2. La colmena PDF

Title 2. La colmena
Course Literatura española contemporánea I
Institution Universidad de Zaragoza
Pages 9
File Size 139.6 KB
File Type PDF
Total Downloads 103
Total Views 145

Summary

Apuntes sobre el libro de Cela, La colmena...


Description

LA OBRA DE CELA EN EL MARCO DE LA NOVELA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA La Colmena es una novela escrita por Cela en 1946 y publicada en Buenos Aires en 1951. Es un retrato de la vida de Madrid en 1942 (años de la miseria) en el que los personajes son insignificantes, irrelevantes. Trata sobre la soledad del ser humano en la sociedad y las repercusiones de la Guerra Civil, por lo que es una novela social que pone de manifiesto un testimonio histórico acerca de la realidad social de la posguerra. Temas sociales como el hambre, el dinero, la degradación moral y la satirización de la moral conservadora. El modelo de la novela es behaviorista, es una novela conductista. Los personajes de la novela carecen de ideas, Martín Marco es el único que piensa. Las características más destacadas de la novela son la interiorización, el uso de la corriente de la conciencia y del monólogo interior, la coherencia del punto de vista, la simultaneidad narrativa, la ruptura de la linealidad temporal. Rasgos de La Colmena: ausencia de un argumento sólido; peculiar composición; impresión de caos, desorden, que refleja el ambiente social del Madrid de posguerra; carencia de un deseable final, pues su finalidad es testimonial, que no presente una solución; pálido reflejo de la entrañable y dolorosa realidad. Cela no dejó de afirmar una y otra vez lo que defendía Pío Baroja, uno de sus maestros indiscutibles, al que el escritor gallego debe también la articulación marcadamente episódica y fragmentaria de sus discursos narrativos, la proliferación de personajes en ellos, y el tratamiento de estos con la técnica del improperio.

1. LA COLMENA EN EL CONTEXTO DE LA NOVELA CONTEMPORÁNEA En el prólogo a Mrs. Caldwell habla a su hijo el novelista precisa que «La colmena es la novela de la ciudad, de una ciudad concreta y determinada, Madrid, en una época cierta y no imprecisa, 1942. [...] En La colmena no presto atención sino a tres días de la vida de la ciudad, o de un estrato determinado de la ciudad, que es un poco la suma de todas las vidas que bullen en sus páginas, unas vidas grises, vulgares y cotidianas, sin demasiada grandeza, esa es la verdad. La colmena es una novela sin héroe, en la que todos sus personajes viven inmersos en su propia insignificancia». También la define allí en estos términos: «una novela reloj, una novela hecha de múltiples ruedas y piececitas que se precisan las unas a las otras para que aquello marche», aludiendo a su fragmentaria articulación en secuencias breves en las que aparece un cúmulo de personajes «un torrente, o una colmena, de gentes que a veces son felices y a veces no». Finalmente, la «Nota a la tercera edición» de la novela que nos ocupa comienza con esta rotunda afirmación: «Quisiera desarrollar la idea de que el hombre sano no tiene ideas. A veces pienso que las ideas religiosas, morales, sociales, políticas, no son sino manifestaciones de un desequilibrio del sistema nervioso». 1) Novela sin héroe, de protagonismo colectivo o «novela de la ciudad» 2) Novela de tiempo reducido («tres días») con un lapso (3 o cuatro días). 3) Novela estructural («una novela reloj, una novela hecha de múltiples ruedas y piececitas que se precisan las unas a las otras para que aquello marche»). La colmena comparte con Pabellón de reposo la misma técnica, pues la última va acerca del microcosmos sanatorial frente al microcosmos de la ciudad (urbano) de La colmena. 4) Novela «behaviorista» o conductista («el hombre sano no tiene ideas»).

-

El protagonismo colectivo

Destrucción del protagonista clásico de las novelas decimonónicas. Sociólogos de la literatura como Lucien Goldmann han interpretado esta sustitución como el eco novelístico del tránsito de una economía de libre concurrencia a otra de monopolios, proceso que, iniciado en el siglo XIX, concluye hacia 1910. Sin apurar tanto los paralelismos, bástenos constatar que, efectivamente, el mundo hoy ya no está configurado por individualidades superiores, sino por grupos, partidos, y, en definitiva, la colectividad, fenómeno perfectamente descrito en 1930 por José Ortega y Gasset en un libro de amplio éxito en toda Europa: La rebelión de las masas. Esta evidencia sustenta precisamente toda una filosofía literaria, y más en concreto novelística, que lleva el nombre de unanimismo y fue ideada por el escritor francés Jules Romains, con quien han relacionado explícitamente La colmena, entre otros, Manuel Durán en su artículo de 1960. En esencia, el unanimismo es la concepción de los grupos humanos como seres dotados de vida propia. Por entre todos sus componentes individuales circula una corriente unificadora de origen espiritual, determinante de esa nueva unidad colectiva, cuyo nombre procede de la fusión de las palabras y las nociones de unité y âme: el unánime. La obra unanimista más importante de Jules Romains fue Los hombres de buena voluntad. Al comienzo del capítulo VI de la obra de Cela, un personaje «oye la vida de la ciudad despierta» como un organismo diferenciado y autónomo, pero ya en el primero un colectivo humano es visto como unánime, el café de doña Rosa, cuyo «corazón [...] late como el de un enfermo, sin compás».

2. Estructura de La Colmena Aparece distribuida en siete grandes unidades: seis capítulos numerados de I a VI y un Final. Todos los capítulos poseen una extensión equivalente, salvo el VI y el último. Todos comparten una misma organización interna, pues, dentro de ellos, están organizados en secuencias separadas entre sí por un blanco tipográfico. El interlineado mayor marca una secuencia. En total suman 217 secuencias: 47 en el capítulo I, 46 en el II, 25 en el III, 43 en el IV, 28 en el V, 9 en el VI y 19 en el Final. La línea de puntos sirve como transición en el desarrollo de una anécdota narrativa única, marca la continuidad con un mismo personaje y suele resultar en un cambio temporal de presente-pasado o viceversa. La sucesión de secuencias es un recurso, que se materializa tipográficamente, para conseguir el efecto de simultaneidad. Las secuencias tienen una relación de sucesión temporal. En otras ocasiones, la unidad entre las secuencias es que se dedican a un mismo personaje – Martin Marco, Julita y Ventura, la madre de Julita y la historia de Vitorita y su novio construyen el marco narrativo. Entre las secuencias se pueden establecer diferentes relaciones: secuencias aisladas sin relación; otras guardan una relación significativa en la que el narrador no interviene ( por ejemplo, don Ibrahim esta ensayando en su casa un discurso acerca de un tema jurídico – relación de contrapunto humorístico, genera un significado humorístico); relación de contigüidad física ( como en el patético final de la novela, en el que Marin Marco va a visitar la tumba de su madre pensando en un futuro a pesar del edicto publicado en el periódico). El perro moribundo del capítulo Final representa la misma suerte de Martín Marco. En los intersticios entre secuencia y secuencia se producen considerables elisiones en el discurso que resulta en un fragmentarismo en el que la trama no resuelve todos los interrogantes que plantea. La yuxtaposición de las secuencias genera un significado irónico, hay humor, ironía. La composición de la novela en secuencias permite presentar acciones diferentes que ocurren simultáneamente en el tiempo, esto enriquece el juego de perspectivas sobre un mismo suceso. Como lectores percibimos un bullo de personajes cuya voluntad estética es la confusión de las personas que no se constituyen.

Simultaneidad espaciotemporal Hay un perfecto ajuste entre La estructura de la obra y sus objetivos temáticos. Pero la forma espacial y el simultaneísmo que genera sirve para mucho más. Por ejemplo, para el contrapunto irónico, del que constituye tan sólo una muestra entre las múltiples posibles la viñeta 81 (cap. II), en que el jurisconsulto don Ibrahím de Ostolaza y Bofarull ensaya un discurso forense en campanudo estilo. La simultaneidad se produce por la repetición de frases y situaciones idénticas. para reflejar la vida de una ciudad no existe, creo yo, mejor procedimiento que el simultaneísmo», fruto en definitiva de una solidaria reducción en el tiempo y el espacio novelescos. Acaso sea en el capítulo IV donde el simultaneísmo resulta más un recurso temático, contrapuntístico y musical, que un artificio constructivo; donde La colmena cobra un valor sinfónico, o mejor, de fuga. Un tema, el amor, en diferentes variaciones: abierta o subconscientemente apetecido en la soledad de sus cuartos por Victorita y Elvira; consumado por Javier y su querida Pirula en el ático de sus encuentros; por Laurita y su amante Pablo en un hotel; por el guardia Julio García y Petrita en el solar de la antigua plaza de toros; por Filo y don Roberto, doña María y Pepe, Paulina y el señor Ramón en sus respectivas alcobas matrimoniales; en cierto modo también, finalmente, por Martín y Punta en el prostíbulo.

3. Tiempo en la Colmena Reducción: tiempo reducido, condensación del tiempo en 3 días. Simultaneidad: sumatorio de acciones, escenas. Pequeñas secuencias en un mismo espacio de tiempo. Anacronía: no se respeta la lógica de la línea del tiempo, de la sucesión temporal. Los elementos que constituyen una novela son: espacio, tiempo, personajes y narrador. Darío Villanueva distingue: Tiempo de la narración, del discurso, tiempo interno; y el tiempo de la historia, externo, de carácter histórico. Tiempo histórico: en qué momento externo a la novela se sitúa en la novela. Tiempo cronológico: referencia a los años, días, semanas, horas que concluye el relato. Tiempo narrado: Tiempo psicológico: está en relación con nuestra consideración o vivencia interna del tiempo, que dista considerablemente de la cronológica: el reloj siempre tarda lo mismo en marcar las horas que a veces a nosotros nos parecen eternas, o, al contrario. Lo mismo pasa con los días, semanas, meses o años, cuya magnitud percibida se acorta a medida que avanza la vida de cada sujeto. Términos que tienen que ver con la anacronía de la novela: Ruptura de la sucesión lógica de los acontecimientos. No corresponde con la línea del tiempo. Analepsis o flashback, y prolepsis o flash forwards. Saltos temporales hacia atrás o hacia adelante desde el presente narrativo, lo que en la terminología de los análisis narratológicos es la analepsis y la prolepsis, y en la técnica cinematográfica el flashback y el flash-forward, respectivamente.

La colmena es un modelo arquetípico de transformación del "tiempo de la historia" en "tiempo del discurso", el único textualmente pertinente. En efecto, contrastando la línea cronológica natural de los hechos narrados con la línea temporal intrínseca de la secuencia narrativa, se advierten todo tipo de manipulaciones artísticas. Sin embargo, en síntesis, la estructura de La colmena a este respecto se define por las tres notas que caracterizan el nuevo tratamiento del tiempo novelesco en la literatura contemporánea: reducción, anacronía y duración múltiple o simultaneidad. La colmena recoge una historia de escasa amplitud temporal, dos jornadas consecutivas, incompletas, y el comienzo matutino de una tercera, «tres o cuatro días» más tarde, según informa la primera frase del FINAL. Hay, pues, una elipsis temporal entre el bloque formado por los seis capítulos y la coda epilogal, lo que significa que el discurso omite un tranco en la continuidad cronológica del tiempo de la historia. El orden cronológico de capítulos sería: La primera jornada en I (la tarde), II (el anochecer) y IV (noche). La mañana de la segunda está en el capítulo VI, y viene precedida por su tarde (III) y noche (V). El FINAL corresponde a parte de la mañana de la última jornada, tres o cuatro días después de la última anterior. Por eso, si quisiéramos leer la novela en la trayectoria cronológica: I, II, IV, VI, III, V, FINAL.

El narrador retrocede frecuentemente en el tiempo para proporcionarnos el pasado de los personajes —es decir, analepsis indirectas— existen otras directas, verdaderos flashbacks. Como los de las secuencias complejas del capítulo IV, la 135. La narración corresponde a la noche del día primero, y está dominada por el tema sexual, a través de los sueños o ensoñaciones de los protagonistas solitarios y de las relaciones de alcoba entre matrimonios, parejas ocasionales, de novios o amantes. Lo primero que leemos en dicha viñeta es lo que Victorita le dijo a su novio «un día, antes de que él se pusiera

malo», y luego una extensa escena en la que la joven es objeto de una propuesta erótica «una vez, ya durante la enfermedad del novio», en que la abordó en la calle «un señor muy bien vestido». Sólo después de tres páginas una regleta de puntos nos proyecta a la noche de Victorita, que es el mismo momento que comparten con ella los personajes de las otras secuencias. Mucho menos comunes son las alteraciones de la secuencia temporal por su proyección hacia delante, y sin embargo encontramos una de estas prolepsis en la secuencia 165, perteneciente al capítulo V, articulada en cinco secciones. El relato se sitúa hacia las ocho y media, al principio de la noche del día segundo. Julita, la novia de Ventura Aguado, conversa, de regreso a casa, con su ingenua madre, doña Visi. En el capítulo III, correspondiente a esa misma tarde, los dos novios han estado juntos en una alcoba de una casa de citas presidida por el retrato del difunto esposo de la dueña. Pues bien, de nuevo en el capítulo V, una transición propiciada tipográficamente por una línea punteada nos traslada «al día siguiente» —tercera jornada de la historia, pues—, cuando doña Visi recibe en una carta para su hija la comprometedora foto, cuya procedencia, por supuesto, ella ignora. El misterio de este mensaje, acompañado por un papel «con torpe letra de criada» donde se leía «/conoces a éste, chata?», es debido a estos juegos de complicación temporal con los que Cela se recrea en La colmena.

El tiempo histórico se sitúa en 1942. Anacronía que se manifiesta de dos maneras diferentes. Primeramente, los capítulos, que tienen unidad temporal bastante acusada salvo el V, no siguen un orden cronológico estricto. La sucesión de las paginas no respeta la sucesión cronológica de los acontecimientos. En el interior de las secuencias, se producen también analepsis y prolepsis (anacronía estructural). De una manera estructural, Cela coloca unas cosas antes de otras, o viceversa. Rompe la estructura del tiempo. Historia de Vitorita - prostitución anunciada. Esta historia está desordenada desde el punto de vista del tiempo, es una crónica de una muerte y prostitución anunciada. En primer lugar, su marido al principio no está de acuerdo. Sin embargo, al final, llega a decirle “Bueno”. En el capítulo IV, el prestamista le ofrece dinero, pero Vitorita y Paco lo rechazan. Se produce una anacronía estructural dentro de los propios capítulos. Responde a unos efectos estéticos Sucesión anacrónica en la que se anticipan acotamientos: Retrato de don Obdulio - capítulo 5. Julita y su padre se encuentran en la misma casa de citas. Julita le cuenta a su padre que va a hacerse una foto, y su padre iba a visitar a un enfermo. En la alcoba, donde Julita se encuentra con Ventura, y su padre con Lola, está la foto del marido de la viuda que alquila las habitaciones. En torno a la foto, se produce un relato humorístico, una ironía de carácter humorístico. Lola coge la foto y la manda a la casa de Julita. Hay un pesimismo irónico, envueltos en unos encuentros sexuales.

4. Espacio en La Colmena. El espacio autentifica, da veracidad al relato, y sitúa a los personajes, llegando incluso a disputarles el protagonismo de la novela. La colmena es en gran medida la epopeya de una entidad colectiva, Madrid, cuyo «alborotador latido» Martín Marco escucha de mañana al principio del capítulo VI. El Madrid de La colmena está diseñado en torno a un eje o arteria, la Gran Vía, punto de reunión de todas las clases sociales en busca del placer o la supervivencia. A ella confluyen dos calles paralelas en donde están algunos de los enclaves principales del espacio narrativo, San Bernardo —la librería de viejo de Rómulo y la tahona de don Ramón— y Fuencarral. En esta última está el foco espacial que abre La colmena y conservará en ella un relevante papel, el café «La Delicia», regentado por la

tiránica doña Rosa, pero también la lechería de la alcahueta doña Ramona Bragado. La ciudad de Madrid es una ciudad orgánica, sobre esta ciudad recae el protagonismo. La percepción de la vida como muerte marcada por la posguerra, idea del sepulcro, al final del capítulo 6. Cela en La colmena no ha pretendido tanto pintar un panorama de la gran ciudad como reflejar la vida que bulle en ella mediante la acumulación selectiva de los personajes.

5. Personajes. La acumulación de personajes, congruente con el título de La colmena, es uno de sus rasgos más característicos. Se incluyen cincuenta y seis personajes reales y doscientos noventa y seis ficticios, y 27 personajes que aparecen en mayor proporción. Son doña Visi; su hija Julia; el novio de ésta, Ventura Aguado; doña Rosa, la dueña del café al que acude regularmente la señorita Elvira; Roberto González; su mujer, Filo, y, final- mente, su hermano, Martín Marco. Este último exige consideración especial. Está en treinta y una secuencias de las doscientas diecisiete que la novela posee y es el único personaje presente en todos los capítulos. Martín es la figura del intelectual bohemio e insatisfecho, preocupado por la injusta ordenación de la sociedad, para cuya corrección se le ocurren ideas utópicas en II, 52. Pero esta faceta de su personalidad convive con reacciones humanas variadas, unas variadas, de sensibilidad, miedo, ternura, orgullo y odio. Sin duda es la conciencia pensante de La colmena, novela en donde, como hemos estudiado ya, los personajes se definen por sus palabras y sus pensamientos que nos llegarán a través de la mediación del narrador. No es así con Martín Marco. Su divagar mental se concreta incluso en el único monólogo interior de toda la obra, en la secuencia 154 del capítulo IV. El protagonismo es colectivo. Los tipos podrían ser sustituidos por otros análogos sin que la estructura y el significado de la obra cambie, aparecen en función de su clase social. Supresión del héroe que cede el paso a la colectividad. Los distintos momentos de la vida de cada personaje se presenta simultáneamente con los de otras personas. Elvira encarna el extrañamiento, desengaño, indiferencia y, sobre todo, hambre y sexo. Es una prostituta frustrada. Martín Marco está en el centro de esta tupida red por lo que apenas si algún personaje destacado deja de tener relación con él. De hecho, en el FINAL todos están reunidos por la preocupación que la suerte de Martín les causa. Martín Marco, crucial como instrumento de integración del espacio y la acción narrativa, también soporta una considerable cohesión temática a la obra, por lo que dice, lo que representa y la actitud del resto de los personajes hacia él.

6. Temas por capítulos. - En I brilla como tema principal la humillación, y se apuntan como subtemas la indecisión, la indeterminación de los personajes, y el aburrimiento. - La pobreza domina en II, junto a la indecisión, la opresión y la violencia. - En III, el aburrimiento, que implica al sexo, y éste a la pobreza. - El sexo, precisamente, es el rey del capítulo IV, a través de la noche y los encuentros amorosos. El sexo es signo de la dominación económica y social de los vencedores, así como de la solidaridad y del calor humano entre los vencidos. Y eso aparece reflejado en Victorita, que está dispuesta a prostituirse para que su novio tuberculoso recupere la salud. - Una de sus servidumbres es el encubrimiento, que se nos presenta en V, en donde también se oculta la pobreza. - En VI es la repetición, realzada en la secuencia novena y final: «La mañana, esa mañana eternamente repetida, juega un poco, sin embargo, a cambiar la faz de la ciudad, ese sepulcro, esa cucaña, esa colmena...». - En FINAL el significado predominante, es la amenaza. Aunque su presencia sea indiscutible, para mí esta coda consagra un tema que por su posición sobresaliente afecta al significado de toda la novela en su conjunto: la solidaridad. El final de la novela...


Similar Free PDFs