Don Quijote parte 1 - ............... PDF

Title Don Quijote parte 1 - ...............
Author Valentina Cinalli
Course Literatura
Institution Educación Secundaria (Argentina)
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Summary

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Description

Don Quijote: Capítulo 1: ● Don Quijote es un hidalgo que vivía en un lugar de la Mancha. Tenía alrededor de 50 años, de complexión recia y flaco. Su sobrenombre viene a raíz de “Quijada” o “Quesada”. ● Cuando tenía tiempo libre se dedicaba a leer libros de caballería.vendió hectáreas de tierra para poder comprar estos libros. Tanto creció su pasión y curiosidad por tratar de terminar de entender el complejo lenguaje de los libros de caballería, que pasaban las noches y días leyendo y leyendo que terminó enloqueciendo. Él creía que todo lo que se decía en los libros de caballería era verdad absoluta y terminó creyendo obras caballerescas en las que aparecían criaturas fantásticas y aventuras disparatadas. ● Tanto creció su locura que consideró honorable para sí mismo como para su república el hacerse caballero andante e irse por todo el mundo, con sus armas, adentrándose en lugares peligrosos, para hacer justicia y ganar fama (NOBLE LOCURA). ● Tomó la armadura mohosa de su bisabuelo y la trató de arreglar, pero lo hacía toscamente. Eligió un caballo flaco, Rocinante. Cambió su apodo por Don Quijote de la Mancha, para honrar su patria. ● “el caballero andante sin amores, era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma” decía DQ. Decidió que todas sus hazañas se las dedicaría a una joven de quien estuvo enamorado un tiempo, pero que ella jamás supo de él. Se llamaba Aldonza Lorenzo, pero él la llamaba Dulcinea del Toboso. Capítulo 2: ● Teniendo en mente que no podría tardar más porque el mundo lo necesitaba, salió pero recordó que no podría ejercer como caballero sin antes convertirse realmente en uno. ● Anduvo en su Rocinante todo aquel dia, y aquella noche, cansados y muertos de hambre, llegaron a una venta con dos mujeres de vida fácil en la puerta, y en el que justo en ese momento un porquero tocó un cuerno para recoger los restos de una manada de puercos. DQ imaginó que en realidad era un castillo con dos doncellas en la entrada, en el que un enano había avisado su venida con una trompeta. ● Las mujeres comienzan a reírse de su forma de hablar. El ventero tampoco sabe qué pensar de él. ● Don Quijote se quita el peto y el espaldar, pero no puede quitarse la celada ya que ésta se sostiene con unos cordones verdes, así que pasa toda la noche con la misma puesta, lo cual lo hace ver aún más extraño. ● Se siente a comer, pero tiene muchas dificultades por no poder quitar la celada y las señoras de la venta lo tienen que ayudar. Capítulo 3: ●







Después de la cena, don Quijote va a la caballeriza y se pone de rodillas ante el ventero y le pide que le dé la orden de caballería y permiso para velar sus armas en la capilla. Con la sospecha de que DQ ha perdido el juicio, el ventero le sigue el juego y le dice que también tuvo sus propias aventuras de caballero cuando era más joven y que puede velar sus armas en el patio del "castillo", ya que la capilla está en obras. El ventero le pregunta si trae dinero y don Quijote le responde que no porque nunca leyó en los libros de caballerías que traían dinero. El ventero le explica que era un detalle menor que los autores no mencionaron y le recomienda que además de dinero lleve encima camisas, ungüento para curar heridas y otros víveres necesarios. DQ pone sus armas sobre la pila en el patio para velarlas durante la noche, pero llega un arriero quien quiere darles agua a sus mulas. Tiene que mover las armas para acceder a la pila, pero a DQ le parece una falta de respeto que las toque y afronta al arriero. Éste no le hace caso y como resultado DQ le da un golpe en la cabeza con su lanza. Viene otro arriero a la pila por el mismo motivo y DQ arremete contra él también. Los compañeros de los arrieros comienzan a tirarle piedras a don Quijote por lo que se enfada aún más. Para poner fin al conflicto, el ventero le dice a DQ que no es necesario velar las armas durante toda la noche y que ya hecho más que suficiente.1



Luego le hace una pequeña ceremonia para darle la orden de caballería. Don Quijote sale de la venta y el ventero no le cobra el alojamiento. Una vez acabado el nombramiento las dos mujeres le dijeron a DQ que le servirían de por vida, entonces Don Quijote pregunto sus nombres y dijo que desde entonces se llamarían por Doña Tolosa y Doña Molinera. DQ se marchó al amanecer.

Capítulo 4: ● Feliz por haber recibido la orden de caballería, don Quijote se dirige a su aldea para recoger los víveres que le recomendó el ventero y para reclutar a un labrador vecino para ser su escudero. En el camino, DQ escucha voces que vienen del bosque y se imagina que son de personas que necesitan su ayuda. En el bosque halla a un labrador dándole azotes a un joven de unos 15 años que se llama Andrés. ● DQ le dice al labrador que es un cobarde por reñir a quien no puede defenderse y el labrador le explica que le está castigando por no cuidar bien a su manada de ovejas y porque el joven dice que le debe dinero. DQ le exige al labrador que le pague la deuda a su criado. ● El labrador le responde que Andrés tendrá que ir con él a su casa porque no trae el dinero que le debe. Sin embargo, Andrés no quiere ir con su amo porque dice que no es un caballero y que una vez que DQ se vaya, volverá a maltratarlo. ● DQ le responde a Andrés que igual puede ser un caballero dado que cada uno es hijo de sus obras. Confía en que el labrador le pagará, amenaza con volver si no cumple su promesa y sigue su camino. Tras su partida, el labrador vuelve a atar a Andrés al árbol y le da tantos azotes que casi lo deja por muerto. ● Sin saber cómo terminó la historia de Andrés, DQ sigue su camino muy satisfecho y hablando a sí mismo alude a la idea de que alguien está escribiendo sobre él. ● En su camino se encuentra con un grupo de mercaderes toledanos. DQ les exige que declaren que no hay doncella más hermosa en el mundo que Dulcinea del Toboso. Los mercaderes le dicen que no conocen a Dulcinea, pero le piden que se la muestren para comprobarlo. DQ les responde: "La importancia está en que sin verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender". ● Sin embargo, los mercaderes se niegan a hacer semejante declaración sin poder verla e insisten en que les muestre un retrato de ella y que aun si es tuerta de un ojo, por complacerlo dirán lo que él quiera. Por haber sugerido que Dulcinea podría ser tuerta DQ se ofende y arremete contra el mercader quien lo dijo, pero Rocinante se tropieza y los dos se caen. A DQ se le hace difícil levantarse por el peso de sus armas y los mercaderes huyen. Un mozo quien había observado todo el incidente rompe la lanza de DQ y usa un pedazo para darle palos. Pese a lo sucedido, DQ sigue feliz porque le parece una desgracia propia de los caballeros. Capítulo 5: ● Tras haber sido apaleado por el mozo, DQ no sabe qué hacer, pero entonces se acuerda de un episodio parecido en una novela de caballerías y comienza a revolcarse en la tierra y recitar los mismos versos que dice el protagonista de dicha escena. ● Mientras tanto, pasa un labrador que es un vecino suyo, Pedro Alonzo, pero DQ lo confunde con un personaje de un libro de caballerías (Rodrigo de Narváez), y sigue con su romance. ● Su vecino lo reconoce como el señor Quijana y le quita la armadura para ver si está herido. Lo levanta y lo lleva al pueblo. Por todos los disparates que DQ sigue diciendo, comienza a sospechar que ha perdido el juicio y trata de corregirle cuando le dice que no es ninguno de los personajes que cita y que él no es un caballero andante sino el señor Quijana. ● A esto le responde DQ "Yo sé quién soy [...] y sé que puedo ser no sólo los que he dicho, sino todos los doce Pares de Francia, y aun todos los nueve de la Fama, pues a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada uno por sí hicieron, se aventajarán las mías". ● Cuando el vecino lo trae a su casa, allí encuentra al barbero, al cura, al ama y a la sobrina, quienes creen que DQ se ha vuelto loco por leer tantos libros de caballerías y que deben quemar sus libros. DQ les dice que viene mal herido (pero no le encuentran heridas), por lo que lo llevan a su cama. ● El vecino les cuenta el estado en que lo encontró y los disparates que decía. Capítulo 6:











En este capítulo prevalece la metaficción, puesto que el barbero y el cura comienzan a revisar y comentar la librería de don Quijote para ver cuáles libros deben quemarse. Encuentran Los cuatro de Amadís de Gaula y deciden no quemarlo por ser el mejor de todos los libros de ese género. Deciden quemar la mayoría de los libros "por disparatados y arrogantes". Otro que deciden salvar de las llamas es Palmerín de Inglaterra por ser una historia "muy buena" y porque su autor fue un "discreto rey de Portugal". El barbero quiere salvar los libros de poesía porque cree que no le harán daño ni perjudicarán la moral, pero la sobrina le dice que sin los libros de caballerías, don Quijote podría leer estos de poesía y luego querer dedicarse a ser pastor o, lo que consideran peor, poeta "que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza", agrega la sobrina. Deciden no quemar uno que otro libro que consideran de buen gusto, y salvan también El Cancionero porque el autor es amigo del cura. Otro hallazgo es nada más y nada menos que La Galatea, de Miguel de Cervantes. Sobre este autor, el cura dice: "Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos. En este capítulo se pone en evidencia lo crítico que fue Cervantes en su época, y expone por qué los libros de caballería deberían ser eliminados del dominio de las personas.

Capítulo 7: ● Gritos que vienen de la habitación de DQ interrumpen el escrutinio de la biblioteca. Cuando el cura llega a su cuarto, DQ está despierto, diciendo disparates y dando cuchilladas a enemigos invisibles. Le dice al cura que fue don Ronaldo (un personaje de un libro de caballerías) quien le dio palos, tras lo que le dan de comer y se duerme de nuevo. ● Ya todos están convencidos de que DQ ha perdido el juicio por lo que deciden seguirle el juego con la esperanza de traerle a razón si le hablan en términos que él entiende. ● Después de dos días en la cama, DQ se levanta y lo primero que hace es dirigirse a donde estaban sus libros, pero no los halla. Le pregunta al alma por sus libros, y ella le responde que los llevó el mismo diablo, pero entonces su sobrina le corrige y le dice que los llevó un encantador. DQ cree la historia y sospecha que fue el encantador Frestón (otro personaje de ficción). ● Por dos semanas, DQ se queda tranquilo en su casa y no muestra mucho interés en salir de nuevo hasta que un día le pide a su vecino, Sancho Panza, un labrador simple, que sea su escudero. Para persuadirlo, DQ le dice, entre otras cosas, que existe la posibilidad de que en algún futuro tenga su propia isla ("ínsula") para gobernar. ● Sancho Panza acepta su propuesta y deja atrás a su mujer e hijos para servirle como escudero. ● Preparándose para la segunda salida, DQ vende sus pertenencias para tener dinero suficiente y le pide a un amigo que le preste una rodela (escudo pequeño, propio de un infante o gente de pie, dándole a su armadura un aspecto aún más ridículo). ● Sancho Panza decide traer su asno, ya que no le gusta caminar mucho. ● Una noche, sin despedirse nadie y sin que nadie los vea, salen de sus casas y emprenden la aventura. En el camino hablan de la posibilidad de que Sancho Panza tenga su propia isla o reino y le dice a DQ que su esposa no sirve para reina y que le convendría más ser condesa. A esto DQ le responde que no debe tener expectativas bajas. Capítulo 8: ● En su camino encuentran a treinta o cuarenta molinos de viento y don Quijote le dice a Sancho que son gigantes y que van a entrar en batalla con ellos. Sancho le corrige y le dice que no son gigantes sino molinos de viento, pero don Quijote insiste en su fantasía y arremete contra ellos. ● Le da una lanzada en el aspa, pero cuando un fuerte viento mueve al aspa, rompe su lanza en pedazos y los lleva por delante a don Quijote y Rocinante. Sancho acude a ayudarlos y le dice a don Quijote que bien le había dicho que no eran gigantes. Don Quijote cree que fue el encantador Frestón quien convirtió a los gigantes en molinos para quitarle la gloria de su vencimiento. ● Pasan esa noche afuera descansando entre unos árboles y don Quijote desgaja un ramo de uno de ellos para reemplazar a su lanza, ya que había leído que otro caballero hizo lo mismo cuando se quedó sin espada. El día siguiente, don Quijote le dice a Sancho que sólo puede ayudarlo en batalla si es contra gente baja y canallas, pero que no debe interferir si es un altercado entre caballeros hasta

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que reciba la orden de caballería. En el camino ven que se acercan dos frailes y detrás de ellos un coche en el que viene una señora vizcaína que va a Sevilla. Don Quijote, sin embargo, cree que son encantadores que llevan en el coche a alguna princesa secuestrada. De nuevo, Sancho trata de hacerlo entender que son frailes y gente pasajera en el coche, pero don Quijote le responde que no sabe mucho de aventuras. Don Quijote se les acerca a los frailes, les llama "gente endiablada y descomunal", y les exige que dejen libres a las princesas que han secuestrado. Los frailes se quedan muy asombrados ante tales acusaciones e insisten en que no son endiablados ni llevan a nadie secuestrado, pero no llegan a convencer a don Quijote, quien arremete contra el primer fraile, dejándolo tirado al suelo mientras que el otro huye. Sancho comienza a quitarle los hábitos al fraile porque cree que le corresponden como despojos de batalla. Llegan dos mozos de los frailes y atacan a Sancho. Mientras tanto, don Quijote está hablando con la señora que viene en el coche. Le dice que el único agradecimiento que quiere de ella por haberle salvado es que regrese a Toboso y que le cuente todo lo sucedido a su señora Dulcinea. Un escudero vizcaíno que acompaña a la señora escucha esto, amenaza a don Quijote y los dos comienzan una pelea de espadas. Aquí la historia queda en suspenso, ya que Cervantes interrumpe el argumento para decir que el autor dejó la historia en este punto y que no ha hallado más escrito sobre esta batalla. Aquí también menciona a un segundo autor y dice que éste no pudo creer que no existieran en los archivos documentos sobre el famoso caballero. El recurso de detener la narración en un punto de particular interés, alegando a la falta de documentación, tenía precedentes literarios y folclóricos y tampoco faltaba en los libros de caballerías.

Capítulo 9: ● Este capítulo es el primero de la segunda parte del primer libro. De nuevo, Cervantes se dirige directamente al lector y le dice que le causó mucha pena no hallar el final de la batalla entre don Quijote y el escudero vizcaíno, y que le pareció increíble que el caballero no tuviera a algún sabio para documentar cada una de sus hazañas.Por ende, nos dice que se puso a buscar la segunda parte de esta historia. ● Cervantes cuenta que un día, estando en Toledo, se encontró con un muchacho que estaba vendiendo unos viejos papeles con texto en árabe. Llevó los papeles a un "morisco aljamiado" (que lee árabe y castellano) para que los tradujera. Cuando le leyó a Cervantes una nota en el margen sobre Dulcinea de Toboso, el autor se dio cuenta de que ésta era la historia que buscaba. El título del texto en árabe decía: "Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo". Se emocionó tanto Cervantes por este hallazgo que le compró el texto al muchacho y le pidió al morisco que lo tradujera en su totalidad. ● Cervantes agrega que cree que la historia es verdadera y que el único motivo que tendría por no creerlo sería porque su autor es moro: "Si a ésta se le puede poner alguna objeción cerca de su verdad, no podrá ser otra sino haber sido su autor arábigo, siendo muy propio de los de aquella nación ser mentirosos; aunque, por ser tan nuestros enemigos, antes se puede entender haber quedado falto en ella que demasiado". ● Entonces Cervantes vuelve a la historia de la batalla entre don Quijote y el vizcaíno. Don Quijote gana esta batalla, pero con una lesión en la oreja y la celada rota. Al final de dicha batalla, pone la punta de su espada entre los ojos de su rival y le exige que se rinda. En eso, las señoras del coche le piden a don Quijote que le tenga merced. ● Don Quijote les responde que le perdonará la vida al escudero vizcaíno si promete irse a Toboso, presentarse ante Dulcinea y hacer todo lo que ella le mande. Sin saber quién es Dulcinea, las señoras le prometen que el escudero cumplirá su petición. Capítulo 10: ●

Tras ganar la batalla, Sancho le pide a don Quijote una isla para gobernar, pero don Quijote le responde que ésa no era batalla de islas sino de encrucijadas en las que no se gana más que













lesiones, pero que en el futuro vendrán otras batallas que le ofrecerán la oportunidad de gobernar una isla. Luego Sancho le sugiere a don Quijote que busquen asilo en una iglesia, ya que el vizcaíno podría denunciarlos a la Santa Hermandad (institución armada y tribunal), pero don Quijote le hace esta pregunta retórica: "Y, ¿dónde has visto tú, o leído jamás, que caballero andante haya sido puesto ante la justicia, por más homicidios que hubiese cometido?". También le pregunta: "Pero dime por tu vida: ¿has visto más valeroso caballero que yo en todo lo descubierto de la tierra? ¿Has leído en historias otro que tenga ni haya tenido más brío en acometer, más aliento en el perseverar, más destreza en el herir, ni más maña en el derribar?". A esto, Sancho le responde que no, ya que no sabe leer ni escribir, y le ofrece un ungüento para su oreja herida. Entonces don Quijote le cuenta del bálsamo de Fierabrás, un ungüento con propiedades milagrosas que aparece en el cantar de gesta francés medieval Fierabrás. Mientras Sancho le cura la herida, don Quijote promete vengarse del vizcaíno: "Yo hago juramento al Criador de todas las cosas y a los Santos cuatro Evangelios, donde más largamente están escritos, de hacer la vida que hizo el grande marqués de Mantua cuando juró de vengar la muerte de su sobrino Valdovinos, que fue de no comer pan a manteles, ni con su mujer folgar, y otras cosas que, aunque dellas no me acuerdo [...]". Pero Sancho le recuerda que si el vizcaíno cumple lo prometido y se presenta ante Dulcinea, no merece otro castigo. Don Quijote reconoce que Sancho tiene razón y anula su juramento de venganza, pero dice que quiere quitarle la celada a otro caballero y menciona el yelmo de Mambrino, un tópico de los poemas épico-burlescos italianos. Don Quijote le pregunta a Sancho si trae algo de comida, y le responde que sólo pan, queso y cebolla, pero que no son comidas propias de un caballero. Don Quijote le contesta que está equivocado y que los caballeros están acostumbrados a no comer por un mes o sólo comer lo que encuentren por allí. Comparten la comida que Sancho traía y luego se dirigen a un pueblo en busca de una venta (o "castillo") para alojarse, pero no llegan antes del anochecer y don Quijote decide que dormirán bajo el cielo, cerca de las chozas de unos cabreros. *A diferencia de lo que sugiere el epígrafe, este capítulo no incluye ninguna historia sobre yangüeses. No aparece hasta el capítulo 15. Se cree que es un descuido de Cervantes y sugiere la posibilidad de una primera redacción diferente, que incluyera el relato de los yangüeses, a la que se publicó 1605.

Capítulo 16: ●











Cuando llegan a la venta, la mujer del ventero, su hija y una joven asturiana poco agraciada "del un ojo tuerta y del otro no muy sana" que se llama Maritornes le curan las heridas a don Quijote en una cama bastante incómoda y chapucera. En vez de admitir que las heridas son el resultado de los golpes que les dieron los arrieros, Sancho dice que su amo se cayó de una peña y que él está dolorido por el sobresalto que sintió al verlo lesionarse de esa manera. Entonces, Sancho le explica a Maritornes que don Quijote e...


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