Cazadores de microbios: resumen del libro PDF

Title Cazadores de microbios: resumen del libro
Course Microbiología
Institution Universidad de Guadalajara
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Summary

Pequeño resumen de por lo menos unas 5 paginas del libro popular, cazadores de microbios...


Description

Centro Universitario de Ciencias de la Salud Universidad de Guadalajara

Microbiología Bucal Tema: Cazadores de Microbios Alumno: Fabián Eliseo Velázquez Orozco Código: 217566342

Los Cazadores de Microbios (Por Paul de Kruiff)

Comenzaremos hablando de Antonio Leeuwenhoek, quien fue el primer cazador de microbios. Nació en Delft, Holanda en el año 1632. Inició una gran investigación que cambiaria al mundo entero, ya que se encontraba en una época donde el conocimiento estaba limitado por falta pruebas en las cosas innovadoras. En su juventud estudió para ser funcionario público, pero decidió retirarse a los 16 años. Un tiempo después se dedicó a trabajar en una tienda en Ámsterdam ya que no había ingresado a la universidad, no fue hasta sus 21 años cuando decidió regresar a Delft para ahí descubrir su afición a tallar lentes, que le ayudaban a ver en mejor tamaño las cosas que a simple vista no podía apreciar el ojo humano. Se convirtió en el desarrollador de la observación con ayuda de microscopios que él mismo creaba y que se los guardaba para que nadie más los reprodujera, sus técnicas de tallado de lentes eran únicas y con el tiempo se hicieron populares. Tan populares fueron que la asociación europea llamada “La real sociedad” se interesara en sus proyectos y experimentos apoyándolo y dándole honorarios para que siguiera creciendo. También le pedían explicaciones de sus métodos para obtener aquellos animalillos que se presentaban en los dientes, pimienta, charcos de agua. Años después de la muerte de Leeuwenhoek, surge otro cazador de microbios conocido como Lazzaro Spallanzani, que igualmente se dedicó a observar el comportamiento de aquellos seres pequeños, demostrando que estos no aparecían de la nada, ya que que todos tenían un predecesor, no precisamente tenían que ser padre y madre, sino que subsistía por medio de dividirse en dos. Para lograr este descubrimiento tuvo que aprender a cultivar microbios y también desarrollo los medios para mantener una especie de microorganismos libre de ataques de otros que pudieran devorarlos. Es importante mencionar que fue una tarea difícil que la comunidad científica aprobara esta teoría, debido a que “La real sociedad” no lo permitía por falta de pruebas, además de que estaba contradiciendo el trabajo de otro investigador llamado Needham. Por otro lado, tenemos a otro cazador de microbios, Louis Pasteur, quien fue un científico que ideo un medio de cultivo de blastocitos y menciono que eran los culpables de las malas fermentaciones, además eran capaces de transformar el azúcar en ácido láctico. Tachándolos de ser la causa de las malas fermentaciones. Tras varios experimentos descubrió un fermento nuevo, un pequeño animal con propiedades de transformar el azúcar en ácido butírico, estos animales podían moverse y realizar cualquier función, pero con la mínima brisa de aire los aniquilaba. Durante el tiempo que Pasteur compartía sus hazañas, surgió un bacteriólogo de profesión médico Roberto Koch, gracias a él logro descubrir el bichito de la enfermedad de la tuberculosis experimentando con ratones infectándolos con una astilla empapada

con sangre de otro animal infectado. Al día siguiente lo encontró tieso y con una coloración azulada. Había conseguido infectar al ratón. Y ahora su gran curiosidad era ver como se desarrollaban los blastocitos. Con firmes intensiones de crear su propio cultivo de estos. Fueron tantas investigaciones y experimentos que decidió buscar cuerpos humanos de personas ya fallecidas de tuberculosis y estudiarlas. Un día de 1882 dio por concluidas sus investigaciones diciendo que la enfermedad podía ser causada dentro del cuerpo humano por las aguas contaminadas. Volviendo con Pasteur motivado por encontrar uno de los más valiosos aportes para la medicina, la inmunización. Lo pudo haber llevado a cabo con vacas las cuales les inyectaba con tuberculosis en pequeñas dosis, a medida que pasaba el tiempo, si la vaca sobrevivía, se convertiría en una vaca inmune a la enfermedad con la que intencionalmente había sido infectada. Probó lo mismo con el virus de la rabia, infectó a perros sanos en distintas áreas del cuerpo y se dio cuenta que los animales solo morían cuando el virus llegaba a alojarse a la medula espinal o al cerebro, sin embargo, al inyectar el virus atenuado, repetidamente durante 14 días, debajo de la piel y lejos del sistema nervioso era muy probable que tal virus no atacará con tanta ferocidad y que antes que matar al canino, logrará inmunizarlo, haciéndolo resistente para nuevos ataques del mismo virus. Poco tiempo después existieron dos Roux y Bering microbiólogos que se enfocaron a descubrir al bacilo de la difteria y el modo de curarla o prevenirla, para que ellos tuvieran éxito utilizaron conejillos de indias y conejos, los sometían a la enfermedad para después experimentar inyectándoles químicos, hasta que finalmente encontraron la cura, este suero lo llamaron antitoxina, ya que el bacilo no mataba, pero si la toxina. A finales del siglo XIX, un ruso que no tenía ganas de vivir debido a su pasado, se transformó repentinamente en un nuevo cazador de microbios observando y estudiando la digestión de los alimentos en las esponjas y en las estrellas de mar, y logró ver que había una especie de cuerpecitos que viajaba de un lado a otro y que se aglomeraba cuando algún objeto extraño penetraba el cuerpo de la pequeña estrella de mar (Fagocitosis). Además, descubrió un tratamiento para la sífilis y estudió el endurecimiento de las arterias. Este ruso, en principio lleno de pensamientos suicidas y que al llegar al ocaso de su vida quería seguir viviendo, se llamó Elías Metchnikoff. También a finales del siglo XIX, pero en la región de Norteamérica, Teobaldo Smith, un nuevo cazador de microbios, dio la explicación de porque el ganado del norte llevado al sur moría en poco tiempo, las causantes de las bajas eran las garrapatas ya que atacaba a los glóbulos rojos de la sangre y los corrompía dañando el aparato circulatorio de las reses, esto podía evitarse si bañaban a las vacas con soluciones antisépticas que eliminarán a la garrapata

Existió otro cazador de microbios llamado David Bruce, estudio en la escuela de Edimburgo y al finalizar se enlisto en el servicio militar. Durante su servicio en el ejercito inglés, fue enviado a la isla de Malta, donde conoció la enfermedad “fiebre de Malta” que causaba muchas muertes con militares que ahí acampaban. Empezó por investigar a los animales enfermos, los cuales comenzaban a presentar síntomas como si sufrieran de depresión y se veían débiles, dejaban de comer para terminar sus días como si fuera un suicidio. Entonces, se dio cuenta que el origen de esta enfermedad había sido por la mosca tsetse, por lo que dirigió sus investigaciones a este insecto y al microbio que alojaba y transportaba y al encontrarlo lo bautizó como tripanosoma y a la afección que origina también se le conoce actualmente como brucelosis. Cerca del año 1899 Ross, un médico hindú se dedicó a buscar al mosquito transportador del microbio que hacía enfermar de paludismo a gran parte de la población de la India. Después de muchas investigaciones encontró aquel mosquito, sin embargo, no pudo demostrarlo. Entonces, aquí es donde entra Grace, mediante sus experimentos demuestra que los mosquitos que han picado a cualquier enfermo de paludismo son los que transmiten la enfermedad y la propagan entre la población susceptible a su picadura. En los años 1900 llega Walter Reed, un soldado con gran constancia y disciplina. Él investigó y demostró, que la fiebre amarilla se trasmite por un mosquito que lleva el virus de un individuo enfermo a otro, para hacerlo recaer con fiebre, problemas hepáticos e incluso un vómito negro característico. Pero no basta con descubrir el origen de las enfermedades, es necesario encontrar la manera de eliminar los bichos que nos perjudican nuestra salud, y esto es lo que se proponía Pablo Ehrlich, encontrar una “bala mágica” que destruyera a los microbios que atacaban sin piedad, para esto dedicó parte de su vida a localizar el colorante que además de teñir la sangre acabará con la infección; utilizó el azul de metileno y demostró que atenuaba el dolor y hacía desaparecer ciertas bacterias, pero dejaba un rastro azulado, durante casi una década se enfocó en descubrir esta sustancia llamada sustancia 606 se integró a su colección de químicos, sin importar que una de sus bases era arsénico, un veneno muy poderoso, pero era inofensivo para el cuerpo humano, convirtiéndose en un aliado en su lucha por sobrevivir.

Conclusión. Es una obra que muestra las aportaciones que iniciaron grandes investigaciones en el mundo de la bacteriología, de igual manera ayudaron a contrarrestar las infecciones del mundo que en aquella época no tenía conocimiento. Al descubrir el mundo de los microorganismos, encontramos las causas de muchas enfermedades que han afectado la humanidad durante cientos de años, de las cuales no se tenía conocimiento alguno. Los microbios han sido asesinos silenciosos y escurridizos que han tomado en sus manos las vidas de seres humanos y animales, sin importar raza, sexo o posición social.

En resumen, Paul de Kruif (médico bacteriólogo) nos introdujo en la vida de catorce destacados bacteriólogos que, a raíz de sus diversos descubrimientos, investigaron diversos fenómenos que llamaron su atención y de alguna manera mejoraron la calidad de vida de las personas. Aunque algunos de estos descubrimientos se realizaron mediante experimentos meticulosos y precisos, muchos otros fueron producto de la suerte, que también tuvieron un papel importante en el proceso de descubrimiento....


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