TEMA 2 EL ARTE Bizantino s VI a VIII EDAD ORO Justiniano PDF

Title TEMA 2 EL ARTE Bizantino s VI a VIII EDAD ORO Justiniano
Course Historia del Arte de la Alta y la Plena Edad Media
Institution UNED
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Apuntes completos con imágenes del manual...


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TEMA 2 EL ARTE BIZANTINO DE LOS SIGLOS VI A VII. LA EDAD DE ORO DE JUSTINIANO 1.- El Imperio Bizantino de los siglos VI a VIII. Introducción 2.- La edad de oro de Justiniano: La Arquitectura 2.1 La transición hacia el predominio de la planta centralizada 2.2 Santa Sofía y la arquitectura constantinopolitana del siglo VI 2.3 La arquitectura bizantina fuera de Constantinopla: Éfeso y Rávena 2.4 La arquitectura bizantina posterior a Justiniano: siglos VII y VIII 3.- La escultura bizantina de los siglos VI a VIII 4.- El mosaico y la pintura bizantinos anteriores a la crisis iconoclasta 4.1 El mosaico y la pintura mural 4.2 Los iconos 4.3 La ilustración de manuscritos 5.- Artes suntuarias 5.1 Orfebrería 5.2 Eboraria

1. El Imperio Bizantino de los siglos VI a VIII. Introducción Tras la caída de la mitad occidental del I.R en el 476, Oriente con su capital Constantinopla (antigua Bizancio) al frente pasa a ostentar de forma exclusiva la dignidad imperial romana. La mayor fortaleza de su economía y su ejército, hacen posible que el Imperio Romano de Oriente o “Imperio Bizantino”, como es denominado desde el siglo XVI, no únicamente resista los ataques de los pueblos bárbaros, sino que, incluso, lleve a cabo en el s. VI la Renovatio Imperi, política de conquista de diversos territorios occidentales, en manos de diferentes pueblos bárbaros (tema 7). La figura de Justiniano (527-565) es sin duda clave en dicho proceso, que llevará a Bizancio a alcanzar su máxima expansión territorial, tomando: -

Italia de los ostrogodos El norte de África y las islas del Mediterráneo occidental de los vándalos La franja costera sudeste de la P.Ibérica (entre Alicante y Cádiz) de los visigodos

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Sin embargo, los esfuerzos llevados a cabo por Justiniano y sus generales Belisario y Narsés serán efímeros, puesto que en pocas décadas se perderán muchos de los territorios conquistados. A ello se debe sumar, a partir del VII, la expansión islámica que hará perder al Imperio territorios clave como Egipto, Tierra Santa y Siria. A pesar de ello, Constantinopla resiste a dos asedios musulmanes y los bizantinos vencen a las tropas califales en diversas batallas, siendo el Imperio bizantino el que logra detener el imparable avance islámico. Por otra parte, a partir del siglo VII, se hace irreversible el proceso de helenización del aparato oficial imperial, que abandonará el latín en favor del griego (aunque la titulatura del emperador seguirá siendo “Emperador de los Romanos”). El final del periodo se ve marcado por una Crisis iconoclasta, iniciada en el 726 bajo el emperador León III, prolongándose hasta el 843. En este período queda prohibida toda la representación plástica de cualquier figura sagrada, decretándose la destrucción de las imágenes ya existentes. Las imágenes son consideradas un signo de idolatría puesto que, como meros objetos realizados por mano humana, carecen de consustancialidad con la divinidad o la santidad de las figuras que representan. No obstante, el alcance iconoclasta fue desigual en los diversos territorios del Imperio, siendo especialmente intensa en la capital y en las principales ciudades. Muchos monasterios vieron mermados su poder y riqueza, ante la falta de peregrinos que iban a venerar a los iconos y perder los ingresos que esto suponía.

2. La edad de oro de Justiniano: La arquitectura 2.1. La transición hacia el predominio de la planta centralizada. La arquitectura del Oriente mediterráneo hasta el s.VI sigue las tipologías propias de los siglos IV y V, con un claro predominio de las plantas basilicales en las iglesias, y los esquemas centralizados para mausoleos, martyria y baptisterios. El siglo VI supone un siglo de experimentación arquitectónica y en él conviven edificios eclesiásticos de planta basilical con los de planta centralizada, así como las soluciones de transición entre ambos, como Santa Sofía de Constantinopla

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2.2. Santa Sofía y la arquitectura constantinopolitana del s.VI La primera basílica de Santa Sofía fue erigida por CONSTANTINO I, sufriendo a p/V un devastador incendio que obligó a su reconstrucción en época de TEODOSIO II (408-450), emperador que además mandó construir una nueva línea de murallas de defensa en la capital. De la segunda construcción de Santa Sofía se conservan algunos fragmentos dispersos (fragmentos de arquitrabe, pilastras, etc). En el 532, el pueblo de Constantinopla protagonizaba la llamada revuelta de Niká (victoria) que acabó en disturbios e incendios que destruyeron la S.Sofía de Teodosio. Es entonces cuando JUSTINIANO planea la reconstrucción del templo, erigiendo el edificio más grande y técnicamente más audaz hasta entonces construido (fig. 23, exterior). Bajo el proyecto de ANTEMIO DE TRALLES E ISIDORO DE MILETO, las obras de la nueva S.Sofía se concluyen en solo 5 años (532-537). Se hace célebre la supuesta frase de Justiniano: “Salomón , te he vencido” en alusión al Templo de Jerusalén. Parece ser un “experimento” constructivo a gran escala pues previsiblemente los arquitectos estaban más versados en conocimientos de geometría y física. •



El ladrillo y el cemento son los materiales constructivos básicos de la estructura y su planta no tiene parangon al fusionar un esquema longitudinal con uno centralizado (fi.24, planta).

Así, el edificio es ligeramente rectangular y dividido en 3 naves longitudinales, pero su espacio queda fuertemente centralizado a través de una gran cúpula situada en el centro (31m de diámetro y 55,6 de altura máxima desde el pavimento). o La cúpula es gallonada, formada por 40 nervios y 40 plementos, en cuya parte inferior se abren otras tantas ventanas, lo que proporciona sensación de ligereza (fig. 25, cúpula)

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o Cuatro enormes pilares con otros tantos arcos de medio punto sustentan los empujes de la cúpula, empleándose pechinas en los cuatro ángulos como elementos de transición. •

Al E/OE, en una altura inferior se disponen dos semicúpulas cuyos volúmenes (junto al de la cúpula) contribuyen a la gran amplitud espacial que posee el interior (Fig. 26, interior). A los costados de las semicúpulas y en un nivel inferior se abren dos semicúpulas más en cada una de ellas, además de una tercera en el extremo oriental que corresponde el ábside de la iglesia.



Las naves laterales poseen tribunas, cubriéndose sus tramos con bóvedas de arista en ambos niveles, y se separan del espacio central mediante tramos rectos y curvos de columnatas bajo arcos de medio punto.



En el extremo occidental, se dispone un doble nártex, exonártex 1 y esonártex2, este último de dos alturas, con el nivel superior abierto a la nave central y conectado con las tribunas de las naves laterales La estructura es por tanto simple pero audaz, basándose en asegurar la estabilidad del cuerpo central, con la gran cúpula sustentada por los cuatro pilares y arcos centrales, a modo de baldaquino. Como refuerzo, las semicúpulas de eje E-OE descargan los empujes horizontales de la cúpula y en el eje N-S se disponen dos parejas de potentes contrafuertes en el exterior de los tímpanos (fig. 23)





Justiniano no limitó los gastos en la decoración de su edificio. Decoración Se utilizaron los mejores mármoles traídos de todas las regiones del Imperio: pórfido rojo egipcio, mármol verde de Tesalia o mármol amarillo del N.África…

1 Primer nártex o nártex exterior que daba paso a un patio. 2 Segundo nártex, interno, cuando existen dos.

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Multitud de elementos estructurales; arquitrabes, cimacios, capiteles… se decoran en mármol blanco proconesio, creando un estilo decorativo propio, derivado del corintio clásico, con preeminencia del uso del trépano.



En estos momentos la basílica se decora con mosaicos de los que apenas han sobrevivido exceptos algunos no figurativos. Durante la época iconoclasta , los mosaicos del siglo VI fueron sustituidos por otros nuevos no figurativos y estos, a su vez, por otros post-iconoclastas, de los que si se conservan algunos (tema 3)

A pesar de su magnificencia, pocas décadas después de su consagración, 558, un terremoto provoca el derrumbamiento de la gran cúpula, que es reconstruida en 562 con un perfil ligeramente apuntado en lugar del hemisferio perfecto que poseía. No obstante, S.Sofía seguirá siendo el edificio más emblemático de la cristiandad durante toda la Edad Media y su audaz estructura no será superada hasta las construcciones otomanas de los siglos XVII y XVIII. S. Sofía será el lugar de celebración de las ceremonias de coronación de la mayor parte de los emperadores bizantinos y testigo de los principales acontecimientos acaecidos en la historia del I.B., hasta la conquista otomana cuando el edificio es transformado en mezquita, pasando a llamarse AYASOFYA. Finalmente, en 1935 pasa a ser museo y es restaurado. La influencia de S. S. se deja sentir en otros edificios de la época, aunque ninguno alcanzará su escala ni seguirá exactamente su planta. [Fig. 27.] San Sergio y San Baco de Constantinopla. Exterior 

(terminada antes de 536):



Comparte con S.Sofía su concepción espacial, aunque en unas dimensiones muy inferiores y siguiendo un esquema de planta centralizada. Concebida como capilla palatina al ubicarse dentro del recinto del Palacio Imperial.



Su planta se basa en un cuadrado irregular en el que se inscribe un cuerpo central cupulado soportado por 8 gruesos pilares, alternando tramos semicirculares y tramos rectos.



El deambulatorio de doble piso se abre al espacio central mediante dos niveles superpuestos de columnas, bajo arquitrabe en el inferior y arcos de medio punto en el superior.



La iglesia se completa con un nártex rectangular a occidente y a oriente un ábside semicircular en el interior y poligonal en el exterior.



La cúpula es gallonada alternando los paños abiertos con ventanas y los macizos, dando desde el interior una sensación de gran amplitud espacial.



Capiteles, impostas, sofitos… elaborados en mármol proconesio, denotan el alto nivel de calidad alcanzado por los talleres de Constantinopla en época de Justiniano que, como sucede en S.Sofía, muestran un profuso uso del trépano, creando superficies con fuerte clarooscuro.



La iglesia fue convertida en mezquita tras la conquista otomana bajo la denominación KUÇUK AYASOFYA (Pequeña Santa Sofía) y su decoración del siglo XVIII no oculta la gran riqueza de la ornamentación marmórea del edificio original.

Tras los sucesos de la revuelta de Niká Justiniano manda reconstruir la también destruida [Fig. 28]. Basílica de Santa Irene: •

Esquema de planta basilical de tres naves, separadas por columnas bajo arcos peraltados y con nivel de tribunas. En ambos niveles, los tramos de las naves laterales se cubren con bóvedas de arista de, ladrillo, siendo el ábside semicircular en el interior y poligonal en el exterior. Inmediatamente antes de éste, el último tramo de la nave central se cubre con cúpula. A los pies del edificio se añade un nártex, precedido de un atrio.



La fisonomía actual del edificio responde en parte a la reforma acaecida tras el terremoto de 740, en época de Constantino V, reconstruyéndose la cúpula que queda dispuesta sobre 4 potentes arcos de medio punto y la bóveda vaída del sector occidental de la nave central. En este momento, se reforma también la decoración del templo, conservándose el mosaico del ábside donde, como corresponde al momento iconoclasta, se representa una gran cruz sobre gradas.

El último de los grandes edificios de Justiniano en la capital del Imperio es la reconstrucción de la Basílica de los Santos Apóstoles (f/536-550).

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Segundo mayor edificio de la época tras S.S, llevada a cabo por Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto. El esquema planteado es la planta de cruz griega, cubierta con 5 cúpulas, una por cada brazo más la central, con el añadido de un nártex y un atrio en el sector occidental. De época de Constantino fue respetado su mausoleo de planta circular, el de Justiniano de planta cruciforme. La gran basílica fue demolida tras la conquista otomana 1453, construyéndose sobre este solar la Mezquita de Fatih. No obstante, la basílica fue un modelo arquitectónico durante la Edad Media, ya que en ella se basarían siglos más tarde edificios como San Marcos de Venecia o San-Front de Périgueux (t.10)

2.3. La arquitectura bizantina fuera de Constantinopla: Éfeso y Rávena Fuera de Constantinopla la época de Justiniano supone también un momento de gran vitalidad, fundamentalmente en las principales ciudades. En Tierra Santa las basílicas erigidas por Constantino son reformadas o reconstruidas, mientras que en regiones como Asia Menor, concretamente en la ciudad de Éfeso, uno de los principales centros urbanos de la época, se construye hacia el 565 la Gran Basílica de San Juan Evangelista (565): presenta una planta de cruz latina, al prolongarse su brazo occidental. Las ruinas que subsisten hoy en día denotan el uso combinado de la piedra y el ladrillo, a diferencia de la capital donde prima el uso del ladrillo. Las naves laterales y los espacios perimetrales del transepto poseían tribunas, y en el centro de la cruz se ubicaba el altar principal, del que subsiste el pavimento sobrelevado y parte de la columnata que lo rodeaba. Junto a la basílica, en el flanco norte se construye un baptisterio octogonal con piscina central, cuya cubierta cupulada no se ha conservado.

Rávena (Italia) sigue siendo, junto con Roma, el centro urbano con mayor vitalidad constructiva. Es la capital del Exarcado de Italia desde el 554. Durante el período ostrogodo fueron construidos importantes edificios tanto religiosos como civiles que no desaparecerán con la conquista bizantina, sino que seguirán en uso (en el caso de los religiosos con la reconsagración al rito católico, tema 7). En época bizantina se erigen nuevos edificios, siguiendo modelos basilicales, como la Basílica de San Apolinar en Classe, de concepción arquitectónica idéntica a la de las antiguas basílicas 7

constantinianas; o bien modelos de planta centralizada, entre los que sobresale la [Fig. 29]. Iglesia de San Vital (inicia 526 y finaliza 546-48): •

Se asemeja a la iglesia de San Sergio y San Baco de C., pero su planta es más regular, constituida por un doble cuerpo octogonal, cupulado en el centro y con bóvedas de arista en los dos niveles del deambulatorio. Este último se interrumpe en la zona oriental por un presbiterio de una única altura, cubierto con bóveda de arista y rematado por el ábside de cuarto de esfera.



En el extremo sud-occidental se adosa un nártex rectangular rematado por exedras en los extremos. En el interior, el espacio central se separa del deambulatorio mediante una serie de tramos semicirculares que, tanto en el nivel inferior como en las tribunas, se articulan mediante parejas de columnas bajo triples arcadas de medio punto Materiales constructivos básicos cemento y ladrillo, con el empleo en las bóvedas y cúpulas de recipientes cerámicos dispuestos en hiladas concéntricas, aligerando así su peso.







A diferencia de las iglesias coetáneas de Constantinopla, San Vital conserva gran parte de su decoración original en mosaico, al no haber sido afectada por la acción iconoclasta. Además en este edificio se basarán construcciones posteriores como la capilla palatina de Aquisgrán de época carolingia Tema 8).

2.4. La arquitectura bizantina posterior a Justiniano: los siglos VII y VIII Las bases que se asientan en época justinianea son básicas para la arquitectura bizantina de los siglos posteriores, confirmándose de manera plena la tendencia hacia el empleo de las plantas centralizadas para los edificios eclesiásticos excepto en los modelos italianos, donde seguirá vigente la tradición de la basílica tardorromana. Ejemplos de los más importantes: Iglesia de la Koimesis o Dormición de la Virgen (VII y VIII), en Nicea: Datada entre los siglo VII y VII y conservada hasta inicios del siglo XX. Estructura de planta centralizada, basada en una cruz griega con cúpula en el 8

centro, a la que se añade un nártex a occidente y una cabecera poligonal exterior y semicircular interior a oriente. Esta misma tipología arquitectónica corresponde a [Fig. 30. Santa Sofía de Salónica. S. VIII]: •









Edificio bizantino mejor conservado y de mayores dimensiones del s. VIII. Su estructura se configura a partir de una cruz griega con cúpula central a

la que se añade una triple cabecera al este. En torno a este cuerpo central se disponen a los lados y a los pies de las naves y el nártex que, a modo de U, están arquitectónicamente unidos. Tanto las naves como el nártex poseen un nivel superior de tribunas, lo que hace que, en su exterior, el volumen del edificio sea un macizo cubo del que únicamente sobresalen la cúpula y la triple cabecera. La decoración actual en mosaico es del IX, momento posterior a la crisis iconoclasta

Las pautas propias de la arquitectura bizantina posterior a Justiniano que vemos en el mediterráneo oriental, no parecen alcanzar las geografías más occidentales del imperio. De este modo los dos principales ejemplos que nos han llegado de arquitectura romana del s.VII son Santa Inés Extramuros y San Lorenzo Extramuros, muestran un esquema de planta basilical de 3 naves.

3. La escultura bizantina de los siglos VI a VIII Las tipologías de la escultura del período muestran plena continuidad respecto a los siglos anteriores. No obstante, la escultura de bulto redondo y los relieves de sarcófagos irán perdiendo su anterior protagonismo a favor de la escultura arquitectónica, en especial la relacionada con el mobiliario litúrgico de las iglesias.

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Son escasos los ejemplos conservados de escultura de bulto redondo (se considera el siglo VI como el último en el que todavía se detecta una cierta continuidad del pasado clásico romano), encontramos ejemplos en Éfeso, Afrodisias o la propia Constantinopla de esculturas de magistrados civiles destinadas a espacios públicos; aunque sí que se conservan retratos de emperadores y emperatrices posteriores al siglo V, entre los que sobresalen los tres ejemplos atribuidos a la emperatriz Ariadna (474-515), o el retrato atribuido a la emperatriz Teodora (527/8-548) esposa de Justiniano: destaca el tratamiento plástico muy pulimentado de los volúmenes del rostro, el peinado de la emperatriz, el gran tamaño de los ojos, con las pupilas muy marcadas. Sin embargo, pocos retratos de emperadores se han conservado, siendo uno de los pocos una cabeza de pórfido que puede representar a Justiniano I (527-565), o a Justiniano II Rhinotmetos (685-695 y 705-711), en la actualidad en San Marcos de Venecia . En referencia a los sarcófagos decorados en relieve, Rávena y Constantinopla son los principales centros, pero este tipo de piezas tuvo una drástica reducción de los temas bíblicos, que son sustituidos por composiciones zoomorfas, protagonizadas por pavos reales, palomas o corderos, dispuestos junto a cruces o crismones, simbolizando los fieles en el paraíso, los doce apóstoles o el propio Cristo (Agnus Dei). La actividad escultórica principal de los siglos VI a VIII corresponde a las tipologías relacionadas con el mobiliario litúrgico eclesiástico. Partiendo de las formulaciones básicas del orden corintio, se crea un nuevo lenguaje ornamental basado en el uso del trépano con fuerte contraste de claroscuro en las piezas (ejemplos ya comentados: Santa Sofía o San Sergio y San Baco de Constantinopla). Los capiteles, pierden parte de su relieve y volumen en zonas como volutas o caulículos que son ahora más planos, sin embargo, ganan en plasticidad y riqueza decorativa, creándose compo...


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