Comentario Texto Bruni PDF

Title Comentario Texto Bruni
Author MARINA CLAVERIA
Course Historia del Pensament sobre la traducció
Institution Universitat Pompeu Fabra
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Comentario 1 de Seminario sobre el texto de Leonardo Bruni...


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Marina Claveria Diaz Historia del Pensamiento sobre la Traducción Sobre la traducción correcta - Bruni

En este fragmento de De Interpretatione Recta (1420?) Leonardo Bruni (1369-1444) expone lo que él considera que necesita un buen traductor y, posteriormente, critica al anterior traductor de una serie de textos de Aristóteles que él mismo piensa retraducir. El documento se enmarca perfectamente en la concepción renacentista de la traducción y demás prácticas humanísticas, que después de la larga Edad Media buscaban romper con las convenciones del latín medieval, vulgar y corrupto, para recuperar la pureza de la lengua y el pensamiento clásicos. En este contexto de revitalización de los textos clásicos, la buena traducción de los mismos es algo que Bruni considera de plena importancia, ya que este corpus canónico de la antigüedad debería regir los valores de esta nueva sociedad renacentista.

Antes de adentrarse en el texto, uno podría preguntarse por qué existe este comentario, qué es lo que hace que Bruni critique abiertamente este trabajo previo de Díaz de Toledo. Si el autor se situase unos siglos más atrás, probablemente De Interpretatione Recta no existiría, ya que el cánon clásico escolástico era algo inamovible y eximido de reinterpretaciones. Este no es el caso, y como comenta Hankins (1994) el Renacimiento es la era de la traducción y la retraducción. En el imaginario colectivo, la traducción pasa de ser un igual del original a ser un paratexto que ayuda a la comprensión del texto clásico y que debe cambiar para adaptarse al público que lo lee.

Como comenta Borsari (2014), Bruni tenía muy presente el papel de estos textos para la educación útil de la ciudadanía. Por este motivo, el humanista ve necesario hacer una crítica de la traducción anterior y discernir qué debe hacer el buen traductor. Tal como deja constancia en el prólogo, la clave es mantener el estilo del texto original y no “mancillarlo ni afearlo”. Bruni afirma que “la traducción correcta es una tarea extremadamente difícil”, pero justamente por esto el traductor debe estar bien formado para poder verter con exactitud las palabras entre un idioma y otro.

Visto esto, ¿cómo debería prepararse el traductor para hacer un buen trabajo?. Antes de tener bolígrafo (o pluma) en mano, se deben haber leído los clásicos con detenimiento y estudio esmerado, porque sin esta lectura previa no se puede conocer el estilo ni ritmo de los textos canónicos que posteriormente se van a traducir. Además, antes de iniciar cualquier tarea debe tener un conocimiento minucioso de las dos lenguas de trabajo. No solo se debe conocer el

Marina Claveria Diaz Historia del Pensamiento sobre la Traducción idioma a un nivel de uso, sino que se deben conocer todos los sentidos, modos de expresión y convencionalismos.

Solo de este modo va a poder adaptar su traducción al estilo retórico de cada autor que traduzca. Para conseguirlo, también debe renunciar al “palabra por palabra” y optar por técnicas que tengan en consideración no el sintagma como algo aislado en la oración, sino que vea el texto como un todo cohesionado. Esto también implica que al traducir las palabras, no se deben ver como lexemas que buscar en un diccionario, sino como algo que debe encajar en un modo de expresión concreto. De este modo, tiene que conocer “con precisión la esencia y la naturaleza de las palabras”.

Todos estos “imprescindibles del buen traductor” van estrechamente atados al pensamiento renacentista italiano en el quattrocento. Además de tener en altísima consideración los textos de la antigüedad (tanto por estilo como contenido) las ideas que contienen se trasladan al pensamiento de Bruni y sus contemporáneos. Esto se ve, por ejemplo, en la referencia anterior a “la esencia” de las palabras, que tiene clara influencia del pensamiento platónico sobre el mundo de las ideas y cómo las formas físicas pueden tener más de una interpretación.

A continuación, se centra en la crítica propiamente dicha de la traducción ya existente de la Ética a Nicómaco de Aristóteles. Según Bruni, Díaz de Toledo usa palabras poco usadas propias del latín vulgar o bien usa palabras en el mal sentido de las mismas, sin atender al significado que tienen en el conjunto del texto. Critica que el traductor no tiene una buena comprensión de la fuente griega, que probablemente viene del desconocimiento general de la lengua clásica, y este es el problema que lleva a la falta de precisión léxica en todos los sentidos, incluso en la domesticación de términos culturales o en la inclusión sistemática de helenismos no traducidos.

Además de censurar la pérdida del estilo retórico en la traducción, lo que se debe destacar por encima de todo es que Bruni critica el texto porque la cantidad de errores que contiene dificulta la comprensión del mismo. En un contexto en el que la traducción ya se veía como un bien social, este texto que, según el humanista “no es traducir, sino confundir, ni proporcionar luz a los hechos, sino oscuridad”, choca por completo con las consideraciones de la época. A sus ojos, el traductor debe ofrecer un texto puro, claro y a la vez refinado que

Marina Claveria Diaz Historia del Pensamiento sobre la Traducción traslade al lector al pensamiento grecorromano, cosa inalcanzable para traducciones como la de Díaz de Toledo.

No obstante, no todos los pensadores renacentistas compartían su opinión. Uno de los principales detractores de la traducción que Bruni había hecho de la Ética a Nicómaco fue Alonso de Cartagena, quien ponía por delante una supuesta razón universal que en teoría debía permitir que el lector atribuyese lo que estuviese guiado por la razón a Aristóteles, más allá de si eso que se leía se ajustaba al original griego o no (Rubio Tovar, 2018). Es curioso ver este comentario, ya que el propio Alonso de Cartagena desconocía la lengua griega, cuestión que da paso a más crítica y defensa por parte de Bruni. En conclusión, con estos primeros capítulos de De Interpretatione Recta uno puede adentrarse en el discurso traductológico del siglo XV y ver sus expresiones más determinantes. En esta “edad de la traducción par excellence” (Hankins, 1994), ¿qué menos que encontrarse con debates, discusiones y pugnas literarias por la traducción de una sola palabra? Al fin y al cabo, es lo que se lleva haciendo desde los tiempos de Cicerón y Jerónimo....


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