Diarios del explorador Llwyd ap Iwan: por las sendas tehuelches del Chubut, Santa Cruz y Aysén. 2da. Edición ampliada PDF

Title Diarios del explorador Llwyd ap Iwan: por las sendas tehuelches del Chubut, Santa Cruz y Aysén. 2da. Edición ampliada
Author Marcelo Gavirati
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Diarios del explorador Llwyd ap Iwan Segunda edición, corregida y ampliada. Incluyendo: * Un índice de nombres de personas, grupos étnicos y poblaciones; datos de la geografía, la flora y la fauna; y sobre la cultura, costumbres y creencias indígenas; que aparecen mencionados en el texto. * Un estud...


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Diarios del explorador Llwyd ap Iwan Segunda edición, corregida y ampliada. Incluyendo: * Un índice de nombres de personas, grupos étnicos y poblaciones; datos de la geografía, la flora y la fauna; y sobre la cultura, costumbres y creencias indígenas; que aparecen mencionados en el texto. * Un estudio comparativo entre datos de Ap Iwan que aclararían algunas imprecisiones u omisiones del libro de George Musters sobre la ubicación de la “Colina de Dios”, y otros puntos geográficos y paraderos indígenas.

Patagonia Sur Libros - La Bitácora

Diarios del explorador Llwyd ap Iwan

Diarios del explorador Llwyd ap Iwan Por las sendas tehuelches del Chubut, Santa Cruz y Aysén Segunda Edición corregida y ampliada Tegai Roberts y Marcelo Gavirati (Compiladores) Tegai Roberts: traducciones del inglés y del galés Marcelo Gavirati: investigación histórica Rodolfo Casamiquela: notas as de carácter etnográfico Fernando Coronato: mapas y notas de carácter car geográfico

Brújula de bolsillo de Llwyd ap Iwan, que utilizara en sus exploraciones (Foto Jorge Miglioli)

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Galeses en sendas tehuelches

Tegai Roberts y Marcelo Gavirati Diarios del explorador Llwyd ap Iwan: por las sendas tehuelches del Chubut, Santa Cruz y Aysén / Roberts Tegai ; Marcelo Gavirati ; contribuciones de Rodolfo Magín Casamiquela; Fernando Coronato; compilado por Tegai Roberts; Marcelo Gavirati; coordinación general de Marcelo Gavirati. - 2a ed. ampliada. - Villa Adelina: Patagonia Sur Libros, 2018. 288 p. ; 22 x 16 cm. Traducción de: Roberts, Tegai. ISBN 978-987-25657-8-7 1. Historia Argentina. 2. Patagonia. 3. Exploración Geográfica. I. Casamiquela, Rodolfo Magín, colab. II. Coronato, Fernando, colab. III. Roberts, Tegai, comp. IV. Gavirati, Marcelo, comp. V. Gavirati, Marcelo, coord. VI. Tegai, Roberts, trad. VII. Título. CDD 982.7

Marcelo Gavirati E-mail: [email protected] https://www.facebook.com/DiariosdelExploradorApIwan/ http://webs.advance.com.ar/gavirati Patagonia Sur Libros Curupayti 1476/80 - Villa Adelina - Prov. Buenos Aires - Argentina Tel. (011) 4765-0284 (011) 1565987431 E-mail: [email protected] http://www.patagonia-sur.com Diseño de tapa e interior: Editorial La Bitácora Patagónica

E-mail: [email protected]

Copyrigth herederos de Tegai Roberts; Marcelo Gavirati, Patagonia Sur Libros y La Bitácora Patagónica Hecho el depósito que marca la ley 22399 Impreso en Argentina. Quedan reservados todos los derechos de autor. Queda prohibida toda reproducción total o parcial de la obra en todos los idiomas. -4-

Diarios del explorador Llwyd ap Iwan

Agradecimiento especial a Jorge Miglioli (Esquel), por las fotos de los objetos personales de Llwyd ap Iwan, utilizadas en las portadas, exterior e interiores, del libro. Franco Pertini (Puerto Madryn), por la reproducción de fotos históricas. Daniel Buck (Washington), Alejandro Aguado (Comodoro Rivadavia), y Pablo Lo Presti (Trelew) por las reproducciones de fotos y postales que nos cedieron. Rhianon ap Iwan de Gough (Esquel), Michael Gough (Estancia El Cóndor), y al Museo Histórico Regional de Gaiman, que gentilmente nos dieron acceso a sus colecciones. Ana María Beeskow, investigadora del Centro Nacional Patagónico, por responder amablemente nuestras consultas. Pablo Gavirati, por las correcciones a los estudios preliminar y posliminar. A Luned Roberts de González y Fabio González (Gaiman), y Julia Chaktoura (Trelew), por sus comentarios y sugerencias para esta 2da edición. -5-

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Llwyd ap Iwan, explorador galés que dio su nombre al monte en el que nace el río Fénix. (Foto: Mus.Reg.Gaiman, reprod. Lab.Med.Audiov.-CENPAT)

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lwyd ap Iwan, el autor de los diarios, era hijo de Michael Daniel Jones, tal vez el principal ideólogo y propulsor de la Colonia Galesa en la Patagonia. Llwyd arribó al Chubut en 1886. A su llegada se desempeñó como ingeniero del ferrocarril que se estaba construyendo entre Puerto Madryn y la Colonia Galesa, obra que dirigía el Ing. E. J. Williams (fotografía). Al año siguiente (1887) participó de la expedición realizada a la zona cordillerana para evaluar las posibilidades de extender dicha línea férrea hasta esa región, y ya en 1888 confeccionó el mapa del Territorio Nacional del Chubut, donde se detallan varias exploraciones efectuadas por él mismo y otros colonos galeses y las sendas indígenas aún no transitadas. Ap Iwan actuó además como agrimensor, efectuando la primera mensura de la Colonia 16 de Octubre, y como ingeniero hidráulico, proyectando canales de riego en el valle Inferior del Río Chubut y también en el Río Negro. Lamentablemente, su vida encontró un trágico final en 1909, al ser ultimado por los bandoleros norteamericanos Wilson y Evans, tras el asalto perpetrado contra la sucursal Arroyo Pescado de la Compañía Mercantil Chubut, de la cual era gerente.

Construccion del ferrocarril entre Puerto Madryn y Trelew, que dirigía el Ing. E. J. Williams, al que se puede ver en la fotografía.

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Museo Histórico Regional de Gaiman

Tegai Roberts, compiladora y traductora de los Diarios..., en el Museo Histórico Regional de Gaiman; detrás retrato de su bisabuelo Michael Daniel Jones, promotor de la Colonización Galesa en la Patagonia y padre de Llwyd ap Iwan.

Tegai Roberts, compiladora y traductora de los Diarios..., tocando el armonio en la capilla Bethel de Gaiman

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Diarios del explorador Llwyd ap Iwan

PROLOGO

a la Segunda Edición

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l presentar esta segunda edición queremos compartir con el lector un pequeño homenaje a Tegai Roberts, compiladora y traductora de los Diarios del Explorador Llwyd ap Iwan…, mi maestra en la historia de la Colonia Galesa del Chubut, que partiera el 23 de abril de 2014. Su recuerdo siempre estará presente en la memoria y el afecto de la comunidad en la que nació y desarrolló su tarea, y en la de todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerla. Memoria y afecto compartidos por centenares de personas que se congregaron en la capilla Bethel de Gaiman, para brindarle su último adiós y recordarla como creyente fiel, mujer caritativa, docente esmerada, agente activa en la preservación del patrimonio cultural.

Como recordé en esa oportunidad al dar unas palabras de despedida, en Tegai se reunían los linajes de dos de las principales figuras de la Colonización Galesa en la Patagonia: el del reverendo Michael Daniel Jones, su principal mentor y promotor, y el de Lewis Jones, su entusiasta impulsor y líder in situ. Su abuelo materno, Llwyd ap Iwan —hijo de M. D. Jones— además de los trabajos de exploración recogidos en los Diarios… traducidos por Tegai, fue -9-

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una destacada figura en diversos aspectos de la colonia valletana del río Chubut y de la cordillerana del Cwm Hyfryd (Valle Encantador), como nombraron los galeses al valle luego denominado como 16 de Octubre. Los padres de Tegai dedicaron su vida a la docencia: Arturo Roberts —hijo de Evan Roberts, quien también participó de las exploraciones narradas en el presente libro— supo ser director e inspector de escuelas, además del primer presidente de la Biblioteca Berwyn; mientras que su madre, Mair ap Iwan, fue la primera maestra jardinera de Gaiman. Pero —como también señalé— si bien es cierto que por sus venas corría la sangre de los pioneros ¡ella misma supo ser una pionera en recuperar y mantener viva la memoria de una comunidad! Una comunidad creada en la Patagonia a partir de la llegada de colonos venidos desde el lejano País de Gales. Durante años ella supo atesorar y resguardar una parte vital del patrimonio material e inmaterial de la cultura, las tradiciones y la historia de la colonización galesa en la Patagonia, tarea a la que se dedicó durante medio siglo en el Museo Histórico Regional de Gaiman. Fue allí que, durante varios años, me reuní semanalmente con ella, pudiendo apreciar algunas otras de sus cualidades; particularmente su sabiduría, que transmitía serena, modesta y generosamente a todos por igual. Es que ella trataba a las personas más encumbradas que visitaban la muestra, como Lady Diana Spencer o el Primer Ministro de Gales, con la misma atención y dedicación que dispensaba a descendientes de colonos que acudían a consultar los archivos del museo interesados en recuperar parte de su historia familiar, o a los alumnos de establecimientos educativos que llegaban para pedir ayuda para su tarea. La imagen del Museo, creado en la antigua estación del Ferrocarril Central Chubut, que ilustra la foto de la página anterior, es la que se me presentaba cuando bajaba del micro de la empresa 28 de Julio para trabajar con Tegai, su directora. Allí me esperaba, en las frías mañanas de invierno o en los tórridos mediodías de verano. Luego de los saludos y la puesta al día de las novedades familiares o alguna noticia, abordábamos la traducción de antiguos manuscritos en galés e inglés, que ella, con inagotable paciencia y pasión, iba descifrando. En esas laboriosas jornadas, -10-

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durante las mañanas y, luego de un breve almuerzo de campaña, en las más apacibles tardes emprendíamos viaje por la geografía de aquella vieja Patagonia, acompañando imaginariamente a los viajeros galeses de fines del siglo XIX, entre los que se destacaran las figuras de William Williams y de Llwyd ap Iwan. Al seguir sus viajes compartíamos sus peripecias, sentíamos sus soledades, nos asombrábamos con sus descubrimientos, regodeándonos con el hallazgo que develara el porqué del nombre de un río, una montaña, un lago…, como en el caso del ignoto nombre tehuelche del lago Buenos Aires. Compartíamos las cacerías en las que los exploradores participaban junto con los experimentados tehuelches, y sentados por la noche a la luz del fogón, las maravillosas historias de labios de sus guías indígenas, indicando el sitio en el que naciera el cacique Kánkel, el lugar en el que se habían originado los guanacos, el nombre del volcán por el que habrían regresado a la tierra los caballos, relatos sobre la extraña tribu de los Catchvalt que vivían en las montañas, e incluso las correrías del famoso bandido Ascencio Brunel, “el demonio de la Patagonia”… Fatigados por el trajín de estos largos viajes, hacíamos un alto para tomarnos una pausa y saborear un té (el Earl Grey era nuestro preferido), en el patio de ladrillos del Museo, a la sombra de los añosos árboles. Para luego retomar la paciente tarea, hasta las siete menos cinco en que, presurosamente me alistaba para poder alcanzar el colectivo de las 7 pm que me llevaría de Gaiman a Trelew, y abordar allí otro de regreso a Puerto Madryn. Antes —claro— la despedida, y el compromiso del próximo encuentro renovado semana a semana. Así, hasta concluir, una a una, las páginas de los manuscritos que su abuelo escribiera al finalizar cada jornada, y que volvemos a compartir en esta segunda edición, con todos los que, amando la historia, sintiendo la curiosidad de explorar nuevos lugares o deseando seguir los pasos dados por aquellos pioneros galeses en sendas de tehuelches, quieran aprontarse y acompañarnos… Al hacerlo, tal vez el lector también pueda —como Ap Iwan— percibir:

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“La vivificante sensación de absoluta libertad que se siente yendo detrás de una tropilla de caballos frescos y saltarines […] al dejar detrás nuestro la civilización y enfrentar al solitario y despoblado oeste; donde, con frecuencia, pasaríamos días sin que nuestra tranquilidad fuera perturbada por una cara amarga o nuestros corazones alegrados por la sonrisa de un viajero casual, como nosotros.” Finalizando este pequeño homenaje a Tegai, los invitamos —entonces— luego de una breve introducción, a andar por las páginas de los Diarios del explorador…, para después de finalizado el recorrido retomar el contacto. Marcelo Gavirati

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Un tehuelche, al que en Casamiquela et al 1991, se identifica como Kankel. El cacique Kengil,como lo llamaban los galeses, fue uno de sus principales baquianos e interlocutores de Ap Iwan durante sus viajes (Foto Colecc. Museo Histórico Regional de Gaiman, reproducción tomada de Pablo Lopresti. La Colonia Galesa en Imágenes. De los comienzos al Centenario. Biblioteca del Sesquicentenario “Tegai Roberts”. Secretaría de Cultura de la Provincia del Chubut, Rawson, 2015)

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Galeses en sendas tehuelches Estudio Preliminar de Marcelo Gavirati1

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a Patagonia —terra incognita— fue recorrida durante el siglo XIX por viajeros que procuraron develar sus secretos y que, en muchos casos, quedaron anclados, en el recuerdo, a su misterioso encanto. Cuando se nombran a los viajeros y exploradores de la región, los autores en general hacen referencia a los ingleses Musters, Darwin y Fitz Roy; al italiano Onelli; a los franceses D’Orbigny y De la Vaulx, o a los argentinos Moyano, Lista, y Moreno. La atracción que este mundo desconocido provocara en la imaginación de los lectores transformó en verdaderos clásicos a muchos de los relatos de estos circunstanciales viajeros de la dilatada geografía patagónica. Dentro de este género encontramos, entre otros, Vida entre los Patagones de Musters, Trepando los Andes de Onelli y Viaje a La Patagonia Austral de Moreno. Muy poco conocidas son, en cambio, las exploraciones 1 Anteriores versiones de los textos que sirven como estudio preliminar y posliminar de esta obra han sido presentados en el I Congreso de Historia de la Patagonia Argentino-Chilena y en la Revista Todo es Historia (Gavirati 1995 y 1997, respectivamente). -17-

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llevadas a cabo por un grupo de hombres que, cortando amarras con el viejo mundo, decidieron venir a la lejana Patagonia para concretar su utopía: fundar una Nueva Gales en Sudamérica. Hubo sólo dos expediciones que, escapando al olvido colectivo, lograron trascender y perdurar en la memoria y en los libros. La primera de ellas fue la protagonizada por John Daniel Evans y un grupo de jóvenes galeses, finalizada con el trágico episodio acaecido en el Valle de los Mártires. La segunda excepción, fue la del gobernador Fontana y los “Rifleros del Chubut”. Sin embargo, estos son prácticamente los únicos viajes hasta ahora difundidos entre los muchos realizados por los colonos galeses, a través de tierras patagónicas, desde su llegada al Golfo Nuevo en 1865 hasta fines del siglo XIX. Las exploraciones de los galeses El 28 de julio de 1865 arribaron a las costas del Golfo Nuevo poco más de un centenar y medio de colonos venidos desde el país de Gales. Luego de desembarcar en las playas de la actual Puerto Madryn, donde los esperaban dos connacionales con algunos víveres y precarias viviendas transitorias, recorrieron a pie los 60 kilómetros que los separaban del río Chubut, el valle prometido. En este primer encuentro con el espacio patagónico, los galeses sufrieron, a causa de su desconocimiento del terreno e inexperiencia en un medio que se les presentaba totalmente extraño y hostil, la falta de agua, de alimento y otras mil peripecias. Luego de superar las dificultades, los diversos grupos de colonos llegaron finalmente al valle del Chubut, donde fundaron el primer poblado galés en la Patagonia: Trerawson, topónimo compuesto por Tre —pueblo, en idioma galés—, y Rawson —en honor al Ministro del Interior de la época, que apoyó firmemente la iniciativa colonizadora—. La escasez de lluvias, el desconocimiento del medio y la inexperiencia en las tareas agrícolas de la mayoría de los miembros del contingente, produjeron el fracaso de las primeras cosechas, poniendo en peligro la continuidad del proyecto. Sin embargo, los contratiempos iniciales fueron superados a través de la implementación del riego y del intercambio comercial con los indígenas patagónicos. De esta manera, a partir de 1870 los colonos comenzaron -18-

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sus incursiones dentro de la geografía patagónica, efectuando reconocimientos y buscando —prima facie— una vía de comunicación terrestre con la otra población estable de la Patagonia argentina, Carmen de Patagones, con la que sólo se podían comunicar por vía marítima. Para realizar sus expediciones, los galeses contaron con las informaciones suministradas por sus “hermanos del desierto”, como llamaron a los Tehuelches y Pampas de la Patagonia. Así, siguiendo las viejas rutas indígenas, fueron familiarizándose con la región en sus diversos aspectos: geografía, hidrografía, calidad de los suelos, presencia de minerales, flora, fauna, etcétera. Además de estas informaciones, los diarios de sus exploraciones nos brindan importantes datos para la investigación histórica y etnológica, aspectos culturales y toponimia, entre otros. De acuerdo al contexto histórico en que las expediciones fueron realizadas, y al alcance que tuvieron, las hemos clasificado en tres períodos: 1870-1882, 1883-1884 y 1885-fines del siglo XIX. Las exploraciones de los galeses entre 1870 y 1882 En este primer período los avances no superaron, en ninguno de los casos, el meridiano 69, es decir que se limitaron a la mitad oriental de la actual Provincia del Chubut: Por el norte: en 1870 realizaron dos intentos de llegar a Carmen de Patagones. El primero de ellos, realizado por la “ruta” de la costa, resultó fallido. Luego realizaron un segundo intento internándose en la meseta central por las rutas tehuelches. Por esta vía, que pasaba por Ranquilhuau (las elevaciones a las que los galeses denominan Bannau Beidio, alturas riesgosas), y Gan Gan, llegaron hasta Kytsakl. Allí fueron informados por el cacique pampa Chiquichán que les resultaría prácticamente imposible alcanzar Patagones por esa ruta durante la temporada estival, por lo cual desistieron del intento. Al año siguiente avanzaron hasta Telsen. Por el centro: también en 1871, pero siguiendo el río Chubut, llegaron hasta el río Chico. Ese mismo año, otro grupo, siguiendo el mismo camino en busca de oro, cruzó la travesía de Kela (a la que denominan en galés Hirdaith Edwyn) para alcanzar como punto máximo a Kel Kein (Las Plumas). -19-

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Llwyd ap Iwan. Mapa del Territorio del Chubut, 1888.

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Por el sur: en 1877, siguiendo el curso del Río Chico, alcanzaron el lago Colhue Huapi. En un segundo viaje, realizado ese mismo año y por la misma ruta, llegaron hasta el río Senguerr inferior. Sobre fines de esta etapa, a través la ruta indígena de la costa, avanzaron hasta la rada Tilly en el Golfo San Jorge. Desde 1883 hasta 1884 En 1883, en plena época de las campañas de la “Conquista del Desierto”, un grupo de jóvenes galeses se dirigió hacia el oeste, más allá del territorio recorrido hasta el momento, en búsqueda —también— del dorado metal. Durante el viaje se encontraron en el Valle de la Iglesia con tropas del ejército que venía de efectuar una batida por el interior del territorio chubutense. Los militares intentaron disuadirlos de continuar hacia el oeste, dado que...


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