Asignatura 2 la religión catolica pedagogia y didáctica PDF

Title Asignatura 2 la religión catolica pedagogia y didáctica
Author Lydia Aparicio Checa
Course La Oración Cristiana
Institution Universidad Pontificia de Salamanca
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Apuntes de uno de los módulos de la asignatura tres de la declaración eclesiástica de competencia académica....


Description

MÓDULO IV «PEDAGOGÍA Y DIDÁCTICA DE LA RELIGIÓN CATÓLICA»

ISCR de Almería (UPSA) DECA: Infantil y Primaria (modalidad online)

Prof. Dr. D. Juan Antonio Moya Sánchez

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ÍNDICE 2 - Aprender a enseñar en el área de religión ....................................................................................... 3 Originalidad de la pedagogía religiosa............................................................................................. 3 Metas y objetivos de la enseñanza religiosa escolar ........................................................................ 5 La enseñanza religiosa escolar en el proceso de la evangelización ............................................. 5 Naturaleza y finalidad de la enseñanza religiosa escolar ............................................................. 7 Diferencia y complementariedad entre enseñanza religiosa escolar y catequesis ....................... 8 Fundamentación y legitimidad de la formación religiosa en la escuela .......................................... 9 Las competencias básicas............................................................................................................... 18 El trasfondo de la educación por competencias y sus limitaciones ........................................... 18 ¿Qué son las competencias básicas? .......................................................................................... 19 Las aportaciones de la nueva teoría didáctica a la enseñanza de la Religión ................................ 23 La selección de los contenidos de Religión: el currículo de Religión de E. Infantil y Primaria ... 25 Objetivos de la enseñanza religiosa escolar en la Educación Infantil........................................ 26 Contenidos de la enseñanza religiosa escolar en E. Infantil ...................................................... 26 Contenidos curriculares de la enseñanza religiosa escolar en E. Primaria ................................ 27 Criterios para la secuenciación de los contenidos del área de Religión......................................... 29 Los procedimientos y estrategias en la enseñanza de la Religión: la metodología de la experiencia ........................................................................................................................................................ 31 La evaluación de los aprendizajes en Religión y Moral ................................................................ 33 Materiales y recursos para la enseñanza de la Religión ................................................................. 40

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ASIGNATURA II - ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR 2 - Aprender a enseñar en el área de religión Originalidad de la pedagogía religiosa La pedagogía de la religión, aún cuando asume las aportaciones de la psicología y de la pedagogía general, tiene un estilo y un modo de actuar propio, que procede de la misma pedagogía divina. Es decir, Dios al manifestarse a los hombres, al dar a conocer su realidad y su mensaje, lo hace siguiendo una pedagogía concreta que es modelo y referencia para la pedagogía de la fe. Conocer, pues las características fundamentales de la pedagogía de Dios nos ayuda a establecer los principios básicos para la pedagogía de la religión. El estilo educativo de Dios se caracteriza principalmente por la condescendencia que supone la expresión máxima del deseo por parte de Dios de adaptarse a la naturaleza y modo de conocer del ser humano. Condescendencia significa descender hasta el nivel del otro para ayudarle. Esta condescendencia tiene lugar tanto en el ámbito del servicio como del lenguaje y se muestra también en el carácter progresivo de la Revelación de Dios. La condescendencia como servicio queda clara en el modo de actuar de Dios en el Antiguo Testamento y también en la enseñanza de Jesús recogida en los escritos del Nuevo Testamento. La presencia de Dios, la shekinah, acompañaba al pueblo judío en su peregrinar nómada. Sobre las alas de los querubines, situados encima del Arca de la Alianza, se posaba la shekinah, la gloria de Dios.

Cuando se trasladaban de un sitio a otro, delante iba el Arca de la Alianza. Por una parte se evidencia que quien encabeza la marcha es Dios, que va guiando, conduciendo y abriendo camino a su gente, pero por otra parte, al preceder al grupo, Dios se muestra también como el que atiende y sirve a su pueblo, pues en la antigüedad el que iba delante era el siervo, que portaba el farol para iluminar los pasos de su señor. La noción de Dios como servidor aparece bastantes veces en el Antiguo Testamento (Cfr. Ex 13, 21-22; Ex 16, 9-10; Sal 121,4) pero queda totalmente explicita en la persona y vida de Jesús (Cfr. Mt 20, 28; Lc 22, 27). El texto del Nuevo Testamento que resulta paradigmático en la forma de presentarnos el estilo pedagógico de Jesucristo, lo encontramos en el 3

capítulo 13 del evangelio de San Juan, cuando nos relata el lavatorio de los pies. En primer lugar Jesús realiza la acción y después la explica. El gesto de lavar los pies a sus discípulos, al ser una tarea propia de los sirvientes genera incomodidad y rechazo en los apóstoles, pero Jesús aclara: «Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros». La actitud de Cristo, como Hijo de Dios, deja absolutamente patente el carácter servicial de la pedagogía divina. Si la condescendencia divina, como característica clave de la pedagogía de Dios, se expresa de manera inequívoca en el servicio, también lo hace con especial relevancia en el lenguaje. Por medio de la Encarnación, el Verbo de Dios se hizo hombre mostrándonos una cercanía total. Dios asume nuestra naturaleza humana para hablar nuestro mismo lenguaje, facilitar la comunicación y el encuentro con el ser humano al poder dirigirse a nosotros de tú a tú. Si el Arca de la Alianza, a la que nos referimos anteriormente, permanecía en una tienda apartada del campamento, cuando el pueblo nómada se establecía temporalmente en un lugar, poniendo de manifiesto la distancia entre Dios y los hombres, la venido de Cristo al mundo acaba con esta separación porque como dice el evangelista San Juan: «La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros» (Jn 1, 14). Siendo Jesús la Palabra, el Verbo encarnado, no descuida en su pedagogía la importancia de un lenguaje sencillo y adaptado a los oyentes de la época. En este sentido es incuestionable el valor pedagógico de las parábolas, a las que recurre constantemente en su enseñanza, partiendo de la experiencia cotidiana de la gente para instruirles acerca de la realidad del Reino de los Cielos. Dios, al revelarse a la humanidad, respeta los tiempos, los ritmos y el modo de conocer de las personas. Por eso la manifestación de Dios se lleva a cabo de forma progresiva. La condescendencia divina implica adaptarse al hombre que necesita ir accediendo al conocimiento paso a paso. Por eso el Antiguo Testamento ha de ser leído e interpretado desde la perspectiva y el horizonte del Nuevo Testamento, para entender la progresividad de la Revelación que llega a su plenitud en Jesucristo. Vemos cómo la pedagogía de Dios tiene como denominador común la adaptación al entendimiento humano, siendo fiel a las leyes del aprendizaje, sin traicionar el contenido del mensaje transmitido, es decir, transmitiendo la Verdad con absoluta fidelidad. Por eso, la pedagogía de la fe, que se inspira y apoya en la pedagogía divina, se rige por el principio de doble fidelidad. De este modo, la pedagogía de la fe, el anuncio del mensaje cristiano, exige la fidelidad al hombre, y por tanto, enseñar respetando las leyes de la psicología, adaptándose a la realidad concreta de las personas, a su grado de conocimientos y a su modo de aprender. Todo esto manteniendo al mismo tiempo la fidelidad a Dios, lo que conlleva transmitir el mensaje de la fe de forma íntegra y veraz, sin distorsiones ni mutilaciones. Hay que evitar correr el peligro de falsear o deformar la doctrina católica con tal de hacerla más asequible o comprensible a los demás. Pero también hay que evitar comunicar el mensaje mediante formulaciones teológicas tan eruditas y elevadas que resulten totalmente ininteligibles para los hombres. Así el profesor de religión, siguiendo el principio de fidelidad a Dios, deberá conocer bien el depósito de la fe: la historia sagrada, la Palabra de Dios, los contenidos básicos de la Cristología, la eclesiología y la escatología cristiana así como la teología fundamental, el tratado de Trinidad y la moral católica, de manera que pueda impartir su enseñanza con rigurosidad y pureza, desde un conocimiento profundo, completo y fidedigno. Pero también, siguiendo el principio de fidelidad al hombre, el maestro de religión deberá conocer los principios básicos de la pedagogía, de la sociología y de la psicología evolutiva para poder adaptar el mensaje a las posibilidades cognoscitivas y de receptividad del auditorio. De ahí que la enseñanza de la religión no excluya el saber de las ciencias profanas, como los estudios de la didáctica y de la teoría general de la educación en la actualidad.

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Dios se da a conocer con hechos y con palabras, la pedagogía no puede reducirse a una clase magistral porque la forma de conocer del ser humano exige acciones y gestos, conectados con la propia experiencia, que ilustren el mensaje que se pretende transmitir.

Metas y objetivos de la enseñanza religiosa escolar La enseñanza religiosa escolar en el proceso de la evangelización Al abordar esta cuestión no podemos perder la perspectiva de que la enseñanza religiosa escolar es también una forma de evangelización. Se evangeliza educando y se educa evangelizando. Ahora bien, aunque toda enseñanza religiosa, sea o no escolar, es evangelización, no toda la evangelización se reduce a enseñanza. Esto lo podemos entender mejor mediante el siguiente gráfico o diagrama de conjunto: Evangelización

Enseñanza religiosa escolar

Catequesis

Como podemos ver, tanto la catequesis, como la enseñanza religiosa escolar en su totalidad, al igual que otras actividades pastorales, como los retiros, las charlas de formación y demás tareas apostólicas son evangelización; sin embargo, la acción de evangelizar es un acto que transciende y va más allá de la tarea educativa, abarcando incluso a la liturgia y a la espiritualidad. Aunque la enseñanza religiosa escolar sea evangelización y tenga, como se refleja en el diagrama, algunos aspectos en común con la catequesis, no obstante, son dos realidades bien diferentes, que tenemos que saber distinguir tanto en la teoría como en la práctica. Estas diferencias, junto con las semejanzas y la complementariedad entre ambas, las estudiaremos más adelante. Ahora conviene conocer el proceso de evangelización y el papel que desempeña la enseñanza religiosa escolar a lo largo de sus distintas etapas. En el proceso de evangelización distinguimos tres etapas o momentos fundamentales. Lo primero que tiene lugar es la etapa misionera o kerigmática, en ella se lleva a cabo el primer anuncio de la buena noticia del Evangelio. Su objetivo es llegar a los alejados, llevar el mensaje central de la salvación a los no creyentes o a los que están apartados de la Iglesia y provocar en ellos una conversión que les lleve a la confesión de la fe. Por ello este anuncio debe limitarse a lo más elemental y contener lo que denominamos el kerigma: el mensaje más original y nuclear de la fe: Dios se ha hecho hombre en la persona de Cristo, que ha muerto y ha resucitado por nuestra salvación. En un segundo momento tiene lugar la etapa catequética. Se trata de un catecumenado en toda regla. En ésta fase se explicita y desarrolla la doctrina de la religión y moral católica. Es la auténtica etapa de formación en la que se instruye acerca de las verdades de la fe y se presenta el mensaje cristiano de manera orgánica y sistemática. Esta instrucción va dirigida a quienes se han convertido y optan por el Evangelio, iniciando un proceso prebautismal de iniciación cristiana e incorporación a la Iglesia, pero también para los que se apartaron de la fe y necesitan completar su iniciación. Esta fase tiene como objeto capacitar a los cristianos para entender, celebrar y vivir el Evangelio, de 5

forma que puedan participar activamente en la comunidad, por eso se lleva a cabo una labor mistagógica que consiste en ir introduciendo a la persona progresivamente en el misterio de la fe. Por último tiene lugar la etapa del Apostolado. En ella, los creyentes católicos que ya se consideran adultos y maduros en la fe, se hacen responsables de transmitir el mensaje cristiano a los demás. Es el momento de dar testimonio sin dejar de seguir progresando en la fe. Esta etapa viene definida por el compromiso de colaborar en la construcción del Reino de Dios y promover la transformación de este mundo según los valores del Evangelio. Es una fase que tiene que ser alimentada con la participación frecuente en los sacramentos y la formación permanente. En el esquema que se presenta a continuación se resume el proceso de la evangelización que se acaba de describir:

Dado que en la clase de religión y moral católica puede haber alumnos creyentes y no creyentes, así como otros muchos que, estando bautizados, pueden encontrarse apartados de la Iglesia, la enseñanza religiosa escolar, en el proceso de la evangelización, perfectamente puede desempeñar la función de primer anuncio, interpelando a los alejados y ayudándoles a descubrir el gozo y la grandeza de la fe. Si bien en la etapa catecumenal el protagonismo lo tiene la catequesis propiamente dicha, sin embargo, durante esa etapa, la enseñanza religiosa escolar juega también un papel importante, pues además de contribuir a la formación doctrinal y moral del catecúmeno, ayuda a integrar la fe en el conjunto de los saberes humanos, para que la persona aprenda a dar razón de su esperanza y entablar un diálogo crítico con la cultura de nuestro tiempo. Finalmente, en la etapa del apostolado, la enseñanza religiosa escolar tiene la función de colaborar en la formación permanente del católico practicante. Ello comporta una profundización en la dimensión cognoscitiva de la fe y en la comprensión del mensaje cristiano. La meta de la evangelización es la plenitud de la vida cristiana. Pero debemos tener en cuenta que la fe tiene una doble dimensión (cognoscitiva y relacional), que tradicionalmente se ha conocido como la fides qua y la fides quae. La fides qua se refiere a la relación personal y afectiva que el creyente mantiene con Cristo. Se trata, pues, de la adhesión del cristiano a la persona de Jesucristo, a quien cree. Por su parte, la fides quae se refiere a los contenidos de la fe. Pone el acento en lo que se cree, en las verdades de fe. Ambas dimensiones de la fe se reclaman mutuamente y se complementan, ya que dar la adhesión a alguien sin saber en qué se cree resulta bastante parcial e incompleto, tanto como creer en un conjunto, sistema o jerarquía de verdades religiosas sin que ello nos sirva para vincularnos y unirnos más estrechamente a la divinidad. Para alcanzar la plenitud de la vida cristiana se requiere, por tanto, el cultivo y desarrollo de la dimensión relacional o afectiva, pero también el desarrollo de la dimensión cognoscitiva, por lo que la clase de religión contribuye notablemente en la consecución de las metas de la evangelización. La enseñanza religiosa escolar, en tanto que elemento evangelizador, forma parte del ministerio de la Palabra. Por eso no se puede llevar a cabo sin haber sido previamente enviado por la Iglesia, puesto que es la Iglesia la que ha recibido de Cristo la misión de evangelizar. El Obispo, como 6

cabeza de la Iglesia diocesana, es el encargado de conferir la missio canónica que faculta al docente para impartir las clases de religión en la escuela. Naturaleza y finalidad de la enseñanza religiosa escolar El objetivo primordial de la enseñanza religiosa escolar es incorporar la fe en el conjunto de saberes. Los niños que están cursando asignaturas como ciencias naturales, sociales o lengua, y van conociendo teorías sobre el origen del universo, la evolución de las especies y del ser humano, a la vez que estudian los géneros literarios y las modos de comunicación, pueden tener dificultades para integrar y armonizar determinada información que parece contradictoria como los postulados de la ciencia y el mensaje de la Biblia. Aquí el profesor de religión tiene un papel fundamental en orden a facilitar la comprensión del alumno para que logre un entendimiento más profundo de las verdades de la fe y consiga integrar la fe en el conjunto de los conocimientos que va adquiriendo. Pero esto no es algo que se pueda hacer de forma acrítica, por el contrario, ésta labor de compaginación requiere presentar la religión como instancia crítica de la sociedad. La enseñanza religiosa escolar, en este sentido, tiene que propiciar en el alumnado una buena síntesis entre la fe y la cultura. El Papa Pablo VI, en el número 20 de la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, aseguraba que la ruptura entre el Evangelio y la cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo. Efectivamente, es un drama para la fe porque si ésta no es capaz de encontrar cauces de expresión en la nueva cultura, no podrá ser entendida ni vivida por las nuevas generaciones. Por otra parte, se trata de un drama también para la sociedad y la cultura, ya que, al margen de la fe, puede perder la apertura a la Trascendencia, que es consustancial al ser humano, y sin la cual las mejores obras humanas terminarían resultando empobrecidas. Para llevar a cabo esta síntesis o diálogo entre la fe y la cultura han de tenerse en cuenta los siguientes principios: • La fe no puede identificarse nunca con una cultura concreta. La fe no se reduce a un modelo cultural. La fe ha de inculturarse y penetrar en el corazón de cada cultura, por lo que adoptará en cada lugar y momento la expresión cultural que corresponda, sin traicionar su contenido ni su mensaje. • Aunque la fe no es ajena a la razón, la fe tampoco se reduce a una doctrina fundada en los postulados de la razón. Es verdad que la fe, a lo largo del tiempo, ha buscado siempre hacerse compresible y dar razón de su esperanza, lo que le ha llevado, la mayoría de las veces, a apoyarse en teorías filosóficas que le han ayudado a conceptualizar el mensaje cristiano; sin embargo hay que tener cuidado en no identificar el mensaje de la fe con una filosofía en concreto. • En el inicio de la fe ya tiene lugar una primera síntesis con la razón. Puesto que somos seres inteligentes y racionales, el proceso de la fe lleva siempre consigo el esfuerzo personal por hacer inteligible esa fe. Es algo natural y consustancial a la fe buscar su compatibilidad con la razón. • La exposición académica de la religión ha de asumir los verdaderos valores de cada época y cultura. La fe, al inculturarse en la sociedad en la que se implanta, y buscar su expresión dentro de ese modelo cultural concreto, asume de forma crítica aquellos valores y tradiciones que son congruentes con el mensaje cristiano, por eso la fe debe ayudar a discernir los valores y las manifestaciones culturales. • El diálogo entre la fe y la cultura no puede poner en peligro la fe del alumno ni llevarle a un sincretismo falso. Hay que evitar todo tipo de confusión, para ello es importante que este diálogo se establezca siempre desde una identificación muy marcada y 7

definitiva con el mensaje cristiano, entendiendo que siempre habrá aspectos de la cultura que resultarán totalmente incompatibles con la fe. Diferencia y complementariedad entre enseñanza religiosa escolar y catequesis Ambas modalidades de evangelización, la catequesis y la enseñanza religiosa escolar son complementarias, pero es mucho lo que las diferencia. Fueron los mismo obispos españoles los que establecieron claramente esta distinción en un documento de 1979 de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, llamado Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar. Su legitimidad, carácter propio y contenido. En primer lugar tenemos que considerar que una y otra tienen lugar en ámbitos diferen...


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