Constitución Dogmática DEI Verbum sobre la revelación divina PDF

Preview

Summary

Con mucho cariño envío este sencillo resumen de la constitución dogmática DEI Verbum que habla sobre la revelación Divina....

Description

Constitución Dogmática DEI VERBUM Sobre la Divina Revelación

CAPITULO I LA REVELACIÓN EN SI MISMA Dios en su infinita bondad se revela a sí mismo y da a conocer el misterio de su voluntad mediante el cual los hombres por medio de Cristo tienen acceso al Padre y se hacen partícipes de la naturaleza divina. Se reafirma que la verdad profunda acerca de Dios y de la salvación humana se nos manifiesta por la revelación de Cristo que es al tiempo mediador y plenitud de la revelación. Dios, da testimonio perenne de sí en las obras creadas y, queriendo abrir el camino de la salvación se manifestó, además, personalmente a nuestros primeros padres ya desde el principio. A través de Abraham, los patriarcas, los profetas y Moisés, instruye a su pueblo en la espera del Salvador prometido, y de esta forma a través de los siglos, fue preparando el camino del Evangelio. Jesucristo es el enviado por Dios para hablar a los hombres y llevar a cabo la obra de salvación que el Padre le confió. Por tanto, con su total presencia, palabras y obras y, sobre todo, con su muerte, resurrección y el envío del Espíritu Santo completa la revelación y confirma con el testimonio divino que Dios vive en nosotros. Al recibir la plenitud de la revelación por medio de Jesucristo debemos aceptar la voluntad del Padre en la obediencia de la fe y pedir al Espíritu Santo la gracia de que nuestro corazón se convierta a Dios y nos abra los ojos del alma para aceptar y creer en la verdad.

CAPITULO II TRANSMISION DE LA REVELACION DIVINA Dios dispuso que lo que había revelado para la salvación humana permaneciera íntegro para siempre y se transmitiera a todas las generaciones. Por ello Jesucristo en quien se consuma la revelación total de Dios mandó a los apóstoles que predicaran el Evangelio. Mas, para que el Evangelio se conservara constantemente íntegro y vivo en la Iglesia, los apóstoles establecieron como sucesores suyos a los obispos, “entregándoles su propio cargo del magisterio”. La predicación apostólica se convierte en Sagrada Tradición ya que el mensaje que recibieron de Jesucristo no solo lo manifestaron de manera escrita sino con su testimonio, palabra y acciones. La Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición están íntimamente unidas porque surgen ambas de una misma fuente y tienden a un mismo fin. La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios consignada por escrito y la Sagrada Tradición es la transmisión oral de la Revelación Divina, por lo que se sigue que la Iglesia no saca solamente de la Sagrada Escritura su certeza acerca de las verdades reveladas. La Tradición y la Escritura constituyen, pues un solo depósito sagrado de la

Palabra de Dios, confiado a la Iglesia, por consiguiente, el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita y Transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia.

En conclusión, se puede decir que la Sagrada Escritura, la Sagrada Tradición y el Magisterio de la Iglesia, según el designio de Dios están entrelazados de tal forma que no tiene consistencia el uno sin el otro, y que juntos, cada uno a su modo, bajo la acción del Espíritu Santo contribuyen eficazmente a la salvación de las almas.

CAPITULO III INSPIRACIÓN DE LA SAGRADA ESCRITURA Y SU INTERPRETACIÓN Las verdades reveladas por Dios que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo. En la redacción de los libros Sagrados Dios se valió de hombres elegidos que usaban sus propios medios, es decir, Dios es el Inspirador y el hombre escritor. Como todo lo que los autores inspirados dicen debe tenerse como afirmado por el Espíritu Santo, hay que confesar que los libros sagrados contienen la verdad que Dios quiso revelar para nuestra Salvación. Para interpretar la Sagrada Escritura se debe investigar con detenimiento qué pretendieron expresar realmente los hagiógrafos y para descubrir sus intenciones hay que atender a los géneros literarios, también, es importante que el intérprete investigue la cultura, el tiempo y las circunstancias en las que se escribe cada libro Sagrado. No obstante, para comprender el sentido exacto de la Escritura hay que acudir al Espíritu Santo y sin duda alguna al magisterio de la Iglesia.

CAPITULO IV EL ANTIGUO TESTAMENTO Importancia: El Antiguo Testamento está ordenado, sobre todo para preparar, anunciar proféticamente y significar con diversas figuras la venida de Cristo. Todos sus libros manifiestan a todos el conocimiento de Dios y sus formas de obrar con el hombre. Unidad del Antiguo y Nuevo Testamento. La Escritura es una porque es única la Palabra de Dios, único el proyecto salvífico de Dios y única la inspiración divina de ambos Testamentos. El Antiguo Testamento prepara el Nuevo, mientras que éste da cumplimiento al Antiguo: ambos se iluminan recíprocamente.

CAPITULO V EL NUEVO TESTAMENTO La palabra divina, se presenta y manifiesta su vigor en el Antiguo Testamento. Jesucristo el Verbo Encarnado, instaura el reino de Dios en la tierra y revela al Padre con palabras y obras. Entre todas las Escrituras, incluso del Nuevo Testamento, los Evangelios ocupan un lugar preeminente, puesto que son el Testimonio principal de la vida y Doctrina de Jesucristo. La Iglesia ha defendido y defiende que los cuatro evangelios tienen origen apostólico. La iglesia cree que los cuatro evangelios, comunican fielmente lo que Jesús hizo y...