Tema 2 OYD libro - DE LA CARIDAD A LA BENEFICIENCIA PDF

Title Tema 2 OYD libro - DE LA CARIDAD A LA BENEFICIENCIA
Course Orígenes y Desarrollo del Trabajo Social
Institution UNED
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DE LA CARIDAD A LA BENEFICIENCIA...


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Sobre Orgenes Transformaciones y Actualidad del Trabajo Social (libro)

Tema 2 - La cuestión social y el nacimiento de la previsión social (pag. 57) 1. Las nuevas formas de producción y la sociedad de masas: del pobre al trabajador. 1.1. De la cultura individualista liberal a la cultura social reformista 1.2. El reformismo social conquista un papel social para el Estado 1.3. El carácter revolucionario y la naturaleza pública de la previsión social 2. De lo privado a lo público: la cuestión social, el nacimiento de la previsión y el reformismo social 2.1. La cuestión social durante la Restauración 2.2. Los destinatarios de la cuestión social y la previsión 3. Evolución legislativa e institucional del reformismo social 3.1. Evolución institucional durante la Restauración 3.2. Evolución legislativa del reformismo social 4. El movimiento obrero y las nuevas formas de solidaridad horizontal

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Analizar Tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen en materia de asistencia social. Constatar el protagonismo de los diferentes agentes sociales y políticos que intervinieron en la configuración de unas relaciones sociales que apuntan hacia la previsión social en el marco del naciente Estado social. Analizar los principales hitos y procesos políticos y legislativos que darán paso a nuevas formas de respuesta ante la incipiente cuestión social.

Protección y previsión son antónimos, corresponden a dos mundos sociales con presupuestos contrarios , a dos etapas históricas interrumpidas por una revolución social: ● Protección,pretende cuidar desde abajo una situación de necesidad irremediable. cultura de la protección se inscribe en el supuesto social del Antiguo Régimen de que la pobreza es necesaria, tiene que existir, incluso está puesta y querida por Dios. En el imaginario social curativo del Antiguo Régimen, socorrer la pobreza forma parte de las funciones sociales atribuidas a los estamentos feudales y grupos privilegiados, la Corona, la Iglesia y la nobleza, porque con ello afirma la jerarquía social estamental. La religiosidad del Antiguo Régimen la sublimaba, santificaba y solemnizaba.como modelo de vida cristiana virtuosa y ascética. ● Previsión crear desde arriba unas condiciones sociales en que la necesidad sea imposible.

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Finales del XIX y principios del siglo XX, surge el reformismo social que apunta en dirección contraria, secular, pública y preventiva. Surge la intervención estatal y previsión social, en las que la primera legitimidad asistencial pertenece a la iniciativa pública y fija el objetivo de erradicar y prevenir la pobreza mediante el nacimiento de las primeras medidas e instituciones previsoras. Es precisamente el punto de inflexión, cuando cede la vieja política social de la protección, sea de la caridad estamental o sea de la beneficencia burguesa, y se impone la nueva cultura social de la previsión. Arranca el largo camino del protagonismo estatal que acabará en el Estado del bienestar, en España esta meta se alcanza demasiado tarde y con ritmo lento, de manera que llegamos al Estado del bienestar casi cuando éste entra en crisis.

1. Las nuevas formas de producción y la sociedad de masas: del pobre al trabajador. 1.1. De la cultura individualista liberal a la cultura social reformista En la modernidad (1492-1798), la caridad moderna, ni la asistencia ilustrada, ni siquiera la beneficencia liberal, pertenezcan a esta nueva cultura preventiva, de una a otra hay iniciativas espontáneas de autoprotección, previsoras, la necesidad y los vínculos de sociabilidad de muchos grupos con relaciones de etnia, de vecindad, de oficio, generaron algunas instituciones primarias en las que puede adivinarse una cierta capacidad de anticiparse a riesgos futuros, como las cofradías, los gremios, las sociedades de socorros mutuos, los montepíos. Pero no pertenecen a la cultura preventiva son realmente curativas. La política social del reformismo ilustrado pretendía anticipadamente solucionar las necesidades de los súbditos, sino eliminar los conflictos y desequilibrios generados por la pobreza, que amenazaban el modelo social y económico de autoridades y privilegiados. Ni los liberales del siglo XIX incluyen la previsión en su acción social, sus instituciones tratan de reforzar el modelo social de las burguesías locales y urbanas. Ni siquiera las cajas de ahorro son propiamente preventivas, son más bien medios de ejercer el ahorro como virtud y de promover la morigeración y la evitación de vicios. Igualmente la beneficencia municipal es más curativa que preventiva, al buscar la autoprotección del sistema burgués más que la prevención de los ciudadanos .Durante la primera Restauración de fines del XIX persistió esta cultura curativa benéfica. Causas del retraso de la modernización de la poltica social española y un obstáculo para la entrada del reformismo social en España. Pero desde los años ochenta se inicia un lento movimiento de cambio de cultura social está en relación con el deslizamiento de lo particular a lo general, de lo individual al o colectivo, de lo personal a lo social, de lo moral a lo legal, de lo privado a lo público El camino va del imaginario moderno basado en las relaciones sociales individualistas propias del Antiguo Régimen, a la sensibilidad societaria de la contemporaneidad, propia de la sociedad de masas y de los movimientos sociales. El concepto de beneficencia es un fruto parcial de este deslizamiento,: caridad/ filantropía/ beneficencia/ asistencia beneficencia municipal/ previsión social/ Estado de Bienestar.

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Este deslizamiento arranca desde la tmida cuestión social en la Restauración (18741931) que conducirá al tibio reformismo social liberal, luego al intervencionismo estatal más radical ,hasta terminar en la socialización del Estado de los proletarios. Al igual el primer mutualismo y asociacionismo va caminando lentamente hasta culminar en la plenitud sindicalista del movimiento obrero. La función social del Estado experimenta también este deslizamiento en el XIX, un lento proceso desde el individualismo hacia la socialización, hasta alcanzar a principios de siglo XX el intervencionismo estatal. el Estado llega a decidir que los derechos sociales están por encima de los derechos individuales, que la necesidad no es algo personal sujeto a la voluntad del individuo, sino fruto de una determinación social, cuyo interés común es competencia del Estado, llegamos a la cultura de la previsión.

1.2. El reformismo social conquista un papel social para el Estado (18831936) En este momento histórico ,cuatro procesos harán cambiar radicalmente la manera de entender el rol del Estado en las necesidades y los Servicios Sociales: •

planteamiento de la cuestión social en los años ochenta del XIX,



el nacimiento del reformismo social que promueve el intervencionismo estatal en los problemas sociales desde fines del XIX,



la lenta implantación de la cultura de la previsión en las primeras décadas del siglo XX,



la extensión de los movimientos sociales obreros en todo el primer tercio del XX.

El objetivo común que persiguen es corregir el excesivo individualismo de que estaba imbuida la legislación y el propio cuerpo social español del XIX, para sus superación se abren varias vas: el asociacionismo, la admisión de la intervención del Estado en la reforma social, y la apuesta por un sistema de prevención y Servicios Sociales. El objetivo de corregir el exceso de individualismo comenzó al plantearse tímidamente con el nombre de cuestión social, luego se consolidó bajo el nombre de reformismo social y finalmente hizo nacer un imperfecto sistema de previsión social, muchos los protagonistas de este proceso y cambiantes según las etapas: - las dos fuerzas del turno político de la Restauración legislaron contradictoriamente, los conservadores legislaron en defensa de los intereses de las élites dirigentes frente a las amenazas del trabajador asociado, empujados por el miedo a la revolución que era común a los tradicionalistas, católicos, moderados y conservadores; los más radicales y los movimientos sociales urgiendo la implantación del intervencionismo del Estado. Las más avanzadas propiciaron la protección y defensa del Estado al trabajador asociado.

1.3. El carácter revolucionario y la naturaleza pública de la previsión social

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El significado que la previsión introdujo en la cultura social a principios del XX es totalmente revolucionario. El reformista contemporáneo plantea la pobreza como un defecto social a erradicar y las necesidades sociales como un fracaso a evitar mediante los servicios públicos, supera la acción social en manos de particulares y con actitudes graciosas, y apuesta por unos servicios públicos contributivos. El Estado tiene la obligación de anticiparse, de hacer imposible la pobreza ( defecto social a erradicar) cubriendo las necesidades de los ciudadanos, y éstos tienen el derecho ( deja de ser un acto gratitud) de recibir sanidad, enseñanza y seguridad después de satisfacer sus obligaciones fiscales. Las condiciones que han de cumplirse para que pueda calificarse de pública y preventiva la política social y hablar de Estado de bienestar o un servicio público de asistencia : - titular asistente La titularidad estatal capaz de generar unos derechos en los ciudadanos y unos deberes en los gobernantes, nacida del reconocimiento democrático de un derecho social de todos los ciudadanos a los servicios públicos. - los recursos utilizados, origen de los recursos proceda de un sistema fiscal estatal, que obtenga los medios por la va contributiva, justicia redistributiva del sistema fiscal del Estado, que extrae riqueza de los más ricos para revertirla a toda la sociedad, en forma de servicios públicos financiados por los presupuestos generales. No era el caso de la filantropía ilustrada o a la beneficencia liberal, nutrida de recursos extraídos de la Iglesia y particulares para municipalizarlos y utilizarlos como si fuera beneficencia municipal. - la finalidad perseguida, Entender la naturaleza de la pobreza o la necesidad como una privación de derechos individuales capaz de generar una responsabilidad estatal por erradicarla. No se trata sólo de suplir defectos, sino de crear servicios positivos nuevos que responden a los derechos básicos de enseñanza, sanidad, trabajo, seguridad social, represión penal, vivienda e inmigración. - los destinatarios buscados generalización de la asistencia ,tener un destino asistencial universal y no contributivo en el marco de la administración del Estado , es decir, un derecho exigible y obligatorio por todos los ciudadanos, en calidad de miembros del Estado y no como contribuyentes. Una seguridad social que vincula las pensiones a la situación contributiva del asegurado no ha llegado al culmen de la previsión pública hasta que no reconoce derechos no contributivos. - reconocímiento legal de esta relación.

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El tipo de relación entre asistente y asistido, éste no debe agradecerle a aquél su generosidad particular, sino que ha de exigir al Estado el reconocimiento de un derecho público. La caridad o la beneficencia producían agradecimiento, dependencia y sumisión por un regalo gratuito, el sistema público de previsión genera satisfacción o frustración política del usuario con los Servicios Sociales, que se puede traducir en un voto o en un castigo político.

2. De lo privado a lo público: la cuestión social, el nacimiento de la previsión y el reformismo social El enfrentamiento de dos siglos de la historia de los Servicios Sociales se planteó entre dos opciones: iniciativa particular benéfica (regalo) o intervención pública estatal (derecho) hasta que a principios del siglo XX, las élites regeneracionistas, radicales y socialistas coincidieron en que la solución colectiva y pública era la más apropiada. El Estado, mediante sus recursos fiscales y legales, debía intervenir para corregir el problema del reparto de la riqueza en la sociedad, de manera que la asistencia social fuera un derecho que asiste al ciudadano y una obligación que compete al Estado.

2.1. La cuestión social durante la Restauración La Restauración solía servirse de eufemismos para referirse a los problemas ingratos: término cuestión para expresar una serie de conflictos, como la universitaria, la eclesiástica, la social, la regional, la colonial, etc. La cuestión social quería expresar con nombre dulcificado el conflicto entre obreros y patronos, entre capital y trabajo. Sobre ello los teóricos de la Restauración tenían algunas ideas preconcebidas, como la baja catadura moral de los obreros, que eran dados a la violencia y al vicio, por su propia y merecida ignorancia y pobreza. Las reivindicaciones de las organizaciones obreras no dejaban de ser vistas como una intromisión inaceptable e ilegítima en la libertad individual de los patronos y de los demás obreros. En los años ochenta comienza a plantearse hasta dónde ha de llegar el individualismo liberal frente a la intervención del Estado a la hora de solucionar los problemas de la sociedad. Qué soluciones debían aplicarse a los problemas causados por la aparición de la industrialización, por la nueva situación de la mano de obra asalariada, por el enfrentamiento entre proletarios y patronos. La respuesta liberal dejaba esta relación a la libre concurrencia particular, y entraba en contradicción con las nuevas doctrinas de los emergentes movimientos sociales del proletariado que pedían la intervención del Estado. Tres respuestas importantes a esta cuestión: - cultura conservadora Alimentada principalmente por la doctrina y práctica de la Iglesia, solución recristianizadora y paternalismo Los conservadores no se despegaron de esta hasta iniciado el siglo XX. - la cultura liberal radical

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La cultura liberal, se inspiraba en un abanico de ideas que va desde la ingenua y paternal conjunción de intereses heredada del socialismo utópico, pasando por la armonización inspirada en la filosofía krauso-positivista, hasta llegar al intervencionismo reformista del Estado. - la del movimiento obrero. Nacida del proletariado mismo, una dialéctica revolucionaria, bien fuera en la versión socialista de la lucha de clases, acompañada por la legislación y la política desde el Estado, o bien fuera en la traducción anarquista de la erradicación de todo poder institucional. Destacaron como las más influyentes: La conservadora y la liberal, que tuvieron capacidad de legislar sobre la arcaica política social del régimen de la Restauración. Ambas confluían en la propuesta fundamental de la armonización como solución al conflicto y compartían la finalidad básica de evitar la confrontación que propugnaban las teorías sociales más agresivas, pero por caminos distintos. Practicaron ambas el paternalismo social, aunque en mayor medida los liberales que los conservadores. El paternalismo liberal como una actitud más bien secular, practicaron políticas de control riguroso de los trabajadores dentro y fuera de lugares de trabajo, a base de acciones dirigidas a las capas populares -bajo apariencia de enseñanza y formas de ocio-. En cambio, el paternalismo conservador-católico era religioso, basado en la actitud de Dios Padre, la sociedad debía aceptar con obediencia y sumisión. En cualquier caso, armonización y patemalismo nos retrotraen a culturas tradicionales, se aplicaron soluciones culturales viejas a situaciones sociales nuevas.

2.1.1. La solución católica pensaba que la beneficencia era más rentable que la previsión La Iglesia española en esta época insistía en el recurso benéfico como solución a la cuestión social, actitud y comportamiento sociales heredados de la caridad del Antiguo Régimen o como mucho de la beneficencia liberal moderada. Alejada de Europa, donde se experimentaba ya lo que sería el reformismo social, la asistencia no benéfica, e incluso llegaba a esbozarse en Alemania lo que habría de ser el Estado del bienestar. La Iglesia estaba alejada de los problemas nuevos ( problema social se hallaba en las clases trabajadoras, a las que aún no había descubierto como destinatarias de su acción), se centró en la enseñanza de las élites y el cuidado de los pobres, según su vieja costumbre de relacionarse con una sociedad dicotómica de privilegiados y marginados. La Iglesia propuso una ofensiva recristianizadora, con el consentimiento y el apoyo del régimen de la Restauración, conseguía buenos efectos de orden, pacificación, sumisión, prestigio y liderazgo de la Iglesia y de las élites. Pero la persistencia benéfica de la Restauración obstruyó y retrasó el reformismo social, es decir, dificultó el papel del Estado y de la iniciativa pública en la solución de los nuevos problemas sociales. No admitían que el Estado interviniera en las relaciones sociales por miedo a perder la hegemonía de sus relaciones con la sociedad, creía así defender su liderazgo social frente al del Estado, incluso restringieron las posibilidades que la encíclica social Rerum Novarum

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abría a la Iglesia para apoyar el reformismo social y se entregaron a la práctica de los gremios, círculos, cooperativas, sindicatos confesionales y mixtos. La legislación social de la Restauración expulsa la iniciativa municipal de la gestión de la beneficencia e introduce el protagonismo de la Iglesia bajo el amparo administrativo del protectorado estatal de la beneficencia, lo convertía en protector de las fundaciones benéficas de la Iglesia y en controlador de los ayuntamientos. Frenó así el proceso de urbanización de los Servicios Sociales que habían iniciado los liberales radicales, a favor de una cierta desruralización de la beneficencia, y empeoró la proximidad y eficacia de sus recursos asistenciales al ponerlos a disposición de la represión política caciquil mediante el control del gobernador civil y del ministerio correspondiente. La Iglesia repobló el bosque frondoso de fundaciones benéficas particulares,órdenes religiosas, expulsadas por la política laicista francesa, que establecieron aquí sus fundaciones asistenciales y de enseñanza. La ley de asociaciones de 1887 contribuyó a un relanzarniento muy poderoso de la Iglesia regular asistencial y docente, incrementó sus propios centros y ofreció personal religioso especializado en administrar y dirigir instituciones de la beneficencia provincial y municipal ( Hermanas de la Caridad, alta eficacia profesional, un coste mínimo y una notable rentabilidad social para las élites y la Iglesia, retrasaron el proceso de modernización y secularización asistencial, particularmente la terciarización y profesionalización de las profesiones de enfermeras y ayudantes sanitarios )

2.1.2. La solución conservadora, ante la cuestión social, prefiere curar que prevenir Siguió insistiendo en la recatolización de la sociedad como instrumento de superación de la cuestión social: todos los problemas sociales del obrerismo obedecían a su secularización y al deterioro de sus costumbres y relaciones por haberse convertido en una clase atea. La solución correcta era la resignación y la educación de la clase obrera en los principios de la moral cristiana. Los mensajes religiosos de obediencia, sumisión, jerarquía y autoridad divina, el imperativo de la conciencia moral y la virtud, eran elementos indispensables para mantener el orden social y apuntalar la jerarquía y autoridad de las élites. La armonización de clases mediante sistemas religiosos tradicionales y con propuestas sindicales católicas generalmente interclasistas y pacificadoras. Los grupos dirigentes de la primera Restauración no estuvieron interesados o se opusieron a la cuestión obrera, afines a culturas antipreventivas, el individualismo liberal y la cultura religiosa de la beneficencia particular. Se atentaba valores más sagrados del sistema liberal burgués: Dios, familia, patria y propiedad. Así, el Estado no inició el camino de la reforma social hasta entrado el siglo XX, a pesar de conocer el ejemplo de otras naciones desde hacía treinta años. La precaria situación de las clases populares y obreras era para ellos una enfermedad o una inferioridad moral. Veían la...


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