadístico: se refiere a lo que se encuentra dentro de la media, lo que es más frecuente, lo esperable dentro de una población. En lo que se refiere a la salud mental, este criterio puede ser orientativo pero en ningún caso es concluyente. No hay más que pensar en determinadas situaciones donde lo más frecuente, de ningún modo puede considerarse como normal ni deseable. Por ejemplo en determinados contextos lo más frecuente es que se consuman tóxicos, sin que por ello debamos considerar fuera de lo normal a aquellos sujetos que no los consumen.



Criterio integrativo: hace alusión al grado de adaptación y funcionamiento global de una persona. en el caso de la salud mental se refiere tanto a la armonía del funcionamiento psíquico de la persona, como a su integración en el contexto social. En lo referente al funcionamiento psíquico, una persona en la que predominen unas funciones podría padecer alguna patología. Por ejemplo aquellos sujetos extremadamente emotivos que se dejan llevar por sus emociones o sus impulsos, sin que su capacidad de razonar o reflexionar sobre las consecuencias de los actos le permita tener una conducta socialmente adecuada. Por lo que a la integración social respecta, tanto un déficit de integración como un exceso, pueden llevar a situaciones de aislamiento social o de excesiva dependencia de los demás.



Criterio funcional: hace referencia a la medida en que el funcionamiento de una persona se ajusta o no a lo esperado. La conducta humana está determinada por determinados aprendizajes y por condicionantes de tipo social y cultural. Una misma conducta puede ser considerada como normal en unos contextos y fuera de lo normal en otros. Una conducta puede ser normal en su forma pero no serlo por su frecuencia. La adecuación entre la conducta y su finalidad nos dará una idea de de su grado de adecuación a la norma.



Criterio subjetivo: se relaciona con la percepción de bienestar que experimenta el sujeto. Es por tanto un criterio absolutamente subjetivo. En general se suele considerar que sentirse bien es un criterio de salud mientras que sentirse mal es criterio de enfermedad. Sin embargo es bastante evidente que este criterio es insuficiente para determinar el estado de salud de una persona. Tanto en lo que se refiere a la salud física como a la salud mental, podemos encontrar innumerables ejemplos de personas que no padeciendo ninguna circunstancia que lo justifique se encuentran mal, como es el caso de los trastornos somatomorfos; y de personas que teniendo patologías graves como algunos trastornos psicóticos, se consideran completamente sanas. En el caso de salud mental hay que incidir especialmente en la importante influencia que tiene la cultura a la hora de delimitar lo que se considera normal o patológico.

Como decíamos anteriormente, estos criterios deben utilizarse de forma relativa y conjuntamente para establecer la normalidad o no de una conducta o de una persona. Para ayudar a delimitar con más precisión la salud mental podemos ayudarnos de una serie de indicadores que se consideran manifestaciones de normalidad. El término medio de cada uno de ellos indicaría el mayor grado de normalidad, pero el significado de las puntuaciones extremas estará condicionado por las puntuaciones en el resto de los indicadores: •

Flexibilidad: adaptación al cambio, capacidad de adaptarse a situaciones nuevas, de modificar los propios pensamientos. El polo opuesto a la flexibilidad sería la rigidez y su exceso generaria olubilidad.



Eficiencia: capacidad de logro de objetivos. La falta de eficiencia puede dar lugar a alteraciones mentales y a su vez es una manifestación de ellas. El relegar la eficiencia a la alta eficacia, a veces puede dar lugar a rasgos de personalidad como el perfeccionismo.



Sintonía: capacidad de vivir de un modo adecuado al contexto en el que uno se desenvuelve, pero sin por ello renunciar al criterio personal.



Armonía: adecuado equilibrio entre las diferentes funciones mentales. Su funcionamiento adecuado da lugar al autocontrol y a la estabilidad del estado de ánimo.



Comunicación: capacidad para establecer una correcta interacción social. Ser capaz de escuchar, respetar y expresarse hacerse respetar. El resultado de esat capacidad es la conducta asertiva.



Creatividad: Iniciativa, imaginación, desarrollo de alternativas, generación de soluciones. Su exceso puede dar lugar a diferenteas alteraciones psicológicas y la su falta puede estar condicionada por determinados déficits.



Trascendencia: apertura a las experiencia, a otros entornos o planos de la vida. Para ello son necesarios la tolerancia, la comprensión y el reconocimiento de realidades no tangibles.

Aunque estos aspectos no engloban toda la actividad psíquica, el funcionamiento integrado de todos ellos puede servirnos para delimitar el funcionamiento saludable de la actividad psíquica. No todas las personas los tendrán en el mismo gradiente, lo importante es el equilibrio armónico entre las carencias y las virtudes. La salud mental no es por tanto el óptimo funcionamiento psíquico, sino sino el ajuste entre fortalezas y debilidades que permite un adecuado funcionamiento, en relación al contexto en el cada persona se desenvuelve. En relación con todo lo expuesto podría convenir en que la salud mental es “la armonía personal que lleva a una adecuada interacción interpersonal y al desempeño de actividades que permiten acercarse suficientemente a las metas propuestas enriqueciendo y enriqueciéndose”. La salud mental esta condicionada por tres importantes factores: la neuro biología, la personalidad y el contexto. Los tres interaccionan entre ellos y cada uno en cada momento ejerce diferentes efectos sobre la salud mental. Del mismo modo su influencia es diferente en cada persona. Neurobiología: El conocimiento científico nos ofrece cada vez más evidencias de la influencia del sustrato neurobiológico sobre muchos de los trastornos mentales. Por tanto también podemos afirmar que existen substratos neurobiológicos favorecedores de salud mental y otros más vulnerables a la enfermedad. Sabemos con certeza que algunas enfermedades como la esquizofrenia, los trastornos bipolares, el

trastorno obsesivo-compulsivo y otras muchas, tienen un componente neurobiológico importante. Personalidad: Los trastornos de la personalidad son por sí mismos, una barrera para la salud mental. Un desarrollo normal de la personalidad contribuye en sentido favorable a la salud mental. Entre los componentes positivos de la personalidad podemos destacar la empatía, la asertividad, los esquemas de pensamiento, el optimismo, la extroversión…. Muchos de estos aspectos de la personalidad se desarrollan durante el proceso educativo con la contribución de diferentes factores ambientales. Como se ha apuntado la presencia de estos factores tienen una influencia positiva sobre la salud mental mientras que su ausencia puede ser un determinante para el desarrollo de trastornos mentales. Ambiente: por lo que a los factores ambientales respecta son un amplio conjunto de circunstancias favorecedoras de la salud o de la enfermedad mental. Entre ellos los más importantes son: el contexto familiar, las amistades, el trabajo y el entrono sociocultural - La familia ejerce un importante papel en la salud mental. Un entorno coherente y

unido, donde existan limites y respeto a la libertad, será favorecedor de salud mental. Por el contrario los entornos que carezcan de esta circunstancia constituyen un importante factor de riesgo para la salud mental. - Los amigos y las personas allegadas proveen de apoyo social y de modelos. La

existencia de vínculos sólidos y de aprendizajes positivos serán una fuente de elementos favorecedores de la salud mental. - El trabajo es uno de los principales cauces de realización personal y de interacción

social. Por lo tanto en sí mismo se convierte en un factor favorecedor de la salud mental. Sin embargo, si monopoliza la vida de la persona, o está cargado de elementos desestructuradores, o no existe una buena adaptación entre las expectativas y las demandas, puede convertirse en un factor determinante para la aparición de trastornos mentales.

- El entorno sociocultural en función de sus características puede convertirse en

protector de la salud mental o todo lo contrario. Los entornos libres, donde existen igualdad de oportunidades, sistemas de apoyo social, espacios para el ocio, la educación o el tiempo libre, fomentan la salud mental. A su vez, las sociedades donde existe un claro sistema de valores y se respeta la dignidad de la persona apoyan también la salud mental. Aquellas sociedades en las que se dan circunstancias opuestas a las mencionadas inducen a la ausencia de salud mental. NOSOLOGÍA DE LAS ENFERMEDADES MENTALES:

Clasificar es el proceso por el cual se adjudica a un determinado grupo de signos y/o síntomas un nombre y se le asigna un lugar dentro de un conjunto. Cada categoría o trastorno es excluyente y recibe un determinado nombre. La nosología es la parte de la medicina que tiene por objeto describir, diferenciar y clasificar las enfermedades. La Nosografía es “La parte de la medicina que se ocupa de la descripción de las enfermedades”. Nosología pre–kraepeliana: Pinel (1745-1826) establece la primera clasificación nosográfica de las enfermedades mentales basándose en la observación de los síntomas y agrupamiento de éstos en síndromes fijos. Esquirol (1838), discípulo de Pinel, mejora la nosología de éste, añade las monomanías y da una definición de enfermedad mental. Emil Kraepelin (1856-1926). Alemania. En 1883 publica su Tratado de Psiquiatría donde se establecen las bases para la nosología moderna Para algunos, el mérito de Kraepelin está en establecer una clasificación operativa, que se ha mantenido hasta nuestros días, la cual favoreció la comunicación entre psiquiatras y es este espíritu el

que algunos consideran

que influyó en las

clasificaciones que luego hizo la APA y se plasmaron en la aparición del DSM

Los albores de la nosología moderna: Hacía la década de 1950, volvió a crecer el interés por el diagnóstico, con la aparición de los psicofármacos, la investigación biológica y, ulteriormente, con el acercamiento de la psiquiatría a los centros sanitarios generales lo que exigía mayor precisión diagnóstica. La nosología moderna: DSM-III, DSM-III-R, DSM- IV, DSM-IV-TR Y CIE 10. A finales de la década de 1970, la Asociación Psiquiátrica Americana propuso una clasificación con criterios que cubrían unas 150 categorías diagnósticas. Así se gestó el DSM-III (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). que, además de ofrecer descripciones detalladas de cada una de las categorías, incluyó un sistema multiaxial. El DSM-III se publicó en 1980 y a los tres años se comenzó a elaborar la revisión con el fin de modificar diversas categorías y añadir algunas nuevas. El DSM-III-R se publicó en 1987. El impacto de esta clasificación ha sido importante en todo el mundo, sus características básicas han servido de guía para la elaboración del CIE- 10. Las características fundamentales son: 1. Criterios diagnósticos: específicos para todas las categorías. 2. Enfoque descriptivo. 3. Jerarquías diagnósticas. 4. Sistema de evaluación multiaxial.

En 1995 se publica el DSM IV y en 2000 el DSM IV-TR. En la clasificación DSM se incluyen 5 ejes: Eje I: Trastornos clínicos. Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica. Describen todos los trastornos incluidos en la clasificación excepto los trastornos de la personalidad y el retraso mental. Eje II: Trastornos de la personalidad. Retraso mental. Eje III: Enfermedades médicas. Eje IV: Problemas psicosociales y ambientales. Eje V: Evaluación de la actividad global.

La O.M.S. en 1900 crea la “Lista Internacional de Causas de Muerte”

que es el

precursor de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). En esta clasificación los trastornos mentales se incluyeron en 1938. La CIE se revisa cada 10 años y actualmente se dispone de la CIE-10 y en su capitulo V se refiere a los trastornos mentales y del comportamiento, proporcionando definiciones descriptivas de los trastornos mentales. Clasificaciones de enfermería: Durante años, las enfermeras psiquiátricas han utilizado los diagnósticos médicos, tanto las clasificaciones DSM como CIE, para conocer y entender lo que le ocurría al enfermo mental. Toda la organización de las actividades giraba en torno a conceptos médicos y psicológicos.

Desde que en EE.UU. (1982), se crea la North American Nursing Diagnosis Association ( NANDA), con su clasificación de diagnósticos enfermeros, los profesionales de enfermería en Salud Mental disponen de sus propios criterios nosológicos, que junto con la clasificación de Intervenciones enfermeras (NIC) y la clasificación de Resultados Enfermeros (NOC), proporcionan recursos importantes para la comunicación entre profesionales, la documentación de los cuidados y el desarrollo de bases de datos para la investigación y mejora de los cuidados enfermeros....


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