22. El Barroco PDF

Title 22. El Barroco
Author Jaime A. Aguirre Santibañez
Course Historia de la Medicina
Institution Universidad Autónoma de Coahuila
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La medicina en el Barroco...


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17 LA MEDICINA EN EL BARROCO (1600-1700) Presentación El siglo XVII creó acontecimientos que acabaron con la mayoría de los obstáculos de carácter dogmático que perduraban de la Edad Media y sentando las bases políticas, sociales e intelectuales del mundo moderno. Surgen las monarquías absolutas cuyo contrapeso es el Parlamento inglés; el equilibrio del poder entre las naciones fue totalmente alterado por una serie de guerras e incesantes intrigas; la batalla decisiva entre el Cristianismo y el Islamismo tuvo lugar ante las puertas de Viena; católicos y protestantes dirimen por última vez con sangre sus diferencias religiosas; se elevan la filosofía, ciencia y medicina en un renacer revolucionario de la razón. El escenario La escena política estaba dominada por tres corrientes principales: la lucha continua entre las monarquías absolutas y las democracias parlamentarias, que culminó en Inglaterra con el triunfo de Cromwell sobre Carlos I; la implacable guerra entre los Borbones de Francia y los Habsburgos del Sacro Imperio Romano; los encuentros a muerte entre el Imperio otomano y el naciente Imperio ruso de Pedro el Grande, disputándose una Polonia debilitada. La mayor tragedia política de este período fue la Guerra de los Treinta Años (16181648), iniciada como guerra civil alemana (protestantes contra católicos) y que terminó en conflicto internacional aprovechado por Francia para hundir el poder de la Casa de Austria. La mayoría de los acontecimientos políticos se hallan entrelazados con la agria disputa entre las sectas protestantes nacidas de la Reforma en el siglo precedente y el poderoso movimiento de la Contrarreforma encabezado por la Compañía de Jesús. Apoyaban a las primeras Inglaterra, Alemania y los Países Bajos y al segundo España, el Papado y Austria. Uno de los efectos de esta lucha fue la emigración de los protestantes al Nuevo Mundo, donde fundaron colonias durante el siglo XVII. La sociedad Los acontecimientos más sobresalientes que caracterizaron esta época, fueron la aparición del capitalismo, las disputas teológicas y militares y la creación del moderno concepto del estado. Fue una época de acción espectacular, como si los primeros actores se movieran incesantemente sobre un gigantesco escenario. Durante la primera parte del siglo del barroco, el hombre lucía larga melena y barba, sombrero con enormes plumas y tizona, que más tarde reemplazó con inmensas pelucas y trajes majestuosos profusamente adornados. A pesar de las maneras cortesanas y de la etiqueta exagerada, la mayoría de las personas de la clase adinerada organizaba fiestas en las que se bebía y comía con

exceso, culminando en orgías de tipo sexual. Un contraste típico del barroco fue la estricta castidad de los monasterios españoles y franceses, prototipo del más puro ascetismo. Prueba del afán que tuvo el hombre del barroco por demostrar su autodeterminación y poder, fueron los incesantes duelos y disputas que tuvieron lugar por cuestiones de honor; pese a los intentos esporádicos y fingidos de las autoridades para suprimir los duelos, miles de contendientes murieron por heridas de arma de fuego o espada. El honor tuvo también mucho que ver con la gran importancia que se le daba a la pompa, ceremonia y prioridad. Ningún noble se consideraba digno de tal título si no contaba con un numeroso personal de cocina, capellán, coro, barbero, confesor, secretario, maestro de ceremonias y médico privado. A todo esto el siglo XVII fue testigo de un aumento desproporcionado de los ejércitos, integrados en su mayoría por brutales y licenciosos mercenarios, que se dedicaban al pillaje y la violación con completa impunidad. Y entre guerra y guerra estos mismos soldados formaban bandas de salteadores que arrasaban los campos. La época que se enorgullecía de su ciencia naciente y se burlaba de la Edad Media, cayó también en la manía de perseguir a las brujas. Una sincera creencia en la realidad de la hechicería, era común a todas las clases sociales tanto entre católicos como protestantes, e incluso hombres de ciencia y humanistas participaban de tal convicción. La manía dio lugar a la tortura y ejecución de miles de hombres y mujeres sospechosos de practicar la magia negra; conducta ésta que se extendió a Nueva Inglaterra, en cuyas colonias, hacia 1692, numerosas brujas fueron ejecutadas en Salem, Massachusetts. No menos extraordinaria fue la gran excitación causada a través de Europa por una sociedad esotérica, llamada Caballeros Rosa-Cruz y Filósofos Rosa-Cruz por otros, que se decía poseedora de la sabiduría que se remontaba al antiguo Egipto. Sus miembros secretos (los iluminados) estudiaban símbolos ocultos, tales como la cruz rosa, svástica y pirámide para descifrar sus mensajes cabalísticos. Entre otras reglas de conducta virtuosa, los miembros del culto estaban obligados a ayudar a los enfermos pobres. Pintura Los pintores barrocos creaban sus obras de acuerdo con dos pensamientos distintos: se veían obligados a satisfacer las demandas de príncipes y prelados ansiosos de obras grandiosas, muchas inspiradas en la historia clásica y en la mitología, y retratos de cortesanos en un ambiente suntuoso; en contraste pintaban la vida como era: campesinos, vagabundos, golfillos callejeros, autorretratos o retratos de colegas y escenas domésticas. Una de las figuras cumbres del arte barroco fue El Greco, quien utilizó como modelos para sus santos a los asilados de un manicomio de Toledo. Los pintores barrocos introdujeron la muy original noción del retrato de seres humanos deformes o con taras patológicas. Velázquez pintó numerosos enanos acondroplásicos y cretinoides; Pieter Breughel y Hieronymus Bosch (El Bosco), se deleitaron pintando paralíticos, ciegos y criaturas grotescamente deformadas; los holandeses retrataron casos de clorosis (llamado mal d'amour), hidropesía, fiebre y melancolía. Esta escuela fue también

excelente representando escenas de interés médico: observando la orina, examinando al paciente en cama, realizando intervenciones quirúrgicas, a más de estudios reveladores del rango social y costumbres de los médicos y la forma en que se enseñaba la disección. Música Al igual que en la pintura, las fuerzas dinámicas que caracterizan el hallaron su expresión en un nuevo estilo de composición musical, una combinación de naturalismo y formalismo, emoción expresada a través de tonalidades matemáticamente equilibradas, esta época inicio el gran el desarrollo de la ópera y el oratorio, el florecimiento de la música sacra y la ampliación monumental de la orquesta sinfónica. En el barroco, la música pasó de ser cultivada por afición a constituir una profesión. Literatura En la literatura inglesa, el puente entre el Renacimiento y el barroco fue William Shakespeare. En España Miguel de Cervantes, cuyo inmortal Don Quijote conjugó en forma inimitable lo románticamente heroico con lo realísticamente grotesco, o lo heroico romántico con lo grotesco práctico, Lope divierte y entretiene a su público con sus comedias de capa y espada, plenas de acción, Calderón lo hace meditar sobre problemas teológicos en La vida es sueño. Los pensadores Los tres problemas más importantes que ocupaban la mente de los filósofos del siglo XVII fueron: las relaciones entre el individuo y el estado, las relaciones entre el hombre y Dios, y la dicotomía de cuerpo y alma. El médico y filósofo John Locke decia que el estado debía estar guiado por la ley natural y proteger los derechos del individuo. Las relaciones entre el hombre y Dios fueron examinadas racionalmente por René Descartes. Descartes afirmó que el mundo físico y el de la mente se hallaban separados, con Dios como único elemento de enlace, lanzando así la doctrina dualista que tan profundamente había de influir en la filosofía de Occidente. Así, Descartes postuló que el cuerpo humano era una máquina influida por el pensamiento, teniendo lugar la comunicación entre el pensamiento y los espíritus animales a través de la glándula pineal. El método científico de Descartes fue de un racionalismo matemático, que trató de reducir a formas geométricas y fórmulas algebraicas las complejidades de la naturaleza. Rechazó cuanto hasta entonces el hombre había tenido que aceptar como artículo de fe, exceptuando sólo la lógica, la geometría, y el álgebra. Estableció cuatro reglas básicas del pensamiento: no aceptar jamás sino ideas claras y distintas; dividir cada problema en tantas partes como sea necesario para resolverlo; los pensamientos deben formularse yendo de lo simple a lo complejo; comprobar todo cuidadosamente, con el fin de estar seguros de no dejar pasar nada inadvertido. Los científicos

Francis Bacon, estableció que el camino para llegar a la verdad no era a través de pruebas previamente establecidas, sino mediante el ejercicio de una mente clara; urgió la necesidad de descartar errores, tradiciones y prejuicios heredados (llamados "ídolos") y usar en su lugar el razonamiento inductivo empírico en la investigación científica. La gran revolución del período barroco consistió en separar lo físico de lo metafísico, transformando la ciencia natural, de servidora de la teología, en una entidad intelectual independiente. El astrónomo danés Johannes Kepler uno de los más grandes observadores de todos los siglos, quien, después de estudiar por varios años los sistemas de Copérnico y Tico Brahe, perfeccionó la teoría lunar del primero. Además, hizo la primera tabla de refracciones. Siguió a Kepler el matemático, físico y astrónomo G. Galilei, llamado Galileo, quien también fue estudiante de Medicina; descubrió el telescopio, la balanza hidrostática, el péndulo, el termómetro y las leyes de la gravedad. Por haber enseñado públicamente el sistema de Copérnico, que sostenía el movimiento de la tierra alrededor del sol, fue denunciado ante la Inquisición como hereje y encarcelado. Cuéntase que al obligarle a retractarse, hízolo grave y solemnemente de rodillas ante sus jueces, pero que al levantarse dijo: E pur si muove. (Y sin embargo se mueve). Las leyes de Kepler y Galileo fueron más tarde combinadas en una dinámica síntesis por el genio de Isaac Newton, para producir las famosas leyes de la gravitación universal y los fundamentos de la dinámica de los cuerpos celestes. El holandés Christian Huygens, utilizando las leyes de Galileo, inventó el reloj de péndulo y sugirió una teoría ondulatoria de la luz. En química, el precursor fue Robert Boyle, cuya trascendente obra, Skeptical Chymist, publicada en 1661, descartó la sacrosanta teoría aristotélica de los cuatro elementos básicos (tierra, aire, fuego y agua), proponiendo en su lugar una teoría experimental de los elementos, transformando así los restos de la alquimia en química científica. Medicina En el barroco el galenismo todavía predominaba en la enseñanza de la mayoría de las universidades, y muchos intelectuales se oponían al estéril escolasticismo, luchando con ardor, deseosos de penetrar en los secretos de la naturaleza. Las dos principales escuelas del pensamiento médico fueron la yatrofísica y la yatroquímica, a las que se añadió el enfoque individual de los sistematizadores. Los yatrofísicos creían que todos los fenómenos de la vida y la enfermedad podrían explicarse por las leyes de la física, considerando por ello que debían tratarse como acciones puramente mecánicas, la locomoción, respiración y digestión. Un extremista de esta escuela fue Giorgio Baglivi quien consideraba que el cuerpo estaba formado por "fibras" las que, al distenderse o contraerse, causaban la enfermedad; una serie de máquinas componían el organismo: la dentadura, en función de tijeras; el pecho, como fuelle, y el corazón y las arterias como obras hidráulicas.

Al frente de los yatrofísicos se hallaba Santorio creador de la fisiología metabólica, quien experimentó incansablemente en sí mismo lo que llamó "perspiración insensible" durante el descanso, trabajo, digestión, emoción y excitación sexual y sus experimentos los hizo en balanzas lo bastante grandes para acomodarse él y su cama, mesa de trabajo y todas las necesidades de la vida diaria. Alfonso Borelli intentó explicar en términos numéricos los movimientos del corazón y la respiración. Creía que la digestión era un proceso mecánico; que la secreción gástrica era producida por la presión sanguínea y que fiebres, dolores y convulsiones eran causados por movimientos defectuosos de los "jugos nerviosos". del gusto y del pulso arterial. Los más famosos yatrofísicos en Inglaterra fueron Archibald Pitcairn quien consideró que la fiebre era causada por la aceleración de la corriente sanguínea, y William Cole quien usó la sangría para disminuir la tensión febril de las "fibras" corporales. La escuela yatroquímica, inspirada por la nosología de Paracelso, procuró explicar los fenómenos fisiológicos y médicos en términos de procesos químicos, el belga JeanBaptiste van Helmont, creía que cada proceso fisiológico era causado por un fermento especial (Gas), presidido por un espíritu también especial (Blas); todos los Blas estaban localizados en el plexo solar y gobernados por el alma. Fue partidario de un tratamiento suave, consistente en dieta, medicamentos simples y pequeñas dosis de agentes químicos, lo que constituía una reacción contra las enormes y con frecuencia letales dosis de aquel período. Franciscus de la Boë consolidó la escuela yatroquímica convirtiéndola en una doctrina sistemática. Enseñó que la digestión era una fermentación química y además presentó muchas ideas originales sobre las glándulas endocrinas, acidosis y los sentidos táctiles. Willis dio cuenta por primera vez del sabor y olor característicos de la orina del diabético, e hizo la primera descripción del círculo arterial que lleva su nombre, se reunía regularmente para discutir sobre ciencia, medicina y filosofía, lo que constituyó una prolongación del "Colegio Invisible", como llamó Robert Boyle al grupo que se congregaba semanalmente en una taberna; de estas reuniones nació la Royal Society. Regner de Graaf fue precursor en el estudio de la secreción pancreática, realizado por medio de una fístula practicada en un perro. Publicó, además, una original descripción del testículo y el ovario. Anatomía y fisiología Sin duda alguna, la más brillante estrella en el firmamento médico del barroco fue William Harvey (1578-1657), cuyos estudios de la circulación de la sangre fueron una verdadera piedra miliar en Medicina, como lo había sido en el siglo anterior la Fábrica de Vesalio. La circulación de la sangre era muy discutida en aquellos tiempos: la teoría de Galeno sobre la existencia de dos sistemas vasculares había sido confirmada por la

Disección, Servet había descrito la circulación pulmonar, Colombo descubrió en experimentos con animales que la sangre pasaba del ventrículo derecho al izquierdo y cambiaba de color en los pulmones, Cesalpino postuló que el corazón y no el hígado era el órgano central de un sistema que él fue el primero en llamar circulatio. Las enseñanzas de Fabrizio sobre la función de las válvulas venosas interesaban especialmente a Harvey; por la influencia de Galileo, otro gran maestro de Padua, a quien le atraía el movimiento de los cuerpos celestes y los principios en que se basaba. Harvey ascendió hasta llegar a ser médico de los reyes Jacobo I y Carlos I, de la casa de los Estuardos, se mostró indiferente ante las grandes controversias políticas y religiosas, ejerció muy poco como médico y se ocupó preferentemente de la investigación. Hizo experimentos con unos ochenta animales, intentando medir la velocidad de la corriente sanguínea de lo cual dedujo que la sangre debía fluir continuamente en círculo, volviendo al corazón, utilizando así, por primera vez, el cálculo matemático en la investigación biológica. La genialidad de Harvey estribó en no sentirse satisfecho con proponer una teoría fisiológica basada sólo en la medida, y la avaló con infinidad de experimentos en animales, fue profesor de Anatomía y Cirugía de la cátedra fundada en 1581 por Lord Lumley y el doctor Caldwell. Las notas de su primer curso, escritas en letra casi ilegible y en una mezcla de inglés y latín deficiente, fueron las que utilizó en 1616 para declarar que el corazón era una bomba impelente que forzaba a la sangre a circular constantemente a través de los vasos, declaración ésta que por entonces no despertó casi ningún interés. Como resultado de sus trabajos, se publicó en 1628, su famosa y trascendental obra de, Exercitatio anatomica de motu cordis et sanguinis in animalibus, en la que describe su gran descubrimiento de la circulación de la sangre. Harvey demostró que el corazón se contrae durante la sístole, que la sangre es lanzada del corazón derecho a través de la arteria venosa al pulmón y del corazón izquierdo a la circulación general, y que durante la diástole la sangre fluye de las grandes venas a las aurículas para después pasar a los ventrículos. Su teoría dividió al mundo médico del barroco en dos campos tan hostiles entre sí la oposición más violenta procedió de la Facultad de Medicina de París. Jean Riolan, quien proclamó que si la disección había probado el error galénico, era debido a que entre una y otra época la naturaleza había cambiado. Guy Patin, decano de la Facultad, quien calificó la teoría de Harvey de "paradójica, inútil, falsa, imposible, absurda y dañina". En defensa de Harvey estaban médicos y anatomistas eminentes, como Niels Stensen, Sylvius y Richard Lowrer, muchos daneses, alemanes, franceses, holandeses e ingleses, que en gran parte probaron sus experimentos sin dejar la menor sombra de duda. Un ilustre defensor de la teoría de Harvey fue Descartes, quien en su tratado sobre fisiología Traité de l'homme et de la formation du foetus (1664), afirma sin dejar duda que la sangre se halla en el cuerpo en estado de circulación perpetua.

Realizó innumerables experimentos con embriones de pollo, compartiendo los descubrimientos con su paciente y protector Carlos I. En su Exercitationes de generatione animalium (1651) propuso el axioma de que todos los seres vivos proceden de un huevo: omne vivum ex ovo. La labor de Harvey en embriología, que tanta trascendencia había de tener, obedecía al lógico desarrollo de su pensamiento: hizo de la embriología anatomía animata en el tiempo, como anteriormente había hecho de la fisiología anatomía animata en el espacio. Murió en 1657. Sus libros y pertenencias fueron donados al Royal College of Physicians, así como un fondo para crear una biblioteca y establecer una conferencia anual. La laguna más importante en el descubrimiento de Harvey, el enlace terminal entre las circulaciones venosa y arterial, fue llenada tres años después de su muerte por Marcello Malpighi, a quien se considera como el fundador de la histología, y quien estableció la anatomía microscópica, como Vesalio había creado la anatomía macroscópica en el siglo precedente, fue autor de numerosos trabajos originales sobre embriología, histología y fisiología de las glándulas y estructuras viscerales y pulmonares. Fue profesor en Bolonia y médico de Inocencio XI, un hombre caballeroso y sin prejuicios, una de las figuras más humanas de la Medicina del barroco. La labor de Malpighi y otros eminentes microscopistas de aquella época fue posible gracias a un tejedor de paños de Delft llamado Anton van Leeuwenhoek, quien en sus momentos de descanso hizo más de 400 microscopios para los que fabricaba las lentes; muchos de ellos eran donados a sociedades de carácter científico. Leeuwenhoek fue el primero que describió el espermatozoide, el músculo estriado voluntario y la estructura del cristalino, además de hacer innumerables observaciones sobre una variedad de microorganismos. Quien inició la brillante labor de los microscopistas del barroco fue el jesuita Athanasius Kircher, matemático, orientalista y músico. Es probable que nadie antes que él haya usado el microscopio para investigar la causa de la enfermedad, así como en proponer la doctrina de contagium animatum en la infección. La doctrina de la generación espontánea fue refutada por Francesco Redi (1626-97), con un clásico experimento demostrando que los gusanos no se desarrollaban en la carne aislada al contacto con el medio ambiente, su refutación era sólo para los seres visibles, sin que se aplicara a los microorganismos. Una combinación de microscopista y fisiólogo fue Jan S...


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