Capitulo 11 - Bienes públicos y recursos comunes PDF

Title Capitulo 11 - Bienes públicos y recursos comunes
Author Juan Zurita Villanueva
Course Economía
Institution Universidad de Talca
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Bienes públicos y recursos comunes...


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Capítulo 11

Bienes públicos y recursos comunes Cuando un bien no tiene precio, los mercados privados no pueden asegurar que se produzca y consuma en las cantidades apropiadas. En estos casos, las políticas gubernamentales pueden remediar la falla del mercado e incrementar el bienestar económico. Los diferentes tipos de bienes • ¿El bien es excluyente? Esto es, ¿se puede evitar que las personas usen dicho bien? Exclusión: Propiedad de un bien, según la cual se puede impedir que una persona lo use. • ¿El bien es rival en el consumo? Esto es, ¿el uso del bien por una persona reduce la capacidad de otra para usarlo? Rivalidad en el consumo: Propiedad de un bien según la cual el uso de una persona disminuye el uso que otra persona pueda dar al mismo. Utilizando estas dos características dividiremos los bienes en cuatro categorías: 1) Bienes privados son tanto excluyentes como rivales en el consumo. La mayoría de los bienes en la economía son bienes privados. Esto implica que usted no obtiene uno a menos que haya pagado por él, y ya que lo obtiene, usted es el único que puede beneficiarse de él. 2) Bienes públicos no son ni excluyentes ni rivales en el consumo. No se puede evitar que las personas utilicen el bien público, y su uso por una persona no reduce la capacidad de otra para usarlo. 3) Recursos comunes son rivales en el consumo, pero no son excluyentes. 4) Bienes reservados son bienes excluyentes, pero no rivales en el consumo. En este capítulo examinaremos los bienes que no son excluyentes: los bienes públicos y los recursos comunes. Ya que no es posible evitar que las personas usen estos bienes, éstos están disponibles para todos libres de cargo alguno. El estudio de los bienes públicos y los recursos comunes está íntimamente relacionado con el estudio de las externalidades. En estos dos tipos de bienes, las externalidades surgen porque algo que tiene valor no tiene un precio asociado a él. Si una persona fuera a proporcionar un bien público, como una alarma de tornados, existen otras personas que estarían mejor que antes, pues recibirían un beneficio sin pagar por él (una externalidad positiva). Del mismo modo, cuando una persona utiliza un recurso común, como los peces en el océano, otras personas estarán peor que antes, ya que habrá menos peces que atrapar. Estas personas sufren una pérdida, pero no son compensadas por ésta (externalidad negativa). Debido a estos efectos externos, las decisiones privadas sobre consumo y producción pueden generar una distribución ineficiente de recursos y la intervención del gobierno puede incrementar el bienestar económico.

Bienes públicos El problema del parásito (free rider) Un parásito es una persona que recibe el beneficio del bien, pero que no paga por él. Debido a que las personas tendrían un incentivo para ser parásitos en lugar de ser compradores de boletos, el mercado no producirá el resultado eficiente. Una forma de ver esta falla del mercado es que surge debido a una externalidad. Debido a que éstos no son excluyentes, el problema del parásito impide que el mercado privado los ofrezca. Sin embargo, el gobierno puede remediar el problema. Si el gobierno decide que los beneficios totales de un bien público son superiores a los costos, entonces puede proveer el bien público, pagarlo con los ingresos que recibe de los impuestos y hacer que todos estén mejor. Algunos bienes públicos importantes Existen muchos ejemplos de bienes públicos. Aquí consideramos tres de los más importantes. 1) Defensa nacional: La defensa de un país contra agresores extranjeros es un ejemplo clásico de un bien público. Una vez que se defiende al país, es imposible evitar que alguna persona goce del beneficio de esta defensa. Además, cuando una persona disfruta del beneficio de la defensa nacional, no reduce el beneficio de nadie más. 2) Investigación básica: El conocimiento se genera por medio de la investigación. Al evaluar la política pública apropiada sobre la generación de conocimiento, es importante distinguir el conocimiento general del conocimiento tecnológico específico. El conocimiento tecnológico específico, como la invención de las baterías de larga duración, un microchip más pequeño o un mejor reproductor digital de música, se puede patentar. La patente da al inventor el derecho de exclusividad durante cierto periodo sobre el conocimiento que creó. Cualquier otra persona que quiera usar la información patentada tendrá que pagar al inventor por el derecho de hacerlo. En otras palabras, la patente hace excluyen-te el conocimiento creado por el inventor. En contraste, el conocimiento general es un bien público, su incentivo es aprovechar gratis el conocimiento general creado por otros. Como resultado, en ausencia de políticas públicas, la sociedad dedicará muy pocos recursos a la generación de conocimiento nuevo. El gobierno trata de proporcionar el bien público del conocimiento general de varias formas. Es difícil determinar el nivel apropiado de apoyo gubernamental a estas iniciativas, ya que es complicado medir los beneficios. Además, los miembros del Congreso que asignan los fondos para la investigación generalmente tienen poco conocimiento profundo sobre la ciencia, por lo cual no están en la mejor posición para juzgar cuáles son las líneas de investigación que producirán los mayores beneficios. Por consiguiente, aunque la investigación básica es sin duda un bien público, no debe sorprendernos que el sector público no pague el monto y el tipo adecuados. 3) Combate a la pobreza: Muchos de los programas del gobierno tienen el objetivo de ayudar a los pobres. Los economistas discrepan en cuanto al papel que debe desempeñar el gobierno en el combate a la pobreza. A pesar de que todos preferiríamos vivir en una sociedad sin pobreza, el combate a la pobreza no es un “bien” que las acciones privadas proporcionarían adecuadamente. Debido al problema del parásito, la eliminación de la pobreza por medio de la beneficencia privada probablemente no funcionaría. Sin embargo, la acción del gobierno puede resolver este problema. Si establece impuestos que graven a los ricos para aumentar los niveles de vida de los pobres, puede hacer que todos estén mejor. Los pobres estarán mejor, ya que ahora disfrutarán de un nivel de vida más alto, y aquellos que pagan impuestos estarán mejor porque disfrutarán de vivir en una sociedad con menos pobreza. El difícil trabajo del análisis costo-beneficio

El gobierno debe determinar qué tipo de bienes públicos ofrecer y en qué cantidades. Para ello debe evaluar, debe comparar los beneficios que obtendrían todos los usuarios con los costos. Para tomar la decisión, el gobierno podría contratar un grupo de economistas e ingenieros para que realizaran un estudio, conocido como análisis costo-beneficio, cuyo objetivo es estimar los costos y beneficios totales de un proyecto para la sociedad. El análisis costo-beneficio es un trabajo difícil. La provisión eficiente de bienes públicos es entonces intrínsecamente más difícil que la provisión eficiente de bienes privados. Cuando los compradores de un bien privado entran a un mercado, revelan el valor que atribuyen al bien por medio de los precios que están dispuestos a pagar. Al mismo tiempo, los vendedores revelan sus costos con los precios que están dispuestos a aceptar. El equilibrio es entonces una distribución eficiente de recursos, porque refleja toda esta información. En contraste, los analistas del costobeneficio no pueden observar ninguna señal del precio al evaluar si el gobierno debe o no proporcionar cierto bien público y la cantidad adecuada. Sus conclusiones sobre los costos y beneficios de los proyectos públicos son aproximaciones vagas en el mejor de los casos. Sin embargo, para el propósito del análisis costo-beneficio, esta respuesta produciría resultados sin sentido. Si verdaderamente asignáramos un valor infinito a la vida humana. Tanto en nuestras decisiones públicas como en las privadas, hay ocasiones en que estamos dispuestos a arriesgar la vida para ahorrar algo de dinero. Recursos comunes Los recursos comunes, como los bienes públicos, son no excluyentes: están disponibles sin ningún costo para cualquiera que desee hacer uso de ellos. Los recursos comunes son, sin embargo, rivales en el consumo: si una persona usa estos recursos, reduce la capacidad de otra persona para usarlos. Por consiguiente, los recursos comunes provocan un nuevo problema. Una vez que el bien es proporcionado, los diseñadores de políticas deben estar al tanto de la cantidad que se utiliza de dicho bien. La tragedia de los comunes Los incentivos sociales y privados difieren. La Tragedia de los comunes es una historia con una moraleja general: cuando una persona utiliza un recurso común, disminuye el disfrute de otras personas. Debido a esta externalidad negativa, los recursos comunes tienden a usarse en exceso. El gobierno puede resolver este problema mediante el establecimiento de regulación o impuestos para reducir el consumo del recurso común. Por otra parte, el gobierno puede también, en ocasiones, transformar el recurso común en un bien privado. "Lo que es común a muchos es a lo que se le pone menos cuidado, porque todos se preocupan más por lo que les es propio que por lo que poseen en común con otros" Algunos recursos comunes importantes Existen muchos ejemplos de recursos comunes. En casi todos los casos surge el mismo problema de la Tragedia de los comunes: los agentes privados usan demasiado los recursos comunes. Los gobiernos frecuentemente regulan la conducta o imponen cuotas para mitigar el problema del exceso de uso. 1) Aire y agua limpios: Los mercados no protegen adecuadamente el ambiente. Esta falla del mercado es un ejemplo del problema de los recursos comunes. El aire y el agua limpios son recursos comunes y la contaminación exceso provoca la degradación ambiental es la moderna tragedia de los comunes. 2) Autopistas congestionadas: Las autopistas pueden ser tanto bienes públicos como recursos comunes. Si una autopista no está congestionada, entonces el que alguien la use no afecta a otra persona. En este caso, el uso no es rival en el consumo y la autopista es un bien público. Sin embargo, si una autopista

está congestionada, el uso de ésta produce una externalidad negativa. Cuando una persona usa la autopista, el tránsito vehicular aumenta, por lo que las otras personas deberán conducir más despacio. En este caso la autopista se vuelve un recurso común. Una forma que tiene el gobierno para afrontar el problema del congestionamiento vial es cobrar peaje a todos los conductores. Un peaje es, en esencia, un impuesto correctivo sobre la externalidad del congestionamiento. En algunos casos, como en el de las avenidas locales, los peajes no son una solución práctica, ya que el costo de cobrar las cuotas es muy alto. Sin embargo, en varias ciudades importantes, como Londres y Estocolmo, se ha visto que incrementar los peajes es una manera muy eficaz de reducir el congestionamiento vehicular. Algunas veces los embotellamientos son un problema solamente a determinadas horas del día. Si un puente tiene mucho tránsito en horas pico, entonces la externalidad del congestionamiento es más grande en este lapso. Una manera eficiente de corregir estas externalidades es cobrar peajes más altos en las horas pico. Este peaje daría un incentivo a los conductores para modificar sus horarios, reduciendo así el tráfico cuando el congestionamiento es mayor. Otra política que responde al problema del congestionamiento vial, es la del impuesto a la gasolina. La gasolina es un bien complementario del automóvil: un incremento en el precio de la gasolina tiende a reducir la cantidad demandada de uso del automóvil. De ahí que un impuesto a la gasolina reduce los congestionamientos de tránsito. Sin embargo, un impuesto a la gasolina es una solución imperfecta, ya que afecta otras decisiones aparte de la cantidad de uso del automóvil en autopistas congestionadas. 3) Los peces, las ballenas y otra fauna silvestre: Muchas especies de animales son recursos comunes. Los peces y las ballenas, por ejemplo, tienen valor comercial y cualquiera puede ir al mar y pescar lo que esté disponible. Cada persona tiene poco incentivo para conservar las especies para el año siguiente. Los océanos siguen siendo uno de los recursos comunes menos regulados. Existen dos problemas que impiden una solución sencilla. Primero, muchos países tienen acceso a los océanos, por lo que cualquier solución requeriría la cooperación internacional entre países que tienen diferentes valores. Segundo, ya que el océano es inmenso, es muy complicado hacer cumplir cualquier arreglo. Como resultado, los derechos de pesca han sido una causa frecuente de tensión internacional entre naciones que normalmente son amigas.

Resumen • Los bienes difieren tanto en si son excluyentes o si son rivales en el consumo. Un bien es excluyente si es posible evitar que alguien lo use. Un bien es rival en el consumo si el uso del bien por una persona reduce la capacidad de otra para usar la misma unidad del bien. Los mercados funcionan mejor con los bienes privados, que son tanto excluyentes como rivales en el consumo. Los mercados no funcionan tan bien con otro tipo de bienes. • Los bienes públicos no son ni rivales en el consumo ni excluyentes. Los espectáculos de fuegos artificiales, la defensa nacional y la creación de conocimiento fundamental son ejemplos de bienes públicos. Debido a que no se cobra a las personas por el uso del bien público, éstas tienen un incentivo para ser “parásitos” cuando el bien se ofrece de forma privada. De ahí que el gobierno provea los bienes públicos basando su decisión en la cantidad de cada bien con un análisis costo-beneficio. • Los recursos comunes son rivales en el consumo, pero no son excluyentes. Algunos ejemplos son la tierra de pastoreo común, el aire limpio y las autopistas congestionadas. Ya que no se le cobra a las personas por el uso de los recursos comunes, tienden a usarlos excesivamente. De ahí que el gobierno utilice varios métodos para limitar el uso de los recursos comunes....


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