Asignación Requisitos para ser Abogado PDF

Title Asignación Requisitos para ser Abogado
Author Inmobiliaria Añazco
Course Nociones De Derecho Civil
Institution Universidad Autónoma de Santo Domingo
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Asignación Requisitos para ser Abogado



Requisitos legales

Ley 821: Art. 73.- (Ref. Por la Ley 2283 de 1950) Para ejercer la Abogacía por ante los Tribunales de la República se requiere: 1º. Ser dominicano, mayor de edad y estar en pleno goce de los derechos civiles. 2°. Ser doctor o licenciado en derecho de la Universidad de Santo Domingo. 3°. Ser de buenas costumbres y no haber sido condenado a pena aflictiva o infamante. 4°. Haber solicitado y obtenido del Poder Ejecutivo el exequátur exigido por la Ley No. 111, del 3 de noviembre de 1942; 5°. Haber prestado juramento ante la Suprema Corte de Justicia y, 6°. Estar inscripto en el Cuadro de Abogados de un Tribunal de Primera Instancia. Ley 91: Art. 4.- Serán miembros del Colegio de Abogados de la República, todos los abogados que estén admitidos a postular ante los tribunales de la República y cumplan los deberes que esta ley señala y los que se establezcan en el Estatuto, Código de Ética Profesional o cualesquiera otras disposiciones que adopte la Asamblea General. PÁRRAFO I: A los efectos de la presente ley, se considerará abogado a toda persona física, nacional o extranjera, que haya obtenido título de abogado en la República, o revalidado el que haya sido expedido en el extranjero, o aquellos abogados de otros países cuyos gobiernos mantuvieren con el de nuestro país instrumentos jurídicos en los que se establezca la reciprocidad en el ejercicio profesional. PÁRRAFO II: Para tener el derecho a ejercer la profesión de Abogado se requerirá estar inscrito como miembro activo del Colegio de Abogados de la República Dominicana. 

Requisitos profesionales

Cultura general: el doctor Letamendi: “que el abogado que no sabe más que Derecho ni Derecho sabe.” El jurista francés, Henri Robert, en su obra El abogado[13] reitera la necesidad del saber enciclopédico del abogado: En todos los tiempos ha debido el abogado poseer una cultura vasta y profunda. Pero nunca ha sido tan necesaria esta cualidad como en nuestros días. La vida no cesa de complicarse con nuevas invenciones en todos los órdenes. Al extenderse cada día más el campo de la actividad humana, crea situaciones más complejas, hace nacer en las relaciones sociales derechos nuevos, suscita conflictos hasta entonces desconocidos y llama a la justicia a hacer frente a una tarea cada vez más extensa, cada vez más variada. El abogado debe estar capacitado para tratar todos los asuntos. Tiene necesidad de una inteligencia cada vez más cultivada, apta para asimilarse los conocimientos más diversos…

Nadie puede ser un abogado verdaderamente competente, a menos que sea un hombre culto. Si yo fuera tú, me olvidaría de toda preparación técnica de la ley. La mejor manera de prepararse para la carrera de leyes es siendo una persona letrada. Solamente así puede adquirirse la capacidad de usar el idioma en el papel y en el discurso, con los hábitos de un pensamiento claro que sólo una educación liberal puede brindar. No es de menor relevancia para un abogado el cultivo de su imaginación mediante la lectura de poesía, la apreciación de grandes obras de arte, en su versión original o en reproducciones disponibles, y escuchar buena música. Llena tu mente con los frutos de las buenas lecturas; amplía y profundiza tus sentimientos experimentando a través de otros, en la medida en que te sea posible, los maravillosos misterios del universo… y despreocúpate de tu futura carrera. Cultura jurídica: El concepto de cultura jurídica se puso en boga en los años setentas a partir de los escritos de Lawrence Friedman que la definió como una interpretación del derecho (oficial, popular o mixto) y sus instituciones , Roger Cotterrell ha criticado esta noción por su vaguedad. Friedman distingue a su vez dos tipos de cultura jurídica la interna y la externa. La primera se entiende como las creencias, opiniones y expectativas de aquellas personas que él considera operadores del sistema jurídico, como son: abogados, jueces, magistrados, es decir, todo aquel que ha tenido un entrenamiento oficial en el derecho; y la cultura jurídica externa serían entonces, las creencias, expectativas y opiniones del común de las personas. La definición del rol de jurista, la caracterización de aquello que corresponde al desempeño correcto de esa actividad, de acuerdo a las expectativas de la comunidad. La definición de aquello que deba entenderse que sea el derecho, de los criterios de validez y de las relaciones entre ellos, a partir de ideas y creencias compartidas por la comunidad de profesionales del derecho. Saber pensar: los abogados deben poseer unas fuertes convicciones que son las que lo ayudaran a saber cómo actuar en cada caso, para encontrar la verdadera definición de justicia. Debe ser un individuo lógico y racional. “Un filosofo, un pensador, un jurista, deben llamr a la razón del público con los útiles de la razón misma”. Saber investigar: una de las cualidades mas importante de un jurista es saber indagar, conociendo de manera previa el objetivo de la tarea que ejecuta, haciendo constar todos los datos o informaciones de cada caso en un registro. Saber escribir: Si el profesional del derechocomienza a hacer de la escritura un hábito, la misma práctica le ayudará a relacionarsemejor con la terminología y a la hora de redactar un documento, verá sus progresoscuando empiece a darse cuenta por sí mismo, que su redacción es entendible y coherente.Uno de los secretos para obtener una buena redacción, es la práctica; de este modo, alredactar sus demandas, denuncias, minutas, etc., dejará no solo una buena impresión ensus documentos, sino una calidad legible que lo diferenciará de los otros profesionales.

Lo importante de toda buena redacción es tomar consciencia que la escritura debe ser el reflejo de un correcto pensamiento. Plasmar la terminología correcta, no siempre resultasencillo, para ello hay que leer, estudiar y sobre todo practicar. Si cerramos nuestra menteante la realidad que existe en las palabras, no nos ayudará a mejorar ni comoprofesionales, ni como buenos redactores, puesto que nuestro cerebro no se ejercita. La redacción para el profesional del derecho, no debe ser visto como algún elementoopcional, sino obligatorio. La fluidez en el léxico como en la escritura solo se logra con la praxis. Saber hablar: debe hablar con propiedad, de forma clara, pausada y precisa, en el momento oportuno y con una intensidad de la voz perceptible por todos. La palabra diafana, persuasiva, emotiva que ha de determinar la convicción, mover a la piedad, deponer el enojo o incitar a la concordia: la palabra con arte. Saber exponer: El abogado, antes que un frívolo dilapidador de palabras o un emisor de ellas con la banalidad de un juego, siente la responsabilidad de la palabra. Ha visto muchas veces cómo un matiz, una torpeza de expresión o una ambigüedad ha creado arduos problemas e incluso generado graves consecuencias. Contempla a través de sus palabras -en manos de ellas- los intereses que se le confían. Persigue la locución precisa. A veces la palabra misma tiene más fuerza que la cadena argumental o es la clave del argumento. Porque hay, en efecto, vocablos reveladores. La palabra, ya puesta en cuestión o ya dotada de tanto poder, infunde respeto. Excita más un sentido de la economía y del rigor que la extroversión indiferente. El caudal lingüístico del abogado no se nutre de oquedades ni de abundancias indiscriminadas, sino de piezas bien forjadas para la función designativa. Nunca es la palabra independiente del contenido que ha de conformarse El abogado, en los momentos culminantes de su oficio, se encuentra en situación de extraer de sí la visión de los problemas. Tiene que describir, ordenar, distinguir y razonar. Todo pasa por las palabras. Se muestra y vivifica en ellas. He ahí el porqué de las preocupaciones y de la responsabilidad en torno al lenguaje.



Requisitos éticos generales:

El ejercicio de la profesión forense, la cual puede valorarse no sólo desde el punto de vista de la técnica jurídica, sino también desde el doble aspecto humanista y humanitario, supone desde este último punto de vista una serie de comportamientos inspirados en un cálido sentido de humanidad, de comprensión, de solidaridad social, que comprende todos los valores del espíritu. Por eso, se exige del abogado, además de una adecuada preparación técnica, la posesión de una vasta cultura humanista, así como la predisposición al aprendizaje de cualquier otra ciencia, siquiera en síntesis o en su expresión divulgadora, de manera que pueda adaptarse con facilidad a los más variados aspectos de la actividad de la defensa. Ciertamente, todas estas dotes s refieren a un modelo abstracto de buen abogado; en la práctica pueden estar presentes de una forma completa o parcial, en un grado más o menos elevado.

Justicia: La justicia es un conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe basarse una sociedad y el Estado, estos valores sonel respeto, la equidad, la igualdad y la libertad. Caridad: Sentimiento o actitud que impulsa a interesarse por las demás personas y a querer ayudarlas, especialmente a las más necesitadas. Intelectualidad: es el que se dedica al estudio y la reflexión crítica sobre la realidad, y comunica sus ideas con la pretensión de influir en ella, alcanzando cierto estatus de autoridad ante la opinión pública. Dignidad personal: Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden. Trabajo: Con su trabajo humaniza y ennoblece a la naturaleza, modelándola de acuerdo a sus intereses primordiales, en directa relación con su desarrollo y autopromoción integral. Orden: Manera de estar colocadas las cosas o las personas en el espacio o de sucederse los hechos en el tiempo, según un determinado criterio o una determinada norma....


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