14.- El arte de la Edad de Hierro en Europa y la Península Ibérica PDF

Title 14.- El arte de la Edad de Hierro en Europa y la Península Ibérica
Author Libertad Sevilleja
Course Arte Prehistórico
Institution UNED
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Resumen ilustrado del tema 14 de la asignatura. ...


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XIV EL ARTE DE LA EDAD DE HIE HIERRO RRO EN EUROPA Y LA PENÍNSULA IBÉRICA La Edad de Hierro recibe su nombre de la generalización de este metal, si bien se caracteriza por la aceleración de las actividades económicas y culturales de los pueblos europeos del primer milenio a.C hasta generar la aparición de los primeros estados. Hay una continuidad con las poblaciones del Bronce final, pero la llegada a Centroeuropa de gentes e influencias orientales que darán lugar a una nueva sociedad agraria dominada por una aristocracia guerrera. Una segunda fase del Hierro se caracteriza por la consolidación de la cultura celta. Algo similar ocurrió en la península ibérica con el desarrollo de la Cultura Ibérica. Ambas culturas se solaparon en la transición entre Prehistoria e Historia, disolviéndose finalmente en el mundo romano. El hierro, muy abundante en la naturaleza y de fácil extracción, rompió los monopolios y las comerciales del Bronce, perdiendo el carácter de prestigio que los metales tuvieron hasta el momento. Este cambio también supuso el final de los imperios orientales y el auge de los occidentales como núcleo central de desarrollo económico y social. La influencia orientalizante, transmitida por los griegos -con especial influencia en el ámbito mediterráneo-, impregnó el arte, la religión y las costumbres de las sociedades europeas.

1. LA EDAD DEL HIERRO EN EUROPA 1.1 ENCUADRE HISTÓRICO La primera Edad del Hierro en Centroeuropa, o fase Hallstatt , se extiende desde Polonia hasta la mitad norte de la península ibérica. Los pueblos de las estepas orientales trajeron un nuevo modelo de sociedad agraria gobernada por una aristocracia guerrera que gusta del lujo y productos suntuarios. Vuelven los enterramientos por inhumación, pero ahora los príncipes guerreros se entierran en carros de cuatro ruedas bajo grandes túmulos de los que proceden la mayoría de objetos Hallstáticos. La segunda Edad de Hierro o fase de La Ténè -que comienza hacia el 450 a.C y se funde con la Historia antigua con la conquista de Roma tras la Guerra de las Galias- estuvo dominada por la cultura celta, con gran influencia en toda Europa hasta el punto de que se ha convertido en seña de identidad de algunos pueblos europeos actuales.

1.2 HALLSTATT Desde el Bronce final, con la Cultura de los Campos de Urnas, se configuraron patrones estéticos que, desarrollados durante la Hallstatt, constituyen el sustrato protocéltico. El arte hallstático de la primera Edad del Hierro hereda los patrones geométricos del arte del Bronce final, sumando influencias de cimerios, escitas y griegos. La mayoría de los objetos artísticos del periodo son ofrendas funerarias entre las que destaca la Crátera de Vix decorada al estilo griego. La iconografía de este arte incluye zoomorfos estilizados que, posteriormente, configuraron la mitología celta. En escultura destacan las estatuas ecuestres.

1.3 EL ARTE CÉLTICO Frente a la contención y sobriedad del arte hallstático, durante La Ténè se configuró el arte celta, tratando de reflejar el mundo natural mediante objetos de gran belleza y simbolismo religioso donde la estilización de las figuras y los motivos geométricos curvilíneos crearon un modelo imitado por corrientes artísticas de cualquier época posterior, permanenciendo hoy día. Este arte, desde Centroeuropa, se extendió al este y oeste de Europa formando cuatro estilos: – Estilo primitivo o temprano -h. 450 a.C.-: destaca por la frecuencia de motivos orientales, griegos y etruscos, desarrollando el gusto por motivos curvilíneos abstractos y patrones repetitivos con frecuencia de temas vegetales. – Estilo Waldalgesheim o vegetal -h. 350 a.C.-: se acentúa la abstracción curvilínea, reemplazando la simetría por una decoración vegetal más libre y fluida de tallos y flores entrelazados. – Estilo del relieve plástico -h. 290 a.C.-: comienza el interés por la tridimensionalidad de las figuras con altorrelieves. Las piezas más conocidas de este estilo responden a objetos funcionales. – Estilo de las espadas -h. 190 a.C.-: frente al anterior, los motivos son planos, lineales y

abstractos, en ocasiones contenidos en contornos de animales. La escultura celta en piedra no es muy abundante y se localiza, especialmente, en el sur de Francia. Además de estatuas menhires, existe una estatuaria relacionada con santuarios, animales monstruosos devorando humanos o cabezas cortadas. Sin embargo, el arte celta encuentra su mayor expresión en la decoración de objetos metálicos vinculados a la guerra o la religión. Tras la conquista de las Galias, el avance romano y de los pueblos sajones arrinconó a los grupos celtras en Escocia e Irlanda, donde fueron cristianizados desde el siglo IV y desarrollaron una estructura eclesial diferente a la europea con talleres artesanales muy activos que mantuvieron el arte celta bajo dominio cristiano. La perduración del arte celta se debe a su versatilidad y capacidad de adaptación como motivo decorativo en objetos diversos.

1.4 OTRAS ARTES EUROPEAS DE LA EDAD DE HIERRO Existieron otros focos artísticos en Europa a finales del Hierro, estimulados desde las grandes culturas mediterráneas y asiáticas, vinculados al mundo de la Historia antigua. Destaca el arte tracio de la península balcánica, que muestra una gran capacidad de asimilación de influencias escitas, celtas y griegas.

2. EDAD DEL HIERRO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA 2.1 ENCUADRE HISTÓRICO En la península Ibérica se parte de un sustrato indígena del Bronce final muy diferente. Los pueblos prerromanos de la mitad norte continuaron recibiendo influencias y grupos centroeuropeos Desde el siglo VIII a.C aparecieron en el sur y este los primeros contactos con colonizadores fenicios y griegos que acabarían fundando importantes colonias de gran impacto económico y cultural. De esta combinación de influencias surgirá durante la primera Edad del Hierro el reino de Tartessos. En el segundo Hierro, de forma paralela a una mayor presencia griega y al surgimiento del poder cartaginés en el norte de África, surgen los pueblos celtibéricos del norte y la Cultura Castreña del noroeste mientras en el sur y este se desarrolla la Cultura Ibérica que pervivirá como forma indígena en la Hispania Romana, donde se irá disolviendo paulatinamente. Terracota púnica de Ibiza

2.2 LAS FENICIA

ARTES

DE

LA

COLONIZACIÓN

Los fenicios fueron un pueblo del Mediterráneo oriental que formaron un imperio comercial e innovaron la arquitectura y las artes suntuarias. Su presencia en las costas andaluzas se remonta al 1110 a.C., si bien la arqueología no ha encontrado muestras anteriores al siglo VIII a.C. A partir de este momento se fundaron ciudades y factorías fenicias costeras que pondrán la zona en contacto con los mercados orientales. Como consecuencia se introdujeron nuevos productos agrícolas, animales domésticos, nuevas técnicas para el trabajo del hierro y la plata y, sobre todo, novedades culturales como la escritura alfabética y el gusto por lo oriental como signo de prestigio. Los restos de arte fenicio muestran objetos de prestigios que primeramente fueron importados y después fabricados en la península siguiendo el modelo oriental. Así, destacan cerámicas de barniz rojo y decoración geométrica, marfiles, vidrios y terracotas. Figuras humanas o conjuntos son las principales piezas en necrópolis y santuarios, si bien la principal aportación artística se produjo en la orfebrería con obras de gran calidad a partir de la soldadura de filigranas y granulados junto a una iconografía oriental egiptizante. Destaca el taller de Gadir, donde se produjeron piezas de gran delicadeza como el Sacerdote de Cádiz , un personaje masculino vestido con túnica que recoje sus manos sobre el pecho.

2.3 LAS ARTES DE LA COLONIZACIÓN GRIEGA No será hasta comienzos del VI a.C cuando la presencia griega en las costas ibéricas sea realmente destacable. Desde ese momento se multiplican los hallazgos de objetos artísticos griegos pertenecientes

a élites peninsulares. La influencia griega permanecería hasta la llegada de Roma para combatir a los cartagineses. Entre los objetos artísticos griegos encontrados en la península destacan las esculturas marmóreas de Ampurias dedicadas a Afrodita y Asclepio. Otras manifestaciones broncíneas muestran a dioses y personajes mitológicos realizados por cera perdida, con gran repercusión en la estatuaria ibérica. Finalmente destacan las cerámicas, vasos áticos de figuras rojas y negras.

Centauro de Royo

2.4 TARTESSOS Y EL PERIODO ORIENTALIZANTE Durante el Bronce final se produjo una confluencia de contactos de las corrientes culturales atlánticas y mediterráneas precoloniales en el suroeste de la península. Desde la fundación de Gadir los contactos con el mundo fenicio se estrecharon y las élites tartéssicas adoptaron sus costumbres y gustos. Así, en el poblado del Carambolo -Sevilla- se documenta un importante santuario fenicio. Sin embargo, no existe mucha información arqueológica sobre el mundo tartéssico, dudándose incluso la existencia de la propia ciudad de Tartessos. La orfebrería tartéssica constituye uno de los campos artísticos de mayor belleza y altura técnica desarrollado por los pueblos prerromanos de la península Ibérica. Algunas piezas fueron importadas del Mediterráneo oriental, si bien la mayoría se deben a artesanos locales.

2.5 EL ARTE IBÉRICO La Cultura Ibérica hace referencia al sustrato cultural común -centroeuropeo, griego y fenicio- de los pueblos prerromanos de la fachada mediterránea y sur peninsular desde mediados del VI a.C hasta el I a.C., momento de la ocupación. Se establecen diferentes épocas de desarrollo para esta cultura: – Época de formación -VI-V a.C.-: influencia oriental. – Época plena -V-III a.C.-: influencia griega -su principal representación son las Damas-. – Época tardía -III-I a.C.-: influencia cartaginesa. Estos pueblos muestran sociedades complejas que desarrollaron un arte profundamente influenciado por lo religioso y lo funerario, sirviendo a su vez de exponente de status social.

2.5.1 LA ARQUITECTURA FUNERARIA IBÉRICA En la arquitectura civil ibérica, de materiales perecederos, destaca la tipología funeraria. El rito ibérico de enterramiento por incineración incluye un banquete funerario. Posteriormente se introducían las cenizas en un vaso cerámico y se depositaban en una cámara subterránea acompañadas de la vajilla del banquete y el ajuar funerario. – Las CÁMARAS FUNERARIAS, talladas en roca o excavadas en el suelo y cubiertas de un túmulo, muestran el poder y las riquezas de las élites sociales. Se acompañaban de armas, objetos personales y piezas de prestigio. Merece especial mención la Tumba de Baza, donde se halló como recipiente funerario la escultura de una dama ibérica, pieza emblemática de la cultura. Sobre los túmulos funerarios, o en las necrópolis, se erigían monumentos formados por columnas coronadas por esculturas que presentan temas orientales bajo tratamiento indígena. – Los SEPULCROS TURRIFORMES consisten en construcciones verticales de sillares de piedra sobre una base escalonada, constituyendo la forma de enterramiento del más alto nivel social. Se sitúan, por ello, en lugares estratégicos fuera de las necrópolis.

2.5.2 LA ESCULTURA EN PIEDRA La escultura ibérica en piedra está tallada sobre caliza, piedra de fácil trabajo que ha motivado que algunos autores propongan una fase antigua xoánica a semejanza de la griega en la que pudo existir una abundante producción en madera. La escultura conservada es esencialmente funeraria. El imaginario consta de toros, esfinges, leones, animales fantásticos e híbridos humanoanimal. Todos ellos eran guardianes de tumbas y lugares de culto siguiendo modelos de relieves orientales reinterpretados. En Porcuna -Jaén- se halló un conjunto escultórico perteneciente a la tumba de una alto personaje con figuras de gran tamaño en movimiento, caballos y guerreros armados en escenas de combate. La delicadeza de su factura hace pensar en autoría griega. Las esculturas más representativas del arte ibérico son las damas, figuras femeninas que representan sacerdotisas o diosas orientales ricamente engalanadas que pueden aparecer sedentes, entronizadas, vaciadas para servir como urnas cinerarias o erguidas y hieráticas como portadoras de ofrendas. Entre ellas merece mención emblemática la Dama de Elche, hallada en La Alcudia en 1879, que probablemente formó parte de una escultura mayor. Con el rostro enmarcado por dos enormes rodelas laterales, luce espléndidas joyas de gusto oriental y varias túnicas superpuestas. Al mismo patrón compositivo pertenece la Dama de Baza -de facciones más toscas-, sentada en un trono con respaldo alado y garras de león en las patas, cuyo rostro se muestra entre dos grandes pendientes. Está pintada con vivos colores y sostiene en su mano un pichón. Todas ellas se realizaron entre los siglos V y IV a.C., en la época plena de la cultura ibérica.

2.5.3 LOS BRONCES VOTIVOS La estatuaria ibérica en bronce se reduce a pequeñas figuras de hombres, mujeres y animales realizados a la cera perdida. Aparecen en santuarios como exvotos, respondiendo a un modelo que, si bien posteriormente se muestra mecánicamente repetido, muestra cierta evolución.

2.5.4 LA PINTURA SOBRE CERÁMICA Son, principalmente, arcillas rojizas de cocción oxidante pintadas en rojos y ocres con clara influencia centroeuropea, si bien sus formas modeladas e iconográficas responden a modelos fenicios, griegos y orientales. Gran parte de esta cerámica estaba destinada a usos ceremoniales o funerarios. Estos vasos reciben las decoraciones más complejas, exclusivamente geométricas o con ricos motivos vegetales, animales e incluso escenas con personajes cotidianos. El primer grupo cerámico con características propias es el de ElcheArchena o estilo simbólico, vasos cerámicos repletos de decoración vegetal que rellenan figuras de animales temibles, híbridos de lobo y león con garras de águila y lengua de serpiente denominados carnassier carniceros-. Esta iconografía puede incluir figuras femeninas representativas de la diosa Tanit, encerrando un lenguaje simbólico desconocido para nosotros. En la Comunidad Valenciana aparece el estilo pictórico Oliva-Liria o narrativo que representa escenas cotidianas sin el formalismo del estilo anterior. Pese a su sencillez se ajusta a una realidad rica en detalles, a la manera de un retrato social de la vida ibérica.

2.6 OTRAS ARTES DEL HIERRO II PENINSULAR Existieron otras artes en la península ibérica durante el Hierro, aunque sin la espectacularidad del arte ibérico. Son características las cerámicas pintadas celtibéricas decoradas con motivos geométricos centroeuropeos y figuras negras sobre barro rojo. Pero quizá lo más conocido de este arte sean las esculturas de animales de gran tamaño en piedra granítica, conocidas como verracos, que constituyen el exponente de una sociedad eminentemente ganadera. Finalmente, la cultura de los Castros del noroeste peninsular también sufrió la influencia celta, presente en motivos geométricos espirales y, sobre todo, en los escudos de las esculturas conocidas como guerreros lusitanos....


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